La serie House of Cards de NetFlix narra la vida diaria del congresista de los EEUU Frank Underwood (encarnado por un siempre efectivo Kevin Spacey).
Aunque se trata de una historia ficticia, la popularidad que ha cobrado el personaje nos revela que calza muy bien con la época que vivimos, más que nunca concentrada en cómo obtener el éxito.
En las próximas líneas se intenta un análisis de las prácticas de liderazgo ejercidas por este personaje.
1. Traza claramente tus objetivos y desarrolla diversas estrategias para alcanzarlos
Esta es quizá la cualidad que más destaca en Underwood, su enfoque, su concentración plena en lo que debe obtener y en su derroche de recursos creativos para salvar obstáculos. No es que siempre obtenga lo que se propone, pero su preparación y competencias le aseguran éxitos en un 75 u 80% de las ocasiones como mínimo.
2. Procura mantenerte bien informado de tu entorno y de quienes te rodean
En los tiempos que corren la información es un recurso valiosísimo. Underwood sabe que para mantener su posición debe aprovechar toda oportunidad que favorezca sus planes y los de sus aliados.
3. Mantente siempre dispuesto a negociar
Para ello debes conocer a tu contraparte. Indaga sobre sus necesidades y debilidades. Igualmente, debes saber cuáles de tus recursos puedes sacrificar o compartir para lograr un acuerdo mutuamente satisfactorio o cuando menos interesante.
4. Haz sentir bien a la gente que te rodea o que te puede ser útil
No vaciles en reconfortar a otros si crees que lo necesitan. O de darles una reprimenda si con eso recobrarán impulso. Además, hay que ser agradecido y en ocasiones dadivoso. Ser generoso con otros hace más fácil obtener su colaboración cuando sea necesario.
5. Rodéate de un buen equipo
Un líder tiene la calidad o medida del equipo que ha reclutado. Para obtener grandes resultados debes poder contar con gente altamente competente.
6. Toma los resultados adversos como oportunidades de aprendizaje
Analiza tu desempeño ante desenlaces ingratos y busca fortalecer tus debilidades.
Naturalmente, aquí se obvian los defectos de Underwood. Por ejemplo, su desprecio por la ley y la ética, junto con su tendencia a manipular a otros.
Las prácticas antes señaladas, combinadas con un real sentido humanista y ético pueden elevar los resultados de la gestión de un líder o del directivo que aspire a serlo.