Indudablemente que la reciente promulgación de la Ley de Costos y Precios Justos ha causado un gran revuelo en el país. Sin embargo, y abstrayéndonos de los planteamientos y consecuencias económicas y políticas que conlleva su aplicación y considerando solamente lo referente a la obligación de determinar una estructura de costos por parte de todas las empresas, y aunque los planteamientos expresados a continuación son aplicables a toda la industria manufacturera, me voy a referir en este artículo, en particular, a las empresas prestadoras de servicios de salud.
En la mencionada ley se indica en el artículo 17 que:
“Para la determinación del precio justo de bienes y servicios el órgano o ente competente podrá fundamentarse en: 1. Información suministrada por los administrados. . . . (y que) dicha información debe estar conforme a sus estructuras de costos directos, indirectos, gastos generales, de administración, de distribución y venta, cuando procedan, así como la utilidad esperada. . . . 2. Elementos que, por su vinculación con el caso sometido a consideración para determinación del precio justo de determinado bien o servicio, hagan mérito para presumirse válidos para la determinación de los aspectos que conforman el precio, o el costo que lo compone”.
Adicionalmente la ley nos indica que: “Los costos y gastos informados al Sistema Automatizado de Administración de Precios no podrán exceder a los registrados contablemente” (art. 19)
Pues bien, visto desde el punto estrictamente técnico, deberíamos aprovechar esta oportunidad para pensar en un sistema de mejora continua y desarrollo de nuestra economía empresarial, al implementar un sistema de costos eficaz, ya que el mismo serviría no solamente como base para fijar precios, sino también para lograr una mejor gestión de nuestras empresas e incorporarlas a las modernas tendencias gerenciales y empresariales que están en boga a nivel mundial; tal hecho nos permitiría desarrollar empresas altamente competitivas y productivas, y a través de este mecanismo, lograr disminuciones de costos y a su vez, fijar los mejores precios y tarifas del mercado, y todo ello tendría a favorecer a los pacientes. Este proceso de mejora continua será una realidad a partir de la determinación del grado de improductividad existente en nuestras empresas (productos y servicios fuera del estándar de calidad, pérdidas excesivas de materiales y tiempo en la producción del producto o servicio, exceso de personal por mantener organizaciones mal diseñadas o por la carencia de sistemas de información adecuados a la prestación del servicio y como consecuencia de ello, también el exceso de personal que se requiere para procesar la información, pérdida de horas hombre como consecuencia de la mala organización, la contratación de personal carente de las competencias requeridas para desempeñar el cargo correspondiente, entre otras situaciones que generan improductividad). Donde todos estos elementos dan lugar a productos y servicios de baja calidad y los encarecen.
Pues bien, si obviamos los aspectos políticos de la ley y nos concentramos a ver la oportunidad que se nos presenta: la de desarrollar sistemas eficaces de costos dentro de nuestras empresas con el objetivo de mejorar todos nuestros procesos y la calidad de nuestros productos y servicios, no solamente podremos conseguir un menor costo, sino también una mayor rentabilidad.
Nos llama la atención que cuando en el sector salud se plantea la necesidad de presentar la estructura de costos de los centros de atención, nos informen que la misma está conformada, de una manera imprecisa, por[1]:
– Consumibles: 30%
– Personal: 30% 40%
– Otros: 20% – 30%
– Utilidad: 10% – 5%
La ley nos indica que la estructura de costos debe estar conformada por: costos directos, indirectos, gastos generales, de administración, de distribución y venta y elementos que hagan mérito para presumirse válidos para la determinación de los aspectos que conforman el precio, o el costo que lo compone.
Como podemos apreciar una cosa es la información que solicita la ley y otra es la información presentada por el sector salud. Yo me pregunto, ¿cómo podemos determinar el costo, o fijar el precio o tarifa de una hora de quirófano o de un día de hospitalización con la información antes presentada?
Sistemas de Costos
Debemos considerar que los sistemas tradicionales de costos fueron desarrollados entre 1870 y 1930, en pleno desarrollo de la segunda revolución industrial, y todos ellos estuvieron orientados para dar respuesta a la situación industrial y empresarial existente en esa época: la producción de bienes tangibles; ya que el desarrollo de los servicios era bastante precario. Lo importante era producir bienes y no los servicios. Adicionalmente, son sistemas orientados a medir exclusivamente los costos de producir un bien y no están en capacidad de medir la incidencia de los gastos de administración, mercadeo y financieros sobre la estructura de costos de los productos, por tal motivo son denominados, al día de hoy, “sistemas de costos parciales”. Después de casi una centuria las tendencias de producción de bienes y servicios a nivel mundial y nacional ha cambiado: a nivel macroeconómico apareció una epidemia, la cual en nuestro caso país, se ha convertido en una endemia: la inflación. A nivel microeconómico, los servicios surgieron como la actividad que capta la mayor cantidad de mano de obra y la mayor demanda de la sociedad. Adicionalmente, tanto en la producción de bienes tangibles como en la prestación de servicios, son los costos indirectos, aquellos que no se aplican directamente en la producción del bien o servicio y representados por materiales, mano de obra y la tercerización de otras actividades, los que están acaparando el mayor componente del costo dentro de la estructura del precio de los bienes y servicios.
Ante tal situación, los sistemas de costos tradicionales (sistemas de costos parciales) han venido perdiendo vigencia como sistemas adecuados para medir los costos de los productos y servicios dentro de una margen de confiabilidad aceptable.
No es hasta finales de la década de los ochenta, del siglo pasado, y más específicamente, a principios de los noventa, cuando surgen metodologías apropiadas al reto planteado. Robert S. Kaplan[2], y Robin Cooper[3], desarrollaron la metodología de Costos Basados en Actividades (“sistemas de costos globales”) y los mismos opinan de la siguiente manera: “Utilizamos dos conceptos muy importantes – primero, la medición precisa de los costes de las actividades, y segundo, la reducción de los costes por medio de mejoras continuas y de la reingeniería – que permiten que la función contable pase de ser un informador pasivo del pasado, a ser algo que influye de manera proactiva en futuro” [4]
Es a través de una metodología de “sistemas de costos globales”, que podemos medir con mayor eficacia todos los costos directos e indirectos que forman parte de la estructura de costos de un bien o servicio, tal como es requerido por la ley de Costos y Precios Justos.
Por consiguiente, cuando nos referimos a la estructura de costos, en términos de la nueva ley, debemos identificar:
– Cuál es el objeto de costo: producto o servicio específico que satisface la necesidad del cliente: hora quirófano, día hospitalización, costo equipo, entre otros.
En este punto debemos destacar que actualmente los centros de salud privados incluyen en su facturación, una serie de conceptos que constituyen elementos que conforman el costos del servicio prestado, más no son de por sí, objetos de facturación, específicamente me refiero a todos esos servicios, que si bien son necesarios para la prestación del servicio y generan unos costos, los mismos forman parte de los servicios principales prestado a los pacientes, y no deben ser facturados separadamente sino que deben formar parte de la tarifa que se cobra por esos servicios principales, los cuales si son facturables, me refiero a los servicios de admisión a la clínica, admisión al quirófano, servicio de lencería (cuando no sea la desechable) servicio de televisión y otros por el estilo.
1. Cuáles son los materiales que directamente se consumen para elaborar el producto o prestar el servicio y que son objeto de facturación, por ejemplo: medicamentos, material médico quirúrgico (Materiales Directos)
2. Cuáles son los procesos o actividades que se requieren realizar indirectamente para llevar a cabo el servicio, y por consiguiente, son generadores de costo:
– Actividades de apoyo: lencería, camareras, farmacia, logística (Gastos generales de materiales y mano de obra indirecta)
– Actividades administrativas: Gerencia, Administración, Recursos Humanos, Mantenimientos, y otros (materiales y mano de obra indirecta)
– Otros Costos: intereses, pérdidas por incobrables y otros.
– Costos Genéricos, los cuales lo constituyen todos los servicios o suministros externos que son necesarios para la prestación de los servicios de la institución y cuyo consumo es por la totalidad o la mayoría de las unidades que conforman la organización: electricidad, teléfonos, vigilancia (servicio externo) y otros. (Materiales y Mano de Obra Indirecta).
3. Cuáles son los servicios principales o actividades finales: cirugía, hospitalización, exámenes de diagnóstico, uso de equipos médicos, entre otras. Las cuales constituyen los bienes y servicios objeto de facturación (materiales y mano de obra directa)
Debemos considerar que no solamente el objetivo del sistema de Costeo Basado en Actividades (ABC), como lo dijimos anteriormente, está orientado a la medición de los costos de los servicios prestados, sino que en el marco de una estructura de información estadística, nos suministrará información que nos permitirá determinar el nivel de productividad o improductividad de las diferentes las áreas o actividades de la organización, y adicionalmente, podremos tener la información sobre la trazabilidad del costo, a través del cual podremos conocer cuáles son y en qué cuantía los componentes básicos del costo de cada servicio principal u objeto de costo facturable: Materiales, mano de obra directa, mano de obra indirecta, gastos generales discriminados, gastos de las diferentes unidades de administración, de la unidad recursos humanos y otras unidades de la organización y gastos financieros entre otros.
A través de la trazabilidad podemos convertir el sistema de costos históricos en un modelo de simulación, en donde podremos realizar análisis de costos futuros a partir de variaciones estimadas en sus componentes básicos, por ejemplo, cuáles serán los costos esperados de los diferentes servicios si la inflación del año próximo es de un 30% ó 35%; o si aumentamos el sueldo del personal en un 10%. En otras palabras aprovechar la oportunidad para obtener algo más que el costo de los productos o servicios, ir más allá, un sistema de costos es tener una herramienta de gestión empresarial que nos permita lograr una mejora continua en nuestras organizaciones, mejorar nuestros procesos de negociación de tarifas y una mejor toma de decisiones
Requerimientos para desarrollar un sistema de costos hospitalarios basados en la metodología de ABCosting:
– Un sistema de contabilidad adecuado que nos permita obtener la información necesaria para procesar los costos de los servicios y productos, en donde se desarrolle, entre otros, un plan de cuentas contables y procedimientos de contabilidad apropiados para una gestión de Costos. Debemos recordar que la ley de Costos y Precios Justos nos indica que “Los costos y gastos … no podrán exceder a los registrados contablemente”.
– Un sistema de nómina que nos permita agrupar los gastos de personal por centros de costos.
– Una plataforma Tecnológica apropiada: Redes, equipos, servidores, base de datos, entre otros.
– Diseño de un sistema de información estadístico que nos permita obtener información de las actividades médico asistenciales(patologías y tiempos de ejecución, entre otros)
– Incorporación de un sistema de costos ABC
– Un equipo multidisciplinario proactivo para la implantación, puesta en marcha y seguimiento del proyecto.
Para finalizar, hasta hace poco esta metodología era de difícil aplicación en nuestro país, por carecerse del conocimiento y un soporte técnico necesario representado en un software o sistema informático especializado y personal capacitado, sin embargo, en el marco de la globalización, ya esta tecnología está al alcance en el mercado venezolano.
Al día de hoy es posible tener un sistema de costos hospitalarios instalado y mostrando sus resultados en el marco de la ley de Costos y Precios Justos en un término de tiempo de unos seis u ocho meses, en lo concerniente a una primera etapa básica.