Primer error: No tomarse el tiempo de conectarse con la audiencia
En general las presentaciones sobre datos, instituciones y organizaciones nos aburren inmediatamente porque son totalmente impersonales y no existe conexión alguna con el presentador. En cambio, cuando se vuelve personal, cuando existe una conexión nos sentimos enganchados desde el inicio y deseamos saber más sobre el tema, esperando ver donde terminará el viaje que comienza en la introducción.
Los mejores presentadores son los que hacen un magnífico trabajo desde el inicio con 3 cosas:
- Nos introducen rápidamente a su tema, sin rodeos.
- Nos dan su punto de vista personal sobre el tema.
- Nos brindan razones convincentes del porqué debería importarnos su tema.
Las conexiones personales se pueden lograr con ejemplos, narrativas e historias con las cuales la audiencia pueda relacionarse. Aunque se trate de una presentación financiera o de negocios siempre hay un ángulo humano que se refiere al consumidor. A la gente siempre le resulta inspirador escuchar los hechos importantes antes de llegar a la solución del problema o al producto. Y claro está, siempre considerando que al contar una historia “si es breve y buena, doblemente buena”.
Segundo error: No trabajar para que el diseño y el contenido sean relevantes
La mejor sensación que se puede generar en una audiencia es la de que está aprendiendo algo nuevo o ampliando una perspectiva, por eso otro punto importante es buscar un ángulo fresco, algo que nunca se haya dicho o tocado sobre el tema: “Siempre hay una nueva manera de contar una vieja historia”.
Hay que recordar que las personas de la audiencia son ‘inteligentes’ por tal razón parte de hacerlo relevante para ellos es saber que tanto hay que ahondar en las ideas y permitir que ellos saquen sus propias conclusiones. Un principio de la actuación, que puede ser usado al presentar es: ir un paso adelante de la audiencia; nunca dos pasos adelante porque los pierdes y, nunca uno atrás porque resultas predecible y aburrido.
Otra parte fundamental es definir cómo se irá revelando el contenido es decir: qué es lo que se va a exponer de manera verbal y que mensajes serán presentados por otros recursos multimedia. Hay que cuidar no ser repetitivo, ya que a la gente sólo le parece interesante una idea la primera vez que la ve.
Tercer error: No poner atención al lenguaje corporal
Los mejores presentadores saben que su lenguaje corporal es parte de su mensaje y determina su impacto, por eso cuidan los siguientes puntos:
- Postura: Debe ser erguida pero natural, que denote dignidad sin arrogancia, más bien con autenticidad. Un buen tip es balancear el peso del cuerpo en ambos pies, y estos abrirlos a la altura de los hombros.
- Tono de voz: Lo más recomendado es mantenerlo a un volumen conversacional y con un ritmo pausado; un buen tip al ensayar es hacerlo a un cuarto de la velocidad normal, porque si el presentador habla demasiado rápido puede afectar su dicción y perder a la audiencia.
- Movimiento Corporal: El movimiento del cuerpo nunca debe de distraer la atención de la audiencia, y debe transmitir control. Algunos presentadores dominan el escenario y caminan al hablar; sin embargo, si ese no es tu estilo, lo ideal es mantenerse en un solo lugar con el cuerpo quieto de la cintura para abajo y concentrar el movimiento en las manos y el torso reforzando la presencia escénica.
- Contacto Visual: El contacto visual es fundamental, una sugerencia es buscar unas cuantas caras “amigables” en el público y establecer contacto con ellas de manera frecuente durante la presentación.
Nunca olvides que para lograr el éxito al hablar en público es importante el ensayar hasta lograr el dominio de la presentación, porque la preparación siempre se nota y además ayudar a reducir los nervios. También es importante aprender a pedir retro-alimentación a otra persona antes de presentar, si sabes estar abierto a la crítica, el contar con una segunda opinión siempre enriquecerá tu resultado final.
Fuente: How to Give a Killer Presentation-Harvard Business Review by Chris Anderson.