La globalización de la economía mundial en éstas últimas décadas del siglo XX ha vinculado aún más la realidad interna de las naciones con su contexto externo. La expansión del comercio, las operaciones transnacionales de las empresas, la integración de las plazas financieras en una mega mercado de alcance planetario, y el espectacular desarrollo de la información, han estrechado los vínculos entre los países. En algunas regiones la formación de los espacios multinacionales es otra manifestación de la globalización del orden mundial.
Vivimos, sin embargo, en un mundo paradójico. Pese a los extraordinarios avances de la globalización, los mercados internos absorben más del 80% de la producción mundial.
La globalización coexiste, pues, con el peso decisivo de la cultura, los mercados y los recursos propios. La articulación de esta dimensión endógena de la realidad con su contexto externo determina el desarrollo o el atraso de los países.
Comienza en la última década del siglo XV; se verificaron simultáneamente dos condiciones: el aumento de la productividad del trabajo y un orden mundial global. En ausencia de una o ambas de estas condiciones no se plantea el dilema del desarrollo en un mundo global.
En la Antigüedad y en la Edad Media, la productividad crecía lentamente. La actividad económica se destinaba a la subsistencia de la fuerza de trabajo y al sostenimiento de las clases dominantes. El progreso técnico era muy lento y los recursos asignados a la acumulación del capital en el proceso económico representan proporciones ínfimas; en tales condiciones, el impacto de los vínculos con el mundo externo sobre el desarrollo económico era insignificante.
En los grandes imperios de Europa y Oriente en la Antigüedad y la Alta Edad Media, el dilema del desarrollo en un mundo global no se planteaba por la inexistencia de aquellas dos condiciones necesarias y suficientes.
Entre los siglos XI y XV, el desarrollo del capitalismo comercial, el incipiente progreso técnico y las transformaciones sociales, permitieron un lento pero persistente crecimiento de la productividad. En las nuevas condiciones, las relaciones externas de los países comenzaron a ejercer mayor influencia sobre la producción, la distribución de la riqueza y la acumulación de capital.
El incipiente desarrollo económico de Europa planteó, por primera vez, una de las dos condiciones del dilema dimensión endógena / contexto externo. Sin embargo, hasta fines del siglo XV la cuestión era esencialmente de carácter intra europeo.
El sistema internacional global recién se constituye a partir de la última década del siglo XV con el descubrimiento de América y la llegada de los portugueses a Oriente por vía marítima.
Alrededor del año 1500 convergieron, pues, el aumento persistente de la productividad y la existencia de un sistema internacional globalizado. Recién entonces se plantea, el dilema fundamental de las interacciones entre el ámbito interno y el contexto mundial como determinante del desarrollo y el subdesarrollo de los países, y del reparto del poder entre los mismos.
En este período comenzó también a gestarse la distinción entre el poder tangible y el intangible. El tamaño de su población y los recursos naturales constituyen el poder tangible de cada país y, los factores intangibles asentados en la tecnología y la acumulación de capital. En ausencia de estos componentes, el poder tangible se disuelve en el subdesarrollo. Así, desde el despegue del Primer Orden Económico Mundial comenzó a tejerse la trama sobre la cual se articuló el sistema internacional y la distribución del poder entre las naciones.
Más tarde, en el siglo XIX, el ferrocarril y la navegación a vapor provocaron la drástica rebaja de los fletes terrestres y marítimos. Las comunicaciones registraron el revolucionario impacto del telégrafo y de los cables submarinos. Esto permitió la ocupación de los espacios abiertos del Nuevo Mundo, Oceanía y África del sur, indujo el movimiento de capitales desde los centros industriales a la periferia y promovió migraciones masivas.
Algunos indicadores de la globalización, como la relación entre el comercio y la producción mundial y el capital extranjero respecto de la inversión total, en vísperas de la Primera Guerra Mundial, eran semejantes y aún mayores que en la actualidad; la universalización de las plazas financieras. Al fin y al cabo, los mercados monetarios operan en marcos regulatorios que dependen de decisiones políticas.
Hasta tiempos recientes la cuestión ecológica era prácticamente irrelevante en las relaciones internacionales y la pobreza, un tema encerrado dentro de las fronteras de cada país. La universalización de ambas cuestiones es actualmente el principal factor explicativo de los mayores desafíos que confronta el sistema mundial. En efecto, el tráfico de armamentos, la difusión de armas de destrucción masiva, el narcotráfico, las migraciones internacionales, el crecimiento demográfico, la destrucción de la naturaleza y de recursos no renovables, los fundamentalismos de diverso signo y la violencia están íntimamente asociados a la globalización de aquellas dos cuestiones cruciales del orden contemporáneo. Actualmente, ellas forman parte esencial del viejo dilema del desarrollo y del subdesarrollo en un mundo global. Constituyen la trama profunda de la cual dependen la paz y la seguridad internacionales.
b) Definiciones, Ideologías y Reflexiones a cerca de la Globalización:
Entendemos, en primer lugar, por «globalización» un fenómeno esencialmente económico que podría concretarse, en una primera aproximación, como el proceso de integración económica internacional que tiene como rasgos característicos la liberalización de los mercados, fundamentalmente, pero no sólo, el financiero y, en consecuencia, la profunda financiarización de la economía. Hasta tal punto esto es así que preferimos hablar de globalización financiera.
Desde el punto de vista ideológico, la globalización actualmente se funda en bases neoliberales que significan la reproducción a escala mundial de las diferencias que este modelo económico significa, es decir genera la concentración de riquezas en aquellos que son dueños del capital quien ahora además no tiene patria, por lo tanto no beneficia a naciones sino a determinados grupos oligarcas con trascendencia planetaria.
La base neoliberal contiene la importancia del individuo, el papel limitado del Estado y el valor del mercado libre. Ese enfoque afirma que si los individuos pueden libremente perseguir sus propios intereses, las consecuencias colectivas serán mucho más beneficiosas que la acción gubernamental.
En síntesis, el neoliberalismo puede ser definido como la creencia en que la intervención gubernamental usualmente no funciona y que el mercado usualmente sí lo hace. El peligro que encierra esto es aceptar que no es posible lograr una sociedad más justa y que para que algunos accedan a los beneficios del desarrollo se hace necesario que otros vivan para siempre en condiciones de miseria inaceptables.
Desde el punto de vista cultural, la globalización se ha asociado a los patrones de conducta predominantes en la cultura norteamericana; la rueda del comercio se movería mucho mejor si todos bebiéramos, comiéramos, nos vistiéramos, con los mismos gustos y por supuesto si habláramos el mismo idioma. El castigo es para quienes no aceptan la «cultura globalizada», es la negociación al acceso de los supuestos beneficios económicos que genera este fenómeno.
El Fondo Monetario Internacional (FMI), define a la globalización como «la interdependencia económica creciente en el conjunto de los países del mundo, provocada por el aumento del volumen y de la variedad de las transacciones transfronterizas de bienes y servicios, así como de los flujos internacionales de capitales, al mismo tiempo que por la difusión acelerada y generalizada de la tecnología»; dos cuestiones aparecen como claves en esta visión: el concepto de interdependencia y el quedarse en la forma de manifestación del fenómeno o proceso sin interesarse por los actores políticos y económicos que lo impulsan.
Para Camdessus, Director del FMI, los dos acontecimientos que han cambiado la orientación de la economía mundial; la caída del muro de Berlín y los inicios de la dinámica de la globalización «anuncian un mundo futuro unificado, caracterizado por una economía a escala planetaria, más habitable para los hombres»; con relación al poderoso conjunto de fuerzas que impulsan la mundialización Ruggeiro, Director de la OMC, sostiene que aunque algunas de ellas son el reflejo de políticas gubernamentales, «más fundamentalmente se trata de fuerzas que tienen una vida propia», se trata de un conjunto de procesos determinísticos, en cuya lógica inexorable es difícil si no imposible influir, ante lo que es mejor adaptarse.
Desde la tradición del pensamiento crítico latinoamericano Pablo González Casanova intenta recuperar algunas dimensiones y propone «pensar que la globalización es un proceso de dominación y apropiación del mundo». Dominación tanto de estados como de mercados, de sociedades como de pueblos, que se ejerce «en términos político-militares, financiero-tecnológicos y socio-culturales». El proceso de apropiación de recursos naturales, de riquezas y del excedente producido se realiza de «una manera especial, en que el desarrollo tecnológico y científico más avanzado se combina con formas muy antiguas, incluso de origen animal, de depredación, reparto y parasitismo, que hoy aparecen como fenómenos de privatización, desnacionalización, desregulación, con transferencias, subsidios, exenciones, concesiones, y su revés, hecho de privaciones, marginaciones, exclusiones, depauperaciones que facilitan procesos macro sociales de explotación de trabajadores y artesanos, hombres y mujeres, niños y niñas». La globalización se entiende de una manera superficial, es decir, engañosa, si no se le vincula a los procesos de dominación y de apropiación.
Federico García Morales habla de dos sectores, el primero, una globalización que genera una gigantesca transformación política que suprime al marco nacional y estatal de las economías, y en el segundo quedan los que miran con más calma la relación entre la clase empresarial y los estados nacionales.
A raíz de un informe sobre Desarrollo Humano, las Naciones Unidas dicen lo siguiente: «… la globalización ha beneficiado a algunos y ha marginado a lo más…Como la fuerza dominante en la última década del siglo XX, la globalización ha dado forma a una nueva era en la interacción entre naciones, economías y pueblos. «Pero también ha fragmentado los procesos productivos, los mercados de trabajo, las entidades políticas y las sociedades». El estudio agrega que «las ventajas y la competencia de los mercados globales sólo podrán asegurarse si la globalización cobra «un rostro humano». Tanto tiempo como la globalización sea dominada por los aspectos económicos y por la expansión de los mercados, estará limitando el desarrollo humano… necesitaremos una nueva aproximación de los gobiernos, una que preserve las ventajas ofrecidas por los mercados globales y la competencia, pero que permita al mismo tiempo que los recursos humanos, comunitarios y ambientales aseguren que la globalización trabaja para los pueblos y no para las ganancias».
En otro documento, publicado por la SELA dice: «Como fenómeno de mercado, la globalización tiene su impulso básico en el progreso técnico y, particularmente, en la capacidad de éste para reducir el costo de mover bienes, servicios, dinero, personas e información; en la etapa actual, el proceso de «globalización» se caracteriza, además, por un notable incremento en la capacidad de las firmas para fragmentar geográficamente los procesos productivos, lo que ha tenido como contrapartida un crecimiento sostenido del comercio y la inversión internacionales».
John Saxe-Fernández, en su libro titulado Globalización: crítica a un paradigma, destaca otro aspecto importante y es que la globalización tiene también un aspecto ofensivo / defensivo. Es un proceso que más que unir, divide, y geoestratégicamente viene a depositarse sobre una desgarrada lucha por superar una profunda crisis que se viene arrastrando por la última década en medio de una competencia cada vez más feroz por el reparto de ganancias y de territorios. En este sentido no es portadora de mensajes de paz, de democracia ni de progreso.
Carlos Vivas sintetiza las pretensiones de la globalización en un conjunto de enunciados: 1) La globalización es un fenómeno nuevo, 2) un progreso homogéneo, 3) al mismo tiempo un proceso homogenizador, 4) conduce al progreso y al bienestar universal, 5) la globalización económica conduce a la globalización de la democracia y 6) acarrea la desaparición progresiva del Estado o una pérdida de su importancia.
En el seno de las concepciones globalistas se asume el proceso de globalización como algo homogéneo y homogenizador, en tal sentido nos encontramos con una representación del proceso histórico que incluye no sólo la globalización financiera, sino también una «globalización de la demanda», con «posibles compradores situados en cualquier parte del planeta», argumentación en la que los avances tecnológicos y los sistemas informáticos borran las diferencias salariales, la polarización global, y la dramática situación de sectores de población cuya conversión de necesidades absolutas a necesidades solventes ha sido más que dificultada o anulada por la homogeneización de las políticas neoliberales de globalización, que estrangulan el crecimiento y disminuyen la demanda efectiva.
- Empresas transnacionales, alternativas
- a) Transnacionalismo:
La transnacionalización de la economía ha significado la generación de empresas a nivel mundial que controlan la producción y la economía, el peligro está dado por el poder que tienen estas empresas. Prueba de ello es que el capital transnacional ha sido capaz de generar acuerdos multilaterales en el marco de la OMC (Organización Mundial de Comercio), uno de ellos es el AMI (Acuerdo multilateral de inversiones) que consiste en permitir a las transnacionales no sólo entrar y salir de los países con sus capitales, sino que crea un Tribunal Internacional con facultades para sancionar a los gobiernos que según las transnacionales no cumplan con el tratado. Esto demuestra el poder de control del capital por sobre los estados el que ha alcanzado niveles tan graves que permite a aquellos que son dueños del capital transnacional tener un poder mayor que aquellos que cada pueblo soberano ha elegido para que sean sus gobernantes. Es por ello que tienen un rol de primera importancia a nivel mundial. A partir que se unifico el sistema económico, las ET lograron obtener un campo ideal para su expansión indiscriminada. Los estados nacionales saben de la importancia de las mismas, de sus inversiones directas, el comercio y de su capacidad tecnológica. Por lo que gozan de una inmunidad al limite de la impunidad. Legislaciones flexibles que no garantizan la protección mínima a los trabajadores, ciertas exoneraciones fiscales, la casi inexistencia de controles (fiscales, ambientales, etc.), facilidades para su radicación sin conservar la competencia local. Las ET se aseguran un nuevo mercado, ya sea por el nuevo estado donde operan como el comercio intra firma.
Los Estados nacionales solamente pueden influir sobre las empresas locales, en tanto que las empresas internacionales determinan cada vez mas las características del proceso y establecen las reglas de juego. En consecuencia, cada vez mas el Estado tiene mayores dificultades para tomar parte activa y dirigir las cuestiones sociales, las prestaciones de servicios y el mantenimiento de los derechos.
- b) Internacionalismo:
Como una alternativa a lo anteriormente planteado se puede mencionar el concepto de internacionalismo, entendiéndose como tal, la unión de fuerzas de aquellos que no son los dueños del capital y que se ven enfrentados a los abusos casi sin control debido a que los estados no son capaces de regular las condiciones laborales, ya que la inestabilidad de los capitales hace tremendamente inestables las inversiones. El internacionalismo hace referencia a la incorporación de tecnologías comunicacionales a aquel movimiento que se levanten en defensa de los más pobres y que permitan darles a éstos un carácter planetario. - c) Empresas Dependientes:
La imposición económica sobre las economías dependientes fue total. Los países en desarrollo no deciden sino acatan. La posibilidad de realizar una apertura no gradual se debe en gran parte a las características que predominan en estos países: democracias débiles, deuda externa, elevados índices de corrupción, regímenes con características totalitarias, poder concentrado en pocas manos, desigualdad social, pobreza, marginación, etc. Cada vez mas hay señales de la preeminencia de la empresa privada sobre los gobiernos, hay señales de economía de libre empresa que de economía gubernamental. La actividad directa de los gobiernos es mas cuestionada y se tiende a concentrar el gerenciamiento en áreas como la educación, salud y seguridad que apoyen la puesta en practica y mantenimiento de un marco jurídico y social que favorezca la actuación de la libre empresa privada. La liberación económica esta concebida dentro del anterior marco jurídico, social y la misma no se refiere únicamente a objetivos específicos como la abolición de impedimentos al libre comercio o a los movimientos de capital sino también a objetivos más generales como la flexibilización de la contratación laboral, la tenencia irrestricta del patrimonio y más generales aun como la reducción del tamaño estado.
La democracia es fundamental para garantizar los derechos y las respectivas inversiones pero también el capitalismo necesita a la democracia como contrapeso porque el sistema capitalista por sí solo no muestra tendencia de equilibrio alguno. Para Soros lo importante es que para que una economía sea sólida hace falta que se sustente una sociedad próspera y esto no lo consigue el mercado por sí solo. Hace falta la acción consciente del estado.
- Apertura De Fronteras
- a) Economía Mundial:
La dependencia de los países entre si no es algo nuevo. Los movimientos de capital, las empresas transnacionales tampoco. Lo nuevo esta dado por el creciente proceso de liberalización de las economías, que involucra tres actores internacionales: la Organización Mundial del Comercio, el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial. Lo nuevo esta dado por el gran tamaño de los movimientos del comercio y las finanzas, la sofisticada tecnología de los movimientos de capital y de las comunicaciones y la concentración de poder económico, sino político, de las corporaciones. No hay que olvidar la presión competitiva internacional para aumentar la productividad y reducir los costos.
El proceso de liberación de las economías y su consecuente mundialización está entrando en un escalón más alto. La supuesta «rebeldía» a no entrar en este sistema se diluyo con la caída del Muro de Berlín. Por lo que la opción a un sistema económico alternativo no conoce hoy de un ejemplo concreto.
Hoy lo nuevo es Internet. Hoy la esperanza es Internet. El comercio internacional e Internet están transformando la forma en que los países y las sociedades interactúan. Estas fuerzas aumentan la producción y la eficiencia económica, las bases para el crecimiento y la prosperidad. Sin embargo, existe una verdadera preocupación de que estos cambios arrolladores van acompañados de una desigualdad creciente e incluso, de pobreza y marginación. Muchos temen que el nuevo orden económico mundial beneficie principalmente a los países industrializados y a los sectores privilegiados de los países en desarrollo, y que amplíen la brecha entre los que tienen y los que no tienen, y ahora entre los que «saben» y los que «no saben».
Hoy la tecnología se encuentra en Wall Street y cuenta con el mayor crecimiento de los últimos años. Recientemente sus acciones bajaron significativamente creando una cierta inestabilidad en los mercados financieros, pero es ella la que sirve para contener dicha presión. La tecnología se encuentra en posesión de los grandes grupos económicos de las potencias mundiales. Mediante sus transnacionales son las que imponen las reglas de juego. De esta manera se aseguran dominio sobre la tecnología, nuevos mercados y competencia limitada.
- b) Economía y Tecnología:
Estados Unidos, Japón y Europa son los principales productores de tecnología. Por lo tanto sus ET. Estados unidos tiene el porcentaje más alto de usuarios de Internet(25 millones aprox.). América latina es un campo potencialmente importante en inversiones tecnológicas pero es necesario el haber incorporado la mundialización económica, por lo que no se habla de mundialización sino de la aceptación del nuevo paso.
A nueva tecnología, nueva capacitación. Regla tan necesaria como urgente para poder competir en un mundo acelerado. La decisión estatal va ser de imprescindible necesidad. El compromiso de un acercamiento de la tecnología a todos y su respectiva capacitación es el único rumbo a tomar, no para ser protagonista pero si para estar acorde con los cambios globales.
La política Argentina esta orientada hacia este rumbo según fuentes Nacionales. Con el plan de 1.000.000 de computadoras en cuotas lanzado por el Banco Nación y el Gobierno Nacional es el inicio ( el segundo paso esta orientado hacia las PYMES. También lo es el acceso gratuito a Internet a todos los docentes argentinos para su capacitación y enseñanza. Pero el paso más importante se va a dar en Noviembre con la apertura local. Según el Gobierno nacional va existir una inversión de 5.000 millones. La decisión esta tomada pero falta la realidad y la forma en que se va actuar.
- c) Apertura de Fronteras:
Posibilidades que brinda:
Es un proceso que todos reconocen como el más determinante de la década del noventa, pero que suscita opiniones muy encontradas. Si bien no es un proceso nuevo ha sido retomado con mayor énfasis en los países en desarrollo como premisa específica para lograr un crecimiento económico y erradicar la pobreza.
Los orígenes del fenómeno se remontan a las dos décadas posteriores a la Segunda Guerra Mundial, en el cual los países industrializados de Norteamérica, Europa y Asia alcanzan tasas de crecimiento del PBI tres veces superiores que en los 130 años precedentes, lo que a su vez provoca una expansión a nivel mundial de las transacciones comerciales de estos países.
Con el fin de regular las crecientes relaciones comerciales, los países en cuestión generaron una estrategia económica y política de liberar todas las barreras al libre comercio, implantadas por la Estrategia de Sustitución de Importaciones. Producto de ello son las negociaciones del GATT, la creación del FMI y el BM, las áreas de libre comercio subregionales, etc.
Este proceso se vio acelerado por las diferentes crisis en que se vio inmerso el entorno internacional en los años 1971 ( crisis del dólar), 1973 y 1979 ( crisis del petróleo) y en 1982 (crisis de la deuda); otro elemento que ayudo al avance vertiginoso del mismo fue el surgimiento de una teoría económica a tono con los requerimientos del fenómeno: el Neoliberalismo. La globalización es un proceso multidimensional, aunque hay razones para pensar que es ante todo un proceso económico hecho posible por cambios provenientes de la ciencia y la tecnología.
«El lazo indisoluble que se genera en el siglo XX entre la ciencia y la tecnología posibilita acelerar, ampliar y consolidar el proceso de globalización, especialmente, en sus aspectos económicos y culturales.»
La digitalización de las comunicaciones humanas ha revolucionado la producción, el almacenamiento y el acceso a la información. Si la revolución industrial multiplicó la fuerza del hombre, la evolución informática multiplica la capacidad del cerebro humano. Hoy la información se ha democratizado, y está al alcance de quien posea una computadora y un módem para acceder a Internet.
En efecto, se puede saber lo que ocurre en lejanos rincones del universo. Podemos trasladarnos en pocas horas a los más remotos y distintos lugares y culturas, y convivir con distintos estilos de vidas. Podemos ver la tierra desde afuera y desde lejos gracias al avión y a las fotos que envían los satélites.
Las nuevas tecnologías están creando un mundo donde los valores y las economías repercuten de en un lado a otro; la cultura y los valores humanos están siendo modelados por un medio electrónico. Nunca antes las sociedades habían quedado completamente supeditadas al mercado comercial para determinar sus valores y sus modelos.
Del mismo modo que la globalización económica tiende a instituir mercados sin fronteras, la revolución informática hace posible la destrucción de barreras idiomáticas y el aislamiento recíproco, ya no existe las fronteras nacionales para la información. La TV ha creado una fuerza cultural penetrante como nuca antes se había visto, tanto en su intensidad como en su alcance.
¿Debe verse a la globalización como un proceso autónomo que impacta en culturas que pasivamente reciben sus consecuencias? Aunque no se lo reconozca, a veces se piensa que la globalización es el nuevo nombre del imperialismo.
Paralelamente a la globalización se han revigorizado los nacionalismos (etnonacionalismo), se han acentuado los esfuerzos de revitalización de identidades de grupos étnicos o de su constitución por parte de otros sectores culturales en el mundo, han regresado sentimientos religiosos, además de fundamentalismos de diversa índole.
Estos procesos de resistencia se dan generalmente en los países que dependen más de lo económico, lo político y lo cultural; estos mismos han activado su potencialidad étnica, es decir, han reafirmado su propia identidad, cargando simbólicamente aspectos diferenciados de su cultura que han sido convertidos en referentes de identidad.
En la Argentina, por ejemplo, volvió a tener auge la música folclórica, el tango; estos son típicos ejemplos de cómo se trata de reafirmar un símbolo cultural, para contrarrestar la continua invasión de la música extranjera.
La globalización otorga al hombre más posibilidades de conocer la verdad y de acceder a la belleza ¿Por qué, entonces, despierta tantas prevenciones?¿ Por qué resurgen con fuerza todos estos procesos de resistencia?
El hombre colocado en el centro de este proceso, siente que ha perdido la protección de las diferentes instancias que antes lo contenían. La vieja segmentación entre países tiende a ser superada por una nueva segmentación en el interior de éstos, por una parte los grupos culturales que poseen los conocimientos necesarios para generar riqueza y comunicarse con el resto del mundo, y por el otro, los nuevos pobres, excluidos de los banquetes de las nuevas oportunidades por carecer de las habilidades necesarias para entrar en el mercado de trabajo y comunicación.
«Los llamados procesos globalizadores redundan en la redistribución de privilegios y despojos, riqueza y pobreza, recursos y desposesión, poder e impotencia, libertad y restricción. Las divisiones territoriales y segregaciones de identidad que imponen y promueve la globalización de los mercados e información, no reflejan la diversidad de socios en pie de igualdad.
Apenas el 22% de la riqueza global pertenece a los llamados países en vías de desarrollo, que abarcan al 80% de la población mundial «.
Los beneficios de la globalización están siendo desigualmente repartidos entre las diversas regiones, entre los diferentes países y en el interior de los mismos, lo cual conlleva severos procesos de fragmentación y polarización. La globalización les da a los países extremadamente ricos nuevas oportunidades para ganar dinero de manera más rápida. Estos han utilizado la tecnología de punta para desplazar grandes sumas de dinero alrededor del globo con extrema rapidez y especular con eficiencia creciente.
La globalización es una paradoja: beneficia mucho a muy pocos a la vez que excluye o margina a dos tercios de la población mundial.
Como dice García Canclini, en su libro «Consumidores y Ciudadanos», la internacionalización fue una apertura de las fronteras geográficas de cada sociedad para incorporar bienes materiales y simbólicos de las demás. La globalización supone una interacción funcional de actividades económicas y culturales dispersas, bienes y servicios generados por un sistema con muchos centros, en el que importa más la velocidad para recorrer el mundo que las posiciones geográficas desde las cuales se actúa.
La globalización es, siempre, «globalización» (N. García Canclini), que implica transformaciones espaciotemporales que afectan los modos y estilos de vida concretos de las personas, producto de los cambios de escala y de la aceleración de los cambios, en especial aquellos debido a las innovaciones tecnológicas y a los crecientes niveles de complejidad de la vida urbana. Así sé reconfiguran los sistemas de percepción y representación del tiempo y el espacio, que constituyen el entramado básico de los mundos de la vida, de la historia concreta de los individuos y grupos sociales, de sus mitos y sus ritos.
Estas transformaciones se apoyan en una aceleración sin precedentes en los procesos tecnológicos, tanto en lo que atañe al ritmo mismo de las innovaciones como en lo que se refiere al lapso que transcurre entre la innovación y su incorporación en la producción. Tal proceso se inició en los años 70 y ha llegado a ser tildado como la «tercera revolución tecnológica e industrial». Se ha asentado en la electrónica, la informática, la robótica, los nuevos materiales, la genética y la biotecnología.
Estas son sólo unas de las facetas del mundo globalizado. Están además presentes los siguientes efectos económicos:
La estandarización de productos y servicios: significa que éstos tienen poca o nula variación entre los distintos países o regiones donde se distribuyen.
Reducción de barreras arancelarias: ha introducido el llamado consumo de productos masivos, permitiendo que muchos países tengan acceso a éstos.
Economía de escala: implica hacer los productos más competitivos con una estrategia de bajos costos.
La creación de grandes corporaciones e integración de las empresas: permite un mayor control del mercado.
La creciente integración de las economías nacionales a los mercados globales, pues de éstos últimos depende el crecimiento y la estabilidad de aquellas.
Configuración de grandes zonas integradas de comercio
¿Dependencia o Dominación?
Lo que para algunos constituye un proceso de integración, ya sea por asimilación, endoculturación, o por sincretismo y yuxtaposición, para otros puede significar la desestructuración y desintegración de sus identidades, fragmentación y exclusión, mutación de la identidad, transfiguración de la matriz originaria. El proceso de mundialización, tal como se esta dando en la realidad no genera una sola dinámica sino dos dinámicas complementarias y opuestas:
- La globalización
- La reafirmación identitaria (localización)
Existe una creciente trasnacionalización del mercado de capitales, del mercado de nuevas tecnologías y del mercado de los productos. Todo ello, unido a una desconcentración de la producción, tiene como consecuencia que los mercados estén cada vez más mundializados. Pero no todo el mercado esta mundializado, un elemento central del mismo, la fuerza de trabajo, queda afuera de este proceso. Basta considerar las crecientes trabas que la Unión Europea, Estados Unidos, por ejemplo, ponen ante los inmigrantes que van en busca de trabajo.
El fenómeno globalizador no se está expresando sólo en la economía y en las tendencias referidas, ciertamente contradictorias, acerca del Estado-Nación, sino también en el plano sociocultural. Si bien McLuhan había hablado ya en los años sesenta de una «Aldea Global», los adelantos en estos últimos años han impulsado todavía más las comunicaciones entre distintos puntos del globo.
En lugar que todos estos efectos apunten en la dirección de una única «cultura mundial» y una única «identidad planetaria», lo que está sucediendo es que, crecientemente, aumenta la conciencia de las identidades culturales diferenciadas, es decir, como dice M. Cristina Reigadas, el descentralismo del sujeto racional moderno, la irrupción del multiculturalismo y de la diferencia impide, por un lado, afirmar identidades cerradas, fuertes, y absolutas, pero, por el otro, no se sabe aún cómo evitar que la diferencia sea travestida en «indiferencia» sociopolítica, legitimante de la injusticia.
Las grandes migraciones actuales y la extensión del turismo en masa no han producido homogeneidad ni globalización cultural, sino que han puesto de manifiesto el pluriculturalismo realmente existente.
«La experiencia del multiculturismo es contundente: la diversidad estalla, se exhibe, reclama. Los otros están entre nosotros. Nosotros somos los otros.»
En todos las dimensiones se puede encontrar elementos que están sujetos a una dinámica de globalización y otros que responden a la dinámica de reafirmación de identidades colectivas (localización).
La crisis contemporánea constituye el caldero donde se combinan y recrean creencias, actitudes y estilos que podrá ser, por primera vez en la historia de la humanidad, global y planetaria. Construcción común de todas las naciones y pueblos. En cualquier caso, las tendencias futuras de la globalización dependerán de los modos de recombinar lo nuevo y lo viejo, lo propio y lo ajeno, lo económico, lo político, lo ético, lo igual y lo diferente. El mundo globalizado dependerá entonces de los modos concretos y específicos en que los individuos y los grupos interactúen, es decir de los modos en que toleren y promuevan la presencia y acción del otro en la configuración de sus propias identidades. Se habrá terminado la pesadilla de la homogeneidad, el aniquilamiento de la diferencia. Pero también, renacerá el deseo del otro, el deseo de comunidad.
- Globalizacion, políticas sociales y medio ambiente
El mercado se está expandiendo en América Latina, desencadenando profundas transformaciones en sus matrices culturales y políticas. La mayor parte de los análisis de este proceso han enfocado aspectos macroeconómicos (como por ejemplo el déficit fiscal o la inflación), la privatización de empresas públicas y la reducción de las políticas sociales. Sin embargo, esta reorganización economicista tiene muchos otros efectos, en tanto expresa una forma de concebir a la sociedad y la Naturaleza.
Las propuestas de la escuela económica austriaca, propulsada por Friedrich A. Hayek y L. Von Misses, más conocida en nuestros países como neoliberalismo, han sido los principales propulsores de esos cambios.
Aunque en ningún país se mantiene un modelo neoliberal «puro», y mientras sus postulados están perdiendo fuerza, igualmente permanece un sesgo o estilo neoliberal sobre nuestras sociedades. Aunque se habla de justicia social y equidad, hay evidencias de la permanencia de una impronta que una y otra vez muestra la presencia del reduccionismo de mercado. Por cierto que el neoliberalismo no es el único responsable del énfasis mercantil, pero sí es su motor más enérgico. A pesar de los acalorados debates que se han suscitado sobre el neoliberalismo, hay algunos temas que han pasado casi desapercibidos. En este artículo me referiré a uno de ellos: el que hace a las repercusiones de la mercantilización de estirpe neoliberal sobre las políticas sociales y ambientales. En particular se analizaran impactos comunes a esas dos esferas, para dejar en claro cómo se está colando una particular visión de la sociedad.
Varias razones sustentan la importancia de examinar esos remanentes. En primer lugar, es necesario proveerse de herramientas que permitan identificarlo y comenzar así a buscarle alternativas. En segundo lugar, es importante alertar que, cuando se toman herramientas de mercado de manera descontextualizada de sus fundamentos, se puede terminar haciendo el juego a esta postura. En tercer lugar, este «fantasma» mercantilista plantea análogas formas de concebir las relaciones entre las personas y las relaciones con la Naturaleza, existiendo un alarmante paralelo entre sus propuestas sociales y ecológicas, las que han pasado casi desapercibidas. Finalmente, sus consecuencias, como la mercantilización social y la erosión de la política, son altamente negativas. Para precisar este análisis crítico, siempre que sea posible fundamentaré los comentarios sobre citas a Hayek y otros autores neoliberales, dentro de las posibilidades de espacio. Asimismo, el análisis está inspirado en los países del cono sur.
- a) Políticas sociales y ambientales desde el mercado:
La perspectiva neoliberal además de ser un modelo económico, es también una visión amplia de la vida en sociedad. Postula al mercado como el escenario social perfecto. Su funcionamiento se basaría en la aceptación voluntaria de los individuos, a partir de sus intereses particulares, sin atender a los fines colectivos. Las interacciones sociales quedan reducidas a relaciones de mercado. El centro se pone en el individuo, y la sociedad deja de ser una categoría con características propias, reflejando en cambio un mero agregado de personas distintas, cada una atendiendo sus propios fines.
Los derechos personales son reducidos a derechos del mercado, y la libertad es presentada negativamente, como ausencia de coerción, y en especial restringida a la libertad de comprar y vender. Es en el mercado donde se realiza la libertad personal. Para asegurar su correcto funcionamiento debe estar protegido de intervencionismos, y en especial, de los provenientes del Estado.
Un breve vistazo a algunas medidas que se han tomado en los terrenos social y ecológico, servirán de ejemplo. Las políticas sociales, en particular los servicios de seguridad social, y la educación, así como las políticas ecológicas de conservación de la Naturaleza, quedan subordinadas a criterios de mercado.
Por ejemplo, conceptualmente y prácticamente, se ha defendido que las políticas sociales gubernamentales deben restringirse a programas de amortiguación de los impactos de las reformas de mercado, mientras que otras tareas se podrían privatizar. La lógica de esa postura apuesta a que las fuerzas libres del mercado dispararían el crecimiento económico el que, a la larga, resolvería la pobreza, de donde no se necesitaría un apoyo desde el Estado. En varios rubros a estos argumentos se le suman otros estrictamente económicos. El caso más claro se da en la reforma de la seguridad social (pasividades y jubilaciones), donde una de las principales razones es asegurar capacidad de ahorro interno mediante la capitalización de los aportes. Las políticas sociales pasan a concebirse como formas de inversión o provisión de insumos para los circuitos económicos. En el terreno educativo, se concibe a la educación como un «sector productor de insumos» para la economía, de manera de aumentar la eficiencia de los procesos productivos.
Las expresiones de esta corriente se expresan en los países del cono sur con la difusión de los «fondos de inversión social», en la privatización de ciertas áreas de la salud y la educación, propuestas peregrinas como el manejo «gerencial» de escuelas secundarias, y la transmutación del vocabulario: la cobertura social y la educación son una forma de «inversión», las personas son «capital humano», y se entrena en «tecnologías sociales».
De la misma manera se considera que el mercado también puede solucionar por sí mismo los problemas ambientales. Los defensores del «ambientalismo del libre mercado» sostienen que hay «argumentos fuertes que sugieren una superioridad del mercado en relación con los gobiernos, sea ella medida en términos de calidad ambiental, equidad o eficacia económica» (Baden y Stroup, 1992). Paralelamente, las políticas ambientales pasan a basarse en asignación de derechos de propiedad a los recursos naturales, desembocando en la privatización de bienes comunes. Así como se habla del capital humano, en este terreno también se propone un «capital natural», de donde la conservación es una forma de «inversión». El CEPAL (1991) indica que «… es imprescindible reconocer que los recursos naturales y ambientales son formas de capital y que, como tales, son objeto de inversión.» O sea que cuando se conserva un área natural, en realidad no se están protegiendo ni las especies ni los procesos ecológicos, sino que se está invirtiendo. La conservación se convierte en un negocio. Las políticas ambientales pasan a depender más y más de mecanismos de mercado, como el pago de tasas o impuestos a la contaminación, donde aquellos que tengan el dinero suficiente podrán pagar para seguir contaminando.
El ambientalismo neoliberal puede alcanzar posiciones ridículas. En su búsqueda obsesiva de optimizar los mercados, se ha llegado al extremo de plantear que el principio de contaminador-pagador se aplicaría a aquellos afectados por la contaminación, quienes deberían pagar esos impuestos (y no el contaminador), de manera de inhibir a las personas de escoger lugares de residencia próximos a industrias contaminantes (Baumol y Oates, 1988).
- b) Ámbito Estatal y Ámbito Privado:
El sego neoliberal no niega al Estado, sino que lo minimiza, dándole un nuevo papel, subsidiario al mercado: debe asegurar que éste funcione, en particular manteniendo los derechos de propiedad y el orden público. En el área social, estas propuestas apuntan a la transferencia de diversas tareas al ámbito privado. En ese caso las medidas extremas son, por ejemplo, la privatización de los servicios de salud o de educación. En muchas circunstancias se desatienden las medidas de fondo, por ejemplo las que aseguren pleno empleo, y se recurre a un asistencialismo descentralizado. Existe un terreno, más incierto, que es la transferencia a la «sociedad civil». Pero al tomar el concepto en sentido estricto se evidencia un amplio abanico, que va desde organizaciones no gubernamentales ciudadanas, como las que dan coberturas específicas para comedores o guarderías infantiles, a las empresas privadas, donde los ejemplos notorios son la privatización de servicios estatales o la tolerancia a éstas, como es el caso ante la proliferación de las compañías privadas de seguridad a costa del papel de la policía.
En el caso de la gestión ambiental, lo que se busca es la privatización de los recursos naturales, en particular otorgando derechos de propiedad y patentes sobre variedades de plantas y animales, y transfiriendo la gestión ambiental a organismos por fuera del Estado y del control social. El caso más extremo es la constitución del Instituto Nacional de Biodiversidad (INBio) de Costa Rica, bajo personería jurídica de asociación civil sin fines de lucro, pero a la que se le han cedido las potestades de la nación para la conservación y manejo de los recursos biológicos.
Aquí se evidencia el terreno confuso donde se desenvuelven los análisis y propuestas alternativas. En especial varios movimientos sociales y partidos de izquierda, con su constante crítica al Estado, muchas veces justificada, terminan haciéndole el juego a una propuesta neoliberal. No se ha atendido con la misma rigurosidad como se da esa transferencia de potestades, ya que no es lo mismo la sociedad civil expresada en una cooperativa de campesinos, que aquella representada por una asamblea de accionistas de una empresa.
El sesgo mercantil avanza sobre todo en la cotidianidad. Allí se observa una avalancha de conceptos y términos mercantiles. Pero no menos relevante, es el hecho de cómo esos cambios están pasando inadvertidos o son tomados con toda naturalidad.
Un ejemplo ilustrativo lo constituyen un tipo de declaraciones que he observado en varios países latinoamericanos. Me refiero a algún gobernante que se expresa sobre la reforma educativa o de la cobertura social en términos de ofrecer al «consumidor» un nuevo «producto» en el «mercado» social. De la misma manera, en las campañas electorales siempre se detecta algún político que se presenta como un «gerente» que vendrá a «administrar» con «eficiencia» el país, tal como si se tratara de una «empresa».
Términos como estos son utilizados incluso por personas que están muy lejos del paradigma neoliberal. Esto revela precisamente como esa concepción mercantil ha invadido nuestra vida y es invocada abiertamente. Sorprende también que esta forma de expresarse pase inadvertido; Varios años atrás seguramente hubieran desencadenado furiosas reacciones por implicar una reducción de algo tan amplio y valioso como la educación, la salud o el gobierno a un producto de consumo. También es sorprendente que este lenguaje es (aparentemente) comprendido por la gente. Todo esto expresaría, a mi juicio, que está en marcha un profundo cambio cultural.
Gran parte de la sociedad se mueve al vaivén del mercado y piensa en términos de mercado: el auge de las tarjetas de crédito, la instalación de los shopping centers, la seguridad privada, la difusión y acumulación de bienes materiales (varios televisores, teléfonos, radios y otros aparatos en cada casa), y cambios de este tipo, muestran en las ciudades latinoamericanas la irrupción cultural del consumismo. Hasta se llega a generar un «marketing ecológico» para atender a los ambientalistas.
- c) A Quien Beneficia la Globalización?
La globalización económica sólo beneficia al 20% de la población mundial que tienen en sus manos el control de la economía planetaria, es decir que la globalización no conlleva beneficios territoriales sino al capital.
En lo referente a la explotación de recursos naturales y el medio ambiente
La actual concepción económica impuesta por la globalización a significado un serio deterioro en el medio ambiente planetario, esto debido a que existen economías cuya base de su crecimiento ha sido la explotación irracional de recursos naturales.
Cuando estas economías intentan desarrollar en algún nivel la manufacturar de sus propios recursos, las economías más desarrolladas imponen aranceles proteccionistas que no permiten el acceso de dicha manufactura a su territorio.
Por otra parte algunos países han obviado normativas medio ambientales para el funcionamiento industrias que producen un serio deterioro medio ambiental esto argumentando la necesidad de inversiones en sus territorios.
Tanto la explotación irracional de recursos naturales como la ausencia de normas medio ambientales significan pan hoy y mucho hambre mañana ya que la capacidad de resiliencia de nuestros ecosistemas se encuentran absolutamente colapsadas generando problemáticas cuyo costo de restitución es infinitamente mayor a las escuálidas ganancias que deja en los países los capitales transnacionales.
- La sociedad del consumo
- a) La sociedad Actual:
El ser humano siempre ha sido consumidor; pero mientras en otras épocas procuraba consumir de acuerdo con sus necesidades naturales, en la actualidad las personas tienden a crear una serie de hábitos y modos de vida que llevan a consumir por el mero placer de consumir. Surge, de esta manera, la sociedad consumista, que se caracteriza por:
- superproducción
- creación de nuevas necesidades y nuevos lujos
- predisposición a comprar
- despilfarro
En este mundo de superabundancia se produce una doble paradoja: por una parte, las personas que tienen acceso a cuantiosos bienes jamás se sienten satisfechas y, por otra parte, existen seres humanos que no pueden satisfacer sus necesidades elementales.
El consumo no se define ni por el alimento que se digiere, ni por la ropa, ni por la sustancia oral y visual de las imágenes y de los mensajes, sino por la organización de todo esto. Éste absorbió al individuo en la carrera por el nivel de vida, al acosarlo de imágenes, de información, de cultura, la sociedad del bienestar ha generado una desocialización. La era del consumo liquidó el valor y la existencia de las costumbres y tradiciones, produjo una cultura nacional y de hecho internacional en base a la solicitación de necesidades e informaciones, arrancó al individuo de su tierra natal y de su estabilidad.
Lo que se consume son signos o imágenes de los objetos, es decir significaciones que se introducen desde afuera en las cosas reales. La función de estos símbolos será la de satisfacer y gratificar los deseos y ambiciones personales.
«Hablar de la sociedad de consumo es sostener que el consumo ha derivado en consumismo, es decir, en exaltación, exageración o hipervaloración mitificante. Es reconocer que, más allá de la necesidad de satisfacer la aspiración a una vida más confortable, se vive socialmente una ansiedad por poseer cada vez más. La paradoja es que esta compulsión trae una desvalorización del objeto una vez alcanzado. El producto poseído ya no interesa tanto como el que aún no se posee. De allí que el consumista es un permanente insatisfecho y el consumo se torna sinónimo de desvalorización de ideologías, mitos, ídolos, modas y, por supuesto, objetos.»
Hoy en día se vive en una realidad determinada por la compulsión al consumo, la globalización y el avance tecnológico, donde los medios de comunicación son más vehículos de marketing que de información, y además se vive encerrado en un mercado y no en una sociedad.
«La sociedad de consumo consiste en una forma de consumir impuesta por el sistema capitalista de producción, que se extiende no solo a los países desarrollados sino a todos los del planeta… El modo de producción capitalista fabrica desde Coca Cola hasta jets para uso privado. Es obvio que estos productos no se intentarán vender a los indios peruanos o los habitantes de las villas miserias, pero sí se volcarán esfuerzos para que los niños de esos lugares consuman Coca Cola en vez de leche. Lo verdaderamente importante para el sistema es que la mayoría de las personas se conviertan en consumidores irracionales, pero que a través de esta forma transfieran la mayor cantidad de recursos. Es de esta manera que la sociedad de consumo actual instaura la dictadura del producto.»
Para G. Katona y W. Rostow, el consumo de masas es consecuencia del alto desarrollo al que han llegado determinadas sociedades; esto se manifiesta en el incremento de la renta nacional. A su vez posibilita que un número mayor de personas adquiera bienes más diversificados. «Queda implícito en el pensamiento de estos dos autores que los beneficios de la sociedad de consumo representan una condición del desarrollo capitalista, de posible acceso por los países que adoptan este sistema.»
Los defensores de la sociedad de consumo afirman que existe una mayor igualdad entre las clases sociales.
- b) El Consumo:
La posesión de bienes se da a través del consumo, definido como «el conjunto de procesos socioculturales en que se realiza la apropiación y los usos de los productos». Estos pueden estar a disposición en cualquier parte y pueden ser consumidos de diversas maneras. El simple hecho de su existencia, transforma a los productos en potencialmente consumibles y da a todos el derecho legítimo de aspirar a tenerlos, ya que fueron producidos con el esfuerzo de toda la sociedad.
El dinero permite el consumo, pero cada vez se necesita menos dinero. La producción en masa y la de imitaciones ha hecho posible que personas que no pertenecen a las elites puedan tener acceso a objetos similares. El fenómeno del consumo implica relaciones de dominación pero también de imitación. El mimetismo cultural es un móvil importante para el consumo. El consumo es una elección consciente de la persona y depende de su cultura.
Las visitas a los «shopping» no tiene muchas veces como objeto el consumo puro y simple de bienes concretos. Estar en él hace parte del consumo simbólico. Además, el consumo permite placer, mejorar las condiciones materiales de vida y da gratificación psicológica, Aunque la persona no pueda comprar los bienes, la sola ilusión de que puede llegar a hacerlo, el simple consumo estético de las luces o de un televisor en una vidriera, proporciona placer y hacen que la persona se sienta partícipe de este mundo.
La búsqueda del placer es un deber desde que el consumo de bienes y servicios pasa a ser la base estructural de las sociedades occidentales. «En las últimas décadas existe una particular intensificación de actitudes y comportamientos sociales en torno al consumo de bienes; hablar de una sociedad de consumo implica poner en descubierto que el consumo, es decir, la actitud para el mismo, ha llegado a un nivel paradigmático, afectando, definiendo y perfilando conductas, relaciones y estructuras; en definitiva constituyéndose en un valor esencial de la cultura contemporánea.»
- c) El Comportamiento del Consumidor
El estudio de las necesidades del individuo permite una mejor interpretación de las actitudes y comportamientos de quien es el motivo central de intercambio.
La aplicación de las estrategias de marketing sobre los deseos del individuo provoca una incentivación del consumo, una generación de demanda. Es evidente que el marketing puede exacerbar necesidades aunque preexistan, o crear deseos y provocar una demanda.
La necesidad es algo que falta y que el consumidor desea con mayor o menor intensidad. La necesidad recorre toda la escala de apetencias, desde la verdadera angustia producida por la sed, hasta la más frívola que pueda experimentarse en el deseo de darse un capricho de poca importancia.
Las necesidades del consumidor van formando una escala de valores con sus apetencias y deseos.
Existen distintos enfoques que tratan de determinar si el consumidor actúa de manera racional o irracional; si está influenciado por el contexto o se da un aprendizaje por parte del consumidor:
Enfoque microeconómico: supone un consumidor lógico y racional cuyo esquema decisional se basa en dos variables: precio y cantidad.
Este enfoque supone que el consumidor sigue el principio de maximización de utilidades. Las críticas efectuadas a este enfoque se basan fundamentalmente en las dudas sobre los principios de racionalidad genérica del consumidor.
Enfoque conductista: para los conductistas solo la conducta observable proporciona elementos objetivos para una rigurosa investigación psicológica. El aula del consumidor tiene varios maestros; entre ellos se encuentran las «comunicaciones», la observación e «imitación» de otros consumidores, las experiencias personales, etc.
Enfoque sociológico: es sumamente complejo interpretar la conducta de un individuo y, más aun, hacerlo sin considerar los aspectos sociales que influyen sobre él, sus demandas y decisiones.
Hay quienes consideran que el consumidor no es quien maneja el poder de decidir si compra o no tal bien. Son los productores los que manipulan a los consumidores a través de los medios, especialmente, por medio de la publicidad. Además, la producción crea nuevos productos que a su vez determinan nuevas necesidades, es decir, los productos no satisfacen necesidades reales sino que son los generadores de las mismas.
Lo que prevalece en esta postura es la lógica capitalista que sólo busca el beneficio económico. El hombre contemporáneo es llevado a consumir irracionalmente, de forma tal que se lo juzga por lo que tiene y no por quién es; sólo se realiza a través del consumo y para ello cualquier medio es válido.
Partidarios de estas ideas son: John K. Galbraith, Erich Fromm, Vicent Packard, entre otros.
Otros consideran que el consumidor actúa racionalmente, así lo plantea Braidot en su obra «Marketing Total», no existen clientes irracionales. En la mayoría de los casos los consumidores se comportan racionalmente, pero con una racionalidad referida a sus propias realidades y a sus particulares esquemas decisionales. Para demostrar esta postura propone un ejemplo:
«Para una adolescente el valor de un zapato está en la moda. Es necesario que el calzado sea lo que se usa. El precio y la duración carecen de importancia. Para la misma adolescente, convertida en madre años después, la moda se convierte en una restricción. No comprará algo fuera de moda. Pero buscará además, y quizá con prioridad, mayor duración, menor precio, comodidad, entre otras ventajas. El zapato de gran moda es una compra racional para la adolescente, pues vestir a la moda es su mayor preocupación, ya que sus restantes necesidades de alimento, vivienda, etc., en general están a cargo de sus padres.»
Y existen quienes consideran que el consumo se balancea constantemente entre el extremo de lo afectivo, que es el ámbito del deseo y la irracionalidad, y el de lo racional que está orientada a la realidad objetiva, intelectual y conceptual.
En algunos productos y para determinados consumidores preponderará lo afectivo y para otros lo racional. El deseo humano es el motor del consumo.
- d) Consumo, Sirve para Pensar
Hoy se puede hablar que la identidad de una ciudad, comunidad y hasta la de un país se determina, o tiende a determinarse por medio del consumo, de lo que se tiene o no se tiene. Las transformaciones continuas en la producción y en la comunicación, hacen que los individuos se identifiquen más con los productos que consumen que con las raíces de su pueblo o las costumbres de su lugar. La globalización permite el acceso a una gran variedad de productos, el problema surge cuando se tiene que hacer la elección. ¿Cuál conviene? ¿Qué diferencia existe entre éste y aquel? Estos son las preguntas más comunes que se hacen los consumidores ante la gran cantidad de productos que ofrece el mercado. Cuando se va a un «hipermercado» en las góndolas se exponen varias marcas – tanto nacionales como importadas- del mismo producto. La pregunta que se hacen los sociólogos, los investigadores de marketing es qué elementos o qué factores utilizan los consumidores para seleccionar y elegir este bien en vez del otro, es decir, cual es el esquema de decisión de cada uno. De aquí se desprende la existencia de una racionalidad, la compra o adquisición de un producto no se la hace así por que sí. Todo tiene un motivo, y la existencia de uno, ya es razón suficiente para plantear una racionalidad en el consumido; muchas veces se compra un producto no solo por la necesidad que satisface, sino también por el fin de darle una utilidad en particular, por ejemplo el uso del envase como adorno.
Existen distintos enfoques que intentan explicar la manera en que va actuar el consumidor ante esta gran variedad de objetos y productos.
García Canclini, en su obra «Consumidores y Ciudadanos», define al consumo como un proceso sociocultural en el que se realiza la apropiación y los usos de los productos, por lo tanto el consumo no es un acto irreflexivo y compulsivo.
Por lo dicho anteriormente, se afirma que el consumo sirve para expandir la economía de un país, reactivar la producción, dar empleo como también para diferenciar y determinar distintos niveles socioculturales, no es lo mismo tener unos jeans marca «Rapper» que unos «John. L. Cook», poseer ésta u otra marca implica identificarnos y diferenciarnos de los demás … «las mercaderías sirven para pensar»
Como afirma el autor ya mencionado, el incremento de los ingresos, las nuevas técnicas para producir, la gran variedad de las ofertas del mercado, no alcanza para que los integrantes de un grupo social se abalancen sobre las novedades en forma irracional.
Hay una especie de fidelidad al grupo de pertenencia. Todos los que están dentro del grupo son iguales y nadie quiere dejar de pertenecer al mismo, por lo tanto, un cambio en la manera de expresarse, de pensar o el simple hecho de adquirir un cierto bien distinto al del resto podría llevar al destierro del mismo. Dentro de cada grupo cada integrante desempeña un rol social; el hombre como tal necesita sentirse útil, necesita estar en relación con los otros, interactuar con el mundo y sobre todo necesita ser aceptado, es por ello que nunca buscará ser expulsado del grupo al que pertenece.
Para que el consumo sea un lugar para pensar es necesario que exista una oferta vasta y diversificada de bienes y mensajes representativos de la variedad internacional de los mercados, de acceso fácil y equitativo para la mayoría; también es necesario la existencia de información multidireccional y confiable de la calidad de los productos.
Estos son algunos de las condiciones que se tienen que presentar para que el consumo no sea una simple adquisición de bienes, sino más bien un proceso sociocultural en donde interactúan los hombres para satisfacer sus necesidades, para integrarse con otros y para distinguirse de ellos.
- Aportes de las sociedades a la construcción de una sociedad global
El norte concentra un mayor poder político y económico a nivel mundial, además el manejo de las tecnologías comunicacionales es de lejos mucho más desarrollado que el de los países del sur, por tanto evidentemente impone su cultura al resto de las regiones más pobres del planeta, no en vano el lenguaje de los negocios es el inglés y no el español.
Desde el norte se imponen modelos económicos, sociales, culturales y políticos cuya adopción está condicionada además por la posibilidad de acceder a ser parte de la economía globalizada y sus beneficios, los que como vimos anteriormente no son tantos.
La globalización, es un proceso consciente muy bien planificado, con claro sustento ideológico que tuvo como fin abrir nuevos mercados a las empresas transnacionales y consolidar el capitalismo a nivel mundial.
A pesar de esto, la globalización puede tener algunos beneficios siempre y cuando su sustento ideológico varíe y tienda a la mejora de la calidad de vida de todos los habitantes del planeta.
- a) Economía Argentina:
La Argentina fue «el modelo» del FMI de la apertura económica. Sin embargo hoy se encuentra inmerso en una crisis social severa. El rumbo de la política local actual no desvía el rumbo forzando aun más un plan poco fructífero si observamos las condiciones de la totalidad de la población. La creciente tensión social compromete aun más a la situación del país, ya sea para el accionar local como el internacional.
En cuanto al MERCOSUR, se encuentra en un momento de crisis debido a conflictos netamente comerciales, sin solución alternativas de controversias, ni políticas conjuntas entre los países integrantes.
Hay que destacar que Argentina con la apertura económica se vio invadida de capital fresco de grandes transnacionales. Como así también el proceso de integración del MERCOSUR fue muy productivo para su economía. Pero si bien estos datos nos muestran mejoras económicas los costos para su concreción fueron elevados.
Dos actores claves para la buena salud de un país fueron sacrificados: la democracia y el derecho.
El derecho local conoció la causa mundial de su desvío: la economía. Siempre se sitúo detrás de ella. No gozo de buena salud. La defensa de los intereses económicos relegó su destino final. El poder de las empresas transnacionales afectó directamente el accionar de un derecho omiso. La lentitud y la ineficacia del mismo cooperan con su avasallamiento. El récord de decretos leyes emanados por la administración pasada es una muestra contundente del lugar ocupado por el derecho.
La democracia corrió igual suerte. La corrupción fue un emblema nacional, dejando al derecho en un segundo plano. La necesidad de una democracia directa es urgente. La crisis de representación en el país sufre elevados índices. Las ultimas elecciones fueron una muestra de ello, donde un grupo de jóvenes políticos tuvo apoyo en gran parte del electorado.
El intercambio comercial se dio de la siguiente manera: las exportaciones, en lo referente al primer cuatrimestre de 1998, en conjunto disminuyeron un 5 %, con relación a igual período del año anterior, los productos primeros aumentaron un 4%, las manufacturas de origen agropecuario decrecieron 11%, las manufacturas de origen industrial aumentaron 10% y finalmente los combustibles cayeron un 38%. Con relación a las importaciones del primer cuatrimestre de 1998, que aumentaron un 13%, respecto a igual período del año anterior, los bienes de capital aumentaron 27%, los bienes intermedios subieron 12%, los combustibles disminuyeron 11%, las piezas y accesorios para bienes de capital se mantuvieron constantes, los bienes de consumo aumentaron 14% y los vehículos automotores de pasajeros aumentaron 11%.
Las exportaciones argentinas tuvieron como principales destinos el MERCOSUR (32%), la UNION EUROPEA (18%) y el NAFTA (11%). En el total de las importaciones argentinas se destacan como principales proveedores la UNION EUROPEA (27%), el MERCOSUR (25%) y el NAFTA (24%).
Ventajas y Desventajas: las manufacturas de origen agropecuario (MOA) y, más recientemente, el sector energético, tienen claras ventajas comparadas con respecto a la producción global. Por otro lado, las manufacturas de origen industrial (MOI) muestran un alto nivel de desventajas. La principal fuente de desventajas de las manufacturas de origen industrial la constituyen las industrias nuevas y, dentro de ellas, las de alta y media tecnología. Las industrias de insumos básicos muestran una desventaja también importante pero claramente decreciente. Por el contrario las industrias tradicionales evidencian niveles de ventaja o desventaja relativamente bajos. El conjunto de los productos manufacturados (MOI y MOA), los sectores con baja intensidad laboral aparecen con una ventaja comparada mientras que los sectores de intensidad laboral alta y muestran claras desventajas. Las principales fuentes de ventajas desarrolladas por Argentina se vinculan con los factores heredados: los recursos naturales. El factor aprendizaje, la capacidad tecnológica y las economías de escala no constituyen factores de competitividad demasiado presentes. Esto puede estar relacionado con las características asumidas por las políticas de sustitución de importaciones que no lograron promover un cambio genuino en los patrones de competitividad.
- b) Economía en América Latina:
América Latina es la región del mundo con la peor distribución del ingreso y la mayor concentración de la riqueza. Este es un rasgo característico desde el inicio de la conquista y la colonización, que perdura hasta nuestros días.
Los límites a los liderazgos empresarios impidieron expandir el empleo e integrar al conjunto de la sociedad en un proceso generalizado de crecimiento, reduciendo las posibilidades de construir sistemas de capitalismo nacional auto centrados en la movilización del ahorro y los recursos instemos, el aprovechamiento del mercado interno, la expansión de las exportaciones y el cambio técnico. La presencia de las empresas extranjeras en América Latina y la debilidad relativa de los liderazgos empresariales nacionales fue suplida por la inversión pública y por la inversión privada extranjera.
La concentración de la riqueza y la fractura social de raíz étnica contribuyeron a formar regímenes políticos excluyentes e inestables. A partir de 1958, dos grandes países, Brasil y México, a pesar de apoyar formalmente las tesis de integración regional, dieron un salto en su proceso de desarrollo en base de una industrialización más avanzada. Esta sé dió con apoyo de la inversión extranjera y la protección externa que garantizó el mercado interno para una nueva ola de inversiones de las filiales de grandes empresas trasnacionales en la industria manufacturera.
En el caso de México, las filiales eran básicamente norteamericanas, con lo que se articuló el ciclo de integración entre comercio e inversión con Estados Unidos, que facilitó posteriormente el Tratado de Protección de Inversiones de Libre Comercio de América del Norte. Brasil, al recibir inversiones de Europa y Japón, estableció un vínculo trasnacional que lo llevó en la década de los 70 a su vocación de global trader con exportaciones importantes de productos manufacturados; se convirtió en el único país de América Latina en tener un superávit comercial en el sector manufacturero entre 1974 y 1994. Ambos países, con sus elevadas tasas de crecimiento, representaban más de 2/3 de la producción industrial latinoamericana.
Más de 224 millones de pobres existen en las naciones latinoamericanas, de los cuales 117 millones son menores de 20 años que no cuentan con fuentes fijas de empleo. Un informe de la Cepal sostiene que hubo un rebrote de pobreza en América Latina entre 1998 y 1999 debido a la crisis económica que causó la caída del PIB. Esta situación impidió a los gobiernos desarrollar programas de reactivación, de empleo y ejecutar programas de alcance social.
En los países centroamericanos la desigualdad tiene varios ejes: la desigual distribución del ingreso, de los activos y del consumo; el régimen de tenencia de tierra; el acceso discriminatorio a oportunidades, así como a los servicios públicos y a la administración de justicia. Son reflejo de la desigualdad la situación de grupos vulnerables, como las mujeres jefes del hogar y las comunidades indígenas. Este panorama compromete la cohesión social indispensable para cualquier esfuerzo sostenido de desarrollo económico; situación que se ve más clara en Guatemala, ante el compromiso en los Acuerdos de Paz suscritos en 1996 de reconocer la Identidad y Derechos de los Pueblos Indígenas.
En algunos países más del 70% de la población vive en situación de pobreza, en Nicaragua, casi dos tercios de la población; en El Salvador, algo menos de la mitad, y sólo en Costa Rica algo menos de la cuarta parte. En la actualidad alrededor de 20 millones de centroamericanos viven en situación de pobreza, de los cuales 14 millones viven en condiciones de indigencia. Otro tanto ocurre con la distribución del ingreso. En Guatemala y Honduras, el cuarto más pobre de la población participa en menos del 6% del ingreso, mientras que el décimo más rico participa en más del 37%. En contraste, en Costa Rica los coeficientes son del 9% y del 27%, respectivamente.
El predominio de las empresas transnacionales produjo un aumento de la internacionalización y concentración industrial, que repercutió sobre las estructuras de mercado y los patrones de distribución. Se sumó una fuerte caída en el nivel de remuneraciones reales, que junto a la combinación de insuficientes puestos de trabajo y salarios reprimidos causó la principal explicación de la elevada incidencia de la pobreza que continúa registrándose en toda la región.
Latinoamérica no ha avanzado en el principal desafío de la región: Resolver la pobreza y la inequidad. Uno de cada tres latinoamericanos sobrevive con menos de dos dólares diarios. La heterogeneidad en Latinoamérica se aprecia tanto por los tamaños geográficos como por las disparidades en los ingresos. México, Argentina o Chile son economías ricas y desarrolladas en comparación con Haití y Honduras. Pero todos los países de la región evidencian un alto grado de disparidad en la distribución interna de los ingresos.
- Conclusión, opinión y propuesta
Conclusión:
De acuerdo a lo expuesto anteriormente, la «Globalización» comienza en la última década del siglo XV, en donde la actividad económica se destinaba a la subsistencia de la fuerza de trabajo y al sostenimiento de las clases dominantes. El progreso técnico era muy lento y, en tales condiciones, el impacto de los vínculos con el mundo externo sobre el desarrollo económico era insignificante. Entre los siglos XI y XV, el desarrollo del capitalismo comercial, el progreso técnico y las transformaciones sociales, permitieron un lento pero persistente crecimiento de la productividad. El sistema internacional global recién se constituye a partir del siglo XV con el descubrimiento de América; en el año 1.500 convergieron el aumento persistente de la productividad y la existencia de un sistema internacional globalizado. Recién entonces se plantea las interacciones entre el ámbito interno y el contexto mundial. En el siglo XIX las comunicaciones registraron el revolucionario impacto del telégrafo y de los cables submarinos, lo que permitió la ocupación de espacios abiertos. Hasta tiempos recientes la cuestión ecológica era prácticamente irrelevante y la pobreza un tema encerrado dentro de las fronteras de cada país, la universalización de ambas cuestiones es actualmente uno de los mayores desafíos que confronta el sistema mundial.
La transnacionalización ha significado la generación de empresas que controlan la producción y la economía, pero no garantiza la protección mínima a los trabajadores. Las empresas internacionales son quienes establecen las reglas del juego y, en consecuencia el Estado tiene mayor dificultad para tomar parte activa y dirigir las cuestiones sociales, las prestaciones de servicios y el mantenimiento de los derechos. Como una alternativa surge el Internacionalismo, entendiéndose como tal, la unión de fuerzas de aquellos que no son los dueños del capital y que se ven enfrentados a sus abusos.
Cada vez hay mas señales de preeminencia de la empresa privada sobre los gobiernos, por eso, la democracia es fundamental para garantizar los derechos y las respectivas inversiones; hace falta la acción consciente del Estado.
El creciente proceso de la liberalización de las economías y su consecuente mundialización está entrando en un escalón más alto; con el fin de regular las crecientes relaciones comerciales, generaron una estrategia económica y política de liberar todas las barreras al libre comercio, producto de ello fue la creación de los tres actores internacionales: la Organización Mundial del Comercio, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. El comercio internacional e Internet están transformando la forma en que los países y las sociedades interactúan, muchos temen que este nuevo orden económico mundial amplíe la brecha entre los que tienen y los que no tienen, y ahora entre los que saben y los que no saben.
Las nuevas tecnologías están creando un mundo donde los valores y las economías repercuten de un lado a otro; la cultura y los valores humanos están siendo modelados por un medio electrónico.
La globalización le da a los países extremadamente ricos nuevas oportunidades para ganar dinero en forma más rápida. Beneficia mucho a muy pocos a la vez que excluye o margina a dos tercios de la población mundial. Lo que para algunos constituye un proceso de integración, para otros puede significar la desestructuración y desintegración de sus identidades.
La Argentina fue el modelo del FMI de la apertura económica, sin embargo hoy se encuentra inmerso en una crisis social severa. En cuanto al MERCOSUR, se encuentra en un momento de crisis debido a conflictos comerciales. Argentina con la apertura económica se vio invadida de capital fresco de grandes transnacionales. El MERCOSUR fue muy productivo para su economía pero los costos para su concreción fueron elevados. Se sacrificaron la democracia y el derecho.
América Latina es la región del mundo con la peor distribución del ingreso y la mayor concentración de la riqueza. En algunos países más del 70% de la población vive en situación de pobreza, el predominio de las empresas transnacionales produjo caída en el nivel de remuneraciones, puestos de trabajo y salarios causó la principal explicación de la elevada incidencia de la pobreza que, actualmente, continúa registrándose en toda región.
Se ha definido que las Políticas Sociales gubernamentales deben restringirse a las reformas de mercado, mientras que otras tareas podrían privatizarse. Esa postura apuesta a que las fuerzas libres del mercado dispararían el crecimiento económico el que, a la larga resolvería la pobreza, de donde no se necesitaría el apoyo del Estado.
Se considera que el mercado también puede solucionar por sí mismo los problemas ambientales. Los defensores del ambientalismo del libre mercado sostienen que hay argumentos fuertes que sugieren una superioridad del mercado en relación con los gobiernos, sea ella medida en términos de calidad ambiental, equidad o eficacia económica.
En otras épocas, el ser humano consumía de acuerdo a sus necesidades naturales, hoy las personas tienden a crear nuevos hábitos y modos de vida que lleva a consumir por el mero placer de consumir, el producto poseído ya no interesa tanto como el que aún no se posee. La era del consumo liquidó el valor y la existencia de las costumbres y tradiciones. La globalización permite el acceso a una gran variedad de productos, el problema surge cuando se tiene que hacer la elección.
Opinión:
La Globalización es una realidad del mundo de hoy, un hecho ineludible que repercute en la vida de todas las personas y plantea problemas, no sólo económicos, sino culturales, políticos, éticos y ecológicos.
Cada vez son más quienes se ven afectados como consecuencia de la globalización, en particular, los pobres.
La creación de nuevas instituciones, como la Organización Mundial del Comercio y el propuesto Acuerdo Multilateral sobre Inversiones, consolida el poder de los ya privilegiados. La convergencia de esos factores ha agravado la situación de los pobres, que constituyen la gran mayoría de la población mundial.
Ahora bien, la desigualdad en la distribución del poder y la riqueza, de la pobreza y la exclusión es una realidad que se contrapone a la idea de una única comunidad mundial. Justamente lo que falta hoy en día es sentido de comunidad, pertenencia y responsabilidad mutua. Por eso, las tendencias futuras de la globalización dependerán de los modos de recombinar lo propio y lo ajeno, lo económico, lo político, lo ético, lo igual y lo diferente, en definitiva, dependerá de los modos concretos y específicos en que los individuos y grupos interactúen.
La vida de las personas está cada vez más expuesta a la inseguridad. El número de emigrantes que buscan desesperadamente trabajo y un hogar para sus familias ha aumentado drásticamente, en todas partes del mundo se ha ensanchado la diferencia entre ricos y pobres.
En cuanto a la democracia es importante terminar con las listas sábanas de los partidos, sino elegir en forma más específica a cada candidato, así aparecerán poco a poco políticos realmente capacitados para su tarea. Se necesita una democracia directa para que exista un derecho respetado y respetable.
Cabe destacar que la globalización tiene, también, sus aspectos positivos como ser el mundo de la informática, más precisamente Internet como nuevo desafío, es una forma de que países y sociedades puedan interactuar comercial y culturalmente.
Propuesta:
Según la Asamblea de la Alianza Reformada Mundial, la labor acerca de la globalización debe basarse en iniciativas que ya han tomado las iglesias y los movimientos sociales, afianzándolas, apoyar su cooperación, alentarlos a actuar y formar alianzas con otros interlocutores de la sociedad civil que llevan a cabo actividades en relación con la globalización, a saber:
- Lanzar campañas a favor de la condonación de la deuda y promover un enfoque ético alternativo y un nuevo sistema de préstamos y obtención;
- Apoyar la aplicación de un impuesto sobre las transacciones financieras destinado a imponer límites al flujo no reglamentado de capitales;
- Apoyar iniciativas que hagan frente al desempleo y al deterioro de las condiciones laborales de los trabajadores de todas la regiones como;
- Ver nuevas formas de organizar la producción, un comercio justo y nuevos sistemas bancarios y, particularmente los países altamente industrializados, los cambios en la forma de vida y en las pautas de consumo.
- Promover la formación en cuestiones económicas, así como la capacitación de dirigentes en relación con la globalización y otras cuestiones relacionadas;
Por otro lado, en un artículo publicado en el diario Clarín el 26 de septiembre de 1999, Adolfo Buscaglia, académico de Ciencias Económicas, analiza las vías para combinar los beneficios de la globalización con una mayor equidad. Es un trabajo que presentó ante un congreso reunido en Panamá en el cual nosotros, los integrantes del equipo, coincidimos con lo que él propone. Se detallará a continuación
- Bibliografía
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Opinión de la Trabajadora Social Docente de la Universidad Académica de Humanismo Cristiano, Santiago, Chile.
González Casanova, Pablo. «Los indios de México hacia el nuevo milenio».
Camdessus Michael. «Vivir en la ciudad global» y «La ciudad global del planeta urbano».
Oliver Kozlarek. «Simulación, realidad y desafío de la globalidad»
Carlos Vilas. «Seis ideas falsas sobre la globalización. Argumentos desde América Latina para refutar una ideología».
Renato Ruggeiro. «La política internacional en la hora de la OMC».
Charles Oman. «Globalización: la nueva competencia».
Arthur MacEwan. «Globalización y estancamiento».
Jaime Estay Reyno. «La globalización, empresas transnacionales y la sociedad civil».
A Wall Street no le gusta Latinoamérica, Suplemento Económico Clarín 07/05/2000.
José María Vidal Villa. «Dos versiones de la mundialización: Georges Soros y Samir Amin.
Globalización: Mitos y realidades.
Marijke Velzeboer. La globalización y el Internet.
Andino Mario. «La Sociedad de Consumo».
García Canclini Nestor. «Consumidores y Ciudadanos».
Ramón Rosales. «Patrón de especialización y política comercial en la Argentina de los 90´».