La autogestión comunitaria

Introducción

Han sido muchos autores los que ha dado definiciones de lo que son las necesidades los deseos, la demanda, producto, bien y servicio, estos conceptos son fundamentales para comprender la actitud de los individuos de una comunidad ante el proceso de autogestión.

El punto de partida del marketing social se encuentra en las necesidades humanas que son los estados de carencia; estos “estados de carencia” son los que motivan para que el individuo tenga impulsos básicos de poseer un producto.

“Los deseos consisten en anhelar los satisfactores específicos para estas necesidades profundas” ; en nuestra sociedad la mayoría de la población desea contar con un conjunto de soluciones definitivas a los problemas de crecimiento, vivienda, infraestructura sanitaria, de salud para así obtener mejoras en su hábitat.

Demanda, es el deseo de adquirir productos específicos por los individuos que están respaldados por la capacidad y voluntad de adquirirlos . La demanda de la autogestión es para mejorar el nivel de vida de su población, de esta forma incide directa e indirectamente en el presupuesto de las familias.

Cuando se aplica la autogestión los deseos y necesidades son parte integrante del ser humano, pero los deseos de poseer un producto se convierten en demanda cuando la persona está en capacidad económica de pagar por el producto, sea está a través de la participación comunitaria.

El producto sirve para satisfacer las necesidades y deseos de un individuo que esté en posición de pagar por el mismo, las Instituciones del Estado, las ONG´s en la actualidad deben orientar sus productos de acuerdo a las necesidades de la comunidad.

Un bien es un producto tangible, un objeto físico que podemos verlo y tocarlo, por ejemplo un carro, una grabadora, un edificio, etc.

El servicio es un producto intangible. Cuando se brinda un servicio a un cliente individualmente o a la comunidad en general, éste no puede conservarlo, por el contrario, un servicio se experimenta, se utiliza o se consume. Así, podemos ver una película de una de las grandes compañías cinematográficas, pero después lo único que queda es un recuerdo, podemos utilizar el Trolebús, aunque no seamos dueños del transporte, los servicios no son físicos, son intangibles. No podemos “conservar” un servicio, tampoco inventariarlo, y no resultará fácil saber lo que obtenemos cuando compramos uno.

Concepto

La autogestión comunitaria, es una gestión de la comunidad, que ocurre como consecuencia de transformar la espiral descendente de la pobreza en espirales ascendentes de desarrollo. La fuente de la autogestión comunitaria es el cambio de una visión fatalista de la pobreza, sólo como suma de carencias, a una visión esperanzadora, como generadora del impulso necesario para el desarrollo.

La autogestión comunitaria es, entonces, el canal a través del cual el potencial infinito inherente del ser humano se encauza hacia el logro de una vida digna a través de mejorar la calidad de vida de cada uno de los moradores, de acuerdo a sus propios objetivos, metas y con el apoyo solidario de sus semejantes.

La terminología “Auto” es un prefijo que significa “uno mismo”, o “por sí mismo” y Gestión se define como administrar o también como hacer diligencias para conseguir algo, como puede ser un producto, bien o servicio. Pero autogestionario no significa autosuficiente. La idea de autogestión persigue el poder para decidir por sí mismo sobre las decisiones que le afectan.

Con lo expuesto, Autogestión es un proceso mediante el cual se desarrolla la capacidad individual o de un grupo para identificar los intereses o necesidades básicas que lo son propios y que a través de una organización permita defenderlos expresándolos con efectividad en la práctica cotidiana, basándose en una conducción autónoma y en una coordinación con los intereses y acciones de otros grupos, este concepto por su puesto que lleva implícito de planificación, democracia participativa y desarrollo sustentable .

La autogestión comunitaria es una herramienta eficaz probada que exalta la utilización de los mejores valores del individuo y de los grupos, situándolos en mejor posición para enfrentar y resolver sus problemas comunes.

Confirma lo anterior un estudio del Instituto de Estudios Sociales de La Haya, que compara las comunidades con proyectos de autogestión comunitaria y comunidades que han tenido experiencia en este campo. Luego de medir estrictamente aspectos de organización, comunicación, equidad de género, cobertura de servicios, incremento de ingresos, mejoramiento de la infraestructura, inserción en el mercado y participación en proyectos productivos, demostró que las comunidades con proyectos de autogestión comunitaria avanzan mejor y más rápido en su desarrollo que las otras comunidades que no cuentan con este mecanismo de desarrollo.

Entendemos como autogestión todas las opciones de auto organización social y comunitaria donde la comunidad misma, ya sea sindical, cooperativa, campesina, de mujeres, jubilados, marginados y de cualquier otro sector social oprimido en nuestra sociedad, tome en sus propias manos la tarea de resolver sus necesidades. Para ello se tienen una serie de principios prácticos que encierran el funcionamiento básico de una sociedad autogestionaria:

  1. DEMOCRACIA DIRECTA: Son los interesados mismos los que toman sus decisiones, sin delegar en intermediarios la responsabilidad de decidir sobre sus asuntos. Preponderando el consenso como la forma predominante en la toma de acuerdos, y solo en casos extremos recurrir a la votación, evitando el «mayoriteo» y permitiendo, en lo posible, posiciones propias a las minorías.
  2. ACCION DIRECTA: Si son los interesados mismos los que toman sus decisiones sin intermediarios, en la acción directa son también ellos mismos los que gestionan sus propios acuerdos, también sin intermediarios.
  3. APOYO MUTUO: Desarrollar el concepto de solidaridad como principio ético de funcionamiento en todas las instancias en las que participemos y asesoremos empezando por nosotros mismos.
  4. EXTENSION: El crecimiento en nuestra práctica de estos principios autogestionarios, tanto en la comunidad, extendiendo su influencia en el ámbito sectorial, como por provincias, regiones, así como la aplicación de los principios autogestionarios en nuestra propia intimidad, no podemos manejar la autogestión en la comunidad siendo unos tiranos e intolerantes en la intimidad de las familias, los compañeros o los miembros de la organización.
  5. FORMACION: El estudio y la actualización permanente nos permitirá manejar un mayor número de alternativas a valorar en la toma de decisiones.

Estos cinco principios básicos de la práctica autogestionaria, que adaptados a las circunstancias particulares de cada caso, son aplicables en cualquier instancia organizativa, desde el pequeño grupo, el barrio, la comunidad, el pueblo y la sociedad misma, anotando que ninguno es prioritario sobre los demás, y no son sacrificables unos en función de otros, son cinco y se toman juntos.

La autogestión, es un proyecto a largo plazo, quedando claro que los medios tienen que estar de acuerdo con los fines, por ello ninguna lucha puede tener éxito si no es consciente y si no persigue un fin concreto y definido.

El proceso de autogestión comunitaria

La autogestión es un proceso integral de fortalecimiento organizativo, secuencia en las acciones y una capacitación continua, que es robustecer las propias capacidades antes, durante y después de la entrega del bien adquirido, descubriendo las capacidades, destrezas, habilidades individuales, directivas y de grupo de la población. La autogestión comunitaria se conduce con autonomía en coordinación con los intereses y acciones con otros grupos. Ya que este proceso se genera al romper la dependencia y marginación previas para crear un espacio propio de representación, defensa y coordinación, la autogestión comunitaria conduce necesariamente a la conquista gradual de poder económico, social y político.

La autogestión comunitaria comienza, se desarrolla y culmina transformando la actitud, disposición de los miembros de la comunidad hacia sí mismos y hacia los demás. La autogestión comunitaria no debe ser un episodio que brille fugazmente en la vida de una comunidad para luego desaparecer, la idea es lograr cambios que sean permanentes, por ello es imprescindible el proceso de sustentabilidad, para ello planteamos dos formas:

Por un lado, debemos preservar el ecosistema, garantizando los recursos naturales a las generaciones futuras. Por otra parte, el proceso debe ir ganando una estabilidad cada vez mayor, a fin de asegurar su continuidad, ya que la comunidad debe tener una imagen de sustentabilidad de los proyectos a ellos entregados, para poder negociar en el futuro con el resto de la sociedad u otras instituciones otro tipo de apoyo. Resultado que ha de ser el logro de la coordinación y el poder necesarios para proponer e impulsar la descentralización del Estado en esa comunidad, a través de contar con una visión y misión para llenar los vacíos que las instituciones relacionadas no pueden acceder a este tipo de necesidades comunitarias.

La autogestión cuenta para su implementación en la comunidad con la Planificación alternativa, aspecto práctico del trabajo comunitario. La autogestión comunitaria, como práctica social, es un sistema de planificación alternativo que opera en la propia comunidad, poniendo en práctica actividades conjuntas en torno a intereses compartidos implica conocer la realidad desear un cambio positivo, idear un futuro mejor; definir las acciones necesarias para alcanzar esas metas definiendo el camino que facilita lo deseado para construir la organización adecuada que haga realidad esta meta.

El sistema de planificación alternativo es un instrumento ajustable y flexible oponiéndose a las actitudes sociales nefastas, como el fatalismo, la resignación y la improvisación. La planificación alternativa ha demostrado ser una eficaz herramienta educativa, comunicativa, organizativa que puede transformarse en un instrumento técnico – político en poder de las comunidades.

Herramienta educativa: Construye capacidades, soluciona problemas comunes, requiere conocimiento aplicado. Todos tenemos una cantidad mayor o menor de conocimiento cuando éste no es suficiente para construir una escena más cercana al ideal, hay que adquirir nuevas destrezas y habilidades, con el método de aprender haciendo.

Al integrar la acción con el aprendizaje, la reflexión y el intercambio de experiencias, todos los integrantes del proceso aprenden de todos. Lo anterior reafirma la importancia de la capacitación, pero no se reduce a ella, sino al proceso de aprendizaje colectivo el cual se apoya en la capacitación, pero va mucho más allá, porque se trata de construir capacidades a través de un aprendizaje integral para el desarrollo. Este incluye la familia, los sistemas de comunicación los de educación formal, el arte, el deporte, la recreación, la ación comunitaria y todos los procesos que se dan en el conjunto de la sociedad.

Herramienta comunicativa

Para el logro de la fuerza colectiva y la ampliación de su poder, la autogestión comunitaria requiere un sistema de comunicación alternativo, permanente y eficaz. Al igual que la autogestión, para no desnaturalizarse, debe impulsar la autonomía de las decisiones, la expresión debe contar con la misma autonomía, las ideas, anhelos valores, inquietudes o propuestas de la comunidad deben tener una expresión válida desde los propios puntos de vista de sus integrantes, desde la protesta callejera, hasta las formas más variadas de arte popular no debiendo imponerse límites a su creatividad, ni a la audacia para manejar medios de un nivel tecnológico cada vez mayor.

Herramienta organizativa

Solidaridad

En nuestro país, así como en otros países andinos existe, desde los tiempos precolombinos, la tradición de la “minga”, que consiste en una reunión masiva de los miembros de una comunidad que aporta con mano de obra no calificada, trabajo y materiales propios de la zona para responder a una necesidad individual o colectiva. Por ejemplo, se realiza una minga para construir un sistema de agua potable, viviendas o la infraestructura necesaria para beneficio común.

Así es el trabajo comunitario donde cada integrante cumple un rol específico y de la suma de todos los aportes resulta la solidez del trabajo y la conquista de sus beneficios, señalando que nadie sobrevive solo y que la solidaridad es la toma de conciencia de la entrega responsable a la tarea asignada a cada uno en el proceso de alcanzar los objetivos propuestos.

Organización comunitaria

Cuando la comunidad está organizada, es más difícil vencer al grupo, que vencer al individuo, es por ellos que el ser humano se organiza por instinto, protesta o mejorar el nivel de vida y si la organización es deficiente se sienten inseguros, ya que no sabe dónde encaja, para ello organizarce es formar un todo con partes que dependen y se relacionan entre sí, formando una estructura definida y eficiente.

Entonces, la organización es la división de las acciones, deberes y funciones especializadas, donde un grupo se organiza para que las comunicaciones, las personas y los objetos fluyan de adentro hacia fuera, partiendo de las pequeñas acciones o pequeños avances que se van logrando esto impulsa los propósitos del grupo.

La prueba máxima para el grupo es su viabilidad que se encuentra en la capacidad para florecer y prosperar logrando un producto aceptable, sin estas acciones los grupos que no lo llegan no sobreviven.

Uno de los objetivos primarios del Proyecto de Autogestión Comunitaria es fortalecer el tejido social de las comunidades y lograr que todas las organizaciones sean:

  • Representativas, es decir que sus directivos se elijan por voto libre y secreto.
  • Democráticas, es decir que su estructura funcione para garantizar la participación en igualdad de condiciones, desde la planificación, toma de decisiones, ejecución y posterior operación y mantenimiento de este proceso.
  • Proporcionales, es decir que los directivos, según sus respectivos cargos representen un número correspondiente de personas o grupos y que mantengan la continuidad de lo alcanzado por los anteriores miembros de esa organización.

Concertación

Cuando una cantidad suficiente de gente se une en una causa, los ideales pueden alcanzarse. Un ejemplo es la abolición de la esclavitud en el siglo pasado y muchas de las reformas del presente siglo, que parecían impensables unos 20 o 30 años antes. Cuando los miembros de la comunidad se reconocen como iguales al enfrentar los problemas compartidos y son capaces de organizarse para una respuesta colectiva a esos problemas, surge la capacidad de concertar. La concertación, es decir, las alianzas, asociaciones y transacciones son la única forma viable para lograr cambios pacíficos y sostenibles.

Si vemos la sociedad como un escenario, podemos identificar un sinnúmero de actores, algunos poderosos, otros que comienzan a alcanzar protagonismo. Entre éstos, se encuentran el Municipio, los Consejos Provinciales, la Empresa Privada, las ONGs, las instituciones académicas, las organizaciones de base, etc. Todos ellos, en el marco de su rol particular, pueden y deben promover los grandes consensos nacionales, los pactos y acuerdos sociales con miras a la erradicación de la pobreza humana.

La concertación es el entendimiento y la asociación entre actores sociales, que complementan sus diversos roles, esfuerzos, capacidades e intereses para alcanzar objetivos comunes. La característica fundamental de la concertación es que produce un efecto sinérgico, es decir, trasciende la mera suma de los aportes aislados. La unidad lograda de esta manera, supera la simple suma de las partes. Según nuestra experiencia y de manera muy general, el proceso de lograr niveles cada vez más amplios de concertación tiene cuatro niveles principales:

El primer nivel de concertación: Se inicia con acciones específicas, demandadas coordinadas al interior de la misma comunidad para enfrentar y resolver problemas concretos y específicos. Un ejemplo, es la coordinación para la prestación de servicios sociales y servicios conexos, para el desarrollo de la mujer, etc.

El segundo nivel de concertación: Aquí, los tres actores sociales interactúan en el mismo escenario para el logro de beneficios mutuos. En este nivel ya se establecen acuerdos entre la comunidad y los gobiernos locales, municipios, comunidades vecinas, pudiendo ser a través de sus dirigentes o comisiones establecidas para el efecto.

El tercer nivel de concertación: En este nivel, se impulsan los grandes consensos en el ámbito nacional, incorporando instituciones nacionales, regionales como son el Gobierno central y la sociedad civil. El propósito en este nivel son los cambios y reformas del Estado que faciliten el clima propicio para una verdadera gestión participativa de las comunidades.

El cuarto nivel de concertación: En este nivel la comunidad toma conciencia de lo que consiguió en los niveles anteriores, para ello tienen que establecer mecanismos de operación y mantenimiento de la infraestructura, servicios adquiridos y que son mecanismos de mejoramiento de la calidad de vida.

Es importante entender que el alcance de la concertación aumenta gradualmente, cuando las expectativas irreales en los individuos, en la comunidad y en instituciones involucradas, conducen a sentimientos innecesarios de frustración y fracaso, que hay que evitarlas para sacar adelante esta concertación dentro de la autogestión.

Herramienta de poder

Participación

La palabra participación tiene dos significados principales, el primero es “Dar parte”, es decir comunicar, informar o notificar, desde este punto de vista, la participación sólo es posible con el libre acceso a la información de lo que ocurre alrededor, que de una forma u otra afecta nuestra vida. El otro significado que se utiliza más, es “Tener parte en una cosa”, es decir, compartir, entrar, intervenir, contribuir, donde cada integrante de la comunidad es una parte del todo y como tal interviene, comparte y contribuye. Así, la palabra implica al mismo tiempo el derecho a tomar parte, por ejemplo en las decisiones, así como él deber de contribuir, es decir tomar la responsabilidad por el grupo si estos están de acuerdo.

Cada miembro de la comunidad, desde lo específico de su edad, sexo o actividad tiene un papel que cumplir y debe realizar su aporte para el beneficio común. La participación, en la autogestión comunitaria, implica la intervención directa de cada uno de los integrantes de la comunidad en los procesos económicos, sociales, culturales, políticos y de sustentabilidad que afectan sus vidas, los cuales detallamos a continuación:

En términos económicos, la participación significa la libertad para dedicarse a cualquier actividad productiva.

En términos sociales, significa la capacidad para intervenir plenamente en todas las instancias de la vida de la comunidad, al margen de religión, sexo o etnia. Además, significa el libre acceso a los servicios sociales y conexos.

En términos culturales, quiere decir el derecho a promover y elevar los valores culturales y experiencias que contribuyen de manera positiva a su supervivencia como grupo, reafirmando su identidad.

En términos políticos, significa la libertad para elegir y para ser elegido.

En términos de sustentabilidad, quiere decir que los miembros de la comunidad tienen que derechos y responsabilidades que han de cumplir con la sustentabilidad de las obras o acciones adquiridas por la autogestión. Este proceso a impulsar debe alcanzar una sustentabilidad en doble sentido, por una parte, debe preservar el ecosistema y garantizar a las próximas generaciones los recursos naturales que necesitarán. Por otra parte, el proceso a impulsar la estabilidad que asegure la continuidad de la obra, por medio de actividades prioritarias de prevención, fortalecimiento institucional, participación de los interesados en actividades de concientización, finalmente un monitoreo y evaluación de los proyectos. Cuatro son los ingredientes básicos para la aplicación de esta estrategia:

  1. La generación de destrezas y la adquisición de conocimientos técnicos por medio de la capacitación;
  2. La dotación de una capacidad económico en base a financiamiento y asistencia técnica;
  3. El fortalecimiento organizativo para alcanzar una capacidad de gestión empresarial que permita controlar y dar continuidad al proceso; y
  4. Una concepción de mundo actual y sus recursos, centrada en la responsabilidad que tenemos con las próximas generaciones.

El logro de los objetivos, metas requiere de apoyo tanto interno como externo a la comunidad, pero las decisiones claves deben ser tomadas por ellos mismos, de forma libre y bien informada en cada una de las etapas del proceso, desde el conocimiento de su realidad, la identificación de los problemas, la asignación de prioridades, la programación de las acciones dentro del proceso de mantenimiento de la infraestructura, hasta su seguimiento, evaluación y la permanente retroalimentación durante todo el proceso, desde este enfoque integral se puede vincular al individuo con su familia y con el conjunto de su comunidad.

La autogestión comunitaria

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Brivio Borja Adriano. (2001, febrero 27). La autogestión comunitaria. Recuperado de https://www.gestiopolis.com/la-autogestion-comunitaria/
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