Tras asumir el poder, el nuevo primer ministro japonés Shinzo Abe, se enfrenta a muchos temas difíciles por resolver pues su antecesor Junichiro Koizumi, le ha dejado una complicada herencia en el campo económico.
En la actualidad el mercado de valores y el sector inmobiliario experimentan un crecimiento estable, se han introducido mejoras en la administración de activos, se ha acabado casi la deflación, se ha incrementado la rentabilidad de las empresas y se ha reducido el desempleo.
Las inversiones fiscales y la demanda extranjera, que constituían la fuerza motriz que impulsaba la recuperación económica, han sido sustituidas de forma paulatina por las inversiones de equipamientos empresariales y la demanda interior. Aunque Abe expresó que seguirá la línea de reforma de Koizumi, desde un punto de vista general, el camino será arduo.
No obstante las perspectivas económicas a corto plazo son muy favorables y según el FMI, la tasa de crecimiento del PIB real podría alcanzar un 3% en 2006 y más de 2% en el 2007.
Sin embargo el FMI se excedió en su pronóstico pues el gobierno Japonés bajó su previsión de crecimiento para el año fiscal 2006-2007 del 2,1% al 1,9% debido a la contracción del consumo individual en los últimos meses del 2006. Para el año fiscal 2007-2008 el gobierno prevé un crecimiento de un 2,0%.
Hay que destacar que se ha fomentado la eficiencia de la asignación de los recursos ya que actualmente los gerentes tienen mayor capacidad para basar sus decisiones en consideraciones de precio y calidad. De todas formas persisten rigideces estructurales que frenan el crecimiento.
Gracias a la recuperación de la demanda doméstica impulsada por el fortalecimiento del mercado de trabajo, la expansión de los empleos a tiempo completo por primera vez en 7 años y al positivo incremento de los salarios, se estima que el año fiscal 2007- 2008 tendrá un cierre muy favorable y crecerá su economía con seguridad. Sin embargo el déficit fiscal y la deuda pública se mantendrán a un nivel elevado.
Los bancos japoneses son actualmente menos vulnerables y están en mejores condiciones para apoyar la actividad económica. En esta mejoría han influido principalmente dos aspectos, el primer aspecto es la reestructuración de las empresas y la reactivación económica del país en sentido general y el segundo aspecto los esfuerzos desplegados para intensificar la supervisión bancaria, siendo esencial para sanear el sistema bancario.
En este sentido se plantea que las empresas son más sólidas pues han reducido los costos y la capacidad no utilizada, destinando sus ganancias a reducir el endeudamiento. [1]
Se pueden resumir la eficiencia de las empresas en cuatro puntos fundamentales:
1- Los balances de las empresas son más favorables: Se ha hecho un gran esfuerzo para reducir la carga de la deuda dando buenos resultados sobre todo en las empresas medianas y grandes. La deuda nominal de las empresas ha bajado 125 billones de yenes desde 1996 y las razones deuda/ventas se sitúan nuevamente en los promedios observados antes de la burbuja en el sector de las manufacturas, registrándose fuertes disminuciones en el resto de la economía.
2- Las utilidades han aumentado: La reducción de la mano de obra y otros costos, el retiro de productores y proveedores ineficientes y la fuerte demanda de los últimos años, las utilidades de las empresas han ido en auge, independientemente de su tamaño. La razón utilidades/ventas se sitúa en los niveles máximos de fines de los años ochenta, tanto en el sector de las manufacturas como en otros sectores.
3- El exceso de capacidad se ha reducido: Desde mediado de los años noventa la reestructuración de las empresas ha incluido recortes de inversiones nuevas para reducir el exceso de capacidad. Ello permitió eliminar el exceso de capital fijo y a partir del 2005 la utilización de la capacidad se situaba una vez más en los niveles medios de 1980-89.
4- Los costos de la mano de obra se han ajustado: Las medidas de las empresas para deshacerse del exceso de mano de obra también han sido fructíferas. Tras recurrir inicialmente a estrategias más convencionales, como reducir la contratación y las horas extraordinarias, las empresas han optado por despedir trabajadores, reemplazando trabajadores a tiempo completo por supuestos a tiempo parciales y contratos de duración determinada.
A tono con lo planteado anteriormente el paulatino crecimiento de la inversión que va desde el 2003, a favorecido la situación laboral con nuevos empleos y los aumentos salariales a partir del año 2005, pues la oferta de empleo se sitúa en niveles sin precedentes y actualmente el empleo a tiempo completo aumenta más rápidamente que el tiempo parcial.
Todas estas tendencias positivas son cada vez más palpables para el pueblo japonés y los inversionistas internacionales.
También en la bolsa de valores se reflejan estas tendencias favorables pues las cotizaciones bursátiles se han duplicado con creces comparado sobre todo con los mínimos registrados en el 2003, pues los bienes raíces después de tocar fondo han empezado a aumentar y la confianza de los consumidores empieza a incrementarse.
Hay que señalar que pese a la deflación persistente que ha existido durante estos últimos años ya a finales del 2005 la inflación de los precios al consumidor empezó a resurgir nuevamente.
La economía nipona tuvo un buen comienzo en el 2006 mostrando un crecimiento en sentido general, pues este comportamiento estuvo impulsado por fuertes inversiones de capital que aumentaron en un 13,9% en el primer trimestre con respecto al igual período del 2005, el segundo mayor crecimiento de esta magnitud desde el año 1990; además del incremento del gasto personal en 0,5% y un crecimiento significativo de las exportaciones.
Los bancos nipones han mejorado su habilidad de controlar el riesgo del crédito evaluando el valor justo de los recursos del préstamo y estableciendo sistemas de dirección de riesgo más sofisticados; así como el uso de innovaciones tecnológicas financieras para fortalecer sus lazos con las compañías de finanzas y empresas.
A finales del año 2005, la cantidad de préstamos no recuperables de los principales bancos se hallaba entre 1,2% y 3,0%, reduciéndose frente al 8% que existía a principios del 2002 y la situación de los bancos regionales también daba ciertas muestras de mejoría. Al no tener tanta necesidad de constituir reservas para cubrir activos en riesgo o préstamos incobrables, los bancos han recuperado su rentabilidad, aunque sigue siendo baja a escala internacional.
En el año fiscal 2005, que comprende entre el 1 de abril de 2005 y el 31 de marzo de 2006, los seis grandes grupos bancarios japoneses registraron beneficios récord disminuyendo notablemente su lista de créditos incobrables, finalizando el año fiscal entre 0,9% y 2,6% de préstamos morosos.
Los beneficios consolidados netos de los seis gigantes bancos japoneses ascendieron a 3,12 billones de yenes (27,857 millones de dólares), una cifra 4,3 veces mayor que la del pasado año fiscal. Estas ganancias se la atribuyeron a la gran subida de sus acciones en los mercados bursátiles.
Es bueno señalar que pese a la cantidad de medidas tomadas durante estos años el problema de los préstamos incobrables todavía no se ha solucionado completamente; no obstante, desde 2004 el país empezó a mostrar signos de recuperación gracias a un incremento significativo de las exportaciones y en el 2005 la economía comenzó a tener un crecimiento sostenido apoyado por un despertar de la demanda interna.
Algunos Indicadores Positivos del año 2006:
El producto interno bruto del tercer trimestre del 2006 superó en un 2,0% al de segundo trimestre que fue de un 1,0%.
La tasa de desempleo, en Noviembre del 2006 fue de 4,0% inferior a igual período de año anterior (4,6%) con lo que se percibe que las compañías siguen necesitando mano de obra para mantener aumentos de producción en la recuperación económica que está experimentando el país. Manteniéndose como promedio en todo el año 2006 un 4,1%.
En Noviembre del 2006, el superávit comercial de Japón se incrementó en 56% con respecto a igual mes del año anterior, debido fundamentalmente a un mayor intercambio comercial con sus principales socios China y Estados Unidos
Las exportaciones del 2006 ascendieron de forma significativa con relación al año anterior, gracias a la sólida demanda internacional de autos y componentes electrónicos de Japón. Las importaciones también crecieron en debido a que los precios de importación del petróleo, aunque disminuyeron algo en el mes, siguieron inflando la cuenta de las compras externas japonesas.
También hay que destacar que la confianza empresarial de las principales compañías manufactureras de Japón, medidas por el índice Tankan ha tenido una tendencia al alza en lo que va de año, incrementándose en el tercer trimestre hasta los 24 puntos; dando muestras de la confianza existente en la recuperación económica del país.
En julio del 2006 el Banco de Japón elevó los tipos de interés por primera vez en seis años, sobre la base de una expansión económica firme y precios en alza, subiendo la tasa de interés a 0,25 por ciento, desde niveles en torno al cero por ciento. El Banco de Japón ajustará los tipos de interés en forma gradual y en incrementos pequeños dependiendo de la evolución de los precios y la economía.
Posteriormente en la reunión del 31 de octubre el Banco de Japón decidió, por unanimidad, mantener el tipo de interés de referencia en 0,25% tal y como esperaban el mercado y muchos analistas. En los primeros días del mes de Enero del 2007 el Banco de Japón decidió mantener sus tipos de interés en 0,25% tras una reunión de dos días de las autoridades monetarias. La decisión fue mantener una vigilancia sobre la evolución de la inflación para asegurar la recuperación de la economía nipona, que según expertos se seguirá expandiendo de manera moderada.
En Diciembre del 2006, la moneda nipona tuvo una apreciación con relación a Noviembre de ese mismo año, pues pasó de 117,31 a 116,06 respectivamente.
Las reservas Internacionales, en Diciembre del 2006 alcanzaron los 895 320 millones de dólares, de los 881 273 millones que tenían en septiembre 2006.Es de señalar que las reservas niponas, después de varios años siendo las mayores del mundo, ocupan ahora el segundo lugar a nivel global superadas por las chinas, que alcanzaron la cifra simbólica de un billón de dólares.
Obstáculos que vencer para el año 2007:
Pese a la tendencia positiva de los principales índices de la economía japonesa, no se ha registrado ningún avance esencial en la reforma fiscal. Hasta finales de 2005, las deudas a largo plazo del Gobierno central y de los gobiernos regionales locales ascendían a 774 billones de yenes (unos 6,19 billones de dólares USA), un 150 por ciento más que el PIB, mientras que el déficit fiscal se cifró en un 6,4 por ciento del PIB, ambos indicadores muy superiores a la línea de alarma reconocida internacionalmente.
La causa principal de las dificultades fiscales es que los ingresos son insuficientes para financiar los gastos. Así por ejemplo, los ingresos fiscales correspondientes al ejercicio 2005 fueron de 44 billones de yenes y los gastos fueron de 82 billones de yenes.
La pesada carga de las deudas fiscales será trasladada a la ciudadanía, cada vez más preocupada por una subida en los impuestos que afectaría directamente al consumo y limitaría por consiguiente el desarrollo macroeconómico.
A largo plazo, sin embargo el aumento de los impuestos sobre el consumo constituye una importante medida para solucionar el déficit tributario, a pesar de que la media despertará sin duda el malestar entre los electores. [2]
Otro aspecto de dificultad es la diferencia entre regiones y la riqueza cada vez mas polarizada. Desde mediados de la década de los 70 hasta las postrimerías de los 90, la proporción de ingresos entre Tokio (los más elevados) y Okinawa (los más bajos) se hizo ver de forma apreciable.
El coeficiente de Gini, índice que mide las desigualdades entre ricos y pobres y en el que el cero significa completa igualdad, se había mantenido por debajo del 0,21 en Japón, lo que demuestra que el país asiático figuraba entre las naciones del mundo que la distribución de la riqueza es más igualitaria.
Sin embargo, en los últimos años como consecuencia de la larga depresión y de la reforma, la diferencia entre las regiones desarrolladas y las subdesarrolladas comenzó a gravarse en términos de crecimiento económico e ingresos.
En este sentido, se ha registrado incluso un visible aumento en el número de indigentes. Según una encuesta realizada en las ciudades de Tokio y Osaka, las personas con ingresos reducidos ya representan el 52 por ciento del total de la población, mientras que los altos ingresos corresponden tan solo a un 14 por ciento, cifras que constituyen un fuerte contraste frente a las registradas durante los años 70 y 80 del siglo pasado.
Tales disparidades en los ingresos podría conducir fácilmente a la erupción de problemas sociales y he aquí el principal dilema: la continuación de las reformas agradaría la brecha, mientras que su solución sería contraria a la política de reforma y podría dar muestras de involución.
Con miras al futuro falta mucho por hacer y hay que reforzar las medidas en los siguientes puntos:
1- Mejorar la utilización de la mano de obra.
2- Incrementar la competencia de los mercados de productos
3- Liberalizar el sector agropecuario
4- Fomentar la inversión extranjera directa
5- Reducir la elevada deuda pública y déficit fiscal.
6- Resolver el problema del envejecimiento poblacional.
A corto plazo las perspectivas económicas son favorables pero el principal reto es cómo mantener un fuerte crecimiento auto sostenido ante la presión demográfica, pues la población japonesa está envejeciendo rápidamente y la tasa de natalidad es muy inferior a la reposición. La población en edad de trabajar viene reduciéndose desde el año 2000 y la tasa de dependencia de ancianos (la proporción de la población activa de al menos 65 años) es la más alta de los países industriales.
Por una parte una población en contracción puede mantener su nivel de vida con una tasa de crecimiento global más baja, pero por la otra se requiere una sólida tasa de crecimiento del ingreso per cápita para financiar el aumento de los gastos de jubilación y de atención de la salud atribuible al envejecimiento demográfico.
Dada la contracción de la fuerza laboral, el crecimiento per cápita dependerá de la medida en que pueda incrementarse la productividad aprovechando mejor los recursos y los avances tecnológicos.
Otro aspecto de gran importancia en la recuperación económica es que la situación financiera se está normalizando gradualmente, pues a la vez que la deflación se está reduciendo la política monetaria irá reajustándose a las condiciones cambiantes del mercado. En la primera etapa, el sistema bancario mantendrá las tasas de interés en cero pero mas adelante con la evolución prevista de los precios, es muy probable que la tasa de interés suba gradualmente.
También durante muchos años el gran déficit fiscal que ha sufrido Japón ha obligado a tomar medidas de saneamiento fiscal para frenar el aumento de la deuda pública y crear margen para sufragar los gastos del envejecimiento de la población. Ya que la deuda neta del sector público asciende a casi un 100% del PIB, es muy posible que la precaria situación fiscal frene la recuperación prevista.
Hasta el momento las medidas que se han tomado se han centrado en recortar gastos especialmente en infraestructura innecesaria, pero en los próximas años habrá que centrar la atención en el ingreso y en la posibilidad de elevar el impuesto sobre el consumo, pues la tasa de Japón es la más baja con respecto a otros países industriales que también gravan el consumo.
Según algunos analistas, otras de las medidas que se tendrán que aplicar están las de incrementar las primas para hacer frente al fuerte aumento proyectado del gasto en seguridad social y atención de la salud que suponiendo que se mantengan las tendencias actuales y pese a las recientes reformas de pensiones, el gasto en seguridad social alcanzará un 20% del PIB en el año 2025, frente a 16% del PIB en el año 2005. También durante ese periodo el gasto en atención de la salud se duplicará. [3]
En cuanto al sector bancario, los principales bancos han generado utilidades considerables en los últimos años. Un aumento de la rentabilidad permitirá a los bancos rembolsar las inyecciones de capital público y fortalecer su base de capital. A corto plazo, aunque el aumento de las tasas de interés debería elevar las utilidades al incrementar los márgenes de tasa de interés, la clave para proteger la solidez del sector financiero y evitar problemas es dejar de conceder créditos exigiendo garantías excesivas. En febrero del 2006 tras ocho años de disminución ininterrumpida, la tasa de crecimiento del crédito se volvió finalmente positiva.
Por último un factor importante en la recuperación de Japón y para su futuro es el desenvolvimiento del sector empresarial en la reducción de sus deudas y ampliando sus operaciones en la integración mundial trasladando parte de la producción a China y Asia sudoriental.
Principales medidas del nuevo gobierno japonés para el 2007:
En su discurso inaural en el Parlamento el 29 de septiembre, Abe explicitó las prioridades fundamentales en las que su gobierno se concentraría
- Otorgar alta prioridad al recorte de los gastos públicos para reconstruir las finanzas estatales antes de considerar alzas de impuestos.
- Establecer un límite a la emisión de bonos del gobierno de no más de 30 billones de yenes para el año fiscal 2007.
- Instrumentar planes para revitalizar las economías locales y proveer con “segundas oportunidades” a personas en desventajas con el objetivo de minimizar la brecha entre ricos y pobres.
- Lograr la aprobación de una reforma educativa que permita la enseñanza del “patriotismo” en las escuelas.
- Revivir las virtudes tradicionales de Japón y los valores familiares.
- Hacer de Japón una “nación bella” llena de confianza y orgullo.
- Mejorar las relaciones con China y Corea del Sur
- Incremento del gasto del presupuesto en un 30,5 por ciento para el gasto de tecnología de misiles.
Consideraciones finales
El gobierno japonés bajó su previsión de crecimiento en términos reales para el año fiscal 2006-2007 del 2,1% al 1,9% debido a la contracción del consumo individual. Por tal motivo el gobierno prevé una recaída de la deflación factor riesgo para el año fiscal 2007-2008 que empieza el primero de abril.
A pesar de este riesgo el gobierno prevé un 2,0% de crecimiento para el año fiscal 2007-2008. En este período la reactivación económica en Japón debería proseguir a pesar de la debilidad en el consumo de los hogares.
El gobierno advirtió que la deflación que empezó en 1998 todavía no está completamente eliminada. Aunque los precios del consumo deben aumentar en un 0,5% en el 2007, los riesgos de un regreso a la evolución negativa de los precios se mantienen.
Los bancos japoneses son actualmente menos vulnerables y están en mejores condiciones para apoyar la actividad económica. En febrero del 2006 tras 8 años de disminución ininterrumpida, la tasa de crecimiento del crédito se volvió finalmente positiva. En esta mejoría han influido principalmente dos aspectos, el primer aspecto es la reestructuración de las empresas y la reactivación económica del país en sentido general y el segundo aspecto los esfuerzos desplegados para intensificar la supervisión bancaria, siendo esencial para sanear el sistema bancario.
Según el gobierno, no se han registrado caídas continuadas de los precios, ni existen riesgos potenciales para que desciendan; no obstante, todavía es prematuro declarar que la deflación ha finalizado pues existen riesgos procedentes del exterior, como los síntomas de desaceleración de la economía estadounidense y los efectos del encarecimiento del petróleo, que podrían reducir el ritmo de la economía nipona.
El nuevo primer ministro de Japón Shinzo Abe, con fama de conservador y nacionalista, pretende seguir el camino de Koizumi en cuanto a la continuidad de las reformas pero se centrará en corregir las consecuencias sociales de esta como las crecientes diferencias entre ricos y pobres. Un ejemplo de ello es su muy publicitado proyecto de establecer un sistema que canalice la concesión de una “segunda oportunidad” a los que han fracasado en un empleo determinado o al frente de una empresa.
Por ser la segunda economía a nivel mundial un crecimiento económico sostenido de Japón reportaría ventajas muy importantes para el resto de los países, ya que ayudaría a equilibrar la expansión internacional y a reducir los actuales desequilibrios mundiales en cuenta corriente.
Japón se encuentra en mejores condiciones para acabar de salir del largo túnel de la recesión, gracias a las mejoras descritas anteriormente, pues se estima según muchos expertos que el crecimiento sea mucho mayor en la próxima década.
Bibliografía
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Cuadernos de Japón, volumen XII, numero 1, invierno 1999, pág. 45; volumen XV, número 3, 2002, pág. 4; volumen XV, numero 3, 2002, pág.6.
“Crecimiento cero en economía japonesa en los primeros meses 2003”. Cable noticioso en Agencia Internacional Latinoamericana Prensa Latinan S.A (corresponsal Tokio) 16 de Mayo 2003.
Oviedo, Luis. “Japón: la depresión económica y la economía mundial”. En defensa del marxismo: revista teórica del partido obrero. Sumario del numero 25. Diciembre 1999.
Rodríguez, Ernesché (1999) La economía de burbuja en Japón. Editorial Ciencias Sociales. Calle 14 no. 4104, Playa, Ciudad de la Habana, Cuba. Impreso en Editorial Linotipia Bolívar, Bogotá-Colombia. 106 p.
Daniel Citrin y Alexander Wolfson “Vuelve Japón” Finanzas & Desarrollo, junio 2006
Rodríguez, Ernesché “Evolución del yen en el periodo 1985-2004”. Seminarios sobre economía mundial. http://www.ciem.cu
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Koll, Jesper, 2005, “Japan Is Back, for Real This Time”, Far Eastern Economic Review, vol. 168 (octubre), págs. 11-5.
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[1] Daniel Citrin y Alexander Wolfson, “Vuelve Japón”, Finanzas & Desarrollo, junio 2006
[2] http://www.argenpress.info
[3] Daniel Citrin y Alexander Wolfson, “Vuelve Japón”, Finanzas & Desarrollo, junio 2006