«El liderazgo es la capacidad de transformar la visión en realidad».
Warren Bennis
En el mundo actual y desde los tiempos remotos hemos conocido personas que ejercen influencia sobre otros con una naturalidad que se puede llegar a pensar que nacieron para ser líderes. El concepto de liderazgo ha sido definido por una serie de autores. Algunos se asemejan, pero otros mantienen diferentes puntos de vista, como es el caso de la interrogante de si se nace siendo líder o si este se hace. El siguiente ensayo está basado en la lectura y estudio de diferentes escritos como “La paradoja, de Hunter”, “Sobre liderazgo de John Gardner”, entre otros. En el mismo presentaré además, mi propia postura sobre la temática.
Primero debemos definir lo que es liderazgo. Esto no más que un conjunto de destrezas y habilidades que tiene una persona para guiar a otras e influenciarlas para que trabajen con dedicación y entusiasmo, con la intención de lograr sus objetivos. En este sentido John Gardner, en Sobre liderazgo plantea que «El liderazgo es el proceso de persuasión o de ejemplo por medio del que un individuo induce a un grupo a alcanzar objetivos planteados por el líder o compartidos por el líder y sus seguidores».
Si el lider nace o se hace ha sido un planteamiento discutido por muchos autores y cada uno mantiene su postura al respecto. En este sentido, Vince Lombardi, ex entrenador de futbol americano considera que “Los líderes no nacen, se hacen. Y se hacen de la misma manera que todo lo demás: a través del trabajo duro” Dicho de otro modo, muchas personas tienen el don para comunicarse, relacionarse, guiar y convencer a otros desde la infancia; esas cualidades se van desarrollando a traves del accionar diario, el convivir con los demás y según el trabajo o posicion que le corresponda desarrollar en la vida; ya que aunque se tengan esas características, el líder debe elegir si quiere serlo, debe sentir pasión por lo que hace y tener muy buenas relaciones humanas. En cuanto a la postura que si se nace siendo lider considero que un bebé al momento de nacer no tiene idea de lo que le tocará vivir y tampoco sabe qué papel deberá desempeñar en su vida futura.
En otro aspecto, cuando se habla de estilo de liderazgo salen a relucir dos factores; el poder y la autoridad. El primero obliga a que el subordinado haga lo que se le pide aún en contra de su voluntad. Por otra parte, el segundo factor consigue que la persona haga voluntariamente lo que el líder quiera, pues ejerce sobre la persona una influencia personal.
Por otra parte, muchas personas confunden lo que es liderazgo con dirigente, ya que consideran que toda aquella persona que tiene carisma y seguidores es un líder. No necesariamente esto es liderazgo, pues este concepto va más allá. Para John Kotter “El liderazgo no es más que la actividad o proceso de influenciar a la gente para que se empeñe voluntariamente en el logro de los objetivos del grupo, entendiendo por grupo un sector de la organización con intereses afines”. Es decir, es el proceso de guiar a otros para que hagan cosas con la finalidad de alcanzar la meta que se desea llegar. El líder no tiene que decir que lo es, pues eso se reconoce por todos en la actuación y comportamiento del mismo. Además, este debe entrenar a sus seguidores para perseguir la visión de la institución o empresa en que labora para que aún y él esté ausente, el trabajo se lleve a cabo con eficacia y eficiencia.
Hunter en su relato muestra diversos estilos de liderazgo y nos incita a ejercer autoridad, no poder. Además compara el antiguo y nuevo paradigma. Me gustó la parte de la Paradoja que dice:“—Por supuesto, puede que tengamos que cambiar algunos de nuestros antiguos paradigmas de cara al próximo milenio. Igual que la niña del ejemplo, puede que estemos acarreando un equipaje anticuado y unos paradigmas de organización inapropiados para un mundo nuevo y siempre cambiante” (pag. 23). Esto quiere decir que si todo cambia, las personas debemos cambiar y la forma de ejercer el liderazgo, no es la excepción. Debemos desprendernos del antiguo paradigma y revestirnos del nuevo, en el cual se contemple la vocación de servicio.
Diversos autores han clasificado el liderazgo en varios tipos, como por ejemplo: Autocrático, democrático, natural, transaccional, carismático, entre otros. Considero que estos tipos se ejercen dependiendo de la institución, trabajo o situación.
Cabe destacar que hay quienes asocian el liderazgo al temperamento de la persona, por ejemplo Winston Churchill, Napoleón Bonaparte y Mahatma Gandhi han sido grandes líderes. Al igual que la Madre Teresa de Calcuta, Abraham Lincoln y Charles De Gaulle, aunque estos hayan sido reconocidos con diferentes temperamentos. De tal manera, que se puede inferir, que el liderazgo no se trata solo del temperamento de la persona, sino más bien de su carácter, de su integridad y credibilidad. Estos personajes son identificados como buenos líderes; ya que lo importante es que tengan un mensaje digno de recordar. Por su forma de comunicarse, la gente lo escuche, de tal manera que deje huellas en el corazón de las personas, independientemente de su temperamento. Además debe tener la capacidad de tomar decisiones, aún en situaciones difíciles. En definitiva las personas se convierten en líderes por la forma en que actúan ante las circunstancias. Estos según las decisiones que tomen, pueden construir o destruir.
Los educadores de hoy día debemos tratar de ser líderes pedagógicos. Que los alumnos sean nuestros principales seguidores, que lo hagamos con ejemplo, que marquemos la diferencia y que en un futuro, estos sean personas capaces de servir y colaborar en el cambio de paradigmas, pues estos son el futuro de nuestra sociedad. En fin, concluyo con la idea de que el líder se va desarrollando día a día. Que puede ser mejor si así lo decide. Quedo convencida que me gustaría ser una buena líder; ya que quien lo es, no forza a que le sigan, sino que predica con el ejemplo y tiene el carisma para convencer y lo demuestra a través del trabajo diario y la convivencia con los demás.