Existe consenso sobre la necesidad de desarrollar la competitividad del aparato productivo nacional y optimizar su inserción en el mundo. Sin embargo, no existe el mismo consenso sobre la política arancelaria que permitiría alcanzar tales objetivos.
Este documento analiza el actual arancel de aduanas del Perú (a enero de 2003) y las protecciones efectivas que se generan de su aplicación. El estudio busca construir evidencia empírica sobre la protección efectiva sectorial, definiendo los diversos escenarios resultantes de la aplicación de políticas alternativas de aranceles nominales.
Aranceles y protecciones efectivas en el Perú
Con el propósito de determinar el impacto de la estructura arancelaria en el comercio mundial, es necesario considerar no solo el arancel al bien final sino también el arancel a los insumos, y es allí donde surge el concepto de protección efectiva. Mientras que la
tasa nominal de protección atañe al producto y afecta las decisiones de los consumidores, la tasa efectiva de rotección indica los efectos conjuntos de los aranceles, que gravan al producto y sus insumos, sobre las actividades de transformación e influye en las preferencias del productor.
En general, cuando la protección al producto es mayor que la protección promedio a los insumos, la protección efectiva es mayor que la protección nominal. Cuando los aranceles a los insumos son mayores que los aranceles a los productos, la protección efectiva es menor que la nominal. Incluso, pueden darse casos extremos en que los insumos son gravados con tarifas altas y que la
protección efectiva resultante sea negativa para las actividades que los usan como materias primas.
El nuevo arancel de aduanas en el Perú
En la década de 1990, la política arancelaria en el Perú se desarrolló en el marco de un proceso de apertura de la economía. Como medida inicial, se eliminó la dispersión arancelaria existente y se redujo los niveles de las tarifas arancelarias. Entre los años 1991
y 1999, dicha apertura implicó una serie de rebajas arancelarias que orientaron la estructura arancelaria hacia una estructura más plana, conformada por tasas de 12% y 20%. Sin embargo, considerando las sobretasas de 5% y 10%, en la práctica se establecieron tasas entre 12% y 30%.
No obstante, a partir de abril de 2001, la política arancelaria en el Perú ha sido objeto de una serie de modificaciones,
orientadas a impulsar al sector productivo nacional mediante una reducción de sus costos. La intención fue también configurar un arancel escalonado, más similar al de la Comunidad Andina. Asimismo, se pensó otorgar una protección mayor a determinados
sectores que necesitaban reactivarse.