A lo largo de la maestría de liderazgo que actualmente estamos cursando en CFE hemos observado que es necesario saber más acerca de los grandes líderes que han existido a lo largo de la historia y de cómo se convirtieron en líderes:
A través de la historia y cuando estudiamos la evolución histórica de las sociedades hemos descubierto que en las expediciones y viajes de aventuras serios, en los negocios, actividades gubernamentales, y particularmente en las verdaderas situaciones de emergencia, la capacidad de liderazgo puede resultar determinante.
No es posible liderar de manera competente a un grupo basándose únicamente en la personalidad del líder – de lo contrario, muchos países del tercer mundo hubieran tenido éxito con algunos dictadores -, y tampoco puede liderarse un grupo, por más simple o complejo que sea en base a preceptos y sin tener en cuenta a las personas como seres individuales – de lo contrario, el comunismo no hubiera fracasado.
Dentro de un grupo, un líder debe ser capaz de combinar sus características personales, y también sus propias ambiciones, con las del grupo. Debe poseer una mente abierta, y debe ser capaz de comunicar claramente sus ideas, pero también debe ser capaz de entender a los demás y sobre todo, debe mantener su mente abierta frente a nuevas ideas.
Los siguientes son algunos de los aspectos que los grandes líderes de la historia tomaron en cuanta para llegar a ser buenos líderes:
- Desarrollar un pensamiento pragmático.
- Demostrar verdadero respeto por los demás.
- Conocer de las normas imperantes.
- Atender a los detalles.
- Desarrollar una clara idea sobre la autoridad y la responsabilidad.
- Alcanzar un buen nivel de educación y cultura.
- Dar el ejemplo.
- Adoptar una postura crítica consigo mismo.
- Mantener el orden y la disciplina.
- Desarrollar una visión hacia el futuro y las consecuencias de nuestros actos.
- Acostumbrarse a la persistencia y tenacidad.
- Ser benevolentes.
- Pensar en términos no convencionales.
- Desarrollar un espíritu antiburocrático.
- Aprovechar el entorno y las oportunidades.
- Alcanzar un alto sentido del honor y credibilidad.
- Desarrollar la capacidad para organizar grupos.
- Desarrollar la capacidad para crear y ensalzar tradiciones y símbolos grupales.
- Ser capaces de escuchar a los demás.
- Desarrollar la capacidad de colocar cada problema en su dimensión apropiada.
- Demostrar habilidad para negociar.
- Obtener el entendimiento y conocimiento sobre las organizaciones en general.
- Desarrollar iniciativa personal.
- Escuchar consejos de otros.
- Crear o proponerse un objetivo.
- Entender el asistencialismo.
- Evitar los rumores.
- Adoptar una metodología científica.
- No asumir que la culpa es de otros.
- Generar un proyecto o estrategia a largo plazo para su organización.
- No acostumbrarse a vivir siempre con medidas de emergencia.
- Considerar al liderazgo como una ciencia.
- No ceder poder.
- No subestimar ni a su gente ni a el mismo.
- Apelar a la autodisciplina más que a la disciplina por imposición.
Aunque los ejemplos anteriores no se dan en todos los lideres que a lo largo de la historia se han conocido si en la mayoría, sin embargo tenemos el gran ejemplo del líder de lideres Jesús el cual mediante humildad y el ejemplo de interponer los intereses de los demás a los suyos lucho hasta la muerte para poder realizar su misión.