La coordinación de políticas económicas es quizá el terreno más resbaladizo de las relaciones económicas internacionales en general, y de la integración económica en particular [1]. Sus formas de implementación, cuando se dan, quedan siempre cortas respecto a su ampliamente admitida necesidad, evidenciándose así que las relaciones entre Estados no se mueven sólo por el reconocimiento del bienestar común y de las virtudes de la cooperación, sino también por las exigencias de la competencia y del poder. La cesión de soberanía que la coordinación de políticas implica perturba a todos los Estados. La competencia por seguir en la cresta de la ola obsesiona a los países desarrollados, y preocupa a los países en desarrollo que no desean seguir siendo revolcados por ésta. A estos últimos, además, los sinsabores del «síndrome del vecino» y la costumbre de ser empujados por las «locomotoras» industrializadas, los tornan muy calculadores y zigzagueantes en la elección de las vías para empinarse hacia la cresta.
Pero hoy en día sucede que los Estados-nación están en crisis, y mientras que aquellos que no llegaron a serlo presienten con estupor que a lo mejor nunca lo serán, el mundo entero atraviesa por profundas restructuraciones en la transición de un orden internacional a otro aún incierto. Expresiones destacadas de esta mutación global son la recomposición de los «regímenes de regulación» nacionales e internacionales y su ascendente importancia a escala de bloques regionales -formales o informales-, así como la extendida diseminación de una nueva agenda en materia de políticas económicas que pretende llenar el vacío dejado por los viejos paradigmas de desarrollo. La creciente convergencia de políticas económicas en América Latina y el Caribe refleja con singular nitidez ese proceso. ¿Qué lugar deja ello para esfuerzos deliberados de coordinación de políticas económicas entre los países de la región y qué podría motivarlos? . Resulta la pregunta que se formulará en el presente trabajo.lobalización.
Armonización Macroeconómica
Los intentos integracionistas recientes, han demostrado múltiples fracasos en la formulación de políticas conjuntas de carácter macroeconómico por parte de la región andina; como introducción al tema, mostraremos algunas generalidades del tema para así mostrar lo que se piensa desarrollar en el trabajo del curso.
Requisitos Principales De Integración
Las dificultades encontradas por los países latinoamericanos para emprender entre sí esfuerzos continuados y consistentes de coordinación de sus políticas económicas nacionales en el marco de los diversos acuerdos de integración de que han formado parte durante el transcurso de los últimos 30 años, se suelen atribuir a factores tales como el bajo grado de interdependencias concretas entre las economías de la región.
En la medida en que esta desarticulación intrarregional refleja el nivel incipiente de industrialización propio a la mayoría de las economías latinoamericanas, se desprende de tal explicación que es menester antes que nada incrementar las interdependencias reales entre los países de la región y que un número mayor de naciones incursionen con éxito en procesos sostenidos de industrialización y desarrollo económico, a fin de que maduren suficientemente las condiciones para que los acuerdos de integración de la región se profundicen y, en particular, para que valga la pena el esfuerzo de coordinación y de armonización de políticas económicas en su seno.
Otro importante factor explicativo, entre los más comúnmente citados, alude a la inestabilidad inherente a los recurrentes desequilibrios macroeconómicos que han caracterizado al devenir de la mayor parte de las economías de la región. Se incide aquí en el impacto negativo de políticas económicas mal diseñadas y peor ejecutadas que a corto plazo no ajustaron eficazmente el nivel o la composición del gasto agregado, y que en vez de corregir agravaron las distorsiones estructurales e institucionales responsables del mal funcionamiento de los estabilizadores automáticos que deberían permitir el equilibrio externo e interno a mediano o largo plazo. La consiguiente entrada en ciclos explosivos de desorden macroeconómico y la fatiga social y política resultante propiciaron movimientos pendulares en las asignaciones de políticas económicas nacionales, los que sumados a las divergencias y asincronías de dichas asignaciones entre países, generaron en conjunto escenarios de inestabilidad crónica que frenaron o revirtieron los ensayos de coordinación macroeconómica realizados en algunos acuerdos de integración. El mensaje es que un esfuerzo metódico y perseverante en tal sentido sólo puede florecer sobre el terreno fértil de una aplicación convergente de políticas económicas correctas y bien manejadas.
Argumentaciones como éstas son sin duda y en buena medida acertadas, pero tampoco hay que sobrestimar su poder explicativo. En efecto, la armonización de políticas económicas es un proceso dinámico y no una sucesión de etapas rígidas. La armonización macroeconómica, en sentido estricto, es la labor más compleja y acabada de la integración económica y corresponde a sus estadios más avanzados. La coordinación de políticas económicas, por su parte, es a la vez un mecanismo preparatorio y complementario a la armonización que suele despegar cuando la liberalización comercial preferencial está perfeccionada para crear las condiciones de constitución de una Zona de Libre Comercio (ZLC) o -tanto mejor- de una Unión Aduanera (UA). Pero antes de ello, y precisamente para que estos logros iniciales sean sostenibles e irreversibles, se requiere de formas primarias de coordinación tales como el intercambio y consulta de información y experiencias, así como la compatibilización gradual del uso de ciertos instrumentos de política económica, especialmente de aquellos más vinculados con el comercio y la competencia al interior del mercado ampliado y frente a terceros.
Por consiguiente, se trata de un proceso, gradual y progresivo, cuyas formas más elementales deben trabajarse desde el inicio de la integración a fin de que esta pueda avanzar con paso firme, siendo su propia marcha la mejor indicación de la necesidad de pasar a formas cada vez más elaboradas.
Bibliografía
- ¿Coordinacion De Politicas Macroeconomicas? : Desafíos y Dilemas Latinoamericanos Fernando Gonzalez Vigil (Página de Internet), en www.cefir.org.uy
- FGV: Profesor en la Universidad del Pacífico (Facultad de Economía; Escuela de Postgrado); Ex-Jefe de la Unidad de Prospectiva de la Junta del Acuerdo de Cartagena (JUNAC). Lima, PERU
- Enfoques De Cooperación Macroeconómica En América Latina: Coordinación, Convergencia y Armonización de Políticas Eduardo GANA (Página de Internet), en www.cefir.org.uy
- EG. Consultor de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL); Ex Asesor Regional Principal y Coordinador del Proyecto de Integración de CEPAL. Santiago, CHILE
- ACOSTA PUERTAS Jaime: “Tendencias y Rupturas”, Geopolítica y Comercio Mundial; Creset Fundación Santillana para Iberoamérica Corpes de Occidente 1994.
- CEPAL “El regionalismo abierto en América Latina y el Caribe”. La integración Económica al servicio de la transformación. No 555, Santiago de Chile, 1994.