Anthony Robbins, prestigioso coach norteamericano, ha desarrollado un modelo para el cambio al que llama NAC, acrónimo de Neuro-Associative Conditioning o Condicionamiento Neuro-Asociativo. Veamos algunos de los principios de este modelo y sus aplicaciones.
Uno de los conceptos más interesantes para un coach es el conocimiento específico acerca de qué hace que las personas cambien de estado mental, la forma en que se sienten, sus emociones y qué les impide o facilita hacerlo a voluntad.
Anthony Robbins, prestigioso coach norteamericano, ha desarrollado un modelo para el cambio al que llama NAC, acrónimo de Neuro-Associative Conditioning o Condicionamiento Neuro-Asociativo. Veamos algunos de los principios de este modelo y sus aplicaciones.
En esencia lo que el NAC nos ofrece son una serie de pautas específicas sobre los mecanismos que facilitan la gestión emocional de las personas.
Anthony Robbins parte del deseo de experimentar placer y del temor a sentir dolor como mecanismos que guían cualquier aspecto de la vida de las personas, los grandes motivadores de todo lo que hacemos o dejamos de hacer. Así, según él, tenemos tendencia a hacer aquello que suponemos que nos aportará experiencias placenteras y evitaremos hacer aquello que suponemos que significará dolor.
Uno de los conceptos que vértebra su filosofía como coach es el incitar a sus clientes a que pasen a la acción, a que usen lo que llama su poder personal, el poder de decidir lo que se quiere en la vida y de emprender la acción para conseguirlo. Lo que sucede, dice este autor, es que lo que las personas consigan en la vida muchas veces no va a depender de sus capacidades si no de su motivación. No se trata de que las personas no sepan como conseguir lo que desean sino más bien que asocian dolor a emprender la acción en la dirección que les llevaría a conseguir sus metas.
Lo curioso es que el dolor asociado no suele ser un dolor real, más bien es miedo a sentir dolor. Es interesante para el coach comprender este concepto clave: muchos de nuestros clientes no emprenden la acción de una forma suficientemente constante para alcanzar los resultados que desean porque imaginan que hacerlo significará dolor. En su sistema neurológico han asociado dolor a emprender la acción, así que no la emprenden. Pero no están reaccionando a un dolor real sino a un dolor imaginado.
Según la terminología del NAC han creado una serie de Neuro-Asociaciones, entre emprender la acción y sentir dolo, que les hacen responder de forma condicionada inhibiendo esas acciones.
Lo que Anthony Robbins propone es una metodología para cambiar las Neuro-Asociaciones negativas y crear otras de positivas, otras que faciliten la acción. Lo que sugiere es utiliza el dolor y el placer en vez de dejar que el dolor y el placer te utilicen a ti.
La manera de utilizarlo es comenzar a comprender, que en cualquier momento en la vida, nuestra realidad está basada en aquello en lo que enfocamos nuestra atención. Entonces, en vez de enfocarse en las supuestas consecuencias dolorosas de emprender la acción lo que propone es enfocarse en las consecuencias de no emprender la acción , en el precio que se paga por no conseguir los resultados que uno quiere.
Utilizando una metodología a base de preguntas centramos la atención de nuestro cliente en el verdadero precio que va a pagar si sigue sin emprender la acción. Buscamos el precio que está pagando ahora y el que va a pagar a lo largo de los próximos meses y años. El precio que paga él y el precio que pagan las personas de su alrededor.
Cuando hemos conseguido que el dolor de no emprender la acción sea real para el cliente, cuando lo hemos hecho consciente de este dolor, lo que conseguimos es una «palanca» para moverlo a la acción y una vez decide emprender la acción lo condicionamos reforzándolo de forma positiva para que experimente placer.
El dolor puede ser tu mejor aliado si sabes utilizarlo en tu favor.