Para entender los procesos estratégicos de la dirección empresarial, necesitamos ubicarlos en el contexto actual, es por eso, que haremos un primer acercamiento desde las políticas globalizadoras que son las que definen el rumbo económico, político y cultural de nuestra sociedad a nivel mundial.
Posteriormente, se mencionaremos los diferentes tipos de planeaciones que existen, haciendo énfasis en las planeaciones estratégica y prospectiva, resaltando que una de las formas de planear que ha traído grandes beneficios a los países pertenecientes a la Cuenca del Pacífico —países asiáticos—, se basa en una visión humanista de la planeación; la cual ha contribuido al desarrollo sustentable de naciones como Japón, Corea, Singapur, Madagascar, etc., así como de los países denominados “Emergentes” que en su gran mayoría se ubican este continente. Ordoñez (2002) presenta la postura Asiática del Capital intelectual, donde se hace de manifiesto la gran importancia que se da a las personas en la producción de bienes y servicios de gran calidad.
En el marco de la globalización, las condiciones económicas son establecidas por los mercados internacionales, los cuales dependen de las políticas establecidas por las empresas trasnacionales, el grupo de los siete, el Banco Mundial, el fondo monetario Internacional, así también de las economías emergentes como Brasil, China, la India y Rusia.
Para responder eficientemente ante estas condiciones socioeconómicas mundiales, la administración de las empresas ha evolucionado a través del tiempo para satisfacer las necesidades de una sociedad cada vez más demandante de bienes y servicios con mayor calidad. Esta evolución ha pasado desde una administración tradicional a una táctica y posteriormente a una estratégica, hasta llegar a una administración prospectiva.
Actualmente las empresas que aplican la planeación estratégica — la cual como sabemos tuvo su origen en la guerra— ha sido un estilo de administración que tiene su base precisamente en la definición de objetivos, y que a través de una estrategia fuerte y decidida permite por medio a través de sus líneas de acción realizar actividades que nos lleven al cumplimiento en tiempo y forma del objetivo planteado, lo cual contribuye al desarrollo sustentable de la empresa.
Dentro de los procesos estratégicos de la dirección empresarial, una orientación permanente que permite este desarrollo de la organización puede ser la utilización de la matriz FODA —donde se registran las fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas — la cual nos dará luz de la situación actual por la que atraviesa la empresa; es decir, esta técnica nos permite a manera de una evaluación, hacer un “recorte” de la realidad que hay que enfrentar actualmente, y a partir de ahí, contar con elementos que les permita a los directores y gerentes tomar decisiones asertivas para el buen funcionamiento de la organización.
Sin embargo, como sabemos, estamos inmersos en la sociedad del conocimiento, donde lo único que permanece constante es el “cambio” creando niveles de incertidumbre en los mercados nacionales e internacionales. Edgar Morín dice que para enfrentar estos “océanos de incertidumbre” debemos hacerlo a través de “archipiélagos de certeza”. Empero, desde la administración “prospectiva” podemos crear escenarios futuristas para establecer hasta dónde queremos llevar a la empresa y a partir de esta visión, comenzar a construir desde ahora el camino que nos guíe para lograrlo.
Una vez que hemos mencionado los cuatro tipos de gestión que definen “filosofía y administración empresarial a ejercer, necesitamos dentro de esta dirección prospectiva no olvidar que los mercados se mueven hacia el sector de servicios, de tal manera, que si sabemos que el 80% de la riqueza mundial está en manos de 29 países, los cuales para generar su riqueza ésta se encuentra dividida de la siguiente manera: un 67% se genera con base a servicios, 16% es del sector agrícola y el 17% restante del sector industrial.
Esto quiere decir, que las empresas que estén fuera del ramo del sector de servicios en su gran mayoría están condenadas al fracaso o solo a seguir sobreviviendo con pocas expectativas de crecimiento.
Recalcamos que no es suficiente con plasmar en un documento el tipo de administración a ejercer, debemos considerar además que para que una empresa pueda ofertar un bien productivo o de servicios, deberá tener en cuenta la necesidad de tener finanzas “sanas”, equipo de transporte, capital humano, controles administrativos y medios de comunicación, que garanticen una operación eficiente de la misma, contribuyendo con ello al crecimiento sólido.
Se tendrá que utilizar las redes actuales de comunicación para reducir tiempos de operación, es decir, el eficiente uso del Internet, el correo electrónico, el chat etc., los cuales contribuirán de manera clara y oportuna la generar al interior como al exterior de la empresa el manejo de la información de manera clara y oportuna. Es un hecho que gran parte de los problemas en una empresa son generados por la mala comunicación.
Es un hecho que cualquier especialista en Alta Dirección, deberá conocer y dominar tanto la filosofía como los modelos de dirección actuales y futuros que le ayudarán a brindar asesoría eficiente a los altos funcionarios de gobierno y a empresarios, para que puedan tomar de decisiones asertivas que los lleve a dirigir sus “empresas” hacia el desarrollo sustentable.
Así mismo, estos funcionarios deberán ejercer un “liderazgo transformacional” el cual, alude a un tipo de cambio institucional de segundo orden, que implica la transformación de las estructuras organizativas de la institución (Fullan y Steigelbauer 2007). Los líderes transformacionales, son los que inspiran, orientan y motivan intrínsecamente a sus seguidores para lograr las metas establecidas, además de precisar o aclarar los requerimientos de la función y de la tarea (Morales, s/f).
Seguramente los conocimientos adquiridos en Alta Dirección, coadyuvarán a formar profesionales que además de asesorar puedan contar con las bases para crear sus propias empresas de manera sólida, que contribuya a generar fuentes de empleo honesto que tanto hace falta a nuestro país, donde se promueva la innovación y la creatividad que será desarrollado por el capital intelectual —este concepto es utilizado por Drucker para distinguir el trabajo intelectual del trabajo manual— que la conforma, permitiendo que nuestro país deje algún día de ser solo el maquilador de la tecnología que se produce en otros países.
Referencias bibliográficas
- Calzado Rodríguez, Luis l. (2012) Seminario de Filosofía Crítica de la Empresa. (Presentación), Distrito Federal, México. Centro de Postsgrados del Estado de México.
- Drucker, P. (2008) “la productividad del trabajador de conocimiento: máximo desafío” en Drucker, et al, (2008) Gestión del capital humano, Barcelona: Deusto.
- Fullan, M. y Steigelbauer, S. (1997) El cambio Educativo (Guía de planeación para maestros). Distrito Federal, México: Trillas.
- Morín, Edgar (1999), Los siete saberes necesarios para la educación del futuro, París, Francia: UNESCO.