Cuando no nos dedicamos de lleno a la actividad que sabemos hacer perdemos enfoque, nos solemos meter en apaga fuegos y lo peor de todo: podemos caer en situaciones en donde dejamos de crear negocio. No es normal pero si es un riesgo que queramos implementar y hacer crecer un negocio cuando hay áreas que no sabemos manejar. Entonces, ¿cómo o con quién nos apoyamos para sobresalir ante la competencia?
Recuerdo cuando empecé mi primer negocio hace ya casi 20 años estaba lleno de motivación pues tenía un sueño que anhelaba de tiempo atrás, mucha energía y ganas de comerme al mundo. En ese entonces contaba solo con mi idea y un muy buen verbo, por lo que me fue relativamente fácil vender mi idea a un inversor quien me apoyo financiando el comienzo de operaciones.
A los pocos meses que abrí mi empresa comencé a tener mis primeras muy buenas ventas y en menos de 8 meses había vendido un millón de dólares. Sí, ¡¡¡un millón de dólares!!! ¿Fantástico verdad? Pues sí y no.
El aprendizaje
Esa etapa de mi vida fue un gran aprendizaje ya que me di cuenta que para ser un profesional de éxito no basta solo con vender sino hay que saber a dónde va uno, tener un plan y una visión muy clara de lo que uno quiere.
Como vendí mucho, la operación de mi negocio me sobrepaso en capacidad muy rápido a todos niveles. Yo intentaba hacer todo al mismo tiempo, hasta me sentía orgulloso de ser un todologo o multitareas. Pero esta sensación de fortaleza muy pronto desapareció pues mi cabeza estaba en mil cosas a la vez y no tenía tiempo más que para apagar fuegos a medias. Fue cuando decidí contratar a gente que me ayudase, tanto a nivel administrativo como en ventas, pero lo que hice fue darme más trabajo a mi mismo ya que las personas que contrataba no eran las adecuadas. Por ejemplo yo creía que tenía que tener vendedores que fuesen carismáticos, con don de palabra y energéticos y lo que sucedió con este tipo de vendedores eran muy buenos trayendo ventas nuevas pero carecían de planificación como yo y el problema se hizo aún más grande.
Quizás a alguno de ustedes mi experiencia le pueda ser familiar en algún sentido. Como decía, mi aprendizaje de esa etapa fue que si yo no sabía a donde quería ir y no tenía un plan y el tiempo necesario para planificar difícilmente podía transmitir a otros lo que quería y aún más complejo sería lograr tener un verdadero equipo con el que crecer para llegar al éxito.
El lobo solitario
Durante mucho tiempo antes de llegar a esta reflexión me sentí como lobo solitario, como un gerente incomprendido y que nadie valoraba mi trabajo ya que todos venían a mí para resolver sus problemas pero nadie me apoyaba a resolver los míos. La verdad era que yo mismo no sabía valorar lo que realmente era importante: tener un objetivo bien claro y planificar y crear una estrategia en base a prioridades.
Hoy en día me doy cuenta que si hubiese contado con la experiencia de saber planificar estratégicamente otro gallo hubiese cantado.
Apoyo experto
Ahora bien, también pude buscar el apoyo de algún profesional que fuese un experto en logro de objetivos y planificación para ayudarme a crear e implementar un plan de acción bien estructurado y definido.
Pero en ese entonces no me sentía cómodo pensando en meter en mi empresa a un extraño que me dijese que hacer. Que soberbio verdad!!! Pero la verdad que mi planteamiento y sentir era errado ya que lo que necesitaba era un profesional que me ayudase por un tiempo limitado a crear esa estructura que me hacía falta pues yo no tenía el conocimiento ni el tiempo para implementar.
Durante muchos años este tipo de ayuda profesional de alto nivel estaba solo al alance de las grandes empresas afortunadamente esto ha cambiado.
Muchas empresas en especial los empresarios independientes y la pequeña y mediana empresa suelen requerir personal de alto nivel por un tiempo determinado, con la finalidad de efectuar trabajos específicos como desarrollo del área comercial, planificación financiera, revisión de procesos administrativos o análisis de la estrategia de crecimiento e inversión en tecnología.
Para atender este tipo de necesidades una excelente opción es buscar lo que se denomina Gerencia Interina, ofrecida por profesionales especializados altamente calificados en cada tema y los perfiles gerenciales requeridos.
Como empresarios estamos acostumbrados por ejemplo a contratar a un diseñador que nos haga una web o a un contable que lleve nuestras finanzas pero por qué no aplicar el mismo concepto que usan desde hace tiempo las grandes empresas que es subcontratar labores específicas a nivel de gerencia o recursos humanos.
La gerencia interina una gran solución
La idea es usar la figura de la gerencia interina, para que personas idóneas y con muchos años de experiencia en gestión empresarial, se encarguen de desarrollar carencias y procesos para una empresa por un tiempo limitado. De esta forma los directivos podrán dedicarse de lleno a la actividad que saben hacer y de esta forma crear negocio.
Por consiguiente, las ventajas de este tipo de subcontratación son numerosas. Entre ellas está el disminuir costos hasta en un 90%, aspecto que puede ser muy útil para el crecimiento de nuevas empresas o empresas en proceso de reflotamiento.