La economía estadounidense tuvo un periodo de crecimiento de nueve años cumplidos en abril de 1999, periodo solo comparable, en cuanto a duración, con el de los años 60. Hasta 1998 la economía se encontraba en perfecto estado, incluso se decía que las crisis financieras recientes no habían tenido efectos en la economía de la nación más grande del planeta. Según los datos obtenidos en el último trimestre de ese año el PIB creció un 6%, elevando el crecimiento global del año a un 3.9% superando todas las expectativas y siendo el más elevado desde al año de 1984. Por otra parte, el crecimiento del último trimestre solo es comparable históricamente con el correspondiente entre los meses de abril a junio de 1996.
Todas estas cifras hacían ver que la economía estadounidense gozaba de una salud impresionante debido en su mayor parte al consumo, el cual representa las dos terceras partes del PIB y que se elevó en el último trimestre de 1998 en un 5%. Para este momento los analistas auguraban que para el primer trimestre del año 2000 también se sentirá el efecto del consumo sobre el PIB de manera positiva ya que los niveles de confianza de los consumidores y el efecto riqueza (sentimiento de abundancia generado por la subida de la Bolsa) continuaban altos.
Otra de las causas del sólido crecimiento fue el volumen de las exportaciones, que en el último trimestre del 98 repuntaron un 19,7%, gracias sobre todo a la recuperación de los mercados asiáticos.
Se ha dicho que el aumento de la productividad jugo un papel importante en este periodo, aumento conseguido gracias, en gran parte, a la incorporación de los avances tecnológicos en comunicación a las empresas y la tecnología de avanzada (nueva economía).
Pero como la moneda tiene dos caras, la otra cara estaba conformada por dos aspectos bastante preocupantes:
- Primero: La caída de un 2.2% en los beneficios empresariales durante 1998 principalmente durante el segundo semestre, situándolos en los 477.000 millones de dólares. La primera caída ocurrida desde 1989 cuando la misma fue del 4.8%.
- Segundo: El aumento de las importaciones. Según el Departamento de Comercio, en el último trimestre de 1998 se produjo una aceleración de las importaciones que aumentaron un 12% frente al 2% de los meses precedentes. Uno de los factores fue que los países asiáticos basaron su recuperación en una feroz competencia para exportar a Estados Unidos con precios enormemente competitivos.
Los efectos de la otra cara de la moneda se sentirían en el siguiente año (año 1999) cuando a mediados del mismo, el gobierno estadounidense anunciaba que por segunda semana consecutiva aumentaban las solicitudes por beneficios de desempleo. El Departamento del Trabajo dijo que las solicitudes semanales del seguro por desempleo presentadas por primera vez, aumentaron a 305 mil en la semana que terminó el 29 de mayo, desde las 301 mil de la semana anterior. El promedio de las últimas cuatro semanas también aumentó por segunda semana consecutiva, alcanzando 304.250 de los 303.750 del periodo anterior. Aunque según Anthony Chan, del Banc One Investment en Columbus, Ohio, “El pequeño aumento en las solicitudes … no ofrece evidencias para respaldar una noción de que la economía se esté desacalorando”.
Para el informe del 2000, ya los economistas de la UNCTAD (Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo) habían advertido el enfriamiento de la economía estadounidense, el cual sería confirmado por el propio presidente de la Reserva Federal, Alan Greenspan, en la Conferencia de Banqueros de América en Nueva York realizada a comienzos de diciembre, en la que culpó al encarecimiento del petróleo como uno de los principales indicadores que provocaron la desaceleración económica. Esto fue tomado como un aviso de que el siguiente paso podría ser un descenso en las tasas de interés, como efectivamente lo fue.
Estados Unidos en la década de los noventas vivió una expansión económica comparable con la producida en los años sesenta.
Greenspan también advirtió las señales mixtas en la confianza de los consumidores. Los nuevos datos confirmaban la desaceleración, como la caída en un 5,6% de la demanda de bienes duraderos.
Tras la caída de la demanda y la crisis bursátil los despidos no se hicieron esperar calando en el ánimo de los consumidores. La tasa de desempleo subió en marzo de 2001 hasta el 4,3%. Aunque todos los sectores sintieron los efectos de la caída de la demanda, unos los sintieron más y antes que otros. El economista principal de la UNCTAD, Andrew Cornford, declaró que si bien informes previos sobre la situación de la economía de Estados Unidos indicaban que la situación recesiva estaba confinada a ciertas regiones y sectores, las últimas informaciones demostraban que también estaban afectados otros sectores de la economía y otras regiones.
A continuación una tabla publicada en “Expansión Directo.com” el 8 de Mayo de 2001 sobre los principales despidos anunciados en el 2001.
Principales despidos anunciados en 2001: 359.400 | ||
Empresa |
Sector |
Nº de despidos |
General Electric |
Industrial y Financiero |
75.000+28.000 |
Montgomery Ward |
Distribución |
28.000 |
DaimlerChrysler |
Automóviles |
26.000 |
Motorola |
Telecomunicaciones |
22.000 |
General Motors |
Automóviles |
15.000 |
Delphi Automotive |
Automóviles |
11.500 |
Lucent |
Telecomunicaciones |
10.000 |
Nortel Networks |
Telecomunicaciones |
10.000 |
Procter & Gamble |
Higiene |
9.600 |
Cisco Systems |
Telecomunicaciones |
8.500 |
Goodyear |
Automóviles |
7.800 |
Sara Lee |
Alimentación |
7.000 |
Dell Computer |
Informática |
5.700 |
J.C.Penney |
Distribución |
5.500 |
Compaq |
Informática |
5.000 |
Ford |
Automóviles |
5.000 |
Intel |
Telecomunicaciones |
5.000 |
3M |
Industrial |
5.000 |
J.P. Morgan |
Financiero |
5.000 |
JDS Uniphase |
Telecomunicaciones |
5.000 |
Hewlett Packard |
Informática |
4.700 |
DuPont |
Químico |
4.000 |
Disney |
Comunicaciones |
4.000 |
Xerox |
Ofimática |
4.000 |
ADC Telecom |
Telecomunicaciones |
4.000 |
Textron |
Conglomerados |
3.600 |
Kodak |
Fotografía |
3.500 |
Charles Schwab |
Financiero |
3.400 |
3Com |
Electrónica |
3.000 |
Gillette |
Higiene y escritorio |
2.700 |
Motorola |
Telecomunicaciones |
2.500 |
Caterpillar |
Maquinaria |
2.500 |
Cisco Systems |
Telecomunicaciones |
2.400 |
Sears |
Distribución |
2.400 |
AOL-TIme Warner |
Comunicación |
2.400 |
Polaroid |
Fotografía |
2.000 |
Agere Systems |
Telecomunicaciones |
2.000 |
Visteón |
Automóviles |
1.800 |
Morgan Stanley |
Financiero |
1.500 |
Amazon |
Internet |
1.300 |
Federal Mogul |
Automóviles |
1.100 |
eToys |
Internet |
1.000 |
En el segundo trimestre del año los economistas temían que la economía estadounidense entrara en recesión (definida como dos trimestres consecutivos de contracción) pero registró un alza mínima del 0,2%, la tasa de crecimiento más moderada desde 1993. En este momento la mayor parte de los analistas cree que la economía tocó fondo en el segundo trimestre y los pronósticos apuntaban a que crecería alrededor de un 2% en el tercero y un 3% en el cuarto.
Entre abril y junio, las empresas americanas redujeron inventarios en 38.400 millones de dólares, el ritmo más rápido de los últimos dieciocho años, pero, al mismo tiempo, disminuyeron sus inversiones un 14,6%. Y Paul Kasriel, analista de Northern Trust diría: “No vamos a entrar en recesión. La recuperación está en el horizonte. Las órdenes futuras van a llenarse más con la producción actual y menos con la producción pasada o con los inventarios”. Otros, como Robert Macintosh, de Eaton Vance Management, advertirían: “seguimos hablando de crecimiento cero y de una tendencia bajista. El mercado lo interpretará favorablemente al principio, pero racionalmente se ve una gran debilidad”.
Las razones para el optimismo se deben a que se esperaba que las bajadas de los tipos de interés (siete recortes desde enero situando el precio del dinero en 3.5%)y la devolución de impuestos (cerca de 38.000 millones de dólares -entre 300 y 600 dólares por familia- por el carácter retroactivo del recorte impositivo en vigor) empezaran a tener pronto el efecto deseado en la inversión y el consumo.
Algunos observadores de la UNCTAD señalaron que “la rebaja de las tasas de interés ha ayudado a la recuperación de las acciones, en especial las de la antigua economía (sector manufacturero y otros relacionados), y podría ayudar a recuperar la confianza de los consumidores y a aumentar las ventas, estimulando la demanda. No obstante, los sectores de la tecnología y otras partes de la nueva economía (Greenspan había abrazado la permanente contribución de la “nueva economía” al aumento de la competitividad y productividad en Estados Unidos el año pasado), que habían recaudado dinero de los mercados de capital en función de expectativas racionales y de rentabilidad, no parecen estar en condiciones de recuperarse al estar basadas en «acciones virtuales y no reales”. Por otro lado, recortes más profundos en las tasas de interés de Estados Unidos seguramente afectarían el valor del dólar y la confianza de los inversionistas extranjeros, quienes siguen apostando fuertemente a las inversiones de corto plazo, que ayudan a financiar los déficits comerciales del país.
El déficit comercial, que fue mayor de lo inicialmente previsto, de 410.500 millones de dólares, también tuvo un efecto negativo en el PIB. Una vez más, fue el consumo el que evitó que la economía se contrajese, al crecer un 2,5% entre abril y junio, frente al 2,1% estimado anteriormente.
El centro de estudios “The Conference Board” informó que la confianza de los consumidores estadounidenses descendió en agosto, contrario a lo esperado por los analistas. El índice de confianza de los consumidores bajó en agosto hasta los 114.3 puntos, frente a los 116.5 registrados en julio. Representando un signo claro de la debilidad de la economía y las dificultades que tiene para recuperar el crecimiento; este índice es muy seguido por los inversores de Wall Street. El porcentaje de consumidores que piensa ahora que los puestos de trabajo son “difíciles” de encontrar aumentó desde el 13,9% en julio hasta el 15,9 en Agosto. El porcentaje de consumidores que piensan adquirir una casa se mantuvo sin cambios en el 3,8%, aunque los que dijeron que esperan adquirir un automóvil descendió del 9,4 al 7,8%.
También tenemos que en agosto, según informaron las autoridades norteamericanas, el índice de desempleo de Estados Unidos subió de 4,4% al 4,9%. Desde la mitad de 2000, el sector industrial estadounidense ha perdido más de 1 millón de empleos y la tendencia continuó en agosto, al eliminarse 141.000 puestos de trabajo.
Hasta aquí la historia de la primera recesión del nuevo milenio que se ve agravada por los terribles atentados del 11 de Septiembre. A partir de ese momento y después de sufrir las consecuencias económicas de los atentados, Estados Unidos empieza a ver la luz al final del túnel y empieza una etapa de recuperación moderada que parece confirmarse actualmente.