Hace años, cuando te presentabas como candidato para una posición vacante, además de una batería de tests y unas cuantas entrevistas, lo único que podía dar alguna otra pista sobre tus habilidades o comportamientos como potencial empleado, era conseguir algunas referencias de puestos anteriores. Pero en la actualidad, cuando tanto de nuestra vida profesional y personal está en las redes sociales, los entrevistadores tienen muchas otras variables para evaluar a sus potenciales candidatos.
Uno de los gurúes a quien sigo, Rick I – The Linkedin Guy, dice siempre que no se puede pasar de ser “invisible” a “rentable” sin pasar primero por “visible” y “creíble”. Esto aplica no sólo si tienes un negocio o vendes servicios profesionales, sino también si quieres tener una carrera profesional en empresas importantes. ¿Por qué es esto? Porque muchas empresas hoy buscan (y encuentran) en internet a sus potenciales candidatos.
¿Y si reciben una aplicación o curriculum vitae/hoja de vida de un candidato muy interesante? Excelente, pero te apuesto a que “googlean” a esa persona para saber qué es de su vida y su historia, que definitivamente no dice en el CV/HV o carta de presentación. Entonces buscarán tu perfil en facebook, linkedin y otras redes. Verán tus fotos públicas, tus comentarios, actualizaciones de estado, lo que sigues y lo que te gusta. Esto por sí solo no es ni bueno ni malo. La interpretación de estas circunstancias es lo que puede marcar la diferencia.
Por eso, tengo estas 3 claves para que conviertas a las redes sociales en tu aliado a la hora de buscar un nuevo empleo (o aún si no estás buscando, siempre puede llegar una oportunidad de donde menos lo esperes). O al menos, que no te jueguen en contra:
1 – Revisa todo tu perfil con ojos críticos: entiéndeme bien, tú eres libre de creer en lo que quieras, hacer lo que quieras, mostrar lo que quieras.
Pero esta clave te ayudará a imaginar qué pensará una tercera persona si ve esto que tú muestras. Y a ti a pensar qué te sucede con esto que el otro sabe o cree de ti (¿sigues pensando lo mismo y prefieres que no te contraten porque así eres tú? ¿prefieres obtener «ese» empleo y guardar tus opiniones para el ámbito personal? Es tu decisión, si sabes cómo hacerlo)
Tienes el derecho de no modificar absolutamente nada. Pero también tienes el derecho de dejar ciertas cuestiones en la intimidad de tus amigos o familia, y «mostrarte» como realmente quieres que te vea tu posible empleador o cliente. Si tu deseo por la autenticidad y las convicciones de tus creencias (religiosas, políticas, futbolísticas, ambientalistas o las que sean) son tan fuertes que prefieres que un potencial empleador o cliente pase de ti porque se ve amedrentado por ellas, adelante. Es tu decisión y tienes el derecho a tomarla. Recuerda que no es una cuestión de no ser auténtico o no tener principios, sino de mantener ciertos aspectos en el ámbito personal.
2 – Utiliza cada “red social” con el objetivo para el que fue creada
Te doy el ejemplo de Facebook y Linkedin que son dos de las más utilizadas en mi caso:
Facebook tiene por objetivo que conectes con tus amigos y conocidos (fotos, videos, juegos, estados, cumpleaños, etc – todo para generar relaciones persona a persona). Pero si quieres utilizarlo para fines comerciales, tienes que crear una estructura diferente (se llama Fan Page). Es una página de negocios, tienes estadísticas, puedes hacer anuncios y no debes utilizar «perfiles personales» para tu negocio. Si no lo haces así, Facebook te puede penalizar.
En el caso de Linkedin algunos pueden decir que es el «facebook para negocios» pero realmente no es tan así. Es un ámbito profesional pero los códigos y reglas son otros. Las interacciones son más formales y es un lugar que precia todo lo relacionado con lo profesional: el relacionamiento tiene por objetivo generar oportunidades de empleo, de negocios, de flujo de información. Así que limita tus cosas personales para tu perfil de facebook (foto de perfil incluida…).
3 – Conéctate
Hay una publicidad de una universidad en mi ciudad que dice algo así como que “tu vida es 50% offline y 50% online”. Esto es cierto en la mayoría de los países con cierto nivel de desarrollo. Es interesante y sumamente constructivo estar en contacto con personas que físicamente te sería imposible ver habitualmente. Por otro lado, puedes conectar con terceros con quienes tienes cosas en común. Siempre surgen oportunidades cuando uno conecta con las personas. Por ejemplo, te encuentras online con un amigo que te cuenta que tiene un nuevo proyecto en el que tú piensas que puedes colaborar (o lo lees en su actualización de estado). Te interesa y le escribes para participar. O lo compartes con tu red y le generas nuevas oportunidades. Puedes ver ideas de otros y aportar las tuyas. Hasta puedes publicar que has obtenido tu título y tienes ganas de buscar un empleo en tal industria. Tal vez alguien de esa industria puede darte una idea de dónde buscar o una conexión con alguien. Es una gran red de colaboración y conexión que puedes utilizar a tu favor. También existen grupos con intereses y temáticas específicas, y puedes conectar allí con personas que no conoces pero comparten tus intereses. Relaciónate.
Un tip adicional: tu privacidad primero. Piensa siempre qué es lo que quieres mostrar y qué no. Y piensa siempre en cuáles son las repercusiones de lo que muestras. ¿Un ejemplo más claro? Yo tengo una campaña con mis amigos para convencerlos de que “no digan por facebook cuando se van de vacaciones o están de viaje”. Esto es un cartel que dice “mi casa está sola o dejé a mi familia (en el caso de algún viaje de negocios) o estoy en tal lugar”. Tú puedes decidir hacer lo que quieras pero mi consejo es que guardes esa información para ti a fin de evitar oportunistas. Los hay en la vida real, los hay en la vida “virtual”.
Diviértete y conecta en las redes sociales, conviértelas en tus aliados para tu profesión o tu vida personal, y cuida tu privacidad de la forma en que mejor lo consideres.