Una de las variables que afectan la economía de un país, así como algunos indicadores como la inflación, el tipo de cambio, el comportamiento de los consumidores y de los inversionistas, entre otros, son las expectativas.
Si bien, los indicadores mencionados pueden variar en un periodo de tiempo a raíz de las expectativas, su afectación a la marcha de la economía de un país tomara relevancia y sostenibilidad en el tiempo, si las expectativas mencionadas se transforman en hechos concretos, como lo es una errática política económica de un Estado, ó la influencia negativa de factores económicos y geopolíticos externos, para efectos prácticos de lo expuesto veamos el caso actual de la economía peruana.
Actualmente, nos encontramos con un panorama económico y geopolítico externo difícil, en el campo económico por la difícil situación económica de los países de la Eurozona, los temores de una desaceleración del crecimiento de la economía de China, y los aún incipientes datos de una recuperación de la economía norteamericana, que nos permita inferir que sean sostenibles en el tiempo y, en el plano geopolítico, por las crecientes tensiones entre las potencias occidentales lideradas por Estados Unidos frente a Rusia y China por desacuerdos en diversos aspectos, como la problemática de los ciberataques chinos a Estados Unidos, el escudo antimisiles norteamericano, la crisis en Ucrania, entre otros.
En el frente interno, es el panorama político el que genera mayores expectativas, a raíz de cuestionadas disposiciones emanadas por el ejecutivo, en el cuarto paquete de medidas para impulsar la demanda interna y tratar de revertir la desaceleración económica, como el caso del recientemente aprobado nuevo régimen laboral juvenil y su abierto rechazo por parte de los gremios sindicales, y un gran sector de jóvenes que viene realizando masivas marchas de protesta en las calles de las principales ciudades del país, al ser considerado inconstitucional y lesivo a los intereses de los jóvenes de 18 a 24 años, que laboran informalmente o están desempleados a quienes va dirigido, por privarlos de beneficios laborales frente al régimen laboral ordinario, como 15 días de vacaciones en lugar de 30, no pago de la Compensación por Tiempo de Servicios (CTS), no pago de gratificaciones (normalmente 2 veces al año, en Julio y Diciembre), entre otros.
A ello hay que añadir el mantenimiento de niveles altos de inseguridad ciudadana, las denuncias de corrupción en diversos niveles y sectores del Estado, los cuales no contribuyen a generar estabilidad en los agentes económicos siendo éstos motivos de las actuales expectativas que vienen afectando algunos indicadores de nuestra economía, el cual es agudizado por la vulnerabilidad de nuestra economía ante los factores económicos y geopolíticos externos, debido a que más del 70% de nuestra oferta exportable esta basada en productos tradicionales primario exportadores, principalmente del sector minero carentes de valor agregado, muy sensibles a los vaivenes de los precios de los mercados internacionales.