Este artículo pretende ser un brevísimo manual, muy práctico, para emprender la difícil tarea de buscar empleo.
Consejos iniciales
Antes de adentrarnos en posibles canales de búsqueda de trabajo, de abordarlos y difundir nuestra candidatura, hay que tener muy presentes algunas consideraciones previas. Cada una de estas recomendaciones puede explicarse y detallarse mucho más, pero este artículo ha de ser breve, así que invitamos al lector a profundizar más en ellas (preguntando al autor o buscando otros artículos en Internet), para estar bien preparados:
– Objetivos claros. No podemos salir al mercado laboral sin un objetivo profesional concreto: una función, puesto o cargo deseado, aunque sea de forma aproximada. El mercado es muy amplio y hemos de discriminar bien lo que queremos. Hay que ‘tirar con bala’ y no ‘disparar una perdigonada’. Esto es muy importante por un doble motivo: no perder tiempo en cosas que no nos interesan realmente (o para las que no estamos preparados) y ser percibidos por el mercado como candidatos con ideas claras (eso de ‘apuntarse a lo que sea’ da imagen de poca seriedad o de desesperación, devaluando mucho nuestra imagen ante los empleadores). Hay que pensar bien qué queremos, saber comunicarlo adecuadamente, antes de ponerse a buscarlo.
– Saber que invertiremos mucho tiempo y sudor: aceptarlo con tranquilidad. La búsqueda de trabajo debe ser considerada un proyecto personal, un trabajo en sí mismo. Buscar empleo resulta una labor muy intensiva y exigente: es un proceso con muchas ineficiencias (el mercado laboral las tiene), hay que estar mentalizado y no desesperarse. Es como sembrar: la tierra sigue marrón mucho tiempo hasta que nacen los primeros brotes verdes y no hay que ponerse nervioso.
– Planificar bien para ahorrar tiempo y esfuerzos. En este proyecto personal, hay que seguir una metodología ordenada (por ejemplo, ir anotando cada contacto que se haga en un cronograma o una hoja Excel), planificar unas etapas y establecer un calendario con objetivos definidos (contactar con tal o cual canal, con tales o cuales empresas, con esta o aquella persona, etc.). No se deben quemar cartuchos inútilmente y hay que establecer pautas de actuación razonables y eficaces, dando mucho seguimiento a cada tema.
– Crear herramientas de comunicación muy cuidadas. El CV, la carta de presentación o de agradecimiento, la planificación de las entrevistas, la preparación de respuestas coherentes a preguntas incómodas, deben ser cuidadosamente estructuradas.
Tras estos consejos iniciales, podemos pasar a describir los principales canales de búsqueda de empleo.
Canales de búsqueda de empleo
Para ello, habrá que distinguir entre mercado visible (ofertas explícitas de empleo que salen a la luz) y mercado oculto (ofertas no anunciadas).
Aproximadamente un 40 % de ofertas son visibles y nada menos que un 60 % están ocultas. Un buen profesional buscará tanto en un mercado como en otro.
En los canales reseñados, se cita entre paréntesis el porcentaje aproximado de jóvenes profesionales que suelen obtener trabajo por una u otra vía (diversas fuentes).
Canales de mercado visible:
– Bolsas de trabajo (centros educativos, 7%, Servicios Públicos de Empleo, 4%, bolsas online, 4%).
– Anuncios de prensa en Internet (7%).
– Webs corporativas de empresas (20%).
– Intermediarios de mercado: consultorías de selección que anuncien sus búsquedas (incluidas en anteriores porcentajes).
Todos ellos consumen relativamente poco tiempo (se envía el CV rápidamente por medios telemáticos).
– Oposiciones a organismos públicos (% no disponible).
Canales de mercado oculto:
– Networking, red de contactos. Averiguar dónde están los puestos de trabajo del mercado oculto, por medio de familiares, amigos o conocidos (48%).
No se trata de ‘pedir trabajo’ a nuestros contactos (eso violenta a la gente: los familiares, amigos y conocidos ya nos dirán si tienen alguna vacante disponible, sin necesidad de ser forzados a ello) sino buscar en ellos ‘información y consejo’: a quién dirigirse, dónde pueden crearse oportunidades de empleo, qué sectores o empresas demandan candidatos, etc. Esto da mucho trabajo pero ofrece muchas oportunidades no evidentes y con mucha menos competencia: estadísticamente, 30 – 40 contactos de nuestro entorno pueden llegar a producir 2 – 3 ofertas reales.
– Cazatalentos o head hunters, que buscan candidatos que encajen en ofertas que no aparecen públicamente (5%).
– Otros: creando una empresa, haciendo prácticas previas en una compañía, etc. (5%)
Como se aprecia, los canales de búsqueda son variados y heterogéneos: por ello, la estrategia de prospección debe ser, como se ha dicho, muy bien planificada.