Si bien en un principio se creía menor, el impacto va a ser importante.
1. ¿Cuáles serán las consecuencias para la región como un todo?
En principio, el cimbronazo va a ser fuerte en casi toda la región, por la sencilla razón de que todas nuestras economías regionales de exportación tienen fuerte presencia en la U.E. y en EE.UU., los mercados más afectados por el crack global.
De esta forma, la demanda externa va a caer bastante (no sólo por culpa del crecimiento casi cero de los países más industrializados, sino también por la desaceleración de China e India), lo que va implicar fuertes baja de precios de nuestros commodities. Pongamos como ejemplo al petróleo, con una baja del precio internacional del crudo del 50% en menos de dos meses como una muestra de lo que va a suceder con la mayoría de nuestras materias primas, poniendo fin a al menos un lustro de nuestra región creciendo a tasas superiores al 5% anual, con picos como el argentino, por citar un caso, de crecimiento a tasas chinas.
De esta forma, nuestros principales productos de exportación (carne vacuna, cereales, azúcar, cobre, petróleo, café, madera, textiles, agroindustria, etc.) tendrán un doble impacto negativo: menores ventas externas y precios internacionales en baja; lo que a su vez afectará nuestras respectivas balanzas de pagos, implicando para cada país latinoamericano al menos tres posibles salidas:
- Fuerte devaluación de la moneda nacional (caso Chile y Brasil, entre otros) para incentivar exportaciones y especialmente desincentivar importaciones;
- Colocar restricciones para-arancelarias a las importaciones (caso Argentina y sus “valores criterio” por ejemplo);
- Utilización de reservas del Banco Central para equilibrar el empeoramiento de balanza de pagos.
Por supuesto que, como en economía todo tiene su costo, en especial las dos primeras alternativas implicarán peleas con los socios comerciales; es el caso del Mercosur, donde Argentina y Brasil en algún momento deberán acordar un política cambiaria común (al estilo Mercado Común Europeo en sus épocas) de una vez por todas para evitar seguir peleando siempre por lo mismo (las devaluaciones competitivas, hoy del lado brasilero).
Finalmente, el empeoramiento del sector externo en la mayoría de nuestras economías latinoamericanas va a traer aparejado una desaceleración del PBI doméstico, ya que también se resentirá el consumo y la inversión de cada país, básicamente por una cuestión de expectativas, lo que hará más fuerte el impacto interno de la crisis global. Obviamente, cada estado nacional latinoamericano ya tiene sus planes para hacer política anticíclica con el gasto público (en especial obra pública), para atemperar un poco el ciclo económico cuasi-recesivo; de hecho la mayoría de los gobiernos ya ha hecho algún de tipo de anuncio relacionado con el tema.
2. ¿Cuáles son los países que más sentirán las consecuencias de la crisis y por qué? ¿Cuáles serán los sectores industriales más afectados?
En principio el más afectado, por su proximidad a EE.UU. será México, la segunda economía latinoamericana más grande, después de Brasil. Recordemos que el 80% de todos los envíos mexicanos van al ahora país gobernado por Obama, principalmente petróleo, manufacturas y productos agrícolas.
El segundo gran afectado será Venezuela, básicamente por el tema petróleo, ya que EE.UU., a pesar de la retórica de Chaves, es su principal cliente. Recordemos que el valor del crudo ha caído casi a la mitad en dos meses, lo que probablemente traerá aparejado una contracción del PBI venezolano en 2009 y también de los planes de liderazgo político latinoamericano de Chaves (gracias a su –hasta hace poco- larga billetera).
Luego viene un lote grande de países afectados, aunque no tanto como los dos anteriores:
- Argentina, en especial por culpa de la soja, que ya ha caído un 40% en Chicago tras alcanzar máximos históricos este año; también los demás cereales se resentirán, además de las ventas de su exquisita carne vacuna; recordemos que alrededor del 50% de las exportaciones argentinas son carne y cereales;
- Brasil, que al tomar la decisión de depreciar 40% su moneda en el último mes y de profundizar sus subsidios de crédito a la exportación, va a lograr probablemente atemperar la caída en sus exportaciones, donde las más afectadas serán las primarias (soja, petróleo, café, azúcar, etc.) y las de bienes durables de alto valor agregado (automotriz por ejemplo), estos últimos con mucha dependencia del crédito para la exportación;
- Chile y Perú: aquí la caída vendría por el lado de los minerales de exportación principalmente (Chile es el 1er exportador mundial de cobre y Perú el 2do de cobre y zinc, el 1ro en plata y el 5to en oro, siempre a nivel mundial). Obviamente, una a favor de Perú, lo favorece la suba del oro, siempre creciente en épocas de crisis internacionales importantes.
- Colombia: va a observar fuertes caídas, tanto en cantidades exportadas como en precios, principalmente para petróleo, carbón y café; recordemos que sus principales socios comerciales son Venezuela y EE.UU., ambos en declive por el crack global.
- Los países centroamericanos, muy vinculados a EE.UU., también sufrirán, en especial sus envíos de agrícolas y textiles.
3. ¿De qué manera pueden las empresas «eludir» la caída del consumo?
A continuación, una serie de consejos útiles para empresas, a los fines de poder “sobrevivir” a un 2009 recesivo y “no morir en el intento”.
Costos/ egresos: qué se debe tener en cuenta:
- ¿Recorte obligado, reprogramación de pagos, ambos o algo más?
Hay que «afinar el lápiz» y recortar todo lo que más se pueda, pero siempre con «responsabilidad social», es decir, tratando de que el efecto sobre la nómina de personal sea mínimo.
En cuanto a refinanciar / reprogramar pagos hay que ser cuidadosos, ya que existe un costo en materia de intereses financieros, hoy en niveles altos en la mayoría de los países por la crisis financiera. Pero, si no hay otra alternativa… Sin embargo, lo ideal es postergar planes de expansión (dada la incertidumbre actual) y con esos fondos equilibrar lo financiero para 2009. Los años de crisis «al menos hay que pasarlos», hay que preservar que la empresa sobreviva sana, y no superendeudada, porque en este último caso se compromete a futuro.
Ingresos:
- ¿Cómo afrontar el tan temido corte de la cadena de pagos?
Es difícil, ya que endeudarse para capital de trabajo está caro. Hay que tratar de «aguantar» con «espaldas financieras propias», o de lo contrario, postergando pagos a nuestros proveedores, en la medida de lo posible.
- Administración de recursos: ¿reinvertir para stockearse antes o ahorrar previendo un escenario más difícil?
En países con inflación alta como Argentina, stockearse es algo que las empresas vienen haciendo desde hace rato para paliar dicha situación, por lo tanto en la medida de lo posible hay que seguir haciéndolo, pero reitero, sólo en países inflacionarios. Sin embargo, en la mayoría de los otros, donde la inflación hoy es baja, no es tan conveniente stockear, en especial en el caso en que se prevea para un sector / empresa determinado una aguda caída de ventas. De esta forma, dicho sector / empresa debería pensar en dejar de stockear, y ahorrar a corto plazo, pero en dólares, que va a tender a subir versus el euro.
Financiamiento:
- ¿Apostar al menor plazo posible o confiar en que las tasas de interés no se dispararán?
Las tasas ya están altas y pueden subir más en función de riesgos país en crecimiento. Hay que tratar de «capear el temporal» con lo propio, evitando el crédito bancario, salvo que no quede otra instancia.
Igualmente, hay que «tener siempre un ojo puesto» sobre los créditos de fomento (en casi toda la región existen entidades de créditos blandos), estos instrumentos seguro van a mantener tasas relativamente bajas, eso sí, a veces son más burocráticos para obtener que los de la banca privada.
- En caso de optar por créditos, ¿qué condiciones deben priorizarse?
Si se decide sacar un crédito, la empresa debe sacarlo preferentemente en moneda nacional y no a plazos largos. Pero reitero, hay que evitar el financiamiento (externo a la empresa) en medio de un año de crisis, más vale posponer inversiones hasta que «amaine el temporal» que endeudarse en condiciones «no sustentables a largo plazo».
El mercado:
- Modos de fidelizar a la clientela y preservar la rentabilidad
Bonificaciones llamativas (si bien no necesariamente costosas para la empresa), y en general seguir al mercado, para al menos «no perder clientes a manos del competidor».
- Qué hacer si las ventas caen
No perder de vista lo que hace la competencia (bonificaciones me refiero), hay que actuar estratégicamente y defensivamente en épocas de crisis, ya que es verdad que «toda crisis genera oportunidades», pero eso generalmente es válido cuando la competencia se descuida y uno aprovecha y le saca clientes. En épocas de crisis, el cliente se vuelve muy analítico y selectivo, y define dónde compra hasta por centavos de diferencia.
Recursos humanos:
- Cómo solventar la estructura salarial sin pensar en ajustes, suspensiones ni despidos
Si las ventas caen poco, hay que aguantar «con espaldas propias» y no achicar la planta de personal. Si las ventas caen mucho, hay que achicar, desgraciadamente no queda otra.
- Qué hacer en caso de renegociaciones salariales
Aumentar lo que aumente el sector, para no quedar descolocados frente a la competencia.
- Consejo general
No olvidarse de la responsabilidad social de los empresarios en épocas de crisis.