Al hablar de las organizaciones debemos partir del hecho que se encuentran compuestas por actores sociales que interactúan en su interior. Es a raíz de dichas interacciones que se logra la construcción una realidad común (“mundo vital”) (1) en la que las personas comparten y desarrollan sus labores, mediadas y coordinadas por la organización a la cual pertenecen.
En esta línea de pensamiento, me baso en el concepto Erwing Goffman de que la vida cotidiana de las instituciones (para efectos de este escrito entendidas como organizaciones) son la representación teatral de la sociedad (2) en un “sistema cerrado” (3) en el que se desarrollan dinámicas de tipos técnicos, políticos, estructurales y culturales.
Estas dinámicas organizacionales se encuentran enmarcadas dentro lo cotidiano del quehacer diario; desde una perspectiva rutinaria en la que “el sujeto observa y se observa en un mundo- sabido (su entorno laboral), en donde todo ocurre según lo previsto.
Del texto de Manuel Canales Cerón, “Sociologías de la Vida Cotidiana” (4), tomo prestado las dos formas en las que identifica lo obvio (producto de la cotidianidad constante) para analizar cómo, desde un enfoque de interaccionismo simbólico, se puede estudiar la dinámica cotidiana de las organizaciones y a su vez, como el rol de comunicador hacia un nuevo concepto de comunicación; la obviedad como lo que no se ve y lo que se da por visto.
La repetición rutinaria de este proceso hace que la comunicación aplicada una organización se centre únicamente en la elaboración de un mensaje claro para la emisión y la evaluación de los resultados después de haberse transmitido (una dinámica técnica), descuidando de esta manera las las interacciones que que se producen mientras tanto, al considerar a los sujetos pertenecientes al entorno organizacional como un público idóneo (5) en el que no surgen contradicciones.
Es por esta situación que, a pesar de unos resultados (inmediatos) rentables para la organización, se encuentran espacios para que estas contradicciones generen conflictos en la construcción de una realidad común, y que por su cotidianidad, podrá devenir en conflictos que afecten de manera considerable las otras dinámicas organizacionales (culturales, estructurales y políticos) producto de interpretaciones simbólicas desiguales entre sus actividades interactivas en un tiempo mediato.
Para profundizar en las diferentes dimensiones y la importancia de una comunicación interna bidireccional, los invito a leer el PDF «La Comunicación Interna», realizado por el Doc. Paul Capriotti (1998)de la Universidad Rovira y Virgili en el siguiente enlace: http://www.bidireccional.net/Blog/Comunicacion_Interna.pdf
Como una alternativa para la prevención de situaciones similares, desde el enfoque del interaccionismo simbólico nos propone pasar de una comunicación instrumental, surgida y aplicada desde teorías administrativas y económicas, a una en la que se lea y lleve a cabo destacando el papel de la interacción para la formación del mundo vital de los sujetos que se encuentran al interior de sistemas cerrados organizacionales.
El nuevo rol del comunicador propuesto desde este enfoque, radica en el involucramiento activo del profesional en situaciones generadas en su entorno organizacional, dejando de dar por visto que la comunicación interna existe como una situación irremediable, para utilizarla como herramientas en la elaboración de propuestas de beneficio común (tanto desde el punto de vista de la empresa, como del trabajador).
Siguiendo con esta lógica, el papel puede ser revaluado en su posición como informador para pasar al de mediador de las interacciones surgidas en contextos de una organización. En su papel de mediador, o como “observador activo”, el comunicador se encontrará en la capacidad de diseñar estrategias para el mejoramiento de las dinámicas (técnicas, culturales, políticas y estructurales), partiendo de el análisis de las coyunturas sociales (al entender a los sujetos sociales involucrados en dicha coyuntura), comprendiendo los modos comunes en que los individuos hacen racionables y explicables sus experiencias diarias e identificando los procesos con los que los miembros sociales producen y sostienen le dan sentido la estructura social en la que interactúan.
Considero el enfoque interaccionista influye en la visión y estudio de las dinámicas organizacionales para dejar de interpretarlas como una serie de procesos mecánicos-instrumentales basados en la idea de acción-reacción, para comprenderlas desde una perspectiva social en donde las dinámicas, ademas de ser mejorables a través de la mediación con los sujetos, también puedan mejorar la planeación y desarrollo de los procesos previniendo (no desconociendo) las contradicciones y conflictos que puedan surgir al interior de una empresa, permitiendo “comprender tanto nivel macro (institucionales) como el micro (el de las percepciones como impresiones y actuaciones de los individuos)” las interacciones “ generadas y generadoras de la vida social” en una organización.
Bibliografía
- Rad, Philipp, Rita. La teoría del actuar comunicativo de Jürgen Habermas. Un marco para el análisis de las condiciones socializadoras en las sociedades modernas. pp. 103.
- Erving Goffman, en: Rizo, Martha. El interaccionismo simbólico y la Escuela de Palo Alto. Hacia un nuevo concepto de comunicación. En: El Portal de la Comunicación- Lecciones del Portal. Aula Abierta.
- Erving Goffman (bis)
- Canales, M. Sociologías de la vida cotidiana. Disponible en: http://inicia.es/de/cgarciam/Canales.htm
- Erving Goffman (bis)