No son los mismo por mucho que en algunos aspectos coincidan e intentaremos explicarlo con unos ejemplos.
La Usabilidad se encarga de que los clientes, al ver el escaparate de nuestra tienda, se sientan tentados a entrar para mirar nuestros artículos y acabar pasando por caja. La accesibilidad se encarga de suprimir los escalones de la entrada por si el cliente usa muletas o la mamá viene con un carrito de bebé.
Somos conscientes de que las comparaciones son odiosas y en ocasiones ociosas, pero el ejemplo nos permite apreciar cómo la Usabilidad y la accesibilidad son necesarias para favorecer el tránsito de clientes por nuestro sitio. Así, nuestra página puede ser muy usable, pero nada accesible (la mamá no entra) y a la inversa. Entra la mamá y cinco amigas, todas con carrito, pero ninguna compra.
En la práctica ambos conceptos se confunden y equiparan en uno solo con nefasto resultado: no se consigue Usabilidad ni accesibilidad. Por mucho que en algunos factores coincidan, por ejemplo el uso o no de determinados colores, la verdad es que las necesidades de Usabilidad de las personas con alguna discapacidad no son las mismas que en personas sin impedimentos.
Pero tampoco se trata de hacer dos versiones de la misma página o de la misma tienda. Lo adecuado es asegurar su Usabilidad y posteriormente, sobre esa base, añadir los elementos que faciliten su accesibilidad.
Ni que decir tiene, y que me disculpen los afectados, que una buena parte de las páginas en Internet carecen de toda Usabilidad, y sobre su accesibilidad mejor ni hablar.