Todos los seres humanos requerimos del reconocimiento y la aceptación. A veces, sin embargo, esta búsqueda se hace compulsiva y la búsqueda de aprobación puede llevarnos a sufrir episodios desagradables de ansiedad y culpa. Siga leyendo.
Es un hecho, que como parte activa de la naturaleza, los seres humanos tenemos necesidades. Para sobrevivir, requerimos alimento, techo y vestido.
Sin embargo, además de esas necesidades materiales, tenemos otros requerimientos de tipo psicológico o emocional, que ameritan ser satisfechos para poder alcanzar la como persona humana, un óptimo funcionamiento y un adecuado desarrollo. En esencia, se trata de la necesidad de afecto, de inclusión, de pertenencia, que en ocasiones se desvirtúa y se convierte en una búsqueda compulsiva de reconocimiento y aprobación.
Defino la necesidad de aprobación, como una expectativa de aceptación, aval, apoyo o admisión, que nos impulsa a comportarnos de cierta manera para evitar el rechazo y lograr ser reconocidos como amigos o aliados.
Bajo ciertas circunstancias, este deseo de aceptación o inclusión puede convertirse en una alta prioridad, en un anhelo recurrente de alta intensidad que nos lleva a exhibir conductas fijas e insanas que generan casi siempre, un fuerte malestar emocional.
En términos causales, la necesidad de aprobación se relaciona con la baja autoestima, con una pobre valoración de nosotros mismos, que genera un sentimiento de inferioridad y una carrera pocas veces consciente hacia la búsqueda de reafirmación por parte de quienes nos rodean.
Los malos tratos recibidos en la infancia y en la adolescencia, así como la baja tolerancia ante nuestros errores por parte de padres y otras figuras de autoridad, suelen influir en nuestra autoimagen y nuestro sentido de valía, por lo que se afecta nuestro sentido de dignidad personal.
Para superar la compulsión de la aprobación, debemos comenzar por aceptar que es un problema real, que nos afecta y que demanda su aceptación, así como un abordaje sincero e inmediato.
Además, una forma de superar la necesidad de aprobación, consiste en combatir e pasado mental, los recuerdos de experiencias limitadoras que nos impiden actuar en el presente de manera creativa y adulta. Hoy no es ayer. El presente, es único, cada día es totalmente nuevo.
Puede usted hacer un recuento de sus logros, dones y talentos, y recordar frecuentemente que los tiene, y claro, deberá también ponerlos en acción para disfrutar de los beneficios asociados con el despliegue o uso racional de esos talentos. Y todo lo que vaya logrando, anótelo, documéntelo para que pueda tenerlo presente si acaso le surgen episodios de inseguridad y duda sobre su calidad y valía.
Lea libros estimulantes de autosuperación, pues le ayudarán a mantenerse enfocado en los aspectos positivos de su personalidad. Hay demasiado que aprender y los libros lo ayudarán a aprenderlo en un relativo corto plazo.
Reúnase con personas que lo valoren y le demuestren su aprecio. Es un hecho probado que terminamos pareciéndonos a las personas con las que compartimos frecuentemente.
Combata todo pensamiento de subestimación que venga a su mente. Cada idea negativa, sustitúyala de inmediato por otra positiva.
Evite compararse con los demás. Cada quien es cada quien y el mejor perro no podría ser comparado jamás con el mejor gato, pues cada uno mostraría ventajas y desventajas debido a su diferencia natural.
Cuando vaya a tomar una decisión, evite depender de otros y consultar a cada instante. Desarrolle autonomía, confíe en su criterio y asuma riesgos. Poco a poco aprenderá a elegir bien.
No confunda lo que usted es con lo que usted hace. Un error, no lo convierte a usted en un ser errado.
Considere y aplique estas sugerencias, trabaje en el desarrollo de una sana autoestima, y muy pronto, ya no requerirá que otros le digan si es o no una persona valiosa. Es un regalo de Dios que ya usted lo sea. Sólo debe aceptarlo para que su magia y su brillo puedan manifestarse.
Y recuerde, usted no ha nacido para complacer a nadie. Como decía Perls: Yo soy Yo
Tú eres Tú. Yo no estoy en este mundo para cumplir tus expectativas. Tú no estás en este mundo para cumplir las mías. Tú eres Tú, Yo soy Yo. Si en algún momento o en algún punto nos encontramos, será maravilloso. Si no, no puede remediarse. Gracias por leerme. www.laexcelencia.com.