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Economía y Sociedad 50, CIES, noviembre 2003
nuevas estrategias de lucha por la democracia y la des-
centralización: las mesas de concertación.
Estas constituyen actividades promovidas por las ONG
y los gobiernos locales, que buscan involucrar a orga-
nizaciones sociales, entidades públicas e instituciones
privadas, en la elaboración, negociación y ejecución
de planes sectoriales e integrales de desarrollo en la
localidad (los denominados planes estratégicos), apo-
yados en actividades de capacitación y entrenamien-
to a autoridades y líderes locales en temas de demo-
cracia, participación y gestión local. En la temática de
las mesas de concertación, se ubica el debate referido
al capital social y el potencial del asociativismo para
promover la democracia en el ámbito local.
El desarrollo de la mesa de
concertación de Luricocha
El distrito de Luricocha tiene un territorio de 5.800
hectáreas. Con sus 4.786 habitantes reunidos en aproxi-
madamente 950 familias, es uno de los distritos más
poblados de la provincia. Tiene un índice de 1,2 hec-
táreas por habitante y 6,1 hectáreas por familia o uni-
dad agropecuaria. La población del distrito es mayori-
tariamente rural. El 80,6% reside en el campo, mien-
tras que solo el 19,4% vive en el centro poblado capi-
tal del distrito, el cual también tiene patrones de vida
dependientes de la actividad agropecuaria. Los pobla-
dores se reúnen en un total de 20 localidades, con
categoría de centros poblados mayores y menores.
Cada uno de ellos ostenta la condición de comunidad
campesina como forma de organización básica.
La mesa de concertación de Luricocha se instaló el
año 2000. En sus inicios fue producto de las activida-
des desarrolladas por la mesa de concertación provin-
cial de Huanta. Su primera actividad fue la elabora-
ción del Plan Estratégico Distrital de Luricocha. Sin
embargo, como ha sucedido en otros procesos de con-
certación, luego de la elaboración del Plan Estratégi-
co, las reuniones comenzaron a perder capacidad de
convocatoria. En general, se observa el mismo proble-
ma compartido de pasar de la elaboración del Plan Es-
tratégico a la implementación de proyectos concretos.
De esta manera, las comisiones de trabajo fueron per-
diendo continuidad en el desarrollo de sus reuniones
y sus miembros empezaban a mostrar desinterés por
participar en ellas.
Para contrarrestar esa situación, la directiva de la Mesa
decidió hacer una reunión de balance sobre su fun-
cionamiento, dos años después de su implementación.
El objetivo de esta convocatoria era hacer un nuevo
ejercicio participativo de detección y evaluación de
las fortalezas y debilidades de la Mesa. Los resultados
mostraron, con claridad, la pérdida de capacidad de
convocatoria. ¿Qué había pasado con la Mesa? El tes-
timonio de uno de los promotores, que participó en su
conformación, señala que:
...Los participantes veían que sus demandas de corto pla-
zo no podían ser resueltas por un proceso pensado para
desarrollar acciones en el mediano y largo plazo. (...) Ese
fue uno de nuestros puntos más débiles. Las personas no
entienden lo que es concertación. Creen que se trata de
venir a pedir, que los vamos a ayudar con arroz, azúcar,
ropa, etc. () No sé, hay mucha desinformación, mucha
falta de cultura entre la gente... (Promotor ONG).
La percepción del promotor de la ONG es que entre
los participantes de la Mesa había desinformación,
mucha falta de cultura. Ciertamente, el comentario
presenta un tono de desazón con su trabajo de forta-
lecimiento institucional en la zona, cargada además
de fuertes dosis de etnocentrismo. Ante esta primera
aproximación al problema, se optó por preguntarles a
los mismos participantes sobre cuáles eran las razones
del mismo. Al respecto, sus testimonios afirman que
uno de los principales problemas de la Mesa fue que
no tenía identidad propia. Es decir, el problema era
que al ser el Alcalde distrital el Presidente de la mesa,
esta aparecía confundida con la figura del alcalde. De
esta manera, la Mesa no era percibida como una ins-
tancia de apertura del Gobierno local hacia el conjun-
to de la sociedad civil local o viceversa, sino más bien
como una herramienta de (posible) manipulación del
alcalde para ganar réditos propios.
Los testimonios recogidos evidenciaron una fuerte
percepción sobre la figura del alcalde, como principal
causa del problema de la mesa de concertación. Las
explicaciones van desde lo que alcalde deja de hacer
«...la Mesa no era percibida
como una instancia de apertura
del Gobierno local hacia el
conjunto de la sociedad civil local
o viceversa, sino más bien como
una herramienta de (posible)
manipulación del alcalde para
ganar réditos propios»