Comienzo esta nota aclarando que la misma no se relaciona con las creencias de los Indios Hopi, ni con lecturas de otros novelistas relatando sobre la “era de la iluminación” etc. etc. El presente escrito surge de lo que hemos conocido como el Primer Mundo, el Segundo Mundo y el Tercer mundo.
Allá por el año 1952 un francés (Alfred Sauvy – Economista) enunció como Tercer Mundo al conjunto de Países que no se alineaban con el Primer Mundo (USA, Canadá, algunos Países de Europa) ni con el Segundo Mundo (La Unión Soviética, China, otros). Recordemos el contexto, la Guerra Fría estaba en su mayor virulencia, por lo tanto ambos bloques (predominados uno por el Capitalismo y el otro por el Comunismo) buscaban incluir países neutrales.
Con el paso del tiempo esta clasificación basada en el enrolamiento hacia los dos primeros mundos durante la Guerra Fría, pasó a definir un estado económico del País, la caracterización de los Países del Tercer mundo (El Salvador, Hungría, Ecuador, otros) era su falta de desarrollo industrial más su primitiva y estancada economía. Algunos autores desarrollaron el concepto del Cuarto Mundo, constituido principalmente por países del continente africano, en donde el nivel de calidad de vida de sus habitantes es muy inferior a los del Tercer Mundo.
Siendo que el Primer, Segundo, Tercer y Cuarto Mundo se caracterizan en la actualidad por la calidad de vida de sus pueblos, por qué no ampliar la visión a un “Quinto Mundo”.
Veamos, más allá de esta veloz revisión descriptiva, les propongo pensar en la existencia de este “Quinto Mundo”, compuesto por Estados en donde No existe Concordancia entre los Recursos de cada País y la Calidad de Vida de sus Pueblos, es decir, lo que un País retribuye a la masa trabajadora por su sacrificio laboral.
Ahora bien, si estamos hablando de un nuevo eje valórico que juzgaría y señalaría la clasificación de un País como “Quintomundista” cuál sería el “método” para arribar a tal definición… Creo la cuestión no tan compleja pudiendo encontrar diversas formas de clasificar a los Países.
Una propuesta podría ser tomar la Pirámide de Abraham Maslow, en donde se grafican las jerarquías de necesidades, comenzando por las fisiológicas (alimentación, vestimenta, descanso físico), en un segundo nivel están las Necesidades de Seguridad (Integridad Física, Seguridad Laboral, Salud, garantía sobre la Propiedad Privada), el Tercer Nivel nos habla de la Aceptación Social (Amor, Sentido de Pertenencia, Amistad, Afecto), el Cuarto Nivel refiere a la Autoestima (respeto, reconocimiento, confianza), concluyendo con un Quinto Nivel ligado a la Auto-realización (que es el plano de lo Trascendental del ser Humano) y aterrizarla en una muestra poblacional.
¿Qué lograríamos con esto?…
Enfocándonos en la Categoría Países sería posible encontrar Países Ricos, de vastos recursos, con una economía “relativamente saludable”, pero con habitantes que no ven lógica la devolución en Valor sobre lo que Ellos entregan como “trabajo”, ahí está el brete del asunto, creo que varios Países que no pertenecen al “Cuarto Mundo” estarían descendiendo e incluyéndose al conjunto de “Países del Quinto Mundo”, el tema es profundo y da para mucho, de igual modo si esto se aplica a una Organización Pública o Privada, sería algo similar a lo que comúnmente denominamos “Satisfacción del Cliente o del Usuario”.
Dejemos aquí el planteamiento cuya esencia es saber si los Países devuelven a sus ciudadanos en iguales términos de lo que estos aportan, podemos impactar “El Quintomundismo” en las familias, y porqué no en cada persona; desde nuestros ojos hacia dentro existe todo un mundo, individualmente cabe la pregunta ¿estamos haciendo lo correcto con nosotros mismos para no pertenecer al Quintomundismo? Siendo este concepto completamente axiológico lo establezco como parte de la búsqueda de la felicidad, dignidad y plenitud cívica.