Aprende a convivir con tus abuelos en casa, tenles paciencia y demuéstrales todo el cariño y amor que sea posible, comparte con ellos momentos importantes e intégralos a las actividades que realiza toda la familia.
Qué gratificante se siente ser amado, y cuando los abuelos viven en nuestro hogar, el amor se duplica. Es lógico que cuando llegan de repente te sientes raro, porque ahora tienes que compartir tus cosas y tu casa con ellos. Pero es cuestión de adaptación, tanto de tu parte como de parte de tus abuelos. Ellos se adaptan con un poco de dificultad a tu vida y tú debes hacer que se sientan cómodos. Esta es una tarea que te llenará de satisfacción al ver felices a tus abuelos cuando los atiendas, es suficiente con sentir su mirada de alegría y amor cuando estás junto a ellos.
Pero, ¿cómo atenderlos? Primero, tienes que vigilar por su cuidado, no dejar cosas tiradas ni atravesadas, para evitar accidentes. De igual manera, estar al tanto de sus necesidades sin abandonar las tuyas, por ejemplo, las escaleras son un problema para la gente de avanzada edad, puedes optar por poner en la planta baja todas las cosas que utilicen más frecuentemente tus abuelos, inclusive la televisión, para evitar que estén subiendo y bajando.
En general, a las abuelas les encanta estar en la cocina, y a los abuelos arreglando imperfectos. Dales una responsabilidad en tu hogar para que se sientan útiles, puedes empezar por estudiarlos primero, sin que se den cuenta, para saber qué es lo que más les gusta hacer dentro de la casa y luego pedirles ayuda basada en los resultados. Eso los hará sentirse parte del hogar, del equipo que forman todos los que viven en esa casa.
Integrálos a la Familia
A los abuelos les gusta atender a sus nietos también, déjate amar por ellos, eso los hace sentir útiles y es una forma que tienen de demostrarte su cariño hacia ti.
Cuando tu abuela te quiera preparar la cena, acepta. Cuando tu abuelo te quiera ayudar a hacer una tarea, acepta, aunque luego tengas que corregir parte de ella.
Puede ser el primer paso para la integración de tus abuelos al hogar, pero eso no es suficiente. Todos necesitamos cariño y ellos no son la excepción. Acércate a ellos, su experiencia los hace una fuente enriquecedora de conocimientos.
No desaproveches la oportunidad de conversar con ellos porque es importante saber de dónde vienes y es muy emocionante conocer la historia que hizo que tu estés vivo. De esta manera, tus abuelos estarán contentos de haberte contado sus experiencias, alegrías, tristezas y recuerdos; y tú habrás aprendido muchas cosas.
Fuerzas para Vivir
Abrázalos, diles que los quieres, demuéstraselos, ellos te aman y quieren todo lo mejor para ti, dales cariño y verás cómo se multiplica el que recibes de vuelta. Haz con ellos sus actividades, siéntate con ellos a ver pasar a la gente, comparte con ellos la televisión, acércate cuando estén hablando, cuéntales chistes, juega con ellos, pídeles que te expliquen lo que hacen, acompáñalos a caminar, llévalos al café.
Por otro lado, cuando es necesario, los abuelos también son rigurosos en cuanto a la educación; cuando ven difícil la situación, ellos intervienen y nunca lo hacen de mala fe. Tenles paciencia, es preciso escucharlos, saber qué piensan de tal o cual cosa, porque recuerda que ellos ya han vivido muchas circunstancias difíciles y ya han aprendido a superarlas adecuadamente. Ese es un derecho que los abuelos tienen sobre ti, por el simple hecho de serlo. Aunque algunas veces los abuelos pasan los límites y ocupan tareas que les corresponden a los padres. En esas situaciones es preciso ponerles un alto antes de que sea tarde, eso es tarea de los padres, lo que puedes hacer es comentarles lo que pasa para que sepan qué hacer o decírselo a tus abuelos lógicamente con las palabras y el tono adecuado, respetándolos siempre.
Por último, trátalos como te gustaría que te traten cuando tengas su edad. Lo peor que pueden hacer, cuando se cuenta con los recursos para tenerlos en tu hogar, es mandarlos a un asilo. El mayor miedo de las personas es morir en soledad. Evita los asilos, porque estando en esa soledad tan terrible, los ancianos se sienten inútiles, incomprendidos, sin amor y con ganas de dejar de existir. Ámalos siempre, en todo momento, porque ellos te lo agradecerán y les darás más fuerzas para vivir.