El ser humano ha sido creado con autonomía propia, ha sido dotado con capacidad de libre albedrio o, es decir, ser capaz de tomar decisiones propias, Quisbert (2009) define al Libre Albedrío como el “Poder o capacidad del individuo para elegir una línea de acción o tomar una decisión sin estar sujeto a limitaciones impuestas por causas, antecedentes, por la necesidad, o por la predeterminación divina. Un acto libre por entero es en sí mismo una causa y no un efecto; está fuera de la secuencia causal o de la ley de la causalidad. El libre albedrío designa la posibilidad de elegir entre el bien y el mal (San Agustín).” Esta cualidad le garantiza al hombre no solamente la paz, sino también seguridad en si mismo.
A partir de este principio surge la democracia, que etimológicamente tiene sus bases en el antiguo griego y se forma al combinar los vocablos demos (que se traduce como “pueblo”) y kratós (que puede entenderse como “poder” y “gobierno”) parafraseando podemos definirla como el poder que posee el pueblo para gobernar, es un instrumento por medio del cual los ciudadanos pueden expresar libremente sus pensamientos, ideas, etc. A través de la democracia le conferimos autoridad a las personas para que nos gobiernen, es decir, nombramos un representante legal para que cumpla por medio de leyes, decretos, estatutos, entre otros, nuestra voluntad, este acto de transferencia de poder es otorgado mediante el sufragio, sin embargo, la democracia se ha distorsionado y cuando ese representante a quien el pueblo le confirió el poder para tomar decisiones, toma posesión del poder, solo actúa en benéfico propio (lucrarse) y no en el colectivo que lo eligió.
Debemos partir de esta premisa un gobernante está autorizado por el pueblo para que dirigía las políticas en sentido genérico, para guiar la nación, pero en virtud que este a perdido su verdadero propósito, se hace necesaria la participación más activa del pueblo, es por ello que todo ciudadano debe involucrarse en las tomas de decisiones de esas políticas, de allí surge el termino de participación social, muy común en nuestro país la famosa acción protónica y participativa del pueblo. Como alude Villarroel citado por González: «Entonces, puede considerarse la participación, como una herramienta para deliberar y escoger la vida que vale la pena ser vivida. Si las personas tienen oportunidades, es decir «… Libertades y capacidades para discutir, apreciar y elegir entre diferentes estilos de vida podrán alcanzar las competencias para elegir entre diversos tipos de sociedades, entre formas de gobierno y modalidades de producción económica y bienestar social»» (2014:228)
Ahora bien son muchos los factores que inciden en el ser humano, uno de ellos radica en la relevancia de la salud, ya que «La idea principal de la participación social en la salud como función esencial de salud pública (FESP) es fortalecer la participación ciudadana y empoderar a las comunidades para cambiar sus estilos de vida al involucrarse activamente en el establecimiento de ambientes saludables que influyan en los diferentes tipos de conductas, en comunidades y en individuos u organizaciones. La participación social es una piedra angular del fortalecimiento de la democracia, la gobernabilidad y el desarrollo sostenible.» (FESP,2010:5)
En este mismo sentido es necesario mencionar que en nuestro país la participación ciudadana, el empoderamiento por parte del soberano ha tomado rango constitucional, y son innumerables las leyes que le atribuyen estas facultades al pueblo, pero han sido más dogmáticas que pragmáticas. El sistema de salud ha sido uno de los abanderados del sistema de gobierno que impera en nuestra nación, más sin embargo hoy somos testigos presenciales del debacle de la salud venezolana, donde se evidencia que la salud en nuestro país no es gratuita, porque no está al alce de todos los ciudadanos, sobre todo de la clase más desfavorecida, es decir aquella que posee escasos recursos, el servicio médico asistencial ha pasado de público a ser privatizado, ya que no todos poseemos los suficientes recursos para accesar a ella.
Como manifiesta González (2015), durante el periodo 1999 al 2013 surgieron innumerables leyes que garantizan esta participación social, así como también se implementaron y consolidaron las construcciones de diversos centros de atención medica como son los CDI, CRI, los ambulatorios barrio adentro, que quizás en su momento fueron un paliativo para el sector salud. En la actualidad Venezuela no posee ningún centro de atención médica desde hospitales, ambulatorios, incluso los CDI, CRI, entre otros, que brinde una asistencia médica oportuna, es decir, una repuesta efectiva y/o eficiente ante una emergencia hospitalaria, en primer lugar, porque estos centros de asistencia no poseen insumos, ni equipos médicos, por la crisis humanitaria acaecida en la actualidad, los medicamentos no son exentos de la escasez.
En Venezuela para alcanzar la salud es a través de dos formas, una legal es poseer altos recursos económicos para adquirir los medicamentos por medio de la importación, y la ilegal obtenerlo a un alto costo por medio del contrabando («bachaqueado») en tal sentido es necesario activar a los ciudadanos, empoderarlos en cada una las políticas implementadas por el sistema gubernamental, para dar a conocer las necesidades más relevantes que atañen a la sociedad, sobre todo lo relativo a la salud. Según Biehl (2006), «para que los países en desarrollo puedan avanzar en la construcción de cohesión social, es necesario que se generen las condiciones estructurales ideales de consenso, respeto a un Estado de derecho estable y consolidado, conocimiento ciudadano de derechos y deberes, responsabilidad compartida entre diversos actores, interés colectivo en mejorar las condiciones de vida de la sociedad y, por ende, la situación y acceso a la salud.»
Otro factor que ha ejercido una influencia notoria en nuestro sistema de salud, ha sido la marcada por la injerencia cubana, a quienes el gobierno autorizo para no solo dirigir, sino para planificar, organizar, ejecutar y controlar nuestra políticas de salud pública, el venezolano ha permitido quizás de manera inconsciente que extranjeros, que desconocen por completo lo que es la convivencia en democracia, manejen nuestra políticas públicas, he aquí la principal causa de la crisis humanitaria que hoy día vive el venezolano, cuya participación cada día se ve más marcada que nunca, sobre todo los discursos dicotómicos incompatibles que emiten personeros del gobierno, por un lado sus mitin dotados de una «participación protónica y participativa del pueblo» «empoderamiento por parte del pueblo» y por el otro lo silencian, ¿está el pueblo capacitado para asumir tales responsabilidades?, es bueno aclarar, una cosa es la participación y otra el empoderamiento.
Para que la participación activa del pueblo pueda producir efectos positivos en las tomas de decisiones en las políticas públicas sobre todo en el sector salud:
“El desarrollo requiere de la eliminación de importantes fuentes de la ausencia de libertad como son: pobreza y tiranía, oportunidades económicas escasas y privaciones sociales sistemáticas, falta de servicios públicos, intolerancia y sobre actuación de estados represivos. Unas veces la falta de libertades reales se relaciona directamente con la pobreza económica, que priva a la gente de la libertad de satisfacer el hambre, alcanzar una nutrición adecuada, obtener remedios para enfermedades curables, contar con techo y abrigo, agua limpia e instalaciones sanitarias. En otros casos esta ausencia de libertad se une estrechamente a la falta de servicios públicos y asistencia social, tales como la inexistencia de programas epidemiológicos, medidas organizadas para el cuidado de la salud, instalaciones educativas, instituciones efectivas en la preservación de la paz y el orden locales. Hay casos, incluso, donde la violación de la libertad es el resultado directo de la negación de libertades civiles y políticas de parte de un régimen autoritario, así como de la imposición de restricciones a la libertad de participar en la vida social, política, y económica de la comunidad.” (Sen, 2000:15)
Sintetizando podemos aseverar que en la actualidad la participación social en salud y en el resto de nuestras políticas públicas, ha sido coaccionada por el sistema predominante ante una sociedad que ha escatimado sus esfuerzos y percibe día a día la reprensión y el hostigamiento (atentado contra el Libre Albedrío) ante políticas poco ortodoxas y arcaicas, que han generado más estancamiento que desarrollo, incrementando de manera incontrolable la proliferación de enfermedades, cuadros de desnutrición en todos los niveles, decadencia del poder adquisitivo para accesar a los servicios básicos, coadyuvando un ambiente insalubre tanto psicológico como físico, impidiendo un desarrollo armónico del venezolano en todas sus áreas, repercutiendo este comportamiento directamente sobre el proceso productivo de la nación.
Bibliografía:
Quisbert E. (2009). ¿Qué es el Libre albedrío?
http://jorgemachicado.blogspot.com/2009/09/la.html
Funciones Esenciales de Salud Pública (FESP, 2010).
https://cursos.campusvirtualsp.org/repository/coursefilearea/file.php/61/bibli/ m4-procesos_participacion_ciudadana.pdf
González R. (2015). Participación social en salud. Un análisis político y normativo.
Vol. 31. Biblioteca digital, Universidad del Zulia.
Sen A. (2000). El Desarrollo como Libertad.
http://www.redalyc.org/html/539/53905501/