La estructura del mercado laboral peruano y sus relaciones contractuales reflejan una reducida protección social de los trabajadores. Así, por ejemplo, un 72% de ellos no tiene acceso a los beneficios sociales de los regímenes de seguro de salud ni de pensiones, entre otros.
Esta situación se explica, fundamentalmente, por la escasa capacidad del aseguramiento tradicional (basado en contribuciones sobre la planilla) para lograr una cobertura universal, así como por la existencia de condiciones de “asalariamiento informal” dentro del segmento dependiente.
Los bajos niveles de aseguramiento son aun más acentuados en el segmento de dependientes sin contrato y en el de independientes (véase el cuadro 1). Este hecho resulta preocupante, ya que diversos estudios han demostrado que la carencia de cobertura de seguros de salud tiene implicancias negativas sobre la percepción de enfermedad y sobre los patrones de utilización de los servicios de salud.
Precisamente, este contexto constituye la principal motivación para diseñar políticas orientadas a elevar la cobertura de aseguramiento en el Perú.
Evidentemente, las soluciones tradicionales para la problemática descrita están estrechamente relacionadas con el aseguramiento universal, el incremento de la cobertura de los sistemas públicos de seguridad social y una efectiva supervisión de normas por parte de la autoridad de trabajo.
No obstante, el presente estudio busca explorar la viabilidad de recursos adicionales mediante el aseguramiento voluntario, de manera que sea posible conocer si existe una demanda por seguros desatendida. Para ello, se evalúa la disposición y la capacidad de pago por seguros de salud de los individuos (u hogares) que conforman el segmento laboral independiente de ingresos medios y altos y que carecen de cobertura de aseguramiento.
Voluntad de pago por seguros potestativos de salud
Los eventos de enfermedades, principalmente catastróficas, tienden a generar efectos significativos e impredecibles en las condiciones económicas de los individuos o familias que carecen de una cobertura de seguros. La razón es que imponen severos costos asociados con los gastos en servicios médicos para el diagnóstico y tratamiento de dichas enfermedades (costos directos), así como los costos de oportunidad en caso de padecer una enfermedad.
Como consecuencia, los segmentos no asegurados se hallan expuestos a severos riesgos financieros, lo que genera volatilidad en los ingresos disponibles y reduce la capacidad de consumo familiar durante los períodos de enfermedad.
Lo anterior implica que los no asegurados pierden capacidad de suavizar su consumo intertemporal y, por tanto, alcanzan un nivel de bienestar inferior que aquellos que cuentan con una protección financiera para eventos de enfermedad.
En tal sentido, los seguros potestativos de salud adquieren un importante valor, en tanto constituyen un mecanismo de protección del consumo ante probables eventos de enfermedad, valor que se refleja en el incremento de bienestar producido por acceder a
una cobertura de seguro. Mientras mayor bienestar genere el seguro, mayor será el incentivo para que el individuo se asegure, existiendo un umbral de bienestar sobre el cual los individuos se asegurarán con certeza, dada sus restricciones presupuestarias.