La plasticidad del cerebro humano es increíble, el aprendizaje puede ser trasmitido de diversas maneras, sin embargo es importante estudiar las técnicas adecuadas para el avance de sus intenciones.
El concepto de la intención es tratado por diferentes autores como uno de los arrancadores de procesos de cambio, transformación, de logro; definiéndose como un pensamiento que se mantiene enfocado para realizar una acción determinada. De esta manera los pensamientos se encuentran dirigidos a un objetivo.
Estos pensamientos producen una emisión importante de partículas (biofotones con ondas electromagnéticas y frecuencias), todos los seres vivos tienen expresiones de ondas de fotones que es el medio para dirigir señales instantáneas no locales de una parte del cuerpo a otra.
Imaginémonos a un arquero que dirige su tiro a un punto, si ese arquero empieza a querer tirar en diferentes direcciones nos daremos cuenta que no va a tener la precisión en el tiro que quiere, sin embargo si focaliza su atención al punto determinado, tarde o temprano conseguirá su objetivo.
Cuando los organismos se encuentran en enfermedad se producen cambio en esta emisión de los biofotones la intención se dirige como si fuera energía eléctrica y magnética, se produce un flujo ordenado de estos. Las intenciones operan con frecuencias altas y son capaces de cambiar la estructura molecular de la materia, para que la intención sea efectiva es necesario escoger el mejor momento. Se ha demostrado que los seres vivos están armonizados unos con otros y la energía del pensamiento.
Es decir que la intención puede definirse como el pensamiento enfocado para la realización de actividades encaminadas a un fin determinado, esto pensamiento dirigidos a un fin pueden afectar objetos inanimados y prácticamente toda la materia viva mediante partículas de luz.
La emisión de bifotones, en lugar de reacciones bioquímicas, es dirigir la fuerza y coordinar los procesos en virtud de las ondas de luz que ofrece el sistema de comunicación.
En un ejercicio realizado por Mr. Clare donde estimó la eficiencia y transferencia de la información sobre señales energéticas en los sistemas biológicos demostró que tales frecuencias son eficientes para transferir información como hormonas, neurotransmisores y factores de crecimiento.
Es por ello que el poder de la intención es necesario enmarcarlo en un terreno productivo que potencialice nuestras capacidades, y podamos focalizar correctamente nuestros objetivos.
Esto se basa en el poder que tiene la energía y la concentración de esta. Todo el universo en esencia es energía e información, la diferencia entre un árbol y nosotros es el contenido informativo y energético que poseemos.
Se puede modificar la consistencia de este contenido de nuestro propio cuerpo, esta influencia tiene un cambio consciente que es producido por cualidades inherentes de la conciencia que la atención y la intención.
La atención carga de energía y la intención la transforma. Cualquier cosa sobre la que dirijamos nuestra atención cobrara fuerza en la vida. Por lo que es importante retirar la atención de lo que no queremos.
La principal cualidad de la intención sobre el objeto de atención es organizar una cantidad de suceso en espacio y tiempo para producir el resultado esperado. Esto se debe a que la intención en el espacio de la atención tiene un poder muy importante.
Lo que nos hace diferentes con el resto de los animales es nuestro poder de poner atención en algo y poder transformar la realidad. Debido a que nuestra atención no está dada, es por eso que tenemos que aprender a definir nuestra atención para no gastar energía innecesaria en otras atenciones innecesarias.