Cultura política y comportamiento electoral

El objetivo general del presente ensayo es reconocer en base al análisis teórico y reflexivo, la existencia de una serie de regularidades en el comportamiento electoral que tienen relación con la cultura política de la sociedad.

Introducción

La cultura se forma a partir de la forma en la que la comunicación ocurra entre los sujetos que la crean, por lo que denota todas las manifestaciones materiales e inmateriales de la comunicación que existe en la vida social al haber una interacción entre los individuos que la conforman.

Dicha interacción se va haciendo más compleja al ser cada vez más compartida, que toma vida propia y se crea la sociedad. Las personas desarrollan y usan ‘tipificaciones’ en el mundo social.

En cualquier situación que se da en el mundo de la vida cotidiana, una acción viene determinada por un tipo constituido de experiencias anteriores. Esas tipificaciones, resultado de los hábitos y patrones construidos previamente, las utiliza el individuo en su acción social cotidiana y se convierten en instituciones.

De manera que la búsqueda por el origen de las prácticas políticas tiene que ver con esos hábitos, patrones, tipificaciones e instituciones.

La sociedad no es independiente de los ciudadanos, quienes la desarrollaron, por lo que está pertenece a una diversidad de intereses de los distintos grupos que integran esa sociedad.

Para los individuos, la cultura se necesita para consolidar la sociedad, como fuerza de base, dentro de un determinado espacio y tiempo, representando de alguna forma los intereses individuales y grupales para que la política que se ejerce en esa sociedad sea derivada de la voluntad de sus intereses.

Desde este punto de vista, la cultura tendría relación directa con la política en el caso que interesa, sobre si existe tal relación entre la cultura política de una sociedad con su comportamiento electoral.

El objetivo general del presente ensayo es reconocer en base al análisis teórico y reflexivo, la existencia de una serie de regularidades en el comportamiento electoral que tienen relación con la cultura política de la sociedad.

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Cabe resaltar que la configuración de este trabajo no indaga el análisis sociológico de la causas del comportamiento electoral, ni de su sentido, ni de su alteración.

El concepto de cultura política está presente desde el inicio del análisis político, desde Aristóteles, pero en lugar de llamarlo cultura política lo llamaban “espíritu de las naciones”.

1. Definición de cultura política

La cultura política, conceptualizada o definida con gran aproximación podría comprenderse como un conjunto flexible de símbolos, valores y normas que constituyen el significado que une a las personas con las comunidades sociales, étnicas, religiosas, políticas y regionales.

Esta representación genera para los estudiosos del tema, diversos enfoques conceptuales en relación con la formación de los Estados-nación y la construcción del poder en las naciones.

La sociología interpretativa, como campo de investigación para la cultura política, presenta dos instrumentos de análisis básicos: el sentido y el significado de la acción social. La idea central es que detrás de las acciones de los hombres subyacen ciertos sentidos, que las acciones de los individuos no son casuales o meramente accidentales.

En el terreno de lo político esto implica que las acciones políticas no se sitúan en el nivel superficial o externo del individuo, sino que tienen un determinado sentido anterior que se va adquiriendo a partir de los usos y costumbres de la comunidad en donde se desarrolla.

La acumulación de estas actitudes, costumbres y criterios, crea significaciones entre los miembros de la comunidad que a su vez se reproducen y forman códigos intersubjetivos.

2. Cultura Política: elementos que la conforman

Porque los individuos pertenecientes a una sociedad o comunidad determinada, poseen características que los diferencian y que constituyen recursos específicos, son factores que en sumatoria generan lo que se podría identificar como una cultura, y está a su vez favorece o dificulta la actuación política de este grupo humano.

Para realizar un análisis a priori de la cultura política de una sociedad, podemos identificar un primer conjunto de elementos formados por la edad, el género, la educación, los ingresos, la clase social y la ocupación.

Un segundo grupo comprende variables que hacen referencia a los recursos que le proporciona al individuo el contexto social en el que se mueve; se trata de las redes de comunicación y de socialización, así como el proceso de integración social que ha rodeado al individuo.

Por todo esto al momento de entrar a relacionar comportamiento electoral de una determinada sociedad o nación con su cultura política, el modelo que se escoja deberá considerar estos dos grupos de variables, que pueden generar una visión integral de los resultados en un proceso electoral.

3. Las prácticas políticas de la sociedad

La teoría social fenomenológica, tiene como uno de sus postulados centrales: la intersubjetividad como origen de la acción social. Siguiendo esta premisa, el origen de las prácticas políticas de los individuos debemos de situarlo en el plano intersubjetivo, referido a la forma en que los miembros de una sociedad piensan, y lo que piensan en relación con lo político. Y el hecho de enfatizarlo es importante por la función relacionante con su comportamiento electoral.

Para definir, se toma en este orden los conceptos del enfoque interpretativo hacia la cultura política con la finalidad de:

  • Conocer el sentido de la acción política de los miembros de una sociedad: poder interpretar los códigos a través de los cuales se dan las relaciones entre individuos, propias y distintivas a cada grupo social.
  • Reconocer el significado de esos códigos que intercambia la sociedad: buscar la estructura del bagaje común del grupo social en estudio del que sus miembros consideran a la hora de actuar.

Esta corriente procura ampliar el espectro de análisis en lo que se refiere al individuo, considerado en sus mecanismos de conciencia, significación, simbología y cosmovisiones como individuo que ‘hace’ la sociedad. Dichas acciones individuales, como acciones sociales, poseen ciertos significados, que a su vez provienen de un depósito común de sentidos, compartidos por los integrantes del grupo social.

El bagaje de significados y sentidos que los hombres proporcionaron y siguen aplicando en sus acciones, forma la tradición de los sentidos, que a su vez es compartida por todos los miembros de la comunidad y fuente de la acción social de estos.

Y si bien dichos sentidos parten del ámbito subjetivo, importa mucho reconocerlos porque nos permiten averiguar por qué los miembros de una determinada comunidad responden ante problemas determinados; en nuestro caso, por qué responden como lo hacen en el mundo de lo político.

4. Movilidad y modificación de la cultura política

La cultura política se modifica en tanto que se descubran nuevos vínculos entre el entorno inmediato, el resto del escenario y el devenir social, así como vínculos entre las diversas partes entre sí, es decir, en tanto que aumente la percepción de la composición y la organización sociales.

Y por otra parte la cultura política cambia cuando las acciones tienen intencionalidades más ambiciosas en el efecto buscado en la composición y la organización, en decir, en la relación entre las partes y en su actividad y orden en movimiento.

El actor social puede pasar de un status de relativa inactividad política porque su cultura aumentó o se complejizó, porque su deseo de intervención en la vida pública y su gestión se desarrolló. Puede darse el caso inverso, que el desinterés y la inactividad aumenten.

5. El individuo en la acción política

La acción política de los individuos no está siempre orientada desde las estructuras de poder externas, sino que responde y es objetivación del conjunto de ideas sobre la autoridad y el poder que están contenidas en el acervo social y que se fueron sedimentando históricamente en él.

Las consideraciones que los hombres hacen a sí mismos y con los otros hombres sobre la autoridad y el poder en el grupo social, se obtienen principalmente de dicho conjunto, pueden cambiar y se pueden negociar en cada acción política, pero una buena parte se preserva y hereda.

En otras palabras, lo político no se encuentra en el sentido inmediato de la acción social, se clarifica paulatinamente y puede objetivarse o no en acción política. De ahí que todo individuo, aún sin reconocerlo, tenga un acervo cultural de lo político. Es decir, tenga una determinada cultura política, aún haciéndola objetiva o no.

6. Análisis Reflexivo sobre los modelos de comportamiento electoral

Las elecciones son un proceso de toma de decisiones del electorado, que son el resultado de la imagen que se han formado de los políticos y de sus actuaciones.

Por lo tanto la base son las percepciones, que a su vez se forman por elementos de tipo cognitivo que implican modelos simbólicos aunados a elementos afectivos, a través de la cual se interpreta la realidad; en resumen, la cultura política de esa sociedad en particular.

El proceso de toma de decisión, del comportamiento electoral es finalmente la expresión de una actitud: la manera con la que los individuos se comportaran frente a un objeto determinado.

La actitud implica una opinión que se ha construido como se ha mencionado en este ensayo, con elementos cognitivos, pero también por cuestiones de carácter emocional e influencias de nuestro ambiente social.

En las últimas décadas, de acuerdo a la opinión de muchos especialistas se puede resumir que los individuos se han ido formando una aversión hacia cierto político o partido, lo cual influirá en el momento en que haga su voto y una opinión acerca de algo o alguien.

Estas influencias llegan del comportamiento de las personas que se rodean unas a otras, y se adiciona a este entorno a los medios de comunicación.

Por tanto en el caso de las elecciones, al igual que en la vida cotidiana, los actores deciden con base a cálculos racionales considerando beneficios que le traerá votar por X o Y partido o candidato.

Sin embargo, los ciudadanos en función de su percepción de la buena o mala situación que estén atravesando, pierden rápidamente de vista la perspectiva histórica general, lo que significa perder parte del bagaje de experiencias que esa sociedad tuvo y forjaron su cultura en lo político; ahora se puede apreciar que el individuo, el electorado, exige soluciones inmediatas a problemáticas profundas y estructurales.

El ser humano no es sólo determinado por las condiciones sociales macro, el entorno en el que vive y por las instituciones en las cuales está inmerso, ya que es la individualidad capaz de decidir y de buscar o de utilizar información, argumentos, conocimientos y experiencias previas y de momento para la toma de decisiones.

Los modelos de comportamiento electoral son herramientas teóricas para la explicación de la conducta de los electores, pues como seres humanos, estos no actúan únicamente por pertenecer a un grupo social, y por ende a la cultura que en política ejerzan, sino que cuenta el hecho de que sientan simpatía o afinidad hacia un partido político en específico, la imagen de los candidatos, sus ofertas, así como la evaluación que los electores hacen de la administración del partido gobernante.

Al comparar las propuestas de los modelos de Columbia y de Michigan que estudian los comportamientos electorales de la sociedad, prevalece una visión de un ciudadano sin libertad para tomar decisiones de voto, caracterizado por falta de conocimiento e información, la existencia de un mecanismo estable que rige el comportamiento sin que intervengan otros factores de racionalidad, un ciudadano escasamente racional, una defensa del voto no como mecanismo de control, sino como mecanismo de expresión de identidades primarias, apenas se le concede importancia al mundo político, ya que el ciudadano es inmune al mismo por falta de información y capacidad.

Si se contrapone a los modelos racionales – espaciales, prevalece una visión más positiva porque se le concede al ciudadano la capacidad de tener una información básica en aquellos asuntos que realmente le afectan y le preocupan.

No se le concede tanta importancia a los elementos que dan estabilidad al comportamiento, se le concede un grado de racionalidad mayor al ciudadano, se concibe una ciudadanía que ejerce un mayor control del poder político sin miedo a la estabilidad y a la supuesta ignorancia del ciudadano, además tiene un protagonismo notable al mundo político: partidos políticos, lideres, actores, su discurso, el formato de la competencia, etc.

Por tanto, es muy importante al hablar de ciudadanía y voto, distinguir en la importancia que se dan a los elementos estables e inestables del voto. Pero todavía es mucho más relevante conocer cómo se han formado los elementos estables.

La presencia de elementos estables no es algo deseable pero si algo racional, ya que ayuda a reducir la información política y el coste de obtenerla y de tomar una decisión. Por ello es normal que los ciudadanos tiendan a formar elementos estables.

La evolución de las elecciones modernas está ligada con la democracia representativa. Sin embargo, estas aún no se encuentran libres de problemas; sobre todo afrontan el hecho del mejoramiento de la calidad del régimen democrático.

7. Otros criterios para buscar lo más cercano a una conclusión

En una sociedad donde existen relaciones de dominación y desigualdad con base en la presencia de clases sociales, diversas etnicidades y distintas religiones, entre otros elementos, cada sector que la integra manifestará percepciones distintas sobre aspectos similares.

Por ejemplo, qué significa la democracia. La consideración de Esteban Krotz sobre que el estudio de la cultura política en México obliga al reconocimiento de la pluriculturalidad sume como aspectos a considerar en dicha cultura la hegemonía y el consenso, por una parte, y los diversos proyectos del sistema político y social, por otra.

Sostiene, además, una perspectiva que desde nuestro punto de vista es central y que podemos enunciar de la siguiente manera: en la cultura política hay más cultura que política. En sus palabras:

¿O es que no se asoman en las adivinanzas, angustias, esperanzas y conductas de fin de sexenio de las clases medias, de los funcionarios y políticos en torno a la designación de candidatos para la ocupación de puestos administrativos y de representación política, los mismos elementos centrales de su cultura política que se pueden observar en su comportamiento cotidiano en relación con las más diversas instancias de la burocracia administrativa, asistencias, judicial, policiaca, fiscal? ¿No se aprecia, por ejemplo, en análisis de los ámbitos tan disímiles como lo son las instituciones universitarias, partidos de oposición e instancias eclesiásticas, no sólo modos muy semejantes de ejercer el poder sino también formas igualmente semejantes de pensarlo, de justificarlo y de ritualizarlo?
(Krotz, 1996: 21).

Es verdad que una propuesta de síntesis entre las explicaciones sistémicas y las relacionadas con el comportamiento electoral y la cultura, o mejor expresado en tiempos actuales, la acción social, es la elaborada por Bourdieu en el concepto de habitus , donde la elección racional (rational choice) estaría constantemente interferida por las estrategias inconscientes de los sujetos sociales.

Sin embargo, este intento de recapitulación entre las explicaciones sistémicas y las que parten de la acción social no ha representado, más que una oferta sugerente para estudiar la cultura política, quizá ello se deba a los problemas metodológicos y técnicos que se enfrentan, desde dicha proposición. Por lo demás, cabe aclarar que no debe subestimarse el estudio del comportamiento electoral.

Su importancia radica no solamente en que pueden delinearse tendencias políticas, así sea matizadas por factores como el fraude y la compra de votos (Krotz, 1993), sino en que dichas tendencias tienen incidencia directa en la organización política de un país.

Finalmente, en base a una observación sobre fundamentos conceptuales, no es posible determinar con exactitud si el comportamiento electoral es directamente producto de la cultura; más bien en la actualidad la cultura ha sufrido transformaciones radicales en las sociedades, lo cual se demuestra en el caso de individuo que busca decidir por quién votar; la persona se verá influenciado desde otras formas y no solo de sus conocimientos y/o experiencias previas trasmitidas o vividas, sino de lo que vean, lean y escuchen en los medios de comunicación, estos les permiten formarse una opinión que entrelazada con su sapiencia, incidirá en su comportamiento final frente al voto.

Bibliografía

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Roche Aguirre María Laura. (2009, marzo 9). Cultura política y comportamiento electoral. Recuperado de https://www.gestiopolis.com/cultura-politica-y-comportamiento-electoral/
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Roche Aguirre María Laura. Cultura política y comportamiento electoral [en línea]. <https://www.gestiopolis.com/cultura-politica-y-comportamiento-electoral/> [Citado el ].
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