La educación como elemento trascendental para el desarrollo social en el contexto rural

La crisis actual del sector rural ha llevado a que la gran mayoría de los productores rurales, incluidos los grupos indígenas, vivan a expensas de las nuevas estructuras gubernamentales. Este sector, excluido del proceso globalizador, se ve en la necesidad de mantener su productividad en términos de subsistencia.

Ante esta cruda realidad los campesinos han buscado otro tipo de oportunidades que les permita generar recursos suficientes, como la migración a EUA ó actividades ilícitas como el narcotráfico, o en el peor de los defectos a las zonas urbanas.

Es así que el sector rural se debilita paulatinamente por causa de las políticas neoliberales que han desdeñado su importancia y no han podido encuadrar su desarrollo.

David Barkin decía al respecto que, deliberadamente se le ha negado al campo la posibilidad de seguir cultivando las tierras y cosechando productos básicos que tanto requiere el pueblo; es decir, el campo mexicano sufrió la competencia desleal de productos importados con financiamiento oficial, los cuales les quitaron el mercado.

Es en este contexto que las estructuras de una gran mayoría de las comunidades rurales se encuentran en total desorganización, propiciándose, en consecuencia, una desorganización social en gran parte del sector social.

En adición a lo anterior, se acentúa la crisis en el campo, incorporándose a ella los efectos adversos del cambio climático.

Predominan las zonas afectadas por sequía, por inundaciones y por el deterioro de la tierra a causa del abandono de la misma, la incertidumbre y el temor por la falta de técnica y tecnología regionalizadas, por los bajos precios de sus cosechas ó por los altos costos de los insumos agropecuarios. Esto es una causal de las importaciones que propician, a su vez, un desequilibrio económico.

Ante esto, es necesario fortalecer el campo mexicano y reconocer la importancia de los pueblos rurales, ya que el desarrollo del país depende en gran medida de este sector al que se le refiere un 87.4%  de la población (INEGI, 2010).

Las nuevas generaciones deben valorar la importancia de la sociedad rural y reconocer que, el impulso de dicho sector, podría propiciar una mayor productividad y beneficio social.

Para tal efecto, el factor educación es básico para propiciar su desarrollo, ya que la educación es fundamental como proceso de concientización; es decir, el proceso educativo en el medio rural debe dar cuenta de las necesidades de cada localidad. Se debe aprovechar la «sabiduría» de los pueblos con respecto a su relación con la naturaleza.

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Por lo que en el siguiente apartado se reflexiona acerca de la institucionalización de la educación rural en México.

Objetivamente, la educación rural ha sido utilizada para reproducir esquemas obsoletos, lejanos aún de alcanzar su sostenibilidad. Por otra parte, el manejo de la educación en el sector rural ha sido asistencialista con fines políticos; lo que se traduce en que el abandono de lo rural no responde sólo a cuestiones económicas, sino a la crisis de la educación en los espacios rurales, se encuentra totalmente desfasada del crecimiento del país.

«Antecedentes del paradigma de lo educativo como medio de desarrollo de la sociedad»

Desde  la Revolución, la educación toma un papel preponderante en la agenda nacional a consecuencia de la conformación de la Secretaria de Educación Pública en 1921, la  concepción de que la educación será un servicio público que ilustrará a toda la población- y que ella será la encargada de  difundir una cultura generosa-  se institucionaliza.

Al estar en el poder Álvaro Obregón, éste nombra a José  Vasconcelos como Secretario de Educación y organiza, de acuerdo a distintas regiones, los servicios educativos que dan al pueblo el derecho a participar en el trazo de una nueva educación; de aquí que la escuela rural empiece a desarrollarse en ese contexto.

La educación se orienta como una agencia cultural de convivencia social y se aleja de los planes de estudio formal y rígido de enseñanza, y se sustenta en el principio de diferencias individuales, dicha situación chocaba con la idea de formación tecnológica y científica que impulsó Porfirio Díaz (1888-1908), donde la escuela se concibió como un lujo y como un factor que ayudaría a la industrialización del país, por lo que la educación tecnológica y científica se impartió en las escuelas, y por su carácter costoso el índice de analfabetismo suponía un 78% de la población.

Esta situación provocó que se marginara a las comunidades campesinas e indígenas que se concebían como incapacitadas para aprender, por no hablar castellano, lo que reflejaba que para el sector rural la educación fuese inalcanzable.

Para 1915 Salvador Alvarado reconocía la importancia que tenía el indio en el destino del país como nación y que por lo tanto existía la necesidad de educarlo, pero no bastaba solo enseñarlo a leer y escribir, sino brindarle una educación integral que supusiera tratarlo como ciudadano, y al mismo tiempo, mejorará su vida física, intelectual y moral.

Por primera vez Alvarado mencionaba que la educación del indio no debía ser a partir del sistema rígido con enfoque positivista; es decir, que no tenía caso que al indio lo prepararan para ser una máquina parlante de todos los conocimientos humanos, haciéndole leer un montón de libros; sino que su educación iba constar de su vida real, del conocimiento del  entorno del que forma parte, para que sea capaz de desarrollar todas sus potencialidades y con ello transformar su realidad.

Sin embargo, estos avances a nivel educación popular, al que más tarde se referirá Freire, quedaron truncados con la Constitución de 1917 que federaliza la educación en todo el país, metiendo un currículo determinado a todas las escuelas, creando así en épocas de Obregón el Plan de Trabajo para las Escuelas Rurales que tenía un enfoque aún popular.

Este Plan tenía como principios fundamentales:

  1. La escuela es un medio donde el niño se instruye con lo que ve y hace rodeado de las personas que trabajan. No existen lecciones orales, pero predominan los programas desarticulados y rígidos, sin poco o ninguna reglamentación.
  2. La educación que promueve deriva de las relaciones del niño y el hombre con la naturaleza y la sociedad por medio del trabajo cooperativo.
  3. Programas dinámicos que expliquen su entorno natural y social.
  4. Educa con libertad y espontaneidad.
  5. Establece el gobierno de los alumnos a través de los comités que ellos mismos eligen (la democracia misma).

Es así como la Escuela Rural nace para servir al sector marginal y se concibe como impulsora de su propio desarrollo, enfocando su acción hacia la comunidad para la integración de su vida colectiva en beneficio de sus componentes. (SEP, 1981: 202-204)

Sin embargo, dicho Plan quedó estancado cuando Vasconcelos renuncia a la Secretaria y Calles asciende al poder, éste se da cuenta que las políticas educativas de Vasconcelos no tenían los resultados que se esperaban y recortó el presupuesto e impulsó nuevamente las escuelas de corte tecnológico, para impulsar el crecimiento del país.

Desde entonces el lema de todos los gobiernos es “educación para todos”. El período cardenista impulso nuevamente la educación que se vio truncada tiempo después por las políticas de corte tradicionalista de los sexenios posteriores y que han traído como consecuencia un grave estancamiento.

Interaccionando los planteamientos expuestos, la importancia que tiene la educación en el sector rural es esencial para enfrentarse al futuro en todas sus dimensiones.

Es momento de retomar los principios fundamentales del Plan de Trabajo para las Escuelas Rurales, pero adaptándolo a las nuevas condiciones del entorno, para una mayor calidad de la enseñanza-aprendizaje y un mejor modo de operación de la educación popular, entendida como la concibe Freire, “la humanización del hombre, un acto liberador y al mismo tiempo transformador”; es decir, el error que se comete es querer descontextualizar la educación de su entorno.

Por ejemplo, el educador agrónomo “técnico”, dice Freire, tiene una visión ingenua de la realidad y tiene un claro sentido de superioridad, de dominación, y quiere insertar a los campesinos a una estructura agraria tradicional (Freire,1984:10), transformando al campesino en una cosa, con objetivos fijos, que le prohíben pensar en las necesidades que se generan a partir de su entorno y por lo tanto su conocimiento queda enfrascado en una realidad ajena a él y le es imposible ayudar a la transformación del mundo.

Sin embargo, actualmente se piensa que el campesino necesita una formación “técnica” para ser “moderno”, sin embargo, habrá que reflexionar que si bien “todo desarrollo es modernización, (…) no toda modernización es desarrollo”. (Freire, 1984: 12).

En conclusión, y a consecuencia  del pensamiento Freire, el aprendizaje es verdadero cuando el sujeto es capaz de apropiarse de lo aprendido, lo aplica y lo reinventa, y adquiere esa capacidad crítica que necesita para transformar su realidad, ya que si adquiere conocimientos ajenos a su realidad, rompe con la totalidad de su cultura.

Se deduce por lo tanto que el agrónomo-educador no puede cambiar las actitudes del campesino, en relación con cualquier aspecto sin conocer su visión del mundo, y sin confrontarlo en su totalidad. Es una “invasión natural”, actitud contraria al diálogo que es una verdadera educación (Freire, 1984: 12).

Por lo tanto, la educación actual que se imparte en las escuelas con un mismo currículo determinado, simulando una igualdad de saberes, esclaviza al hombre y hace que no funja como sujeto transformador de su realidad y por lo tanto de la sociedad misma.

La importancia del sector rural se debe recuperar dándole un rol esencial  a la educación, pero canalizada -como menciona Alvarado- a las particularidades del entorno, para que el sujeto pueda identificarse con sus problemas, encontrar una solución y aplicarla. Así cada entorno se transformaría y juntos transformarían a la sociedad.

Aún se tiene un gran trabajo por delante. Las reformas a la Ley General de Educación permiten vislumbrar el rescate de la educación, pero dista mucho de ser una realidad; hasta en tanto no se resuelvan los problemas coyunturales que han propiciado su estancamiento.

A manera de conclusión:

  • ¿De qué sirve que todos sepan leer y escribir? Los autores pensamos que lo importante no es hacer máquinas del conocimiento, sino la invención y la reinvención de éste.
  • ¿De qué sirve que el 50.1% de  las localidades del sector rural de 2500 a 14999 habitantes asisten a una escuela (INEGI, 2010)? Si este sector funge como elemento pasivo.

El reconocimiento de la diferencia es la suma de experiencias que enriquece nuestra formación como individuos, y la formación de individuos enriquecidos traza la transformación de nuestra realidad social.

Bibliografía

  • Bolaños Raúl, Cardiel Reyes Raúl, Solana Fernando (coordinadores). 1981. “Historia de la educación pública”. Ediciones conmemorativas del LX Aniversario de la creación de la Secretaria de Educación Pública. México. Editorial Fondo de Cultura Económica, SEP.
  • Calva José Luis (coord. General), Gómez Cruz A. y Schwentesius Rita (coord. modulares). 1997. “El Campo Mexicano: Ajuste Neoliberal y Alternativas. Alternativas para la economía mexicana”. Primera edición. México. Editorial Juan Pablos.
  • Freire Paulo. 1984. “¿Extensión o comunicación?, la concientización en el medio rural”. Decimotercera edición. México. Editorial Siglo Veintiuno Editores XXI.
  • Instituto Nacional de Estadística y Geografía, Censo de Población y Vivienda 2010. http://www.censo2010.org.mx/. Fecha de consulta: 05/10/11.

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Toledo Rosillo Héctor Gerardo. (2013, febrero 21). La educación como elemento trascendental para el desarrollo social en el contexto rural. Recuperado de https://www.gestiopolis.com/educacion-elemento-trascendental-desarrollo-social-contexto-rural/
Toledo Rosillo Héctor Gerardo. "La educación como elemento trascendental para el desarrollo social en el contexto rural". gestiopolis. 21 febrero 2013. Web. <https://www.gestiopolis.com/educacion-elemento-trascendental-desarrollo-social-contexto-rural/>.
Toledo Rosillo Héctor Gerardo. "La educación como elemento trascendental para el desarrollo social en el contexto rural". gestiopolis. febrero 21, 2013. Consultado el . https://www.gestiopolis.com/educacion-elemento-trascendental-desarrollo-social-contexto-rural/.
Toledo Rosillo Héctor Gerardo. La educación como elemento trascendental para el desarrollo social en el contexto rural [en línea]. <https://www.gestiopolis.com/educacion-elemento-trascendental-desarrollo-social-contexto-rural/> [Citado el ].
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