Muchos padres y docentes con niños y niñas bajo su responsabilidad, desean brindar una educación financiera a sus hijos(as) o estudiantes y no saben por dónde comenzar, por esto a continuación abordaremos cómo iniciar la educación financiera en los niños para que los adultos interesados en formar financieramente a los jóvenes, den los primeros pasos en este sentido.
Primero que todo, es importante felicitar a los padres y docentes quienes desean dar una formación financiera, porque cumplen con el primer requisito para hacerlo: El deseo, la motivación y el interés porque los niños y niñas tengan una orientación al respecto.
Es el primer paso, pues no todos los adultos reconocen la importancia y necesidad de abordar este tema con los infantes. Y muchas veces se preguntan:
¿Para qué educar en finanzas? Al fin y al cabo yo no estudié nada que tenga que ver con dinero y estoy bien. Veamos algunas razones para brindar una formación financiera a niños y niñas.
Razones para formar financieramente a los niños y niñas
- Los niños y niñas requieren saber para qué utilizamos el dinero:
Los seres humanos estamos inmersos en un mundo económico. Utilizamos el dinero para muchas cosas en nuestras vidas. Cuando tenemos dinero, satisfacemos casi todas nuestras necesidades:
Compramos alimentos, accedemos a los servicios de salud, de educación, a los servicios públicos de agua, luz y telecomunicaciones, compramos la ropa que nos gusta, tenemos un lugar donde vivir, podemos desplazarnos a nuestro sitio de trabajo, podemos descansar y recrearnos como deseamos.
También usamos el dinero para darnos gustos, para compartirlo con quien lo necesita, para asegurarnos una vida digna en nuestra vejez, etc. Es decir, tener dinero es importante pues sin él, es más difícil vivir de la manera que deseamos.
- Los niños y niñas requieren aprender que no todo se consigue con dinero:
Partiendo de que el dinero es importante, también es básico reconocer que no todo lo conseguimos con dinero:
Nuestra credibilidad, la unión familiar, las amistades verdaderas, la felicidad, la armonía en nuestras relaciones, nuestra paz interior, las habilidades, los talentos, nuestra creatividad, las actitudes que asumimos frente a las adversidades, el tomar decisiones apropiadas, amar lo que hacemos y hacer bien nuestro trabajo, cuidar los recursos que poseemos, aportar al mundo los dones que hemos recibido, resolver nuestros propios problemas sin esperar que otros nos los resuelvan, crecer como personas, disfrutar con las cosas sencillas de la vida, etc., son aspectos que no nos los proporciona el dinero.
Y son estos aspectos los que determinan qué tan prósperos somos en nuestra vida, los que nos permiten generar riqueza o generar pobreza.
Cuando reconocemos estos aspectos como primordiales y previos al dinero, comenzamos a Aprender a Tener.
- Los niños y niñas requieren Aprender a Tener:
Aprender a Tener, significa colocar por encima del dinero, la vida, la dignidad, los valores y principios con que nos guiamos.
Es reconocer que el dinero es importante y nos permite hacer muchas cosas, y a la vez, sin dinero, también podemos hacer otras tantas cosas en la vida con las cuales transformamos el mundo y hacemos de él un lugar mejor para vivir.
Aprender a tener significa que somos capaces de sacrificar el dinero por los valores que tenemos, en lugar de sacrificar los valores que tenemos por el dinero.
Es darnos cuenta que tener o no tener dinero es algo temporal, mientras que al tener los talentos, valores y actitudes apropiadas, podemos generar riquezas para nosotros mismos y para los demás, en cualquier momento de la vida.
Aprender a tener es mantener una Actitud Ganar – Ganar: Es aprender a que podemos tener dinero, no a costa de otras personas o de principios o de infelicidad y sufrimiento, sino que podemos tener dinero beneficiándonos a nosotros y a los demás.
Aprender a Tener significa que administramos con ética y sabiduría, los recursos que hemos recibido (personales, sociales, ambientales), de tal manera que los mantenemos, los incrementamos, los mejoramos, generando desarrollo y dejando huella.
Aprender a Tener implica que vivimos una Cultura de Prosperidad, con la cual atraemos lo que deseamos, nos sentimos en paz y armonía y comprendemos que muchas veces podremos estar ilíquidos, sin que esto signifique que seamos pobres, pues contamos con los recursos necesarios para generar la riqueza que deseamos.
Saber Tener, no es algo con lo que nacemos, es algo que aprendemos y podemos transmitir y en esto radica la importancia de Formar financieramente a los niños y niñas. En saber que podemos enseñar actitudes, valores, comportamientos económicos y conocimientos que permitan a los jóvenes ser prósperos y generar riquezas con las cuales puedan transformar el mundo.
- Los niños y niñas requieren aprender una Cultura de Prosperidad:
Así, entre las principales razones para formar financieramente a los niños y niñas,
están la de facilitar que Aprendan a Tener y Desarrollen Actitudes de Prosperidad que les permitan cambiar la cultura de pobreza que predomina hoy día en nuestra sociedad, por una cultura de prosperidad.
Requisitos para brindar una educación financiera para niños
Para brindar una formación financiera para niños son indispensables algunos requisitos. Como decíamos, el primero que debe estar presente es el deseo, la motivación y el interés por parte de los adultos para dar esta formación.
Sin un genuino interés y convicción, acerca de la importancia de esta formación, difícilmente guiaremos a los niños hacia la prosperidad y adecuada administración de los recursos.
Valores que sustenten la formación financiera: Sólo los adultos quienes viven valores de prosperidad, pueden ser congruentes y consistentes al brindar una formación financiera:
Adultos honestos, responsables, respetuosos, cumplidos, pueden enseñar estos valores que guían a los niños hacia un manejo ético de los recursos que administran.
¿Cómo puede un niño aprender a ser honesto si el docente quien le está enseñando la importancia del ahorro, roba los ahorros de los niños?,
¿Cómo puede aprender un niño a respetar lo ajeno, si sus padres no cuidan lo que les prestan y lo devuelven dañado?.
Los niños requieren de adultos cuyos comportamientos económicos (formas de ganar dinero y de administrarlo) sean un modelo para ellos.
Creencias y Actitudes de prosperidad: Un tercer requisito para que una formación financiera sea apropiada, es que los adultos que la impartan, mantengan creencias y actitudes de prosperidad.
Para comprender un poco a qué nos referimos con éstas, recordemos la percepción que tres personas diferentes pueden tener sobre un vaso que contiene agua hasta la mitad.
Una de ellas puede decir: “El vaso está medio vacío”, otra persona puede decir: “El vaso está medio lleno” y la tercera puede decir: “Aunque el vaso todavía tiene agua, es importante prepararnos para llenarlo”.
Estos tres casos plantean tres actitudes diferentes: La primera actitud, es una actitud centrada en la carencia, en lo que no se tiene, en lo que falta, en la escasez. Puede decirse que la persona tiende al pesimismo. La segunda persona manifiesta una actitud centrada en lo que tiene, en la abundancia, en la riqueza, puede decirse que es una actitud optimista.
Finalmente la tercera actitud, es una actitud realista: La persona percibe la cantidad de agua que hay y a la vez, se prepara para mantener el vaso con agua y no dejarla acabar.
Generalmente cuando una persona tiene creencias negativas y actitudes centradas en la escasez, decimos que la persona vive en una cultura de pobreza, pues no percibe lo que tiene sino lo que no tiene; en lugar de disfrutar los pocos o muchos recursos de que dispone, sufre, se angustia y se amarga por lo que no tiene, o lo que puede perder.
Las personas que viven una cultura de pobreza, se quejan de la situación en que viven y atribuyen a otras personas la responsabilidad por dicha situación.
La culpa de sus carencias, de sus desgracias son sus padres, sus familiares, su pareja, sus hijos, los vecinos, el barrio en que viven, los gobernantes, el Estado, etc., etc. No se dan cuenta que ellos mismos atraen la situación en que viven.
Por esta misma razón, no encuentran, ni se preocupan por hacerlo, soluciones a su situación: Si la causa de sus problemas son otros, la solución está también afuera de ellos mismos: Cuando mis hijos crezcan…, cuando mis padres cambien…, cuando cambie el presidente, cuando se vayan los vecinos, cuando crezca, cuando mis profesores me entiendan, etc.
Por lo tanto quedarán esperando situaciones favorables, en lugar de crearlas, a partir de apreciar las oportunidades que hay en su propia vida.
Las personas centradas en lo que poseen, normalmente viven en una cultura de prosperidad. Asumen responsabilidad por las situaciones que viven y buscan de manera activa soluciones a las mismas.
Saben que en gran parte, de ellas depende la solución a sus dificultades. Son personas que disfrutan lo poco o mucho que poseen, lo cuidan y si es posible lo incrementan.
Las personas realistas, ven los dos lados de la moneda: Lo que poseen y lo que nó. Disfrutan, cuidan, comparten lo que tienen y buscan formas adecuadas de conseguir lo que desean; simultáneamente se preparan para las épocas de las “vacas flacas”, sea que lleguen o no .
Saben que en cualquier momento pueden cambiar sus circunstancias más como se han preparado para lo que puede suceder (una crisis financiera, un huracán, una pérdida importante),
están en mejores condiciones para hacerle frente. Saben que lo importante no es lo que suceda, sino lo que ellas hagan al respecto.
También viven en una cultura de prosperidad y simultáneamente se preparan para situaciones temporales de carencia.
Los adultos que asumen una cultura de prosperidad son quienes están mejor preparados para formar financieramente a los niños y niñas, pues transmiten actitudes de prosperidad, no sólo con palabras, sino también con sus propias vivencias.
Y recordemos que es el ejemplo la mejor forma de enseñar lo que queremos que aprendan.
Otro requisito, es contar con conocimientos pedagógicos, didácticos y metodológicos. Muchos adultos, profesionales exitosos en sus áreas, no saben cómo transmitir a los niños (estudiantes o hijos) sus conocimientos.
Se requiere poder volver sencillos los contenidos financieros y económicos que deseamos enseñar, conocer la manera de pensar y aprender de los niños, de acuerdo con su etapa evolutiva y desarrollar actividades lúdicas y concretas para facilitar un aprendizaje significativo.
Tener en cuenta la Etapa Evolutiva de los niños y niñas: La formación financiera es diferente según el desarrollo de los niños y niñas.
Podemos clasificar el desarrollo evolutivo en tres etapas: Niños desde que nacen hasta los dos años, niños en edad preescolar (entre los 2 y los 7 años) y niños en edad escolar (entre los 7 y 12 años).
Posterior a los 12 años, se brinda una educación financiera a los adolescentes y finalmente a los adultos. Para efectos de este artículo, nos detendremos en la formación dada en la infancia (Hasta los doce años).
Dentro de cada etapa, también hay algunas diferencias y es importante ajustarse a las mismas. Por ej. Aunque la edad escolar preescolar va desde los 2 hasta los 7 años, el desarrollo motriz, cognitivo, del lenguaje, socioemocional, varía mucho entre un niño de 3 años y uno de 7 años.
Conocer estas diferencias es importante al dar cualquier tipo de educación, incluyendo la financiera.
Planear el tiempo, el espacio, las actividades y los recursos que se requieren para brindar una educación financiera:
En las Instituciones Educativas, ¿Se va a trabajar todos los días?, se va a dedicar un tiempo semanal, quincenal o mensual?, se va a incluir esta formación dentro de una asignatura ya establecida o los contenidos financieros a enseñar se van a trabajar como temas transversales?, ¿Cómo se van a definir las políticas curriculares relacionadas con esta formación?, ¿Cómo se va a abordar el currículo oculto?, ¿Cómo se va a integrar a la comunidad educativa?, ¿Cómo se va a integrar esta formación con el Proyecto Educativo Institucional?; ¿Cuáles son los objetivos que la institución desea alcanzar con esta formación, a nivel general y en cada nivel: preescolar, básica y media?, ¿Qué actividades pueden llevarse a cabo para enseñar actitudes, valores, comportamientos económicos y contenidos?, ¿Cómo vamos a facilitar el desarrollo de los estudiantes a través de esta formación?
Responder estas y otras cuestiones, va a facilitar el incluir la formación financiera como una parte importante del currículo, más que dejarla al azar y netamente como parte del currículo oculto.
¿Cómo pueden los padres brindar a sus hijos una formación financiera?, Qué momentos de la vida cotidiana van a aprovechar para hacerlo?, ¿Van a dar a los niños una mesada?, van a explicarles cómo administrar ese dinero para mantenerlo, incrementarlo, disfrutarlo y compartirlo?; ¿Cómo piensan manejar situaciones de adversidad?, ¿Cómo van a reaccionar frente a una pataleta del niño o niña?
Las respuestas a estas y otras preguntas, forman parte de las múltiples decisiones que requieren tomar para brindar una adecuada formación financiera.
La Preparación de los adultos (docentes y padres) que van a asumir esta formación financiera, es básica, pues generalmente la educación que se brinda en este sentido es más intuitiva que sistemática y no siempre los adultos manejan adecuadamente sus propias finanzas.
Estos son algunos de los requisitos importantes para poder brindar una educación financiera a los niños y niñas. La siguiente pregunta es ¿Cómo empezar esta formación?
Cómo iniciar la educación financiera en los niños
Podemos iniciar la educación financiera en los niños con 5 etapas o pasos que describiremos a continuación:
- Establecer los propósitos que tenemos en relación con la formación financiera
- Establecer Metas y Submetas
- Determinar los saberes previos de los niños y niñas
- Idear o realizar actividades con las cuales se cumplan las submetas establecidas
- Evaluar lo aprendido
1. Establecer los propósitos que tenemos en relación con la formación financiera de los niños
: Para lograr esto es importante que el adulto responda: ¿Qué desea lograr al brindar a los niños y niñas una formación financiera?
La respuesta a esta pregunta va a permitirle orientar sus acciones, actividades y recursos para que la formación financiera que brinde lleve a los niños y niñas a donde usted desea.
Veamos algunas posibles respuestas a esta pregunta: Algunos adultos desean que sus hijos o estudiantes manejen el dinero con base en valores. Por ej. Desean que los niños y niñas sean honestos, respetuosos, cumplidos, responsables, generosos, etc.
Para otros adultos puede ser importante que los niños y niñas desarrollen Características y Actitudes Positivas hacia el dinero, que les permitan ser prósperos, atraer y sentirse bien con la riqueza (poca o mucha) que tengan.
Otros adultos pueden desear que los niños y niñas desarrollen Comportamientos Económicos que les permitan ganar dinero y administrarlo de formas adecuadas,
Otro deseo es que los niños y niñas tengan conocimientos económicos básicos para manejarse en el mundo de las finanzas: Saber qué es un cheque, cómo se diligencia, cuándo darlo y cuándo no;
conocer el manejo de las tarjetas de crédito y débito; saber lo que son intereses simples y compuestos, entender cómo nos afectan la devaluación, la revaluación, la inflación y poder explicar en qué consiste cada una, etc.
Otro propósito que pueden tener los adultos es que los niños y niñas desarrollen, en relación con el dinero, procesos de pensamiento pertinentes a situaciones específicas. Podemos incluir cuatro tipos de pensamiento:
Pensamiento literal, los cuales consisten en obtener información tal cual se ve, se escucha, se lee, etc. Por ej. Si el niño está leyendo un contrato, requiere un excelente pensamiento literal, para poder decir cuáles son los términos y condiciones que aparecen en el contrato. Pensamiento Lógico:
Consiste en obtener información relevante o esencial, aislar mentalmente o considerar por separado las cualidades o esencia de algo que se ve, se escucha, se lee, comprendiendo qué es lo importante y lo accidental.
Por ej. Se requiere que ante una propaganda que invita a comprar un artículo, los niños puedan analizar la propaganda, qué se pretende con ella, cómo están acercándose al consumidor, etc. Pensamiento Estratégico:
Consiste en elegir el paso más apropiado entre una multitud de pasos posibles, a fin de resolver un problema. Se utiliza por ej. Cuando el niño va a invertir su dinero, y se encuentra frente a distintas posibilidades, el que pueda ver las ventajas y desventajas de cada posibilidad para elegir la que más se ajuste a sus necesidades y deseos. Pensamiento Creativo: Consiste en transformar o crear ideas.
Es básico este pensamiento cuando el niño se sienta a idear diversas formas en que puede ganar dinero.
Aunque no está mal establecer un solo propósito o un propósito parcial, como no lo es tener una visión exclusivamente profesional y no en todas las dimensiones de nuestra vida, lo ideal es que los propósitos que las personas tengan de la formación financiera dada a los niños, incluyan varios aspectos, de tal manera que se brinde una educación completa en relación con las finanzas.
El tener claro lo que se desea lograr al brindar una educación financiera, es decir, el tener claro los propósitos, orienta los esfuerzos y las actividades de los adultos y permite más tarde, evaluar qué tan acertada fue la formación brindada.
Si formamos financieramente a los niños y niñas sin tener claro hacia dónde nos dirigimos, es posible que no lleguemos a ningún lugar.
2. Establecer Metas y Submetas en la formación de niños
Estas metas y submetas se constituyen en pequeños pasos que nos van acercando a lograr los propósitos, deseos o sueños que nos hemos propuesto. Como dice John Maxwel[1] : Su sueño determina sus metas. Sus metas trazan sus acciones. Sus acciones crean resultados. Los resultados le traen éxito.
Es importante concretar metas y submetas para cada aspecto qué queremos enseñar. Por ej. Para nuestro propósito de educar financieramente con base en valores, es importante concretar cuáles valores deseamos que los niños y niñas vivan. Un valor sería la honestidad.
Nuestra meta es Facilitar que los niños y niñas sean honestos. Otros valores que se constituyen en metas, son: Que los niños y niñas sean financieramente responsables, sean cumplidos, sean generosos, sean justos, etc.
Una vez que tenemos las metas, podemos concretarlas aún más en lo que llamamos submetas Algunas submetas para facilitar que los niños sean honestos, son: Manejar correctamente el dinero de ellos mismos y de otras personas.
Devolver “las vueltas” que recibe al hacer un mandado a la tienda, Dejar el dinero en el sitio en que sus padres u otras personas lo dejaron, No tomar dinero de otras personas sin solicitarlo y si reciben un “no” como respuesta, respetar esa decisión;
Ser claro en las cuentas y distribuir el dinero de acuerdo con lo pactado, al hacer un negocio con otras personas; pagar el valor de lo que desea comprar, cuando entra a una tienda, supermercado, centro comercial; devolver a su dueño el dinero y objetos que le prestan, etc.
Asimismo, podemos establecer submetas para cada uno de los valores que deseamos enseñar, dentro de la formación financiera. Por ej. Deseamos que los niños y niñas sean responsables.
Esto puede implicar responder por las propias acciones, sin descargar nuestras faltas sobre los demás, al gastar dinero en compras de bienes o servicios, comparar lo que nos cuestan estos en distintos lugares, de tal manera que usemos responsablemente el dinero, sin malgastarlo.
Es importante establecer metas y submetas para cada uno de los propósitos que nos hemos propuesto y que deseamos enseñar en relación con la formación financiera de los niños y niñas.
En el cuadro No. 1, puede ver uno o dos ejemplos para cada una de los propósitos mencionados antes.
3. Determinar los saberes previos de los niños y niñas
Una vez que usted sabe lo que quiere lograr con la formación financiera y tiene claras las metas y submetas, es importante determinar en qué punto se encuentran los niños en relación con el propósito establecido.
Si por ejemplo, usted desea que los niños y niñas tengan creencias positivas hacia el dinero, usted debe indagar cuáles son las creencias actuales que manifiestan los niños y niñas con quienes va a trabajar.
¿Los niños piensan que los ricos son personas malas?, ¿Los niños creen que tener dinero trae problemas?, ¿Los niños piensan que solo las personas pobres son honradas?, etc. En la medida en que usted averigüe los saberes previos de los niños y niñas, podrá determinar por dónde iniciar la formación.
CUADRO No. 1: Ejemplos de propósitos, metas y submetas
PROPÓSITO | METAS | SUBMETAS |
FOMENTAR VALORES |
Ser honestos
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– Devolver “las vueltas” que recibe al hacer un mandado.
– Pagar los artículos que saca de una tienda. |
Ser responsables
|
– Rendir cuentas cuando le dan dinero para que maneje.
– Cuidar los juguetes que le prestan |
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Ser cumplidos
|
– Pagar las deudas el día en que se compromete a hacerlo. – Devolver a su dueño el dinero y objetos que le prestan. |
|
Ser Generoso | – Compartir con otros amigos sus juguetes
– Compartir con su familia el dinero que tiene |
|
DESARROLLAR ACTITUDES POSITIVAS |
Desarrollar actitudes emprendedoras | – Encontrar aprendizajes en los errores que comete.
– Mostrar curiosidad ante situaciones desconocidas. – Generar ideas acerca de cómo obtener dinero de forma adecuada. |
Desarrollar actitudes de Prosperidad | – Agradecer lo que regalan
– Cuidar sus juguetes – Utilizar y Disfrutar lo que posee |
|
FACILITAR COMPORTAMIENTOS ECONÓMICOS |
Encontrar formas adecuadas de ganar el dinero | – Comprender que existen muchas maneras de obtener
dinero – Valorar las distintas formas que usan las personas para ganar dinero |
Administrar adecuadamente el dinero | – Pagarse a sí mismo un porcentaje, de cualquier ingreso
que recibe – Definir antes de salir de compras, qué necesita y qué quiere comprar. |
|
FAVORECER CONOCIMIENTOS ECONÓMICOS |
Desarrollar conocimientos procedimentales | – Saber cómo llenar un cheque.
– Saber cómo abrir una cuenta de ahorros |
Aprender conocimientos teóricos | – Saber qué es un CDT – Conocer las diferencias entre billetes de distinta denominación |
|
Desarrollar conocimientos condicionales | – Identificar cuándo girar y no girar un cheque
– Identificar cuándo y a quién prestar y cuándo y a quién no prestar dinero |
|
DESARROLLAR PROCESOS DE PENSAMIENTO FINANCIERO |
Desarrollar el pensamiento literal | – Leer un párrafo de un tema económico y poder repetir en
sus palabras qué dijo el autor |
Desarrollar el pensamiento lógico | – Analizar una consecuencia que puede tener la aplicación de una ley financiera |
|
Desarrollar el pensamiento estratégico | – Elegir entre varias alternativas de ahorro, cuál le produce
mayor interés. |
|
Desarrollar el pensamiento Creativo | – Buscar alternativas para disminuir la pobreza |
4. Idear o realizar actividades con las cuales se cumplan las submetas establecidas
No se trata de hacer actividades por hacer actividades. Se trata de realizar actividades que a la luz posterior de una reflexión, permitan a los niños relacionarlas con las submetas que estamos trabajando.
Las actividades deben ser concretas para los niños más pequeños, y a medida que avancen en edad pueden ser más abstractas. Con las actividades y la reflexión que de ellas se desprendan se busca favorecer el aprendizaje significativo, es decir, facilitar que los niños comprendan lo que se quiere enseñar a través de dichas actividades.
Las actividades que más disfrutan los niños y con las cuales aprenden muy bien, son las lúdicas es decir aquellas que utilizan el juego para dar una formación financiera:
Que los niños jueguen a la tienda, jueguen al banco, jueguen a hacer publicidad a un objeto cualquiera. Que los niños coloreen, dibujen, se muevan y a través del movimiento trabajen procesos y contenidos.
Otras actividades que también facilitan el aprendizaje son las narraciones: Los cuentos, las fábulas, las historias, permiten transmitir valores, actitudes, creencias y los contenidos que queremos enseñar.
Al elegir las actividades es importante tener en cuenta que trabajen las distintas inteligencias que usan los niños para aprender: Realizar actividades para la Inteligencia lingüística, para la inteligencia lógico-matemática, para las inteligencias espacial, musical, corporal, interpersonal e intrapersonal.
Al trabajar los contenidos financieros, es importante recordar que la manera como los presentemos facilita o dificulta el aprendizaje.
Podemos tener en cuenta los planteamientos de Jeromé Bruner[2], al respecto: Realizar con los niños más pequeños actividades donde ellos actúen o realicen acciones sobre los objetos (presentación enactiva), utilizar con niños más grandes representaciones gráficas como fotos, diagramas, mapas, dibujos (presentación Icónica)
y utilizar con niños mayores símbolos como palabras y números (presentación simbólica). Al iniciar la enseñanza de un contenido nuevo, es importante realizar los distintos tipos de presentación, lo cual implica ir de lo concreto a lo formal.
5. Evaluar lo aprendido en el proceso de formación financiera de los niños
Es importante que frecuentemente evaluemos qué tanto estamos logrando las submetas:
Los infantes, ahorran?, diferencian los valores de los distintos billetes?, mantienen hábitos de higiene saludables en relación con el dinero?, saben hacer compras comparadas?, distinguen entre necesidades y deseos?, aceptan que se les diga “no” sin hacer berrinches?, comparten con sus amigos?, son generosos con quienes poseen menos que ellos?.
Evaluar nos permite determinar en qué aspectos hay que enfatizar, cuáles son las fortalezas y las debilidades de nuestra formación y podemos actuar sobre ellas.
Al evaluar los aprendizajes que los niños logran, podemos decir qué tanto han Aprendido a Tener.
Si los niños y niñas Aprenden a Tener, pueden relacionarse con sus posesiones poniéndolas en perspectiva, es decir reconociendo que son un medio en sus vidas y no un fin.
En la medida que brindemos una educación financiera, los niños y niñas podrán ser cada día mejores personas y trabajar por dejar huella y un mundo mejor.
Es importante diferenciar entre riqueza (Estar ricos) y prosperidad (Ser ricos) al igual que diferenciar entre estar pobres y ser pobres.
La riqueza es un estado temporal. Se refiere a la cantidad de recursos que posee en un momento determinado una persona, una familia, una comunidad, una ciudad, un país A mayor cantidad de dinero, más rica económicamente es la persona.
La prosperidad es un sentimiento duradero y profundo de abundancia, que genera paz, tranquilidad, seguridad y felicidad. También es un proceso que implica:
a) Ser consciente de los recursos que se poseen,
b) Mantener una actitud positiva hacia la vida y hacia lo que se posee, la cual lleva a la persona a disfrutar lo que tiene, a sentir abundancia y seguridad en sí misma y en el entorno y
c) Saber manejar los recursos (pocos o muchos) que se poseen.
Estar pobres, es no poseer dinero en un momento dado. Es una carencia temporal de recursos, mientras que Ser pobres (Cultura de Pobreza) es un sentimiento duradero y profundo de escasez que genera angustia, temor, inseguridad.
También es un proceso que implica:
a) No darse cuenta de los recursos que se poseen;
b) Mantener una actitud negativa hacia la vida y hacia lo que se posee, la cual lleva a la persona a quejarse, criticar, envidiar, culpar a los demás de su situación y pensar que no tiene control sobre la misma, y
c) Manejar inadecuadamente los recursos (pocos o muchos) que se poseen.
Notas:
[1] Maxwell, John. El mapa para alcanzar el éxito. Miami: Editorial Caribe, 2003, p.91.
[2] Sprinthall, Norman. SPRINTHALL, Richard. OJA, Sharon. Psicología de la educación. 5a. Edición, Madrid: MacGraw-Hill, 1996, pp. 189-193.