Por lo menos dos puntos de vista es lo que se necesita para aclarar dudas, para crear confusión, para llegar a un acuerdo, para fracasar o para tener éxito.
Adquirir conocimientos y no aplicarlos, es como escuchar y no prestar atención. A veces leemos una información, una noticia o un aporte tecnológico y no lo entendemos pero con el tiempo cuando se materializan y podemos experimentar sus facilidades, comprendemos por fin aquello que leímos.
Muy similar es la vida y muy similar es el mundo laboral.
Muchos estudiamos las técnicas de manejo de conflictos y aun así se nos escapan de las manos, quizás porque sólo consideramos nuestro punto de vista, les voy a relatar dos episodios uno laboral y uno familiar, para ilustrar como los puntos de vista afectan o solucionan un problema.
En una pequeña empresa de transporte, se detectó que uno de los chóferes que conducía una de las unidades de la empresa, realizaba viajes sin reportarlo, esto implicaba que la unidad sufría desgaste mecánico superiores al que la empresa imaginaba, producía más dinero y la organización no lo percibía. Esta empresa por supuesto bastante pequeña era manejada por un Gerente General, un Gerente de Logística y su dueño, en perfecto español por tres amigos.
El dueño depositaba toda la confianza en los gerentes, sin embargo el gerente general le pidió en cierto momento que fuese partícipe de las eventualidades y de las decisiones de la empresa, eso sucedió paralelamente al desenfreno del chofer. El gerente general muy radical, cuando se enteró de la estafa en la que estaba incurriendo el chofer, acordó con el gerente de logística cambiar roles e inició un seguimiento día a día del chofer. Recaudaron datos y se los presentaron al dueño, quien decidió reunirse con sus amigos y el chofer para conversar de la situación.
Efectivamente!!! conversaron de la situación, se le planteó un escenario al chofer en el que se dejó sin palabras, el dueño de la empresa dejó abierta una nueva oportunidad para que el chofer se reivindicara, sensibilizado en el hecho que el señor tenía una familia que mantener. En total desacuerdo los gerentes aceptaron la propuesta: en definitivas cuentas el dueño es el dueño.
Pasaron los meses y el dueño de la empresa casi pierde a sus dos amigos por la oportunidad que le dio al chofer, el individuo no mejoró ni cambio de actitud, era una persona deshonesta de naturaleza, cobraba por reparaciones no realizadas, por repuestos no comprados, por mano de obra de mantenimientos nunca ejecutados, este chofer puso en riesgo la unidad por desperfectos ocasionados intencionalmente y puso a prueba la amistad de estas tres personas.
Ustedes se preguntaran, ¿Cuáles son los dos puntos de vista? Es muy simple, el dueño en conocimiento que su gerente general era totalmente radical estaba predispuesto ante sus opiniones, el gerente general bajo su opinión radical, no permitía negociación alguna de sus decisiones. Cuando lograron sentarse a escucharse con mucha tensión e incuso rencor, acordaron en romper relaciones laborales por diferencias irreconciliables, tal cual un divorcio. Con el tiempo… recuperaron la amistad y actualmente están tratando de sanar la relación laboral.
La moraleja: hay que saber escuchar, esto es aplicable para ambos personajes (el dueño y el gerente general). Si el dueño no hubiese adoptado la posición de: ésta es mi decisión y se hace así, es probable que sus gerentes hubiesen hecho el intento de hacerlo entender que la salida más inteligente era despedir al chofer y, si los gerentes no hubiesen estado saturados del día a día y de las mentiras incontables del chofer, quizás hubiesen visto una salida más productiva, más elegante y más efectiva.
La clave de este ejemplo es: hay que escuchar el otro punto de vista.
La anécdota familiar es sencilla, una pareja compró una propiedad familiar que con el tiempo generó mucha tensión familiar interna (con sus hijos) y externa (con hermanos, sobrinos y cuñados). Esta propiedad pertenecía a un familiar que lamentablemente falleció. La propiedad era una herencia familiar, que al cambiar de manos trajo muchas rencillas y desacuerdos, al venderla dejó de ser una herencia familiar y pasó a ser la propiedad privada de alguien.
El entorno familiar nunca entendió ese cambio, generando juicios que logró un desapego del núcleo familiar que adquirió la propiedad. Con el tiempo, los hijos de este núcleo familiar pensaban que la solución a todo ese desacuerdo era vender esa propiedad y así sus padres lo hicieron, la vendieron!!!!
Resulta que los hijos de su fallecido familiar (el antiguo dueño), vieron ofensivo la venta de la propiedad y nacieron nuevos y renovados rencores, de ellos hacia la familia que acababa de vender la propiedad.
La historia es muy larga, pero la moraleja está muy sencilla no son culpables de la venta de una herencia familiar la pareja y sus hijos, ellos vendieron su propiedad, ese es un punto de vista!! el otro punto de vista es que nadie hasta hoy se ha dado cuenta, que quien vendió un legado familiar fue quién se ´fue a un plano más espiritual, es decir, el dueño anterior.
Si tan sólo pudiéramos ver el otro punto de vista, pudiéramos abrir nuestras mentes y nuestros sentimientos a algo tan sencillo y terrenal.
Dos puntos de vista, el primero la pareja y sus hijos sintieron gran alivio al vender lo que consideraban el problema, el segundo punto de vista para los hijos del antiguo dueño nació un problema porque vendieron el legado de su padre.
Sentir pasión por lo que hacemos es el combustible del éxito, pero cuando sentimos pasión por los conflictos es el camino al fracaso, hay que detenerse escuchar y tratar de explorar el otro punto de vista.
Este artículo está dedicado a la amistad y a la familia que sobreviven a cualquier adversidad…
Éxitos mis amigos espero que les guste.