Denominamos Liderazgo a la capacidad de influir en los demás, transformar comportamientos y como consecuencia propiciar la acción; Esa capacidad de influir en los demás es una característica muy especial que identifica a los líderes; es un toque personal que se fundamenta en la esencia de la persona y que sin duda se convierte en el insumo principal para trabajar con los demás, a quienes tradicionalmente les denominamos seguidores.
Indudablemente la característica del líder o la esencia del líder es un diferenciador que atrae la atención de los demás y que a través de ella se generan emociones y sentimientos profundos que transmiten a los demás energía, entendimiento y pasión, que a su vez garantizan la acción individual y/o grupal y permiten el alcance de los objetivos personales y/u organizacionales.
En términos generales todos tenemos posibilidades de convertirnos en líderes o en seguidores de alguien más o de algunos más, o de nadie; si nuestra decisión es convertirnos en seguidores o simplemente no seguir a nadie, podemos renunciar a la posibilidad de alcanzar nuestras metas u objetivos; pero si nuestra decisión va más allá y deseamos convertirnos en líderes, debemos profundizar más en nuestra esencia y en el toque personal que deseamos desarrollar y transmitir a los demás para que sin necesidad de algún método o artificio decidan seguirnos y apoyar nuestros proyectos o ideas.
Desarrollar el toque personal que pueda convertirse en el atractivo para los demás, se fundamenta en “ Ser Diferente ”; y eso solamente se logra a través de la creatividad que el líder aplica en aquellas cosas que hace, en la forma de expresar sus ideas; pero por sobre todo en la forma de resolver los problemas que afronta, entendiendo por problema todo aquello que implica tomar decisiones.
El Liderazgo se fundamenta en el futuro, por lo que una de las principales competencias del Líder debe ser la facilidad para tomar decisiones que reduzcan la incertidumbre y que en contraposición a ella garanticen certeza de lo que pueda suceder.
Al escribir sobre este tema; lo primero que viene a mi mente es una de las frases más célebres de Albert Einstein “La imaginación es más importante que el conocimiento”; parece fácil, pero aplicar esta frase en la vida real es más complicado de lo que “nos imaginamos”; por supuesto, es mucho más fácil recurrir a nuestra memoria y fundamentar nuestras acciones y decisiones en los conocimientos y experiencias que hemos acumulado a través del tiempo y que muchas veces hemos validado a través de los conocimientos y experiencias de los demás y mejor aún, si es a través de los conocimientos y experiencias de aquellos que por antigüedad o jerarquía van adelante de nosotros (papás, maestros, etc.)
Nuestros paradigmas condicionan nuestra forma de pensar y con ello nuestra forma de actuar. Justificar nuestros paradigmas consume la mayoría de nuestra energía y nuestros recursos; romper esos paradigmas no es nada fácil, pero al final es una decisión, no romperlos es muy cómodo y evita desgastes innecesarios, por lo que la mayoría de nosotros, con mucha frecuencia preferimos el segundo escenario “acomodarnos”.
El Líder rompe paradigmas, a través del impacto que sus pensamientos creativos ocasionan en los demás, cuando los transmite y en consecuencia genera emociones diferentes que propician la acción y garantizan el cumplimiento de objetivos.
El liderazgo confronta las necesidades y deseos de la mayoría de personas; se convierte en una filosofía de vida, muy contraria a la realidad; mientras la mayoría de las personas buscamos la estabilidad, el líder promueve la inestabilidad, busca quebrantar la tranquilidad y hacer cosas diferentes que “muevan el piso”, que revolucionen nuestra forma de pensar y que nos permita cambiar, modificar, transformar o simplemente CREAR nuevas formas de hacer las cosas y de lograr los objetivos personales y/u organizacionales.
Es importante destacar que utilizar la creatividad para alcanzar los objetivos no es exclusivo del líder; es a través del líder que debe fomentarse el desarrollo y la aplicación de la creatividad como un medio generalizado para alcanzar el éxito; la función del líder es transmitir a los demás conocimientos sobre la necesidad del porqué y para qué utilizar la creatividad y sobre todo incentivar su aplicación, comprendiendo claramente las nuevas necesidades de las personas y de las organizaciones contemporáneas, pero más allá de eso, apreciar las nuevas oportunidades para utilizar el talento y el potencial de las personas, y con ello CREAR un mejor presente y un espectacular futuro.
A nivel organizacional los fundamentos del liderazgo aplican de la misma manera; pero para hacerlo efectivo es necesario cambiar el esquema estructural de departamentos burocráticos, por empresas eficientes que se fundamenten en la agresividad de la aplicación de la innovación y la creatividad para satisfacer las necesidades y deseos de los clientes.
Los departamentos diseñados estructuralmente bajo esquemas feudales, deben cambiar para convertirse en áreas de servicio (empresarialidad), que se fundamentan en criterios de generación de valor para la empresa en general, con énfasis en los clientes y en el futuro de los mismos, el cual sin duda el reto de los grandes líderes de nuestros días.
Los fundamentos del Liderazgo Organizacional; hacen referencia a la gestión del cambio y están centrados en la evolución de las necesidades y de los deseos de los clientes, convirtiéndose en insumos para el desarrollo de nuevos productos y servicios que puedan satisfacer nuevas oportunidades de negocio, desarrollando nuevas prácticas que a su vez se convierten en teorías que brindarán nuevos elementos para el desarrollo de las sociedades actuales.
El reto del líder es garantizar que las diferencias estructurales tradicionales, cambien por el desarrollo de diferentes talentos y competencias complementarias que garanticen que la organización sea diferente en la forma y fondo de administrarse.
Ser eficiente no es cuestión de estructura, ni de funciones claramente establecidas, ni de procesos técnicamente diseñados. Ser eficiente es cuestión de un enfoque de liderazgo generalizado sin nombre de puesto que limite la acción.
El liderazgo tradicional está desapareciendo; durante muchos años las organizaciones se preocuparon más por diseñar y desarrollar estructuras rígidas, burocráticas y llenas de puestos funcionales fundamentados en la especialización y en sistemas feudales de administración, en donde la eficiencia era castigada por el exceso de controles. Estas organizaciones rendían tributo a los organigramas y a las normas o políticas que garantizaban la solidez de la estructura y con ella la tranquilidad que la jerarquía otorgaba a los ocupantes de los puestos, sin entrar a analizar la funcionalidad de los mismos.
El mundo evolucionó y dentro de esa evolución las exigencias de los clientes también lo han hecho y lo siguen haciendo, las necesidades y/o deseos de los clientes se transforman muy rápidamente y buscan adelantarse a lo que tarde o temprano se convertirá en una moda y que viene acompañada de sus propios indicadores de desempeño, los cuales hoy son diseñados por los clientes y no por los Gerentes tradicionales.
Una de las principales exigencias del mundo contemporáneo es la agilidad o rapidez para la toma de decisiones, y eso solamente se logra si nuestras cadenas de valor son claras y simples, si las mismas responden a las estructuras mentales de los clientes y no a las estructuras organizacionales (organigramas) regidos por la tradición y la costumbre; pero por sobre todo esto, solamente se logrará si el estilo de liderazgo organizacional que predomine se fundamente en esquemas mentales contemporáneos y no en los esquemas mentales tradicionales que la historia nos ha inculcado.
Dentro de este nuevo esquema organizacional, la jerarquía es substituida por la creatividad y las funciones son substituidas por la disponibilidad para actuar. Los clientes tiene cada vez mas inclinación por aquellas empresas (personas) que les resuelven y no por aquellas empresas (personas) cuya mentalidad burocrática se enreda entre formularios, procedimientos, controles y normas que solamente obstaculizan el proceso de toma de decisiones y la oportunidad de entender como el mundo sigue evolucionando.
Algunas veces desde adentro de la organización es imposible ver lo que sucede afuera, por ello es importante romper los esquemas tradicionales y salir a la calle a observar esa evolución, cuyo fundamento generacional trae consigo necesidades, deseo, expectativas e intereses muy contrarios a los que estamos acostumbrados.
Hoy más que nunca, el Liderazgo y la Gestión del Desarrollo del Talento Humano vienen acompañados de oportunidades para aquellos que quieran ver más allá del organigrama, más allá de la estructura, más allá de la jerarquía y por sobre todo más allá del nombre del puesto.
Es muy difícil pensar en “ Ser competitivo ” si la afirmación no incluye al liderazgo como parte del proyecto de desarrollo empresarial.
Las grandes estructuras organizacionales han cambiado por estructuras planas y ágiles que facilitan el proceso de toma de decisiones y con ello ofrecer los productos y/o servicios a los clientes bajo los estándares y las condiciones que los mismos clientes definen.
El Liderazgo, no se refiere solamente a la forma de dirigir a las personas con mentalidad operativa (seguidores tradicionales); se refiere a la forma de dirigir el Talento Humano, se refiere y aplica a influir y transformar todos los procesos mentales que incluyen el diseño y desarrollo de soluciones prácticas a las necesidades y deseos de los clientes, que se fundamenten en calidad de información, la cual puede y debe ser observada y utilizada en forma sencilla y permanentemente, que facilite el proceso de entendimiento y generación de satisfacción de los clientes, a través de factores claves como los son:
A) Información Oportuna
B) Agilidad en los Procesos
C) Entendimiento de necesidades y/o deseos
D) Desarrollo de nuevas aplicaciones
E) Ejecución
F) Retroalimentación
G) Desarrollo de nuevas soluciones (inteligencia de negocios)
H) Investigación y análisis
La competitividad de nuestras organizaciones y más aún de nuestros ejecutivos (desarrollo del Capital humano), se fundamenta hoy en día en nuevas competencias (empresariales o personales), en las que el manejo de la información es clave para el entendimiento de las necesidades del futuro empresarial y sobretodo de las ventajas competitivas que podemos ofrecer a un mundo cambiante y cada vez más exigente.
Importante en este sentido considerar también que “ No existe tecnología milagrosa que pueda salvar a una Gerencia obsoleta ”; por lo que tanto el desarrollo de sistemas de información, como el desarrollo del capital intelectual van de la mano y no se pueden separar, por lo que la importancia del tema es aún mayor en los niveles profesionales que exigen nuevas formas de liderar y cuyo fundamento sin duda es el enfoque estratégico que le debemos dar a lo que hacemos en nuestros diferentes puestos de responsabilidad funcional, que sin duda alguna hoy más que nunca deben ser transformados y convertirse en puestos de responsabilidad estratégica.
En conclusión; El liderazgo contemporáneo no puede ejercerse dentro de empresas con estructuras organizacionales tradicionales; rompamos los paradigmas estructurales y dejemos que el liderazgo contemporáneo “LIDERE”; no lo limitemos con políticas y normas obsoletas, no lo enmarquemos en los paradigmas tradicionales de la administración basada en organigramas.