Felicito siempre, y va por ello mi mejor ayuda porque facilita el trabajo, a aquellas personas que siempre están pensando en la mejora diaria, dispuestos a siempre escuchar, investigar y profundizar lo que se les dice, aplicar y comprobar lo que recibieron, así como profundizarlo e investigarlo, y finalmente que interesante es, escuchar el vivo testimonio de los logros alcanzados, hablar con autoridad y sobre todo animar a otros a seguir por ese sendero del se aprende haciendo.
Precisamente hace unos días atrás me encontraba reunido con un grupo de profesores de educación básica y entre ellos la plana directiva y administrativa de una reconocida institución educativa. Conversaban aquella tarde y atento estaba yo para captar la necesidad y dar mi cuota de aporte si fuera necesario. Mencionaron que, “Necesitamos en educación un pensamiento de relación con cambios en la forma de concebir e interpretar la realidad; buscando el reemplazo de la visión reduccionista del pensamiento clásico, por una visión de relación, amplia y estratégica “.
Como conocedor del tema en gestión y preocupado por una mejor gestión de la educación, estaba frente a la necesidad de un nuevo enfoque paradigmático que nos brinde herramientas útiles para intervenir en la realidad, y nos ayude a planificar los cambios que las organizaciones modernas necesitan para una adaptación a los nuevos requerimientos del entorno.
Era evidente que la necesidad, era tocar el amplio campo del Pensamiento Sistémico y es aquí donde quiero aportar y dar a conocer los lineamientos y principios básicos de este enfoque. Y a partir de esto cambiar nuestra forma de trabajo y resolución de problemas, con una visión holística relacional que este pensamiento exige.
Pero ¿qué es realmente el pensamiento sistémico? La respuesta la dio en principio su creador, el gran Ludwig Von Bertalanffy con su famosa Teoría de Sistemas. Postuló que todo sistema vivo es un sistema abierto, que intercambia obligatoriamente energía, materia e información con su medio ambiente para poder sobrevivir.
La organización moderna, no está ajena a esta, la institución educativa por cierto como una de estas, debe adaptarse al mercado y estar en constante transformación, siendo vital, el relacionarse adecuadamente con otras organizaciones y de este modo seguir funcionando. Considero que muchas fallas hay en este aspecto.
La escuela es un sistema abierto mas no cerrado. Aunque el comportamiento de algunas pareciera ser lo contrario.
Todo pensamiento sistémico presenta tres metas básicas: Primero, el Enfoque Holístico (totalizador- integrador – dinámico en nuestra gestión), donde los hechos, sucesos o fenómenos observables, no deben descomponerse en partes, sino que deben estudiarse en su totalidad misma. Segundo, hay que aprender leyes o propiedades generales válidas de este pensamiento. Algunas analizaré a continuación. Y tercero, debe haber una intervención interdisciplinaria con un uso común y general de la terminología. Dentro de este último, mi sola opinión no es suficiente, necesito resolver el problema con el enfoque de otros, que con sus opiniones conoceremos con certeza, la causa u origen, así como las soluciones más adecuadas.
Bajo el pensamiento Holístico relacional que es la esencia del pensamiento sistémico, exige estudiar a la institución educativa no como un todo aislado, sino como un todo mayor, integrado a un entorno. Todo, entero e indivisible es nuestra escuela. Hay que hacer un análisis integral para resolver sus problemas. Las partes no son representantes del todo, pero si afectan al todo. Cambiemos el enfoque funcional de hacer las cosas, busquemos perspectiva de procesos, esto finalmente repercutirá en la calidad total de los resultados.
En resumen, 3 postulados básicos que hay que cumplir: Enfoque holístico- totalizador, entender y aplicar leyes generales de un sistema abierto y pensamiento holístico –relacional.
Muchos defienden su área, defienden sus tareas y funciones; dejan de lado la realidad total. No digo que está mal defender lo suyo y hacerlo bien. El problema está que esto no nos permite ver al resto, a los demás. No entendemos que somos parte de un todo. ¿No será por esto que el resultado o producto final al ser evaluado, arroja resultados favorables en ciertos aspectos pero mal en otros?
El enfoque actual exige que todo esté bien, todo marche bien, todo se armonice y se coordine hacia el fin común primero, luego vienen los fines particulares.
Para entender el funcionamiento de un sistema, debemos revisar algunas reglas o principios que ayudarán al mejor desempeño. Tratemos algunos.
Principio de la Sinergia, que nos dice que la suma del esfuerzo de todos es mucho más productiva que la suma de las tareas individuales. Lo que pasa es que no lo entendemos porque no hay cultura de la unidad de dirección, no hay quien oriente y aliente. No hemos gozado aún este resultado porque ni siquiera uno mismo se entiende.
Principio de la Homeostasia, bajo el cual todo sistema tiene la posibilidad de equilibrarse. Es fundamental que se busque ese equilibrio con aporte de todos, bajo la cultura de todos para uno y uno para todos. Como va a ser posible si cada uno busca la conveniencia propia.
Principio de la Entropía. Donde todo sistema tiene la tendencia a desgastarse, destruirse. Recurramos a la Entropía Negativa siendo conscientes primero, que todo sistema no dura para siempre, pero lo que si podemos es retardar esa verdad, ese final. Hay que activar nuestro sistema de defensas naturales como la comunicación, el trabajo en equipo, la retroalimentación positiva, la organicidad de todos los recursos, el liderazgo transformador. En fin, todo lo bueno que nos permita mantenernos bien y pasarla bien, condición básica del crecimiento y luego desarrollo. Por cierto, de nada sirve el crecimiento sino trae desarrollo.
La Equifinalidad, que nos permite orientarnos todos hacia un fin único, remar en un mismo sentido para llegar al objetivo compartido. Eso es, visión compartida.
Los sistemas crean Límites o Barreras. Entienden que hay supra sistemas o sistemas mayores y subsistemas o sistemas menores. Por ende, es necesario definir la esfera de acción del sistema, así como su grado de apertura y receptividad de los insumos. Todo esto en relación con el ambiente. Actuar con estrategia le llamo: Objetivo claro, mirada afuera, mira adentro. Así es el camino de la estrategia.
Finalmente tener presente que todo análisis empieza con la experiencia del todo. Las partes y las interrelaciones deben evolucionar para adaptarse mejor al propósito del todo.
Démosle una nueva mirada a la educación, esa nueva mirada con perspectiva sistémica: del todo sobre el uno y del uno para todos, apertura con control, armonía entre todos, los problemas se resuelven corrigiendo las causas y estas se identifican con aporte de todos. Entender que hay principios que cumplir y que son el principio de todo.