¿Alguna vez te has sentido incomprendida/o?
¿No entiendes por qué tu hija/o adolescente se comporta así?
¿Tu vecino te saca de tus casillas y no sabes por qué?
¿Has llegado a un momento con tu pareja que has dejado de entenderla/o?
Todos hemos vivido la experiencia de sentirnos incomprendidos alguna vez y/o no comprender al otro. Es como si (hablando el mismo idioma) uno hablase en chino y otro en alemán, no hay manera de ponerse de acuerdo. Incluso dos hermanos de los mismos padres, que han compartido casa, educación, valores, etc. muchas veces no se comprenden entre si.
Si quieres conocer las pautas para entenderte a ti mismo y entender a los demás, entonces te va a interesar este artículo:
Decirte que mi mentora de Coaching, que se había estado formando en este entendimiento, quiso compartirlo con sus discípulos, entre los que me encontraba yo.
La diferencia con el coaching tradicional que había aprendido, es que en esta nueva forma de ayudar a las personas, no usamos un cúmulo de herramientas que primero tenemos que aprender para luego aplicar con los clientes, ya que en este entendimiento se trata de darse cuenta de lo que YA ES.
En esta ocasión me voy a enfocar únicamente en el entendimiento hacia uno mismo y hacia los demás, para lo cual voy a partir de tres premisas:
- El ser humano es un ser pensante
- El ser humano tiene una naturaleza emocional
- Cada ser humano vive en la realidad de su pensamiento, por tanto vivimos en realidades paralelas.
Si tomas consciencia de estas tres premisas que en breve ahondaremos, vas a comprender por qué sientes lo que sientes, por qué haces lo que haces y también comprenderás el comportamiento de los demás.
El ser humano es un ser pensante
Está claro que ya sabes que el ser humano piensa, sin embargo quizás desconozcas que tenemos más de setenta mil pensamientos al día. Estos pensamientos vienen de diversas fuentes: de nuestras propias experiencias, (de lo que vemos, oímos, tocamos, olemos, gustamos), de la información que nos llega de nuestro entorno: familiar, escolar, social, mundial, etc. y de los acontecimientos.
Cuando nacemos, exploramos el mundo con curiosidad, y a partir de lo anteriormente dicho, vamos formando nuestros conceptos, creencias, ideas, que se volverán el filtro a través del cual miraremos la vida.
Nuestros pensamientos pasan por ese filtro mental, por lo que, aunque dos personas miren la misma playa, cada una interpretará esa información que llega a sus ojos de manera distinta. Es como si la persona “X” ve la playa con unas lentes moradas y la persona “Y” con unas lentes amarillas.
Otra característica importante del pensamiento es que es de naturaleza transitoria: llegan a nuestra mente y pasan, a menos que no los dejemos pasar, re-pensemos acerca de ello y hagamos interpretaciones arbitrarias, recreemos situaciones haciendo uso (mal uso) de nuestra imaginación, convirtiéndolo en una novela sin fin. Y lo más grave: creyendo la historia que nosotros mismos nos hemos inventado.
El ser humano es de naturaleza emocional
Los seres humanos tenemos la capacidad de sentir una amplia gama de emociones. Es parte de nuestra naturaleza. Dentro de esa gama, hay emociones que nos agradan y otras que nos desagradan, empero éstas fluctúan de la misma forma que lo hace el clima: algunas personas preferimos el calor, otras prefieren el frío, y a pesar de nuestras preferencias, hemos de experimentar todas las temperaturas propias del lugar donde vivimos.
Las emociones nacen de nuestros pensamientos, sin embargo, no siempre somos conscientes de todo lo que pensamos, por lo que muchas veces no sabemos por qué nos sentimos tristes, alegres, etc.
Las emociones también son transitorias. Esta es una buena noticia, ya que la mayoría de las personas cuando atraviesan un mal momento creen que esa emoción desagradable se quedará por mucho tiempo o será permanente por eso tienen miedo de sentir ciertas emociones.
Solemos pensar que nuestras emociones vienen de lo que acontece fuera de nosotros:
*Pienso en el ascenso que me dieron y me siento muy alegre. Mas la alegría que sientes, no viene del ascenso en sí, sino de lo que te dices a ti mismo: “soy una persona valiosa”, “mejorará mi estatus”, “podré ofrecer una mejor vida a mis hijos”, etc. Y ese diálogo interno positivo te produce la alegría.
*Me despidieron del trabajo y me siento angustiado, triste, enfadado. Igualmente, la angustia, la tristeza, el enfado, no viene de la situación en sí, si no de tu diálogo interno: “soy un/a fracasado”, “no sirvo para nada”, “no podré pagas la hipoteca”. Los pensamientos que tienes te producen las emociones.
Muchas teorías proponen cambiar nuestros pensamientos negativos en positivos para poder sentirnos mejor, sin embargo, aunque la intención es buena, como hemos visto, es imposible controlar nuestro pensamiento en todo momento.
Cada ser humano vive en la realidad e su pensamiento, por tanto vivimos en realidades paralelas
Si “X” ve la playa de color morado y “Y” la ve de color amarillo, “X” no entiende por qué “Y” busca en su paleta de colores el color amarillo para pintar su paisaje, si según él/ella está claro que la playa es morada. Por su parte “Y” busca mil maneras de explicarle a “X” que debe pintar su cuadro de playa de color amarillo, está convencido de que tiene razón de corregir a su amiga/o/ hija/o/marido/etc. y lo hace por su bien…
Si entendemos que cada persona mira la vida a través de su filtro o color particular, comprenderemos que la otra persona está actuando de acuerdo a lo que siente y piensa. Sólo si “X” se pone las gafas amarillas de “Y”, entenderá por qué “Y” hace lo que hace y viceversa.
Entonces ¿Qué hacemos para entendernos?
Quiero invitarte a (tips):
- Darte cuenta de los pensamientos ilimitados que llegan a tu mente (ruido mental). No definas cada pensamiento, sólo sé consciente de que existen.
- Experimenta tus emociones en paz. No trates de huir de ellas y observa cómo pasan (si no te regodeas en ellas).
- Observa a las personas de tu alrededor. Pregúntate: ¿Qué pensamiento tendrá esta persona que le hace sentir y actuar de esta manera? También obsérvate a ti mismo y descubre cómo actúas a partir de lo que piensas/sientes.