Ya estamos pisándole los talones al año nuevo, en algunas semanas comienza, siempre esta época es un buen momento no sólo para hacer un balance de lo que fue el año que termina sino para planear el que viene. Algunos las llaman “resoluciones del nuevo año”. Algunos planifican con gran detalle. Otros simplemente ponen sus deseos en un papel. Pero en general todos siempre pensamos algo sobre lo que será nuestro “nuevo comienzo”.
Lo que te propongo es hacer un plan para el nuevo año, pero algo diferente a lo que estás acostumbrado. Hagas o no habitualmente una lista de deseos para el año nuevo, este ejercicio te ayudará no sólo a soñar sino también a cumplir tus planes. Un consejito, cómprate un cuaderno y destínalo a tu año nuevo. Aquí puedes sumar hoy tu plan para el año, pero mes a mes podrás incorporar nuevas ideas y secciones que te ayudarán a ser una persona más ordenada y consciente de sus acciones. También te ayudará a aprender, a capitalizar el aprendizaje y luego a aplicar eso que aprendiste para marcar una diferencia.
Paso número 1 – Elige tres metas que de verdad quieras cumplir el próximo año
A veces te encuentras deseando esas cosas que siempre deseas, como por piloto automático. Quieres bajar de peso, cambiar el auto, ser más tolerante con los demás, ser más ordenado, cambiar de trabajo, tener tu negocio propio, irte de vacaciones, viajar por el mundo. Pero la invitación es para que pienses en esas 3 cosas que son tan importantes para ti que puedan marcar la diferencia de tu año. Puede ser que hace tiempo estás un poco frustrado con tu carrera profesional y decides que este año es verdaderamente importante para ti encontrarle un nuevo rumbo y salir del estancamiento. O puede ser que sientes que tu vida cada día más se ve afectada por el estrés, que vives corriendo y lo que de verdad quieres es lograr un mayor equilibrio en tu día a día. Sea lo que sea, elige sólo 3 metas con las que sientas que tienes un alto nivel de compromiso y que las necesitas, las anhelas, y te harán mucho bien en la vida. ¿Cuáles serán? Anótalas en tu cuaderno.
Paso número 2 – ¿Qué representan esas metas para ti?
Sea lo que sea que hayas descripto como tu triada de metas para el año que viene, ahora te invito a que vayas más allá y pienses ¿qué representan estas metas para ti? ¿Cuál es su significado en tu vida? ¿Qué es lo que quieres lograr con ellas? Por ejemplo: si tu meta es por fin abrir tu propio negocio y dejar de trabajar para otros, tal vez sientas que lo que representa para ti es mayor flexibilidad horaria o mayor independencia. Si tu meta es bajar de peso, cambiar de hábitos alimenticios y comenzar a hacer actividad física, tal vez lo que esto significa para ti es un mayor equilibrio, vitalidad y sensación de conexión con tu cuerpo. Permítete unos momentos para reflexionar en este punto dado que es sumamente importante y a veces la respuesta no resulta tan obvia. Busca dentro de ti lo que representa o significa cada una de tus metas y asegúrate de que sientes que tiene sentido para ti.
Estas respuestas te mostrarán los valores o principios que representarán estas metas que quieres lograr. Y cuando conoces cuáles son estos valores o principios, puedes aprender a vivir en congruencia con ellos.
Paso número 3 – ¿Qué acciones puedes ejecutar en tu día a día para ser congruente con esos valores que has detectado?
Este punto es tan importante, que te diría que es el la piedra angular de este método. Imagínate lo siguiente: tu meta es lanzarte como profesional independiente y lo que esto representa para ti es la libertad de poder elegir en qué momento trabajar, tener una amplia flexibilidad horaria (al contrario de tu oficina anterior donde cumplías un horario y era muy difícil modificar la rutina).
Comienzas entonces a desarrollar tu modelo de negocio y a dar los primeros pasos. Pero, para organizarte mejor y porque al principio aún no tienes hábitos de emprendedor, eres muy estricto con los horarios en los que trabajas. Te levantas temprano, generas una nueva rutina, pero te olvidas de tus necesidades personales: divertirte, conectar con otras personas, descansar. No haces actividades fuera de lo laboral.
¿Cuánto tiempo tardarás en sentir que tu meta no es para nada la que habías deseado? No mucho. Pero no tiene que ver con la meta, sino con lo que haces para llegar a la meta. Claramente, estás siendo incongruente con tus valores.
¿Cómo podrías ser congruente con tu valor de libertad para elegir el trabajo y una amplia flexibilidad horaria? Muy simple: sabes que trabajarás muchas horas al inicio, pero tienes una muy buena agenda y te permites, al menos una vez por día, modificar tu agenda para darle lugar a una actividad personal o placentera.
También, al menos tres veces a la semana, comienzas a trabajar más tarde y por la mañana haces un deporte que te apasiona (y que antes te era imposible de practicar porque a esa hora estabas en la oficina). Luego, te armas una estructura de trabajo sólida de manera que, cuando surge un imprevisto o una invitación a algo diferente, la puedes tomar, luego compensando tus actividades postergadas por dicho evento.
¿Ves la diferencia? Te aseguro que no trabajarás menos que en el caso anterior, pero sí estarás considerando como importante y dándole un lugar preponderante a tu necesidad de ser flexible con los horarios. Este será el motor de tu nueva meta. Sin ese motor, aceitado y funcionando cada mes, no cumplirás tu meta.
Paso número 4 – ¿Qué acciones o tareas puedes llevar adelante cada mes para estar un pasito más cerca de tus metas deseadas?
Como verás, aquí comienzan a aparecer una serie de pasos para ponerte en marcha. Pensar en qué acciones deberás llevar a cabo para lograr lo que quieres, no tiene que ver sólo con querer lograr algo sino con ponerte a conseguirlo. Lo que aquí debes recordar es que no es necesario que hagas nada drástico y que los cambios no suelen suceder de un día para el otro. Pero lo importante de todo cambio es que sea constante y consistente. Así que vale con que al menos pienses en una pequeña acción que puedas hacer cada mes para estar un pasito más cerca de tus metas.
Por ejemplo: si lo que quieres es bajar de peso y tener mayor equilibrio cuerpo-mente, tal vez el primer paso sea anotarte en un gimnasio para ir una vez por semana (no para comenzar un entrenamiento intensivo que te durará 1 mes y luego no irás más), o bien comenzar a caminar una hora 2 ó 3 veces por semana en algún parque o plaza cerca de tu casa.
Si, por ejemplo, quieres cambiar de trabajo, tal vez una pequeña acción sea hacer un listado de qué tipo de trabajo o tareas te gustaría desempeñar, o qué características tiene la empresa donde te gustaría trabajar.
Si tu meta es ser más ordenado, tal vez comiences dando un primer paso comprándote una agenda, y al mes siguiente obligándote a anotar todo allí.
¿Lo ves? Pasos simples, pequeños, pero que consistente y sistemáticamente te lleven hacia tu objetivo.
Con esto, puedes diseñar un plan muy básico pero que te ayudará paso a paso a llevar adelante tu meta. Así que vuelve a tomar tu cuaderno, y escribe 12 acciones por cada una de tus metas, una acción por cada mes para que sientas que estás avanzando hacia el logro de tu objetivo del año.
Paso número 5 – ¿Cuáles serán tus puntos de control?
Lo que has hecho en el paso anterior carecería de sentido si no logras revisarlo de vez en cuando y verificar si estás acercándote o alejándote de tu meta. Así que lo mejor es marcar puntos de control.
¿Qué es esto? Es una fecha que marcarás en tu calendario para revisar tu cuaderno, controlar el avance de tu meta, las acciones que ya has realizado, y sus resultados. Si descubres que va todo bien, felicitaciones, lo estás logrando poco a poco. Pero si descubres que no estás acercándote a tu objetivo, estarás a tiempo para re-encaminarte.
Por ejemplo: si tu objetivo es tener una vida más equilibrada, por lo que te has anotado en clases de todo lo que has deseado hacer alguna vez (arte, baile, actividad física) y descubres que lejos de tener más equilibrio lo único que tienes son más obligaciones, pues entonces no estás acercándote más a tu meta. Tal vez debas eliminar algunos compromisos, derivárselos a alguien más (cuando son cuestiones familiares o del trabajo) y pensar en tomarte un rato cada día para meditar sobre cuáles son tus verdaderas prioridades y qué es lo que puedes suprimir, delegar o simplemente sacar de tu radar para poder equilibrar mejor tu vida.
Recuerda que nunca hay malos resultados. Lo malo es no saber cuáles han sido tus resultados para que puedas aprender de ellos y aplicar lo aprendido.
Paso número 6 – ¿Cómo festejarás tus logros?
Algo nuevo para un nuevo año, porque me animo a pensar que no tienes el hábito de festejar cada uno de tus logros, ¿es así?. En cualquier caso, es un excelente hábito y te ayuda a mantenerte motivado para tus próximos pasos.
¿Cómo funciona? Sencillo, por cada una de las acciones que has marcado para cada meta, escribe junto a ella cómo te premiarás por conseguirla.
Si tu meta es bajar de peso y las acciones del primer mes son: comenzar a hacer ejercicio o caminar 2 ó 3 veces por semana, leer un rato de un nuevo libro sobre alimentación saludable y anotarte en una clase de baile que te permita divertirte, al mismo tiempo que te mueves, ya tienes 3 potenciales logros para festejar. ¿Cómo los celebrarás?
Recuerda hacerlo de forma congruente con tus valores. Si buscas equilibrio en tu vida, vitalidad y una vida sana, no te celebres con más comida. Si tus logros están relacionados con un cambio de trabajo, puedes celebrarte con unas mini vacaciones para comenzar con más energía el próximo empleo.
No tienen por qué ser grandes celebraciones (aunque el límite lo pones tú mismo). Pueden ser pequeñas cosas que disfrutas y que te podrían beneficiar. No omitas este paso, es una dosis extra de motivación que te ayudará a lograr tus metas cada mes.