Después de las vacaciones de verano comienza un nuevo año escolar. Esta situación puede ser muy estresante para los padres y madres, sobre todo si su hijo o hija no ha obtenido buenos resultados académicos hasta el momento. Si ese es tu caso, sigue leyendo y aprenderás cómo ayudar a tus hijos a comenzar el año con buen pie.
Cuando empiezan las clases después del largo verano, la mayoría de los alumnos andan muy despistados y, cuando se dan cuenta, ya es hora de hacer los primeros exámenes. Sin embargo, con un poco de organización, este tipo de situaciones se pueden controlar perfectamente, y conseguir que los hijos obtengan mejores resultados.
El primer secreto: anticípate a las necesidades de tu hijo
Nadie conoce mejor a tu hijo o hija que tú, por ello, es imprescindible que conozcas al equipo docente que va a trabajar con él. De esta forma, puedes hacerte una idea de qué profesores encajan mejor con su forma de ser y estilo de aprendizaje y cuáles no tanto.
Cuando encuentres profesores con los que tu hijo o hija puede chocar, lo que debes hacer es tratar de conocer mejor a ese profesor para que puedas llegar a él. Quizás no sea un buen comunicador, pero le preocupan mucho sus alumnos, o a lo mejor es demasiado exigente consigo mismo y por eso presiona a sus estudiantes.
Sea como sea, trata de ver lo que tiene de positivo, porque ello te asegurará establecer una vía de comunicación más positiva con cualquier profesor.
El secreto número dos: informa a los profesores de tu hijo de las necesidades que éste presenta
Sea cual sea la condición de tu hijo o hija, tú sabes que hay métodos de aprendizaje a los que responde mejor que otros. Pues bien, cuando encuentres un profesor con el que intuyes que va a experimentar mayores dificultades, haz todo lo posible por hacerle entender cómo funciona la mente de tu hijo. De esta forma, estarás evitando muchos malentendidos.
Una buena idea es llevarle al docente material que tu hijo haya realizado en años anteriores y que demuestren su valía como estudiante. De esta forma podrás ayudarle a ver a tus hijos con otra mirada más abierta y a cambiar cualquier estereotipo que se haya formado por la forma en la que tu hijo o hija se comporta en el aula.
El tercer secreto: Prepara un plan de adaptación a la escuela
Si ya sabes que para tu hijo es difícil familiarizarse con la rutina de volver a clase, puedes facilitar su adaptación ayudándole con preguntas metacognitivas. Vaya palabreja, ¿no? Pues bien, esto no es más que hacerle preguntas que le hagan darse cuenta de que existe una rutina dentro del aparente desorden inicial que vive en los dos primeros meses de curso.
La realidad es que no existe tal desorden, simplemente se trata de un conjunto de nuevas rutinas a adquirir. Por eso, si le haces preguntas como “¿Ya tienes deberes de matemáticas”? ; y, a pesar de que han transcurrido dos semanas de curso, te dice que no, quizá sería buen momento para hablar con sus profesores para intercambiar impresiones.
Si buscas soluciones a cada respuesta indecisa que tu hijo te dé acerca de sus estudios, seguro que podrás ayudarle a organizarse mejor y para cuándo lleguen los exámenes como mínimo estará más preparado que de costumbre.
Bueno, esto son sólo algunas ideas, pero te aseguro que si las pones en práctica vas a notar cómo tu hijo o hija comienza a mostrar más interés por aprender. Sólo es cuestión de planificar las acciones que vas a realizar e ir poniéndolas en práctica una detrás de otra de forma sistemática.
Bueno, me gustaría que implementes estos consejos y me cuentes los resultados que obtienes. Así nos podemos ayudar entre todos.