El pensamiento humano tiene una gama de posibilidades infinitas, a veces estas vertientes no tienen una guía adecuada para efectuar los resultados que queremos obtener. “Seis sombreros para pensar” del Doctor De Bono nos brinda una gran herramienta que nos ayuda a establecer posiciones en la mente y guiarla hacia lo que.
Bajo la premisa de que cada posición representada con un sombrero de diferente color instala anclas en la mente que ayudan a enfocarnos en lo queremos obtener dentro del contexto indicado. A través de ellos se establecen las acciones a tomar en una diversidad de situaciones a las que nos enfrentamos en la vida cotidiana y en cualquier nivel, ya sea familiar, laboral, cultural u otros.
Al establecer el sombrero que queremos utilizar en cada situación es que podemos generar las reacciones químicas en el cerebro para poder solucionar cada contexto de acuerdo a las necesidades determinadas.
Cuando se conoce este código se adopta un mapa y marca la ruta a seguir, el ponerse cada uno de los seis sombreros brinda la formalidad para repetir cierto tipo de pensamiento, tanto individual como colectivo. Precisan las reglas de este juego. En qué consiste cada uno lo explico a continuación:
Sombrero blanco: presenta hechos puros, de manera objetiva. Tiene que ver delimitadamente con la presentación de datos duros, números o información específica.
Sombrero rojo: expone las emociones y los sentimientos; da rienda suelta a la intuición. Con su uso se logra una postura totalmente subjetiva y dejar fluir la exaltación del individuo.
Sombrero negro: funge como el abogado del diablo, cuenta con un juicio negativo y siempre da razones por las cuales no pueden salir bien las cosas.
Sombrero amarillo: despliega la luz solar, muestra el brillo y el optimismo constante. Dispone al pensamiento positivo, construye y da espacio a nuevas oportunidades.
Sombrero verde: produce la fertilidad para las ideas nuevas, da rienda suelta a la creatividad. Siembra semillas de ideas para generar movimiento y provocar cambios.
Sombrero azul: modera y controla a todos los sombreros, dirige el pensamiento y modera cada posición a tomar. Da los turnos para llegar al punto que se quiere.
El utilizar un sistema así y llevarlo a la práctica formará una disciplina para conseguir resultados más eficientes. No quiere decir que siempre se tenga que usar un mismo sombrero, sino utilizarlos de la forma adecuada y alternarlos para conseguir lo que se ambiciona.