Indicadores de ciencia y tecnología en las empresas

En las modernas economías, los objetivos prioritarios de la política científica de los países son el desarrollo de la ciencia, la tecnología y la innovación, a través del fomento de la investigación, el desarrollo tecnológico y el fortalecimiento de la competitividad industrial. La globalización de los mercados y la creciente importancia del conocimiento en la composición del valor de la producción de bienes y servicios, son fenómenos que han ido convirtiendo a la evaluación en una prioridad dentro de esta política.

Para poder planificar, ejecutar y evaluar la actividad científica o técnica, se requiere necesariamente un trabajo estadístico previo de toma de datos básicos y posterior análisis de los mismos, para llegar a construir indicadores de dicha actividad.

Es por ello, en el presente trabajo se expone con claridad la importancia que tienen los estudios sobre sistemas de indicadores para medir la Ciencia y la Tecnología a nivel empresarial, ya que las tendencias del desarrollo sostenible sientan la necesidad de valorar el desempeño científico tecnológico de manera integral teniendo en cuenta aspectos económicos, ambientales, sociales, tecnológicos y de investigación científica.

Introducción

La identificación de la situación científica y tecnológica que tienen las empresas agro azucareras se ha convertido en una gran preocupación e interés para toda sociedad, mas cuando por su tradición era el sector que mas fuerza de trabajo empleaba en el país, y debido a las consecuencias negativas que han ocasionado los bajos resultados productivos se observa la ausencia de las actividades científicas y tecnológicas desarrolladas en las empresas azucareras y como estas no han surgido de una relación orgánica con los procesos económicos y sociales, son insuficientes ante las dificultades que se registran dentro del sector, más cuando el alto porciento de técnicos que se disponen dentro de las instalaciones todavía no son capaces de resolver el problema, y se le suma la carencia de piezas y equipos de repuesto para la tecnología implantada, mas los cambios que a nivel internacional impone el mercado azucarero, hacen necesario un giro dentro del paradigma científico y tecnológico existente.

Esta condición que se ha manifestado hasta hoy y lleva a la búsqueda de nuevos incentivos para poder lograr una mayor disciplina tecnológica, mayor sentido de pertenencia, de cultura organizacional, una imagen, una cultura propia, una identidad, que estimule a las entidades a incitar el papel que le corresponde a la ciencia, dirigida a lograr una mayor capacitación de los trabajadores y al logro de una mayor comunicación social entre sus miembros. Todas ellas en sus interacciones y sinergismo están amenazando la existencia de la industria azucarera nacional, entonces ¿qué hacer?

En tal contexto, se hace necesario perfeccionar el sistema de ciencia, innovación tecnológica y gestión ambiental, orientándolo hacia la necesidad de lograr una innovación tecnológica, capaz de corregir las deficiencias presentadas y la generación de impactos económicos, sociales y medioambientales, para contribuir decisivamente al desarrollo de una agroindustria diversificada, competitiva, sostenible y limpia pero la toma de decisiones requiere de pautas que permitan evaluar los resultados, la efectividad de las políticas adoptadas por lo que la eficiencia en la gestión de organizaciones y programas requiere contar con indicadores que den cuenta de los recursos disponibles, los procesos involucrados y los resultados obtenidos.

Resulta entonces de vital importancia para la institución elevar la eficiencia de las producciones y alcanzar niveles de competitividad que contribuyan a ocupar posiciones de liderazgo en el mercado internacional con las producciones habituales, introducir nuevos productos en el mismo, aumentar las ventas en fronteras, a la vez que contribuir a satisfacer en mayor grado las necesidades de la población, diversificar las producciones y buscar el aprovechamiento máximo de las capacidades instaladas, dirigiendo el esfuerzo principal a las producciones que puedan garantizar mayores impactos económicos en el corto plazo lleva a la renovada atención prestada a los indicadores de ciencia y tecnología, con el propósito de promover su crecimiento económico, así como también evaluar si en las industrias el gasto de I+D es el adecuado para mantener la competitividad interna e internacional, con lo cual se espera generar elementos de juicio útiles para asegurar su supervivencia en la competencia mundial.

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Es así como el nuevo sistema de medición que se propondrá usara datos sobre la actividad de I+D con mira a evaluar el tamaño absoluto del esfuerzo de I+D y el tamaño probable de los resultados de la innovación producidos por las industrias azucareras, establecer comparaciones internacionales con base en datos detallados sobre productos e industrias y evaluar los efectos de escala en los procesos de I+D y poder constatar su perspectiva, los cuales colocan el énfasis en la necesidad de contar con sistemas de indicadores que midan el fortalecimiento de las capacidades tecnológicas y rindan cuenta sobre el cambio tecnológico, tanto cuantitativa como cualitativamente .

Desarrollo

La creciente importancia del cambio científico-tecnológico en la economía y todos los ámbitos de la vida pública, y la evolución política de nuestras sociedades, en la que se manifiesta una creciente sensibilización ciudadana sobre la necesidad de ajustar las políticas públicas a las realidades de la demanda social, hacen del desarrollo de una nueva generación de indicadores de ciencia y tecnología un reto de gran relevancia política y social. Los indicadores son el termómetro que mide la salud del sistema de ciencia-tecnología en un país, mostrando su evolución en el tiempo, detectando fortalezas o carencias, y permitiendo la comparación internacional; siempre con el objetivo de ser una ayuda para la toma de decisiones en políticas científicas y tecnológicas.

El reto actual, según consideramos, es elaborar un nuevo conjunto de indicadores que, más allá de medir inversión, oferta científico-tecnológica o apropiación de esa oferta por las empresas, hagan posible una evaluación específica del modo en que el gasto público en ciencia y tecnología produce una mejora social, en el marco del sistema “ciencia-tecnología-sociedad”.

Existe un abanico de motivaciones para evaluar las actividades científico tecnológicas a través de indicadores, pero principalmente surge de la necesidad de los estados de disponer de información que alimente la planificación y la acción política, ya sean que estén orientadas a definir objetivos globales o sectoriales, como a adoptar decisiones sobre las instituciones del sistema Científico y Tecnológico: determinar áreas prioritarias, promover procesos de innovación tecnológica, definir necesidades de entrenamiento de personal científico, número de profesionales a capacitar y su orientación. Otros de los usos frecuentes de los indicadores son la comparación en el tiempo, entre países y entre regiones, y la evaluación de las actividades de Ciencia y Tecnología.

Resulta de gran interés, hoy, para la empresa poder medir los resultados de su actividad de innovación. En la actualidad no se encuentran con facilidad criterios uniformes que permitan evaluar esas acciones, constituye una oportunidad para la empresa de tener una representación más clara de su efectividad tecnológica, poder contar, en este sentido, con una amplia gama de indicadores.

Entre los años 1991 y 1992, bajo la coordinación general del programa de Ciencia y Tecnología para el Desarrollo (CYTED) de la Organización para la Cooperación Iberoamericana, se desarrollo un estudio suigeneris con vistas a seleccionar “Cien empresas Innovadoras “. Se trabajo con empresas de tres tipos, atendiendo a la cantidad de trabajadores: pequeñas, hasta 35, medianas, hasta 188 y grandes, más de 188.

Plantea Bacallao (“003:42) que del resultado del estudio, la pequeña empresa innovadora es prácticamente en su totalidad una organización de innovación y desarrollo.

El primer país que utilizó información estadística sobre Ciencia y Tecnología fue la Unión Soviética, que en 1930 la incluyó en su planificación general. En 1940 Estados Unidos comenzó a recopilar los primeros datos estadísticos sobre esta actividad. Pero es en la posguerra cuando, a iniciativa de los estados dominantes y de algunas instituciones internacionales como la UNESCO, la NSF o la Organization for Economic Cooperation and Development (OECD, OCDE en países hispanohablantes)[1] este tema toma gran fuerza. Hasta inicios de la década del ’60 varios países realizaban sus propias estadísticas, pero dadas las distintas metodologías de obtención de datos, las mismas resultaban incomparables.

A fin de resolver este problema se comenzó a trabajar desde 1955 en la construcción de un sistema conceptual y metodológico que permitiera la compatibilidad entre las informaciones obtenidas en los distintos países. En 1963 se edita el Primer Manual de lo que después se conocerá como la Familia Frascati.

El Manual de Frascati está destinado a describir el método a seguir para realizar encuestas que permitan obtener datos sobre la investigación y desarrollo experimental.

El mismo ha sido revisado y actualizado en 1970, 1976, 1981, 1983, y 2002. En 1989 se edita un Suplemento del Manual de Frascati, exclusivamente destinado a la preparación de estadísticas de I+D y medidas de los resultados en enseñanza superior.

En 1990 se normaliza un concepto que ya había sido previamente trabajado: la Balanza de Pagos Tecnológicos (BPT). Este instrumento, plasmado en el Manual de BPT, registra las transacciones comerciales relacionadas con el conocimiento científico y tecnológico entre un país y el resto del mundo. Los componentes de la BPT indican la importancia económica de un país en el contexto científico-tecnológico y su grado de participación en la globalización tecnológica.

En 1992 se sistematizan las mediciones sobre innovación, de lo que resulta un nuevo instrumento conocido como el Manual de Oslo. En 1994 el Manual de patentes, destinado a las mediciones de transferencias de tecnología a los sectores productivos a través de los registros de patentes, se incorpora a esta línea de trabajo.

Completando la Familia Frascati, en 1995 aparece el Manual de Canberra, destinado exclusivamente a medir los recursos humanos dedicados a Ciencia y Tecnología e innovación y transferencia. El mismo surge de un trabajo conjunto entre la OCDE y la UNESCO.

América Latina se incorporó tardíamente a este proceso. A partir del trabajo previo de numerosos investigadores de diversos países, en 1995 se concreta el Primer Taller de los Estudios Sociales de la Ciencia y Tecnología realizado por la Universidad Nacional de Quilmes, Argentina, donde se sientan las bases para la creación de la Red Iberoamericana e Interamericana de Ciencia y Tecnología, (RICYT). Este organismo ha venido trabajando desde entonces para el logro de una percepción crítica de todos los avances en tal tema, incorporando al mismo la perspectiva latinoamericana. Es así como, en marzo de 2001, se publica el Manual de Normalización de Indicadores de Innovación Tecnológica en América Latina y el Caribe, también llamado Manual de Bogotá, que tomando como base el Manual de Oslo, realiza una conceptualización propia de la situación de nuestra región.

Bases para la construcción de indicadores

Al definir la calidad en la producción por medio de los resultados obtenidos del proceso, la consecuencia clara es que se deben evaluar resultados tales como: satisfacción personal del cliente, desempeño laboral y contribución al desarrollo económico y social, pero, para hacer que la empresa cumpla con los requerimientos de calidad y productividad establecidos, es necesario efectuar una evaluación a nivel del proceso y de sus componentes, como una forma de asegurar que el resultado sea de calidad. Para esta evaluación son necesarios los indicadores.

Para la formulación de indicadores es necesario formular los siguientes supuestos o hipótesis:

1. La calidad de la producción puede ser definida, calificada y evaluada, por quien usa o se beneficia del proceso; profesionales y la sociedad que recibe el aporte económico y social del técnico o profesional.

Cada elemento que interviene en el proceso posee dos dimensiones; una dimensión a la que se denominará real y una dimensión denominada aparente.

La dimensión real se relaciona con los aspectos cuantitativos del elemento, es decir, con sus aspectos físicos o tangibles.

La dimensión aparente, en cambio, está relacionada con la percepción del elemento que tienen los trabajadores, técnicos o la sociedad, es decir, su apreciación es subjetiva.

La percepción incide sobre la satisfacción o grado de cumplimiento de expectativas personales de los trabajadores, de manera que una percepción positiva de los elementos que afectan la producción incide en una mayor satisfacción y por lo tanto, se crea la imagen de calidad de la misma.

La dimensión real del elemento incide en la percepción del mismo.

La dimensión aparente del elemento incide de manera indirecta en la dimensión real. Una percepción positiva de cada elemento contribuye a crear las condiciones para mejorar la dimensión real.

La dimensión real del elemento contribuye de manera indirecta en el resultado de calidad de la docencia, expresada como satisfacción de las expectativas personales, el adecuado desempeño laboral y contribución positiva al desarrollo económico y social, al generar las condiciones necesarias para que el proceso de transformación, denominado docencia, se lleve a cabo.

Para construir indicadores que permitan evaluar los procesos y por ende permitan contribuir a mejorar la producción y la productividad es necesario construir indicadores intermedios que midan cada elemento en sus dimensiones parciales; real y aparente, y después establecer relaciones entre dichos indicadores de manera de evaluar el impacto del elemento en el resultado final.

Los indicadores

Se pueden definir como “indicadores” los parámetros que se utilizan en el proceso de cualquier actividad. Normalmente se emplea un conjunto de ellos, cada uno de los cuales pone de relieve una faceta del objeto de la evaluación. Esto se hace evidente en el caso de la ciencia, que al ser multidimensional, no podrá valorarse con un indicador simple. [2]

Para Albornoz y Martínez (1998:11) los indicadores representan una medición agregada y compleja que permite describir o evaluar un fenómeno, su naturaleza, estado y evolución, articula o correlaciona variables y su unidad de medida es compuesta o relativa. Las variables son los elementos que configuran o caracterizan un fenómeno, normalmente son mensurables y se expresan en valores absolutos.

Desde el punto de vista metodológico, podemos remitirnos al concepto de Lazarfeld[3] para el cual el indicador es una variable empírica que permite inferir el comportamiento de una variable especulativa. En otras palabras, los conceptos pueden ser aplicados a través de El término «Indicador» en el lenguaje común, se refiere a datos esencialmente cuantitativos, que nos permiten darnos cuentas de cómo se encuentran las cosas en relación con algún aspecto de la realidad que nos interesa conocer.

Los Indicadores pueden ser medidas, números, hechos, opiniones o percepciones que señalen condiciones o situaciones específicas. Los indicadores deberán reflejarse adecuadamente la naturaleza, peculiaridades y nexos de los procesos que se originan en la actividad económica

  • productiva, sus resultados, gastos, entre otros, y caracterizarse por ser estables y comprensibles, por tanto, no es suficiente con uno solo de ellos para medir la gestión de la empresa sino que se impone la necesidad de considerar los sistemas de indicadores, es decir, un conjunto interrelacionado de ellos que abarque la mayor cantidad posible de magnitudes a medir.

Ellos permiten medir cambios en esa condición o situación a través del tiempo, facilitan mirar de cerca los resultados de iniciativas o acciones. Son instrumentos muy importantes para evaluar y dar surgimiento al proceso de desarrollo, así son instrumentos valiosos para orientarnos de cómo se pueden alcanzar mejores resultados productivos. Los indicadores de ciencia, tecnología e innovación están vinculados con los procesos de medición de las actividades de generación, uso y difusión del conocimiento científico, el desarrollo tecnológico y la innovación organizacional.

Permiten tener un conocimiento más cabal de estos ámbitos y mejorar la toma de decisiones en los mismos; se espera que sirvan a los tomadores de decisiones en la formulación de objetivos y metas, en la operacionalización de éstas en acciones concretas y en el seguimiento y evaluación de las acciones desarrolladas por lo que los indicadores científicos y tecnológicos… «tienen que ser pensados como herramientas de confirmación o refutación de hipótesis y teorías elaboradas en torno a la actividad científico-tecnológica, en sí misma y en sus relaciones con la sociedad. La existencia de distintas visiones y realidades debe conducir necesariamente a la producción de una amplia gama de indicadores cuyos usos y limitaciones son variables» (Licha, 1998:252). En este sentido, es importante considerar las visiones y realidades de un país, un sector de la economía, una entidad económica para el establecimiento de un sistema de indicadores de ciencia, tecnología e innovación, en cuanto a su amplitud e incorporación de prioridades nacionales.

Los diferentes indicadores internacionales mas usados son:

Indicadores Cuantitativos: Son los que se refieren directamente a medidas en números o cantidades.

Indicadores Cualitativos: Son los que se refieren a cualidades. Se trata de aspectos que no son cuantificados directamente. Se trata de opiniones, percepciones o juicio de parte de la gente sobre algo.

Indicadores Directos: Son aquellos que permiten una dirección directa del fenómeno.

Indicadores Indirectos: Cuando no se puede medir de manera directa la condición económica, se recurre a indicadores sustitutivos o conjuntos de indicadores relativos al fenómeno que nos interesa medir o sistematizar.

Indicadores Positivos: Son aquellos en los cuales si se incrementa su valor estarían indicando un avance hacia la equidad.

Indicador Negativo: Son aquellos en los cuales si su valor se incrementa estarían indicando un retroceso hacia la inequidad.

El sistema de indicadores debe caracterizar el nivel técnico – organizativo de desarrollo de la empresa, los recursos que posee y los resultados generales de la actividad productiva con una alta calidad, los recursos que posee y la eficiencia de su empleo. De la correcta aplicación de estos indicadores depende la localización y movilización de la reserva internas.

Importancia de la medición: La medición nos permite planificar con mayor certeza y confiabilidad, además discernir con mayor precisión las oportunidades de mejora de un proceso dado y permite analizar y explicar como han sucedido los hechos.

Sin embargo, el elemento más importante y que incluye a los anteriores, es que la aplicación es necesaria e indispensable para conocer a fondo los procesos ya sean administrativos o técnicos, de producción o de apoyo que se den en la empresa y para gerenciar su mejoramiento para conquistar los objetivos de excelencia que se plantea la empresa.

Sin medición no podemos con rigurosidad y sistemáticamente las actividades del proceso de mejoramiento: evaluar, planificar, diseñar, prevenir, corregir y mantener, innovar y muchos más.

La medición no solo puede entenderse como un proceso de recoger datos, sino que debe insertarse adecuadamente en el sistema de toma de decisiones. Se pueden tener muchos datos sobre la causa de un efecto, pero si no se tiende a clasificarlos, estudiar su frecuencia, aislar los principales y establecer sus relaciones, con finalidad, ya sea de poner bajo control el proceso o de mejorar su desempeño de poco servirán dichos datos y la medición.

Para garantizar la confiabilidad de los datos de un sistema de medición es necesario contar con un clima organizacional sano, donde los intereses comunes de la organización prevalezcan sobre los de los departamentos y mucho más sobre aquellos intereses individuales incompatibles con el logro de los objetivos del sistema analizado.

Las mediciones deben ser transparentes y entendibles para quienes deberán hacer uso de ellas, y adicionalmente deberá reunir y tener una serie de atributos indispensables.

Cuando se habla específicamente de indicadores de Ciencia y Tecnología se hace referencia a un conjunto de ellos, que captan algunas de las dimensiones de estos procesos tan complejos, como lo son la producción y circulación del conocimiento científico. Muchas veces se correlacionan y articulan hasta conformar sistemas e índices que se caracterizan por su generalidad, homogeneidad, comparabilidad y temporalidad.

La articulación de varios indicadores de la misma variable, que definan otras dimensiones y procedimientos, permite obtener un conjunto de valores más fieles al concepto que se pretende captar. Si bien en su mayoría estos valores son cuantitativos, los investigadores del campo de la Ciencia y la Tecnología hoy reconocen la importancia de encontrar, sin abandonar lo cuantitativo y comparable, indicadores que permitan una mayor aproximación a la realidad de las comunidades científicas locales y fundamentalmente a la vinculación de éstas con la sociedad que las origina.

En este sentido, desde la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI) se ha encarado la búsqueda de aspectos cualitativos que permitan una mayor comprensión de los fenómenos de producción científica. Las nuevas líneas de trabajo se formulan en torno a la magnitud del impacto del aporte de Ciencia, tecnología e Innovación (CTeI), la amplitud del público cubierto por el aporte, la diversidad de públicos a los que alcanza, la cultura científica que presupone, los mecanismos de adaptación a la región, cómo interactúa el conocimiento experto con el conocimiento popular, cómo se vincula este conocimiento con la enseñanza formal, cuál es el papel de los medios de comunicación en la formación del conocimiento.

También en esta línea, la Organización de los Estados Americanos (OEA) ha implementado programas de prospectiva científica con participación ciudadana, considerando indicadores de impacto como la dispersión y los intangibles.

En rigor, los indicadores de Ciencia y Tecnología forman parte de los indicadores sociales y, como tales, constituyen fuertes instrumentos de decisión de políticas públicas y desarrollo de un país. Como los otros indicadores (salud, educación, ocupación) nacen ante la necesidad de intervención de los gobiernos en el funcionamiento de la sociedad.

La responsabilidad del cambio ya no es solo del sistema de Ciencia y Tecnología, sino de toda la sociedad, que conoce y discute las decisiones en Ciencia y tecnología, bajo una red de información adecuada en la cual los medios de comunicación tienen un alto compromiso., logrando la orientación de las investigaciones hacia los problemas de los sectores más desprotegidos o los aspectos vinculados con las modificaciones ambientales.

Conclusiones.

1. Los indicadores de ciencia, tecnología e innovación están vinculados con los procesos de medición de las actividades de generación, uso y difusión del conocimiento científico, el desarrollo tecnológico y la innovación organizacional y permiten tener un conocimiento más cabal de estos ámbitos y mejorar la toma de decisiones en los mismos.

2. La toma de decisiones, por parte de las empresas, requiere para la formulación de nuevas políticas de información que refleje los parámetros básicos y para ello es preciso disponer de determinados indicadores (de procesos y de impactos) de ciencia, tecnología e innovación confiables y comparables internacionalmente, como unidades cuantitativas de medición de los parámetros que definen el estado y las dinámicas de los sistemas de investigación y tecnología y que se proponen medir también su impacto en la sociedad.

3.Resulta de vital importancia medir y analizar los procesos de innovación en las empresas con un desarrollo relativo, como medio para obtener criterios y elementos de juicio útiles para la toma de decisiones en materia de estrategias empresariales vinculadas al cambio tecnológico y organizacional.

Bibliografía

  • §
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  •  http://www.itba.edu.ar/capis/mdi/m-indicadores-ciencia-tecnologia.pdf
  • http://www.oei.es/catedramexico2.htm
  • http://www.campus-oei.org/salactsi/index.html
  • Indicadores de industria, innovación y SI. .
  • Indicadores de la Sociedad de la Información en España y varios países de la OCDE 1995-2004
  • Indicadores de los sistemas de ciencia, tecnología e innovación.
  • http://www.mcyt.es/
  • Informes de la propuesta para el perfeccionamiento Empresarial. Complejos Agros Industriales en Cienfuegos. 2001-2002. Grupo Perfeccionamiento Empresarial.
  • ——————–La tecnología y la política científica nacional. Tirso Sáenz.—La Habana: Editorial Academia, 212p
  • Los indicadores de ciencia y tecnología.
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  • OECD. Manual de Oslo: Principios básicos propuestos para la recopilación de datos sobre innovación tecnológica
  • RICYT. Indicadores Comparativos. Tomado De: , 7 de febrero de 2005
  • Sancho, Rosa. Directrices de la OCDE para la obtención de indicadores de ciencia y tecnología. Tomado De: http://www.ricyt.edu.ar, 23 de febrero de 2005
  • Observaciones sobre los indicadores de impacto social
  • http://www.campus-oei.org/revistactsi/numero3/art03.htm#15
  • Número 3 / Mayo – Agosto 2002
  • Kenji Kondo, Edson. Desarrollo de indicadores estratégicos en ciencia y tecnología: principales problemas. , 5 de octubre de 2005

[1] Ver anexo #1.
[2] Sancho Rosa. En: Directrices de la OCDE para la obtención de indicadores de Ciencia y Tecnología
[3]Samaja, Juan En: Epistemología y metodología .Pág. 178

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Rodríguez Domínguez Luisa de los Ángeles. (2006, mayo 6). Indicadores de ciencia y tecnología en las empresas. Recuperado de https://www.gestiopolis.com/indicadores-de-ciencia-y-tecnologia-en-las-empresas/
Rodríguez Domínguez Luisa de los Ángeles. "Indicadores de ciencia y tecnología en las empresas". gestiopolis. 6 mayo 2006. Web. <https://www.gestiopolis.com/indicadores-de-ciencia-y-tecnologia-en-las-empresas/>.
Rodríguez Domínguez Luisa de los Ángeles. "Indicadores de ciencia y tecnología en las empresas". gestiopolis. mayo 6, 2006. Consultado el . https://www.gestiopolis.com/indicadores-de-ciencia-y-tecnologia-en-las-empresas/.
Rodríguez Domínguez Luisa de los Ángeles. Indicadores de ciencia y tecnología en las empresas [en línea]. <https://www.gestiopolis.com/indicadores-de-ciencia-y-tecnologia-en-las-empresas/> [Citado el ].
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