La lectura: herramienta de éxito y conocimiento. Ensayo

“Es la imaginación la que enciende la lenta mecha de lo posible”  E. Dickinson.

El ser humano, a lo largo de su vida, desde que nace hasta que muere, va en busca de algo, llámese éxito, dinero, amor, supervivencia, etc. Y cada que logra dicho propósito se plantea nuevos objetivos, nuevas metas y más complicadas, laboriosas e inclusive más largas, todo esto para lograr una satisfacción personal mejor conocida como: felicidad.

Sin embargo, no todos piensan de esta manera. Algunas personas al llegar a su zona de confort, es decir, este estado en el que han logrado lo aceptable a lo que deseaban, han alcanzado un bienestar admisible y deciden asentarse ahí. No arriesgar, no sacrificar, no ir por más por miedo a perder lo adquirido, este momento conveniente que te permite ser feliz a medias. Esta condición de «peor es nada».

Podemos observar lo mismo en múltiples escenarios tales como: la escuela, la familia, el trabajo, el matrimonio, etc. El graduado universitario que termina su carrera y no tiene deseos de seguir actualizándose en técnicas o métodos relacionados a su profesión, el empleado que trabaja su jornada laboral por un salario que le permite vivir de manera plausible (con pausa, sin prisa) pero que no busca ascender, dar el extra, el ancho, ir por más o sobresalir de la multitud, el esposo que vive con la rutina, y carga día con día los problemas de su matrimonio.

De cierta manera todos somos el graduado, el empleado o el esposo, o lo hemos sido en alguna etapa de nuestra vida. Es cierto que la felicidad es ambigua para cada uno de nosotros, cada quien le da un significado diferente, depende mucho de nuestra historia personal la percepción que tengamos de ella. Sin embargo, a aquellos que se encuentran en un estado emprendedor, es decir que van por más, que dan el extra, ¿Qué fue lo que motivo aquel ímpetu? Múltiples ideas se nos vienen a la cabeza, sea: necesidad económica, necesidad de ser reconocido, necesidad de ser amado, etc. Y aquellos otros que no han ido por más, que se han quedado atrás en la carrera, que se han perdido, que no ven más allá del horizonte, ¿Qué fue lo que los desalentó?

Víctor Hugo, poeta francés, escribió “A nadie le faltan fuerzas, lo que les falta es voluntad…El futuro tiene muchos nombres. Para los débiles es lo inalcanzable. Para los temerosos, lo desconocido. Para los valientes es la oportunidad.” (1802-1885).

La voluntad como definición de la Real Academia Española es: “capacidad humana para decidir con libertad lo que se desea y lo que no.”

De esta manera creo que es posible que con voluntad uno pueda conseguir todo lo que quiere y/o necesita, sin embargo para tener plena consciencia de lo que queremos o necesitamos, indudablemente tenemos que acudir al intelecto, a nuestro cerebro, ese órgano multifuncional que trabaja las 24 horas al día.

Cierta ocasión escuche de alguien decir que los libros son el alimento del alma, yo lo traduciría de la manera en la que el genial Borges lo hizo: «el libro es una extensión de la memoria y la imaginación». Dicho de otra manera, la escritura es una ramificación del cerebro y a su vez del conocimiento. Este último, no puede concebirse sin antecedentes, por lo tanto ¿la lectura es combustible para el cerebro?

Yo pienso que sí, y que además de ayudarlo a andar, le permite buscar nuevas directrices, crear atajos, conexiones de un lado a otro, recordar rutas, indagar por caminos desconocidos y una vez apropiados, diseñar nuevas vías, nuevos caminos, encontrar viejos pasajes y modificarlos, encontrarles un propósito, intencionarlos. Todo esto ocurre mientras leemos, vamos relacionando nuestras viejas concepciones de una u otra cosa, para darle un enfoque nuevo, más creativo, más encausado y al terminar nos sentimos, por ende, compensados, ricos en conocimiento, satisfechos y no obstante, con un hambre de búsqueda aun mayor y es así que regresamos para saciar esa hambre a ese mundo de palabras: los libros.

Creo que la lectura es fundamental para poder sobresalir en cualquier ámbito de nuestra vida diaria, para poder salir de nuestra zona de confort, replantearnos nuestras metas, nuestros objetivos, nuestras creencias, nuestras costumbres y a fin de cuentas, nuestra vida misma.

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Marentes Pereira Marlene. (2016, enero 18). La lectura: herramienta de éxito y conocimiento. Ensayo. Recuperado de https://www.gestiopolis.com/la-lectura-herramienta-de-exito-y-conocimiento-ensayo/
Marentes Pereira Marlene. "La lectura: herramienta de éxito y conocimiento. Ensayo". gestiopolis. 18 enero 2016. Web. <https://www.gestiopolis.com/la-lectura-herramienta-de-exito-y-conocimiento-ensayo/>.
Marentes Pereira Marlene. "La lectura: herramienta de éxito y conocimiento. Ensayo". gestiopolis. enero 18, 2016. Consultado el . https://www.gestiopolis.com/la-lectura-herramienta-de-exito-y-conocimiento-ensayo/.
Marentes Pereira Marlene. La lectura: herramienta de éxito y conocimiento. Ensayo [en línea]. <https://www.gestiopolis.com/la-lectura-herramienta-de-exito-y-conocimiento-ensayo/> [Citado el ].
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