La falta de motivación hacia los estudios, el conformismo y la mentalidad de autosatisfacción inmediata, son características comunes a muchos de los jóvenes de hoy en día. Esto hace que no se encuentren preparados para afrontar los cambios de la vida, y es por ello por lo que necesitan urgentemente aprender a ser más autónomos y resolutivos, pero… ¿cómo se adquieren esas habilidades?
El concepto de resiliencia
Luis Rojas Marcos, eminente psiquiatra, define la resiliencia como “la fuerza para encajar, resistir y superar la adversidad”. Se trata de la única explicación que justifica que un empresario que se ha arruinado, vuelva a construir un imperio; o que una madre pueda seguir viviendo tras la muerte de un hijo.
Si algo tenemos claro los que nos dedicamos a tratar de mejorar la educación del siglo XXI, es que al menos hasta ahora, no se ha educado a los estudiantes para ser resilientes. De hecho, no hay más que ver cómo se derrumban cuando suspenden un examen o cuando no aprueban unas oposiciones.
Ahora bien, aunque la resiliencia es algo que unas personas poseen de forma innata, también se puede enseñar, y a continuación te contaremos algunas recetas para conseguirlo.
Recetas para la resiliencia
Si quieres educar hijos resilientes, debes ayudarlos a desarrollar las siguientes habilidades:
1. Inteligencia social: se refiere a la capacidad de relacionarse con los demás de forma asertiva, empática y constructiva. Está muy relacionada con la competencia de autonomía e iniciativa personal social y la competencia social y ciudadana.
2. Proactividad y pensamiento heurístico: consiste en la capacidad para afrontar los problemas de forma resolutiva, pasando del pensamiento a la acción y aprendiendo de cada fracaso. Está muy relacionada con la competencia de aprender a aprender y de nuevo, la autonomía e iniciativa personal.
3. Alta motivación de logro: tiene que ver con la búsqueda de la excelencia en todas las cosas que realizamos en nuestra vida, la capacidad de luchar por nuestros sueños y el compromiso con la tarea. Todo esto está muy relacionado con las competencias ya mencionadas, pero además, con el resto de las mismas, ya que, en la medida en que la persona domine un mayor número de habilidades, tenderá a fijarse metas más altas.
4. Autonomía personal: significa ser capaz de valerse por uno mismo y aprender a hacerse responsable de todo lo que se hace cada día, es decir: asumir el papel de protagonista en la película de la vida. Esta habilidad, como la anterior, está íntimamente relacionada con todas las competencias y depende en gran medida de que nuestros hijos posean una autoestima fuerte y sana.
Bien, ya conocemos las habilidades que debemos desarrollar en los niños, niñas y adolescentes que educamos, pero, ¿qué podemos hacer cada día para ayudarlos a construirlas? A continuación, te damos algunas estrategias que seguro te harán la tarea más fácil.
Estrategias para construir una personalidad resiliente
- Proveer amor incondicional y construir un apego seguro.
- Expresar frecuentes muestras de cariño de forma verbal y no verbal.
- Educar con disciplina positiva.
- Enseñar estrategias de autocontrol.
- Predicar, uno mismo, con un comportamiento resiliente.
- Utilizar refuerzos sociales.
- Proporcionar oportunidades para aprender a ser responsable.
- Comunicarse utilizando la escucha empática.
- Ayudar a afrontar los problemas de forma original y divergente.
Parecen muchas cosas a tener en cuenta, ¿verdad? Tranquilos, no se trata de que tengamos que estar sacrificados para educar hijos resilientes, sino más bien, de aprender a ser más resilientes para que nuestros hijos sigan nuestro ejemplo al ver cómo afrontamos las diferentes situaciones que se nos presentan y aprender de ellas.