Algunos docentes de la esfera universitaria de Cali afirman que Carlos Marx no hizo aporte alguno al concepto de lo público. Claro que si consideramos escritos deliberados con ese propósito y cuyo título así lo anuncie, pudiéramos decir que no lo hizo, como tampoco hizo aportes directos al diseño del sistema socialista, a la teoría del desarrollo económico, a la epistemología o al tema del medio ambiente.
Por supuesto que si buscamos en los escritos de Marx algún documento titulado “Acerca de lo Público” o algo parecido, no lo vamos a encontrar, como tampoco encontramos escritos hechos por él con el título de “Teoría del Desarrollo Económico” o “Teoría del Conocimiento”.
Pero no podemos desconocer que las reflexiones de dicho pensador fueron útiles para la construcción posterior de conceptos en varias de las disciplinas del conocimiento.
En relación con el desarrollo, Marx habló de la reproducción ampliada más para explicar el fenómeno de la acumulación, que para construir una teoría del desarrollo. Pero luego, los apuntes de Paul Barán, Paul Sweezy y Maurice Dobb, por ejemplo, luego fueron tenidos en cuenta para los trabajos que han dado origen a la llamada “Teoría de la Dependencia”. Andree Gunder Frank y Celso Furtado en Brasil y aquí en Colombia Salomón kalmanovich antes de ser codirector del Banco de la República, hicieron aportes importante al análisis del desarrollo de países de Suramérica, utilizando elementos derivados de la teoría marxista. El concepto de “Excedente Económico” que constituye la esencia de los análisis sobre el desarrollo y subdesarrollo económicos, es derivado del concepto de “plusvalía”, que es el epicentro del enfoque marxista.
En el campo de la epistemología vemos por ejemplo, que Bachelard no era marxista; ni siquiera materialista; pero no se puede negar que en sus conceptos muestra que ha leído a Marx. Sartre tuvo en cuenta a Marx aunque sea para contradecirlo. Marcuse hizo referencias relevantes en sus aportes a la filosofía y Althusser, quien sí era marxista, formuló sus propuestas en el campo de la epistemología basado en los planteamientos marxistas. En los escritos directos del pensador alemán no hay un tratado sobre “Teoría del Conocimiento”, pero sus ideas han generado reflexiones que conducen a otros desarrollos, algunos opuestos, en el campo de la epistemología. Por ello las contribuciones de la filosofía marxista en el campo del conocimiento principalmente de la sociedad y sus procesos han sido valoradas significativamente hasta por los pensadores de la extrema derecha que se oponen diametralmente a la línea marxista.
De la misma manera pudiéramos decir que Marx no hizo contribución alguna a los temas ecológicos. En la época en que él vivió el asunto ambiental ni siquiera preocupaba porque no se pensaba que el desarrollo industrial, apenas naciente, traería avances tecnológicos que golpearían bruscamente las condiciones de la naturaleza. No obstante, cuando dos siglos después la conservación ambiental se convirtió en tema de gran preocupación en las esferas académicas, institucionales y políticas, desde la Cepal se introdujeron conceptos que resolvieron nudos teóricos hasta esa fecha no despejados, cuando se trataba de incluir la dimensión ambiental en los problemas del desarrollo. La idea de “Estilo de Desarrollo” que permite aclarar las relaciones entre desarrollo y conservación ambiental, se construye a partir del concepto de “fuerzas productivas”, que es un elemento de la teoría marxista. Recordemos que la identidad del estilo de desarrollo es la manera como se organizan, manejan y asignan las fuerzas productivas en una organización social. José Villamil y Osvaldo Sunkel citan como ejemplar la definición de Anibal Pinto, quien define el estilo de desarrollo como “…la manera en que dentro de un determinado sistema se organizan y asigna los recursos humanos y materiales con objeto de resolver los interrogantes sobre qué, para quiénes y cómo producir los bienes y servicios”.
Marx y Engels no dijeron que se proponían a realizar contribuciones a la ecología; ellos se refirieron a otra cosa. Como dice Sergio Melnick, “Las teorías marxistas, por su lado, también caen en esa gran tendencia que no reconoce la importancia de los problemas ambientales”. Pero más adelante el mismo Melnick dice que “Nuestra sugerencia es que la teoría del valor, tan frecuentemente despreciada u olvidada, debería ser traída al tapete nuevamente como parte primordial de la investigación económica y social…” y agrega que “Este problema de la teoría del valor da una nueva entrada al tema del medio ambiente en el desarrollo económico y social”.
En materia de lo público, Marx tampoco se refirió directamente al tema ni se propuso escribir conceptos para explicar deliberadamente el asunto. Pero de esto a afirmar que dicho pensador no hizo contribución alguna al tema, hay una gran diferencia; pues, precisamente, de los principios utilizados por la teoría marxista se deducen varias de las explicaciones sobre lo público que otros autores no han aclarado.
Seguramente los objetos a los que se refiere el tema de lo público han existido en la humanidad desde tiempos remotos, pero la connotación que hoy tiene el concepto, apareció más recientemente como resultado de dos procesos históricos: Por una parte el proceso que llevó la concentración de lo público en el seno del Estado y por otra parte el proceso que incluyó a los “nuevos ricos” en la política, es decir a aquellos sujetos cuya riqueza no provenía de la renta de la tierra como la de la aristocracia, sino de la actividad empresarial capitalista. Fue el paso de la sociedad feudal hacia la sociedad capitalista, lo que relevó el concepto y le dio la dimensión con la que lo conocemos, por cuanto, sin desmontar el aparato estatal existente, arrastró la dimensión de lo público hacia la sociedad, como por ejemplo el interés público, las libertades públicas, la seguridad pública o la opinión pública. Si bien decimos que lo que hoy llamamos “público” pudo haber estado presente desde tiempos inmemoriales, a lo que hoy se hace referencia es a su separación del otro campo, el privado, que emerge en la esfera del pensamiento, cuando surgen capitalismo y liberalismo. En ese momento se hace evidente la distinción entre las actividades que con libertad pueden hacer las personas, principalmente la libertad para conseguir riqueza económica, que ya no necesita de tributos de la servidumbre sino del éxito en las operaciones de mercado, por una parte, y por la otra las actividades propias del Estado. A pesar de la distinción, de todas maneras las dos esferas se relacionan mutuamente y con ello surge la dicotomía de lo público y lo privado.
En las opiniones callejeras se escucha pronunciar el término “público” con diversidad de intensiones. Algunas veces, cuando se hace referencia a un sujeto; otras cuando se trata de un objeto; y también cuando se hace referencia a un proceso de contacto entre sujeto y objeto. Se le denomina público cuando se cita a una entidad como sujeto; también cuando se refiere a un espacio como objeto; y también cuando se trata de un servicio que un sujeto le brinda a un objeto. Se le llama público a un asunto donde todos pueden intervenir porque es abierto y a vista de toda la gente, diferenciándolos con los que son reservados a la privacidad de la persona y que se tratan en la intimidad o en lugares cerrados.
Ya lo decía Modesto Saavedra de la Universidad de Granada España en un artículo publicado en la Revista “Derechos y Libertades” editada por el Instituto Bartolomé de las Casas: “persona pública, actividad o prestación pública, asociación pública, interés público, etc., son expresiones en las que el adjetivo público puede tener en cada caso significados diferentes.
Tales significados dependen de aquellas connotaciones referentes al espacio (y, por tanto, a la visibilidad y accesibilidad), o bien a la naturaleza de los intereses en juego. Una persona o personaje público puede merecer tal calificación por el hecho de ser generalmente conocido o famoso, pero también por tener alguna relación con intereses generales, como es el caso de la persona que ocupa un cargo en la Administración del Estado. Una actividad, una prestación o un negocio realizado por una persona puede ser público por el hecho de estar abierto a todos, pero también por estar al servicio de intereses generales especialmente cualificados, adquiriendo entonces la categoría de servicio público. Una asociación puede estar abierta al público en general, es decir, puede no restringir la afiliación de sus miembros a un número limitado de personas, y no ser una asociación de carácter público por no estar vinculada, al menos oficialmente, a interés general de ningún tipo. Un asunto puede ser de interés público por el hecho de suscitar la atención de la gente en general, o bien por afectar a un interés general objetivo y especialmente relevante.”
En la campo intelectual también se encuentran textos de diferentes autores que se refieren a lo público con particulares enfoques. Por ejemplo, Habermas hace referencia a la opinión pública yendo más allá, en el marco de un modelo normativo donde la opinión pública, construida en un proceso racional de consenso en el seno de la sociedad, otorga legitimidad al régimen político democrático.
Maricella Portillo Sánchez dice que “El modelo normativo de Habermas se establece como uno de los principales ámbitos de crítica a la sociedad. Para él, la opinión pública no es sólo un problema científico, es un problema práctico moral. En este sentido, el principal interés de este autor es analizar las condiciones comunicativas bajo las cuales se forma la opinión pública en las sociedades actuales.”
“Esta es una cuestión central para Habermas: la opinión pública, formada en un proceso racional de consenso al interior de la sociedad, otorga legitimidad al régimen democrático. Dicho en otras palabras, la opinión pública se erige como garante de la democracia.”
También se hace referencia a lo público cuando un objeto es apto para satisfacer el interés público, cuando cumple una finalidad pública, cuando pertenece a un sujeto público, cuando sirve para uso o disfrute colectivo, cuando se utiliza en un servicio público, cuando es de la rama administrativa del Estado, cuando es necesario para cumplir una función pública o cuando la propiedad es pública.
La esfera pública moderna surge en el momento en el que se separan el Estado y los intereses particulares, y cuando los individuos, como personas privadas, se reúnen para intercambiar informaciones y opiniones sobre asuntos de interés general. Como se sabe, es a partir de la modernidad cuando se toma conciencia de un ámbito privado, y cuando este ámbito privado empieza a ser opuesto a lo público, como algo propio del individuo que debe mantenerse fuera del alcance del Estado, donde el individuo es soberano y que encierra los intereses que sólo a él le pertenecen.
Como se puede ver, la palabra público tiene varias aplicaciones y en una mirada desprevenida, hasta se produce confusión porque al escucharla no se sabe a ciencia cierta de qué se está hablando. En todos los casos la referencia es de tipo empírico, descriptivo, superficial, aparente o externo, pero queda el interrogante sobre ¿qué hay detrás de ese objeto que se percibe o se ve por fuera?.
Las preguntas que surgen son entonces: ¿qué característica o especificidad tiene un objeto, tangible o intangible, para que se le pueda catalogar como público? Sabemos cuáles son los objetos públicos, pero, ¿por qué son públicos? Qué es lo que hace que algo sea público? Cuál es la esencia de lo público? Qué atributos tiene un fenómeno o un objeto que le permite cumplir los requisitos para que se le llame público? En resumen, cuál es la génesis de lo público?
Las ideas de Marx
De los escritos de Marx y de los desarrollos de sus ideas realizados por pensadores posteriores, dos aspectos podemos destacar que sin duda son importantes: por un lado las deducciones que se pueden realizar acerca del génesis de lo público y por otro, sus argumentos para catalogar los medios de producción como bienes públicos, razón por la cual se recomienda que sea el Estado quien los administre, aunque hacia el final en el comunismo, el Estado debería desaparecer. El primer aspecto, el de la génesis, es consecuencia obligada del enfoque marxista sobre la economía, que según su método, esta es la base del conjunto social, sobre la cual se erigen las instancias política e ideológica. El segundo, el de los medios de producción, por el papel que se le asigna al trabajo humano y su complemento obligado, los instrumentos de trabajo, ambos originados en la naturaleza y las leyes que la rigen.
De la lectura de varios escritos de los creadores del marxismo, como por ejemplo: “La llamada acumulación originaria”, “Formaciones económicas precapitalistas”, “El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado”, “El papel del trabajo en la transformación del mono en hombre”, “Crítica del programa de Gotha”, “Introducción a la dialéctica de la naturaleza” y por supuesto, de todas las anotaciones sobre la Teoría del Valor-Trabajo, se deduce que esta doctrina concibe la economía y más concretamente el sistema económico, como un producto creado por la ley natural que la especie humana ha establecido movida por el instinto primario de conservación. No obstante, dado que esta es la única especie natural viva que tiene pensamiento y con ello la capacidad de razonar, deliberadamente el homo sapiens ha interferido a ley de la naturaleza y modificado la conducta instintiva de los individuos para construir reglas de funcionamiento acomodadas a patrones culturales.
Si lo que mueve a la especie humana, como a todas las especies vivientes, es su propia subsistencia o conservación, es aquí, en las leyes de la naturaleza donde se encuentran los soportes para identificar los factores que definen el “interés general”. Son los factores inherentes a la especie, creados por la ley de la naturaleza, los que demarcan la igualdad o crean la homogeneidad que hacen semejantes a todos los individuos de la especie. No importan las diferencias de etnia, ni de género, ni de estrato social, ni de riqueza, ni de cultura; independientemente de todas estas diferencias, están los factores que hacen iguales a todos los individuos de la especie y estos factores, son los determinan lo que es de interés general.
De estas deducciones derivadas del pensamiento marxista se extrae la respuesta a uno de lo interrogantes más importantes sobre lo público: Descriptivamente o empíricamente ya sabemos qué es lo público. Ya sabemos que lo público es lo de interés general; ya sabemos que es el antagonista de lo privado o lo que se puede publicar y que está a la vista de todos. Pero no sabíamos el por qué de esos atributos. Por qué ese objeto tangible o intangible tiene esa característica? Por qué, precisamente, lo que llamamos público, es público?
Del método marxista se desprende fácilmente que lo de interés general, lo que compete a todos los individuos de la especie sin distingo alguno, es decir, lo que es público, es todo aquello que se desprende de la ley natural. Así mismo, que lo publicable o publicitable y que está a luz de todos, es lo que tiene parentesco con la ley natural. Es decir, los acercamientos con la naturaleza y sus leyes dan la clave para entender la esencia o el génesis de lo público.
Por supuesto, la anterior consideración deja otros interrogantes sobre asuntos u objetos que hoy no son catalogados como públicos siendo que tienen relación directa con la ley natural; y viceversa, objetos que aparentemente no tienen relación con la ley natural y sin embargo son públicos. Por ejemplo, la educación y el transporte son asuntos públicos; pero, cual es su relación con la ley natural? De la misma manera, la alimentación tiene estrecha relación con la ley natural en tanto el hambre que se produce así la persona no lo quiera, es producto del instinto; no obstante, la alimentación no se cataloga como asunto público y en el mercado, la producción, distribución y consumo se maneja con el paradigma privado, aunque la seguridad alimentaria es objeto de política pública.
Cuando se habla de la ley natural, inmediatamente se invoca las necesidades humanas, entendidas estas como los requerimientos que el ser biológico presenta para conservar viva la especie; y la economía se concibe como el mecanismo que el conjunto de la especie ha establecido para generar los medios de satisfacer dichas necesidades. De este modo, lo público tiene relación con las necesidades humanas.
Las necesidades humanas son de varias clases; por eso se pueden clasificar según distintos enfoques. Según su origen son de dos clases: las creadas directamente por la ley de la naturaleza (necesidades naturales) y las creadas por la mente o raciocinio humano (necesidades culturales). Según la función que desempeñan en el ser humano, son de dos clases: las motivadas por el funcionamiento de los órganos anatómicos (necesidades fisiológicas) y las derivadas del aparato psíquico o de las condiciones espirituales (necesidades psicológicas). Según la categoría en el desarrollo individual son de dos clases: las de lograr la simple supervivencia (necesidades de subsistencia) y las que permiten la elevación del ser mejorando la calidad de vida (necesidades de dignificación).
Si lo público tiene relación con las necesidades humanas, la vinculación entre la ley natural y lo público puede también ser diversa, según la clase de necesidad y según el grado de vinculación ya sea directo o indirecto. Po eso a simple vista y de manera desprevenida, en ocasiones no se percibe la relación entre lo público y la naturaleza. Por ejemplo, la alimentación es un bien que satisface una necesidad de origen natural, que hace funcionar los órganos por lo tanto atiende necesidades fisiológicas y atiende las mínimas necesidades subsistencia humana. Mientras que la educación es de origen cultural, armoniza con las necesidades psicológicas y permite la dignificación humana si el nivel es más alto; pero dadas las condiciones del sistema capitalista, la educación se convierte en un recurso indispensable para la mínima subsistencia humana y sin ella satisfacer las necesidades naturales y fisiológicas es mucho más difícil. Si bien la alimentación es privada, la Seguridad Alimentaria de la comunidad es objeto de las políticas públicas y los programas gubernamentales como el de los restaurantes escolares.
En esa línea podemos afirmar entonces que hoy existen temas o asuntos que debieran estar dentro del paradigma público pero que se encuentran total o parcialmente dentro del paradigma privado, como la satisfacción de las necesidades de alimentación, vestuario, vivienda, recreación, comunicación, que sólo parcialmente se incluyen dentro de las políticas públicas.
Pero el tema principal de que trata este análisis se refiere a la ligazón entre ley natural y lo público. Lo único que puede ser igual para todos y que puede ser de interés general, es lo que todos tienen en común. Lo que todos tienen en común son las especificidades inherentes a la especie biológica determinadas por la ley de la naturaleza, ya sea que tengan relación directa o que la relación sea indirecta. El aire, el agua, el paisaje son públicos; el espacio urbano y la movilidad tienen relación con la necesidad natural de buscar los medios de subsistencia y de integrarse entre los individuos de la misma especie, lo mismo que la comunicación. La salud está estrechamente relacionada con la ley natural y la protección en general, tanto la que se logra con la seguridad social como la que se logra con la seguridad pública, son bienes que satisfacen requerimientos establecidos por la ley de la naturaleza.
Todos los asuntos (bienes y servicios) públicos tienen relación de causalidad directa o indirecta con la ley natural, pero no todos los fenómenos y requerimientos derivados de la ley natural son públicos. Existen algunos requerimientos originados en la ley natural que son privados. Por ejemplo la reproducción de la especie que requiere de relaciones individuales, aunque en los primeros estadios de la civilización, en la época del matriarcado, parece que la reproducción era pública y que eso sustentaba el poder y la autoridad de la mujer como cabeza de la sociedad familiar.
La pregunta obligada es entonces: por qué lo del Estado es público? Qué tiene que ver el Estado con la ley de la naturaleza?
Cuando se habla del Estado se hace referencia al Estado Burgués, Estado Moderno o Estado Formal de Derecho, que es el que conocemos plenamente, porque ahora estamos apenas conociendo el Estado Postmoderno, Estado Social de Derecho o Estado Neoliberal.
Recordemos que el Estado Moderno nace en la segunda mitad del Siglo XVII, cuando se aceptó el fundamento que el poder viene del pueblo, para sustituir el fundamento que el poder viene de Dios. Recordemos también que en el Estado Feudal, donde el poder viene de Dios, era el monarca, príncipe o rey, quien se encargaba de sostener a la clase social menos favorecida, o los pobres, que no eran libres porque pertenecían, como los arboles, a la tierra o feudo donde estaban ubicados. Su sostenimiento por lo tanto estaba a cargo del propietario de esa tierra donde estaban ubicados.
Pero cuando las relaciones sociales de producción cambiaron y la clase pobre pasó a ser libre de la servidumbre y ya no pertenecía a la tierra, quién la iba a sostener? O quién se va a encargar de manejar los bienes libres de la naturaleza, si ya el poder no viene de Dios? El Estado Moderno entra a suplir un vacio que se genera con las nuevas condiciones de la propiedad, la producción y la libertad de los siervos que se convierten en trabajadores asalariados. Es precisamente, al nuevo tipo de Estado a quien se le encomienda el manejo de los asuntos derivados de la ley natural, que habían quedado sueltos porque, antes la ley natural era la misma ley de Dios y la Iglesia su legítimo administrador; ero ahora que la ley de Dios se divide en dos, por un lado la ley natural y por otro la ley jurídica o el derecho, es cuando salta a la vista la necesidad de establecer el mecanismo social que asegure su administración y este mecanismo es el Estado. Por eso es al contrario; es que la ley natural le creo funciones al Estado, las que no se le podía entregar al manejo de un particular porque no generan rentabilidad, principio de operación del sistema capitalista, o porque son de interés de todos los individuos. No es que lo del Estado sea público por ser del Estado; es que al Estado le han asignado las funciones de administrar los asuntos derivados de la ley natural.
En cuanto a la publicidad, vemos que las cosas que están a la vista de todos, están así, porque tienen relación directa o indirecta con la ley natural. Lo que se pública, incluida la publicidad mercantil, tiene la relación que hemos citado porque el interés de hacer conocer un bien o un objeto, surge de lo que Marx llama el valor de uso del bien. Si no tiene valor de uso, jamás tendrá valor de cambio; pero hay algunos bienes que teniendo un alto valor de uso, no tienen valor de cambio; como el aire, por ejemplo. La publicidad mercantil lo que busca es mostrar el valor de uso para que con criterios de mercado, este valor pueda llegar a su destino en el consumo final. El valor de uso solo existe en la medida en que satisfaga una necesidad humana.
El otro aspecto importante del análisis marxista se refiere a la apreciación sobre los medios de producción. Entre los medios de producción están los recursos naturales (aire, agua, suelo, subsuelo, flora, fauna y paisaje), la infraestructura básica (vías, acueducto, alcantarillado y electricidad), la infraestructura especializada (económica, social, ambiental, institucional, investigación), la tecnología, las maquinarias y equipos para producción, comercio y servicios, etc., todos necesarios para producir los bienes y servicios que la especie requiere para subsistir y dignificar la vida humana.
Por qué estos bienes deben ser de propiedad colectiva y en la fase de transición hacia el comunismo, por qué deben ser administrados por el Estado? Si el Estado únicamente debe manejar lo público, por qué en la etapa del socialismo, como etapa previa del comunismo, debe ser el Estado quien maneje los medios de producción?.
Del análisis a los postulados marxistas se desprende que la economía es pública, porque se deriva de la ley natural. Por eso, como en la época del comunismo primitivo, cuando la humanidad era nómade y subsistía recolectando frutos, cazando, pescando y pernoctando en cavernas, los medios de producción no deben ser de propiedad colectiva.
Para quienes dicen que Marx no hizo ningún aporte al debate sobre lo público, como se explica la propuesta de que los medios de producción no tengan propiedad privada?.
Marx directamente no hizo una propuesta sobre el socialismo, porque casi todo su trabajo de economía lo dedicó a analizar el capitalismo. Pero del escrito “Crítica al Programa de Gotha” se deducen varios planteamientos, los cuales sólo se pueden realizar, si el Estado es quien administra los medios de producción, cuya propiedad debe ser de todo el conglomerado social, porque los medios de producción son de interés general y beneficio colectivo, requisito que debe cumplir algún elemento para ser de categoría pública.
No hace falta mucha reflexión para entender el aporte al debate que se desprende de la idea que sea el Estado el administrador de los medios de producción, como una forma de que la plusvalía convertida en capital a través del excedente económico, no pase a llenar los bolsillos de los particulares sino que pueda tener un uso colectivo para beneficio de la especie. El motivo por el cual el excedente económico, que es un ahorro social, se concentra como riqueza sólo de unos pocos capitalistas en lugar de ser distribuido socialmente, es el hecho de que estos medios son de propiedad privada, por lo cual a la luz del análisis marxista, estaríamos viendo un caso de privatización de un bien público.
Muchas otras reflexiones se podrían realizar en torno a la relación de las ideas marxistas con el debate sobre lo público. Directamente del puño y letra de Marx es poco lo que se encuentra, porque para la época en que escribió en el Siglo XIX, el tema no tenía tanta relevancia como hoy, cuando a raíz de la doctrina neoliberal que pretende privatizar lo público y ponerlo como objeto de enriquecimiento de unos pocos, el debate ha tomado mucha importancia. Lo que ocurre es que el debate actual es una confrontación entre la ley natural y la ley del mercado y los profesores neoliberales son defensores de la ley del mercado por lo cual se niegan a aceptar cualquier planteamiento que se acerque a la ley natural.