Según Goleman el término emoción se refiere a “un sentimiento y a los pensamientos, los estados biológicos, los estados psicológicos y el tipo de tendencias a la acción que lo caracterizan”, por otro lado, podemos definir de una forma más simple a la emoción como el resultado de una interpretación y que da un significado personal a lo que sucede. De esta forma, un mismo suceso, por ejemplo, saltar en paracaídas, puede generar una experiencia placentera o desagradable en diferentes personas generando emociones como alegría o miedo. A esta situación se le conoce como Evaluación Cognitiva, ya que marca la diferencia para que una misma experiencia sea vivida de forma diferente por cada una de ellas; aunado a esto, existen diferentes elementos que pueden predisponer a una persona para realizar una interpretación de los hechos y por consiguiente el tomar una decisión en esos momentos pudiera no ser adecuada.
Esto ocurre con mucha frecuencia en las organizaciones, pues cuando se trata de implementar un cambio aún y cuando sea para mejorar la situación general de la empresa, puede generar en los empleados diferentes emociones y esto sería un factor importante para la aceptación o rechazo del mismo.
Se debe tomar en consideración que en todos los procesos mentales se involucran pensamientos, creencias y sentimientos, por ello es importante trabajar en el autocontrol para liberar las emociones en el momento apropiado y establecer pautas para la conciliación y negociación en diversas situaciones. Entonces se habla de que en la toma de decisiones entran en juego diversos elementos, entre ellos la confianza y las emociones.
Loria habla de que las emociones tienen una similitud a la tercera Ley de Newton, pues la respuesta que se da es consecuencia de una acción, aunque muchas veces la respuesta que se espera no coincida con el estímulo aplicado. De aquí se desprende que las emociones pueden modificar o influenciar el comportamiento de las personas. Se habla entonces que el precursor más poderoso de la conducta es la emoción.
Los investigadores Greenberg y Pavio definen las emociones como un compuesto formado por tres elementos:
- El afecto
Aquí se identifican o expresan ciertas manifestaciones biológicas, debido a la liberación de sustancias químicas para dar una respuesta.
- Los sentimientos
Aquellas sensaciones físicas o corporales
- Evaluación consiente
Se refiere a la integración entre afecto y sentimientos
Asimismo, se dividen los estados emocionales como positivos o negativos y según Loria estos nos ayudan a adaptarnos y a sobrevivir, pero se torna necesario experimentar ambos tipos de emociones si lo que realmente se quiere obtener son experiencias de vida y que la persona pueda tener una convivencia sana en su hogar, en la escuela o el trabajo.
En mi opinión, las emociones son reacciones fisiológicas que propician que un individuo pueda adaptarse a todo aquello que es percibido a través de sus sentidos, los recuerdos y las experiencias adquiridas a lo largo de su vida. Creo que es importante que las personas sean conscientes de ello y de cómo, en ciertas situaciones pueden responder a los estímulos y cambios que se le van presentando. Esto ayudará a que la persona pueda adaptarse a diferentes situaciones en su vida y que cuando se presenten cambios, la adaptación a estos nuevos paradigmas sea más sencilla. Por otro lado, suena interesante como algunos autores comentan que, en diferentes estados emocionales, las decisiones que se toman pueden ser adecuadas o no. Por ejemplo, mencionan que las personas que presentan un estado emocional de rabia o enojo pueden firmar un contrato millonario debido a que se encuentran en disposición de correr algunos riesgos y por el contrario, las personas en un estado emocional de miedo, buscarán siempre un lugar seguro, pues tomar cualquier decisión les causará angustia y hasta depresión.
El tomar buenas decisiones depende de algunos factores asociados a lo que se conoce como emociones incidentales, estas son entendidas como aquellas emociones inducidas que se presentan porque el individuo vive una emoción no asociada con la toma de decisión en sí. Asimismo, los sentimientos también pueden tener un impacto importante, sobre todo, cuando las decisiones son consideradas como estratégicas. Dunn y Schweitez concluyen, en un estudio realizado en Wharton, que las emociones son clave en los procesos de negociación y toma de decisiones estratégicas; ellos demostraron que las personas que se encuentran en un estado previo de felicidad tienden a sentir un aumento de confianza en la otra persona y sucede lo contario si el estado previo es de ira, es decir, la confianza hacia la otra persona se ve disminuida. Entonces, el grado de confianza puede depender del conocimiento previo de la persona, pero se la da aún más importancia a los sucesos aparentemente irrelevantes, del estado emocional al momento de cerrar la negociación y la propensión del participante a asumir riesgos.
Es un hecho, que las emociones “deben vivirse” en todas las etapas de la vida, de esta manera los individuos aprenden a lidiar con algunas de ellas. La confianza en este control deriva necesariamente en un entrenamiento emocional, esto hace que las personas estén preparadas para sobrevivir y tomar decisiones apropiadas, en el momento adecuado.
Poco a poco, se puede sentir un crecimiento en el manejo de las propias emociones.
Mar Romera en su discurso sobre las emociones, dice que muchas emociones son impuestas por la sociedad y que esta también ha definido que algunas de las emociones son negativas y otras positivas. Ella menciona que es importante sentir las emociones para generar respuestas adaptativas y fisiológicas, y de esta forma crear un autoconcepto y cobertura para poder utilizarlas en el propio beneficio. Es importante tener referentes para tomar decisiones.
Uno de los objetivos es lograr gestionar las emociones, para ello debe tomarse en cuenta el nivel de sensibilidad, la afectividad, entre otras.
Un buen amigo me comentó que no habían emociones negativas y positivas, el las clasifica entre agradables y desagradables, pues es importante vivirlas todas para el desarrollo de algunos mecanismos que puedan lograr en las personas respuestas adaptativas acordes a su entorno. En este punto, es de considerarse el contexto en el que se da la emoción, por ejemplo, cuando muere un ser querido, es natural que la emoción que persista en una persona sea la tristeza y hasta el enojo. De aquí, la persona tiene que aprender a manejar estas emociones y mantenerlas en un equilibrio, esto ayuda a que la persona pueda tomar una decisión de acuerdo al contexto que requiere dicha decisión y no bajo la influencia de una percepción anterior.
Romera recomienda que las emociones deban ser vividas con la intensidad adecuada en el momento adecuado, para ello es necesario ese entrenamiento en el manejo de las emociones. La gente no necesariamente debe sentir alegría todo el tiempo, ya que puede llegar el momento que esto genere una dependencia a la producción endógena de dopamina (neurotransmisor considerado como la hormona de la felicidad o del placer) y al final esto puede desencadenar otro tipo de emociones tales como tristeza o culpabilidad.
Por lo tanto, la toma de decisiones debe hacerse en un estado emocional adecuado, por ejemplo, desde la seguridad, se puede firmar un contrato de compraventa de una casa, aceptar una propuesta de matrimonio desde la admiración o el amor, generar aprendizaje desde la curiosidad, evitar situaciones autodestructivas desde el asco. Por el contrario, algunas emociones pueden ser utilizadas para mantener control, tales como el miedo, la culpa o la tristeza.
Entonces puede decirse que las emociones no se consideran malas o buenas, en general todas tienen una función específica que ayuda a modificar las conductas en un individuo y establece un estado de alerta o preparación para dar respuesta a una situación en concreto.
Algunos autores han clasificado a las emociones como básicas, en el siguiente cuadro se muestra una lista de estas:
EMOCIÓN
(Según Plitchik) |
EMOCIÓN
(Según Romera) |
EMOCIÓN
(Según Goleman) |
Miedo | Miedo | Miedo |
Enojo | Ira | Ira |
Alegría | Alegría | Alegría |
Tristeza | Tristeza | Tristeza |
Confianza | Seguridad | |
Disgusto | Asco | Aversión |
Anticipación | Enfado | |
Sorpresa | Sorpresa | Sorpresa |
Admiración | Amor | |
Culpa | Vergüenza | |
Rabia | ||
Seguridad |
En la Teoría psico-evolucionista de las emociones de Robert Plutchik, se habla de que los animales han desarrollado diferentes conductas producto de 8 emociones básicas, mismas que tienen un propósito específico, es decir, el miedo es el de proteger de una situación de peligro real o imaginaria preparando a la persona para huir o atacar, la función de la tristeza es la de buscar una reintegración, lo que le permite al individuo asimilar eventos dañinos. Me llama especialmente la atención aquella denominada disgusto (misma que Romera llama asco y Goleman aversión), debido a que el propósito específico de esta es el rechazo alejando al individuo de una situación que puede ser dañina como el consumo de drogas, el alejarse de una persona tóxica o bien rechazar algún alimento que pudiera ser venenoso.
Es claro que al experimentar emociones se prepara al individuo para afrontar situaciones que se presentan durante su vida, desarrollar adaptación a su entorno y por supuesto tener la capacidad para tomar decisiones en contextos específicos.
Puedo concluir que las emociones son respuestas complejas a un estímulo, que ocurren por la interacción de diversas sustancias químicas producidas en nuestro cuerpo y que están controladas por diferentes sistemas neurales. Estas son un punto importante para que un individuo pueda desarrollar habilidades que le ayudan a adaptarse al medio ambiente en donde se desarrolla.
Desde mi punto de vista, puede considerarse que la salud emocional de una persona se ve aumentada con el paso de los años y esto predispone a la misma a tomar mejores decisiones. Es innegable que el no tener un adecuado control sobre las emociones puede llevar a una persona a tomar decisiones poco “racionales”, al dejarse ir por el momento, puede dar como resultado consecuencias no deseadas para el mismo.
El entrenamiento emocional, logra que ante una multitud de posibilidades y bajo la influencia de factores externos, se pueda tomar una decisión analizando de forma rápida los costos, los beneficios e incluso las repercusiones al tomar una decisión. En el mejor de los casos, contamos con tiempo para realizar un adecuado análisis de la situación e incluso para modificar nuestro estado de ánimo, pero cuando no se dispone de tiempo para realizar el proceso decisivo, será entonces importante identificar nuestro estado emocional (Evaluación Cognitiva), tomar la decisión esperando que las consecuencias no sean tales que afecten gravemente nuestra propia situación. Es aquí donde nuestra mente entrenada debe buscar atajos mentales para poder decidir sobre los beneficios, desventajas y riesgos de nuestra respuesta, a través de los recuerdos, sentimientos, valores y experiencias previas.
Referencias bibliográficas:
- Loria, A. (2018). La toma de decisiones: El rol de las emociones. [en línea] Centrodeneurocienciassociales.org. Disponible en: http://centrodeneurocienciassociales.org/articulos/143-la-toma-de-decisiones-el-rol-de-lasemociones-psic-alberto-loria.html [Access 26 Jun. 2018].
- Munyo, I. (2014). Dime cómo te sientes y te diré qué decisión vas a tomar. [ebook] Revista de Negocios del IEEM, pp.1-2. Disponible en: http://ARTICULO%20-DIME%20COMO%20TE%20SIENTES.pdf [Acceso 27 Jun. 2018].
- Romera. Las emociones no se aprenden por apuntes, hay que vivirlas. (2018).Dirigido por: Aprendamos juntos-El País.
- Goleman, D. (1995). Inteligencia Emocional. Bantam Books.com. (19 de septiembre de 2012). Recuperado el 26 de junio de 2018, de http://soberanamente.com/la-rueda-de-las-emociones-de-r-plutchik/