Cuando tienes claro que posees decenas de talentos y que has adquirido numerosas destrezas a lo largo de tu vida, usualmente suele olvidarse el hecho de que no estás completo(a), que todavía falta mucho, que tu carácter necesita refinarse y tus talentos deben desarrollarse. Igualmente, con la práctica, tus habilidades puedes perfeccionarlas, haciéndolas cada vez mejor. Y es allí donde entra en juego el crecimiento y el desarrollo personal.
Cuando tienes en tu filosofía el ser cada vez mejor, empiezas a notar que todo a tu alrededor también está mejor, las cosas te salen más, ves nuevas oportunidades, ayudas a más personas, y todo lo ves con ojos diferentes. Cuando te enfocas en mejorarte a ti mismo(a), desarrollas todo tu potencial, y hace que cuando sigas un proyecto de vida, tengas más realización, pues ves que evolucionas y que más fácilmente alcanzas metas y sigues planes de acción. En otras palabras, la satisfacción viene no solo por las cosas que has conseguido, sino por la persona que has llegado a ser.
Nacer con talentos implica que debes desarrollarlos, para ser cada vez mejor. Es cierto que cuando tienes ciertos dones, haces esas cosas mejor que la mayoría de personas; pero si no los fortaleces, terminan atrofiándose, y hasta pierdes el interés en estas aptitudes. Además, cuando evolucionas y mejoras, también el potencial de ayudar a otros crece de manera exponencial, pues los dones no son solo para ti, sino que los debes poner en servicio de los demás.
Una de las formas de fortalecer tus talentos y destrezas es a través del crecimiento personal. Esto se refiere a actividades que te permiten conocerte a profundidad, y estrategias que hacen que mejoren tus potencialidades, impulsando el desarrollo de tus habilidades y destrezas, y trabajando numerosos aspectos de tu carácter, más allá del aprendizaje que tendrías solo por el hecho de vivir. Estas actividades permiten alcanzar tu máximo potencial, y es un elemento fundamental para conseguir los sueños.
Otra ventaja del crecimiento personal son las emociones que despiertan en ti. Cuando estás en mejoramiento y desarrollo, sientes todos los días que has aprendido algo nuevo, que eres cada vez mejor, y eso te llena de gozo, motivación, vitalidad, entusiasmo, y en general, mejora tu calidad de vida.
Además, cuando creces, cambia mucho la forma como te ves a ti mismo(a). En general, en el curso de la vida nos han acostumbrado a vernos como personas que debemos hacer las cosas bien, sin errores; pero cuando estás en una filosofía de crecimiento, ves que tú eres alguien con múltiples potenciales y que los errores están permitidos para aprender, no para recriminarse ni para agredirse. Te ves a ti como alguien incompleto, y vives emocionado(a) porque siempre tienes algo que aprender y que perfeccionar.
Otra característica del desarrollo personal es que es intencional. En el curso de tu vida, puedes aprender de todo. Los años te darán muchas experiencias y conocimientos. Pero el crecimiento personal es algo que haces voluntariamente. Te conoces, descubres áreas de ti que deseas cambiar, quitar, añadir o perfeccionar, y lo haces conscientemente a través de técnicas y estrategias que puedes ver en muchas fuentes como libros, cursos, mentores, etc. Este abordaje te permite una filosofía refinada, que es más poderosa que lo que aprendes por ensayo-error.
Desarrollar tus talentos y destrezas es de las cosas que más motivación puede traerte. Por eso, la invitación es a que cada día te conozcas y desarrolles en ti los hábitos que se requieren para tener una filosofía de crecimiento personal.
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Te deseo las más grandes bendiciones.
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Guillermo Mendoza Vélez www.SaludMentalyEmocional.com