Derivado del uso generalizado de la computadora en la mayoría de los ámbitos de trabajo, investigación, negocios, etcétera; así como la creación de programas y paquetería para eficientar y hacer posible realizar tareas que de otra manera serían imposibles o muy laboriosas, se vuelve una realidad la posibilidad de manejar grandes volúmenes de información para su análisis y aún la inferencia sobre su comportamiento, sin necesidad de conocer la «caja negra» de las técnicas de análisis que se apliquen.
Es necesario aclarar, sin embargo, que los datos manejados, los modelos implementados y el análisis de resultados requieren de destreza y capacidad del analista para una acertada interpretación.
Una gran variedad de técnicas de análisis estadístico pueden ser implementadas con agilidad y eficiencia, mediante sistemas de cómputo, por lo que actualmente, si bien es necesario que el Actuario cuente con la formación matemática para entender diversos problemas, también es indispensable que esté al día en cuanto a los avances tecnológicos que le permitan explotar su capacidad al máximo en beneficio de su trabajo mediante la actualización profesional.
Por otro lado, la tecnología puede otorgarle mayores elementos de juicio al momento de elaborar predicciones a partir de la simulación de escenarios futuros.
El éxito en los negocios depende de la habilidad del empresario para desarrollar y ejecutar un plan estratégico que vaya a la vanguardia de la organización.
Este proceso de planeación involucra un número importante de actividades relacionadas. En el caso de una organización financiera que administre por ejemplo, portafolios de inversión, tesorerías, mesas de dinero, sociedades de inversión y en general cualquier actividad que implique riesgo, el Actuario debe pronosticar el nivel de oferta y demanda de los valores objeto de su actividad en condiciones de incertidumbre.
Generalmente, los efectos de políticas económicas, actividades promocionales, competencia, expectativas sobre el desarrollo de alguna actividad y en general todas las condiciones económicas y financieras que intervienen, deben ser consideradas para decidir por un plan óptimo de ejecución.