La Gerencia Financiera tiene como objetivo fundamental la administración eficiente del capital de trabajo de una organización, tomando en consideración factores de riesgo financiero, y en la búsqueda de los niveles óptimos de rentabilidad. El administrador financiero tiene como misión maximizar el valor de mercado de la organización, a partir de la maximización del precio de las acciones; es esto por consiguiente una relación de dependencia: maximizar el precio de las acciones de la organización transmite solidez a los propietarios, y la presenta como una alternativa atractiva a potenciales inversores.
En el mundo económico moderno, con la influencia de factores de impacto global tales como el calentamiento global, y otros factores de menor impacto pero aun así masivo, tales como las políticas innovadoras y en algunos casos, dependiendo de la óptica dada, rígidas por parte del Estado, adquiere una dimensión estratégica el termino Calidad Total, como propuesta para generar valor agregado a los productos y servicios de una organización.
Durante años se manejo la concepción de la eficacia y eficiencia financiera a partir de una estructura de costos adecuada, no invertir más de lo necesario en recurso humano, y desarrollo de una relación limitada con el entorno, basada en la satisfacción de la necesidad básica del cliente a través de un producto o servicio especifico, generando a través de este una rentabilidad económica.
En los años 1950, y las décadas sucesivas, es desarrollada y mostrada al mundo organizacional la Cultura de la Calidad Total, cuya premisa fundamental es no producir lo más posible sino lo mejor posible, con un enfoque hacia el cliente y no hacia el producto.
Es esta la estrategia seguida por las empresas Japonesas, en las que sus gerentes eran conminados a mejorar continuamente sus productos y servicios para desarrollar una ventaja competitiva a mediano y largo plazo, así esto significara pérdidas financieras en el corto plazo.
El mensaje era y aun hoy es claro, si se invierte en elementos que generen valor agregado a productos y servicios, las ganancias llegaran y lo más importante se desarrollaran aptitudes y comportamientos estratégicos que darán a la organización si bien no ventajas, herramientas competitivas.
Estas estrategias no son más que el mejoramiento continuo de los productos y servicios, una gestión del talento humano altamente eficiente, y lo más importante desarrollar una relación simbiótica con el entorno que le rodea; y que con acciones concretas contribuyan a eliminar el paradigma existente de que el único propósito de las organizaciones es la obtención de márgenes de rentabilidad financiera a través de una simple transacción de mercado.
El futuro de la organización y el logro del Bienestar Social depende de ello.