Todos tenemos sueños que nos gustaría hacer realidad, pero no sabemos cómo. Este reportaje te va revelar los 4 pasos para alcanzarlos más rápidamente.
Muchas personas sienten que una vida más abundante y feliz está reservada para otras personas, pero ellos están limitados a observarlas pasivamente.
Muchos se encogen con la convicción de que las cosas buenas de la vida no le pertenecen. Que son para otros. Que ellos están en una clase diferente.
El derecho a la vida implica también el derecho de desarrollarse, física, mental y emocionalmente. Pero no se puede alcanzar un gran desarrollo en ninguna de estas tres áreas vitales a menos que se disponga de suficientes recursos económicos para comprar alimentos nutritivos, disfrutar de playas y centros de recreación, apreciar obras de arte y vestir prendas de calidad apropiadas para la época del año.
Se necesita dinero para comprar buenos libros y entretenerse con espectáculos creados por las personas más imaginativas.
El ser humano, señores, tiene una tendencia natural de desear bienes materiales e inmateriales que le permitan vivir una vida mucho más placentera.
Nosotros tenemos el derecho inalienable de buscar la felicidad. Nosotros debemos tener la libertad financiera para matricular y mantener a nuestros hijos en las mejores escuelas, de vivir en las mejores casas, de disfrutar una relación con nuestros seres queridos llena de paz y regocijo.
El mundo esta lleno de ejemplos que demuestran que todo esto es posible para ti.
Lo que una persona obtiene es posible para otras–con límites obvios por supuesto.
Si tú tienes cuarenta años, pesas 190 lbs. Y nunca has montado un caballo, es bien difícil que te puedas transformar en un jockey y ganar la triple corona en los Estados unidos en dos años.
Pero hay muchas otras cosas que tú puedes lograr.
¡Sí! Tú puedes obtener un buen trabajo.
¡S! Tú puedes poner un negocio y tener éxito con él.
¡Sí! Tú puedes tener una buena relación con tus hijos y con tu pareja.
¡Sí! Tú puedes ayudar a tu iglesia, u otra organización espiritual o social que tú consideres importante.
Lo que tú necesitas es un sistema de estrategias y técnicas que te ayuden a obtener estos resultados.
El siguiente plan es el mismo método utilizado por las personas más influyentes y exitosas de todos los tiempos. Yo me he pasado 25 años buscando, estudiando, y descubriendo las estrategias, técnicas, modos de pensar, hábitos y otros elementos indispensables para obtener el éxito.
No te quepa la menor duda de que lo que yo comparto contigo…funciona. ¡Punto!
Antes de empezar, elimina la duda de que estas técnicas no se aplican a ti.
Estas estrategias se aplican a todo el mundo. No importa si has nacido en el lugar más recóndito del interior, en una barriada plagada por el crimen, o si vienes de otro país y no tienes familia, amigos o recursos.
El primer paso es el siguiente.
Primero, decide exactamente lo que tú quieres.
La principal razón por la que los individuos no tienen lo que quieren es simple.
La mayoría de las personas no saben lo que quieren.
La característica más importante para triunfar en la vida es esta. Tú tienes que saber específicamente que es lo que tú quieres.
Triunfadores, en todas las áreas de la vida, han invertido el tiempo necesario para establecer, sin lugar a dudas, cual es el resultado que ellos esperan obtener.
Estos resultados son tan específicos que inclusive tienen la fecha exacta en la que se van a alcanzar.
Al tener claridad acerca de la meta, las personas de éxito le dan instrucciones precisas a su mente.
La mente a su vez recibe estas órdenes y se embarca en la tarea, día y noche, de encontrar la ruta más directa para obtener los deseos mas anhelados.
Por el contrario, la indecisión es la causa más directa de la falta de resultados.
Esto se puede verificar rápidamente cuando le preguntamos a una persona promedio cuáles son sus metas o que es lo que ellos quieren.
Las repuestas son vagas o no existentes.
Muchos contestan cosas como, yo no quiero ser pobre, yo no quiero enfermarme, yo no quiero trabajar donde yo trabajo, etc.
En fin, es una letanía de las cosas que ellos no quieren.
Este tipo de respuestas no conducen a la obtención de resultados positivos.
Esto parece algo sin importancia hasta que le hacemos la misma pregunta a alguien que tiene éxito en la vida.
Las personas que han alcanzado el éxito, la mayoría de las veces, están pensando de una manera diferente.
Ellos están pensando, 24 horas al día, en las cosas que quieren y como alcanzarlas.
Estas personas utilizan sus capacidades intelectuales y recursos físicos y financieros para enfocarse en las metas que se han propuesto.
Las personas que utilizan sus energías para enfocarse a donde van, y como llegar allí, tienen una ventaja abrumadora.
Ellos saben lo que quieren y se concentran con una precisión infalible en sus metas, y por consiguiente, obtienen lo que quieren tarde o temprano.
Nuestra mente es una maquina maravillosa. Ella nos va a ayudar a descubrir las oportunidades y recursos necesarios para obtener las cosas que nosotros le hemos comunicado de antemano que son importantes.
Nuestra mente es tan poderosa e imaginativa que va descubrir–y nos va a revelar–la ruta más directa posible para obtener lo que nos proponemos. De esto no hay ninguna duda.
Estadísticamente, solo el 4% de la población tiene metas claramente definidas. No es de extrañar entonces que solo un pequeño porcentaje de los habitantes de una ciudad disfrute de bienestar financiero y emocional.
Tu habilidad para crear y definir metas específicas es la destreza suprema para conseguir lo que tú más deseas.
Sin metas, vas a moverte toda tu vida sin rumbo o dirección. Serás como una barca que flota–sin velas, sin motor y sin timón–víctima de los caprichos del viento.
Pero con metas, tú vuelas como una flecha. Te movilizas con dirección y fuerza directamente hacia tu blanco.
El concepto fundamental del éxito es el siguiente. No importa de dónde vienes. Lo importante es adónde vas.
Y a dónde vas es algo que tú, y solamente tú, puedes determinar.
Y tú determinas dónde vas cuando decides exactamente que es lo que tú quieres.
Recuerda, tus habilidades son determinadas únicamente por tu imaginación.
Y como tu imaginación es virtualmente ilimitada, entonces nadie puede detenerte en tu búsqueda y adquisición de bienes tangibles e intangibles.
Se dice que el descubrimiento más grande en la historia de la humanidad es el del poder de tu mente para transformar tus pensamientos en su equivalente físico.
Mira a tu alrededor. Todo lo que tu ves en tu entorno fue, en algún momento, solo una idea en la cabeza de alguna persona.
Desde la silla en que estas sentado hasta los viajes al espacio. Todos estos son ejemplos irrefutables del poder de la mente para transformar una idea en una realidad palpable.
Invierte el tiempo necesario para definir exactamente qué es lo que quieres y los pasos siguientes serán más fáciles.
El segundo paso es el siguiente…actua!
Todos tenemos deseos. Todos tenemos cosas que nos gustaría ver, escuchar, percibir, experimentar.
¿Ya tienes una meta específica? ¿Ya sabes lo que quieres?
¡Bien! Ahora es el momento de ponerte en movimiento.
Nada pasa en esta vida hasta que alguien actúe y ejecute un tipo de actividad.
La diferencia entre las personas que obtienen lo que quieren, y los que únicamente se limitan a contemplar los logros y las hazañas de otros, es que los primeros están constantemente en acción para conseguir las cosas…y no esperan que las cosas le lleguen a ellos.
Eso es lo que se llama ser proactivo. Otros lo conocen con el nombre de tener iniciativa.
Acción es el elemento que acelera la obtención de tus metas.
Si aprender sobre el éxito fuera el único requisito para obtener el triunfo, entonces tu éxito estaría garantizado.
Las librerías están repletas de libros que te enseñan cómo hacer esto y lo otro. Todas están llenas de ideas que tú puedes utilizar.
La realidad, sin embargo, es que todo este conocimiento es inútil a menos que tú puedas motivarte a actuar consistentemente en la dirección de tus metas hasta que obtengas lo que quieres.
Ahora que tú tienes una dirección, tienes que dar el primer paso. Y luego el segundo y más atrás el tercero.
Es ahora cuando la autodisciplina te va a ayudar.
Autodisciplina, no es nada más que hacer lo que debes hacer, cuando debes hacerlo, te sientas con ganas de hacerlo o no.
Carácter, es la habilidad de hacer lo que tu dijiste que ibas hacer, mucho tiempo después de que el entusiasmo con que lo dijiste desapareció.
El tercer paso es el siguiente, mira si está funcionando.
No importa que tan activo seas para conseguir el resultado que te propones. Siempre vas a encontrar inconvenientes y retos. Siempre va a ver imprevistos. Siempre va a ver cosas que nadie puede prevenir. Siempre va a haber sorpresas.
Cuando lo imprevisto pase, tienes que ser lo suficientemente flexible como para adaptarte a la nueva situación. Y si es necesario, cambiar lo que estás haciendo.
La definición de locura es “Hacer lo mismo, una y otra vez, y esperar un resultado distinto”.
Si tratas de obtener un resultado y el método que estas utilizando no funciona, tienes que intentarlo de otra manera.
Esto no significa que debes cambiar inmediatamente apenas encuentras el primer obstáculo.
Significa que tienes que desarrollar una sensibilidad para darte cuenta qué es lo que, específicamente, no está funcionando.
Tienes que ser flexible para, sin cambiar tus metas, encontrar una solución al problema del momento.
Y cuarto, persiste hasta que lo logres.
En el análisis final la persona que es más persistente, gana.
Persistencia no es nada más que disciplina en acción.
En la lucha entre el agua y la roca, el agua siempre gana, no a través de la fuerza, sino siendo persistente.
La persistencia mueve montañas.
Uno de los defectos de carácter más dañinos que tienen las personas sin éxito, es el de desistir al primer signo de dificultad.
Cuantas veces nos hemos enfrentado a obstáculos que han detenido lo que hubiera sido un éxito rotundo.
Tenemos que adoptar la misma actitud de los infantes que, después de gatear, deciden que ellos quieren caminar.
Imagínense que un infante decide dar el primer paso y se cae. Tú crees que él se dice “Bueno esto no es para mí, es mejor que me siente y nunca más lo intente.”
¡Por supuesto que no!
El va a seguir intentándolo una y otra vez hasta que lo consigue. No hay que asombrase entonces que la mayoría de las personas caminen.
Nosotros no nos dimos por vencido.
Seguimos intentándolo una y otra vez hasta que lo logramos.
Sin embargo, como adultos, entre más años cumplimos, más nos desanimamos en frente de problemas. Cada pequeña piedra parece una montaña de inmensas proporciones.
No es lo que hemos aprendido lo que es decisivo para nuestro futuro, sino nuestra voluntad de pagar el precio, una y otra vez, hasta que finalmente obtenemos nuestro objetivo.
Tú necesitas disciplina para sentarte a pensar detenidamente que es lo que tú quieres.
Tú necesitas disciplina para crear los planes necesarios para obtener tus metas.
Tú necesitas disciplina para continuamente revisar tus planes.
Tú necesitas disciplina para mejorar tus métodos con nueva información.
Tú necesitas disciplina para usar tu tiempo productivamente y para concentrarte en la actividad más importante en cada momento.
Tomas Alba Edison dijo. “Cuando yo he decidido el resultado que me gustaría tener, trato una y otra vez hasta que finalmente obtengo lo que quiero”.
Si estás determinado a levantarte encima de la mediocridad, sigue estos 4 pasos y tarde o temprano pertenecerás a ese pequeño grupo de personas que han convertido su vida en una obra de arte.
¡Personas así son las que necesitamos!