La creatividad desde la psicología organizacional

Escuchamos por estos días, crisis financiera mediante, que uno de nuestros principales recursos a utilizar para salir del pozo es la creatividad.

Empresarios, economistas y comerciantes se ponen de acuerdo en situar a esta competencia casi como el factor superador de esta crisis.

Desde mi perspectiva como psicólogo organizacional insisto desde hace mucho tiempo con la necesidad de fomentar en todos los colaboradores que forman parte de una compañía la generación de propuestas capaces de lograr metodologías y productos innovadores. Sin embargo, la pregunta que se impone es la de si todas las personas cuentan, verdaderamente, con material disponible para idear cosas diferentes a las ya realizadas.

Y la respuesta es unívoca: Sí. Absolutamente todos poseemos recursos simbólicos tales que permiten la producción de nuevos pensamientos. Es cierto también que no en todos se encuentra el mismo bagaje. En algunos casos es más nutrido que en otros, pero esto no implica la ejecución de un acto creativo sino en todo caso la potencia de realizarlo.

Y es aquí en donde estriba el nudo de esta cuestión. ¿Por qué, si cualquiera es creativo solo algunos se destacan en este terreno?. ¿Por qué a pesar de que muchas organizaciones instan a su personal a la mejora continua, encuentran sólo en ciertos colaboradores una respuesta eficaz ante este pedido?.

El reto es acercar una explicación a esto, para luego proponer un principio de solución.

1. Siguiendo las hipótesis del doble hemisferio cerebral, con características diferenciadas entre los mismos, le otorgaremos la responsabilidad de las emociones al derecho y la de la razón al izquierdo. Consecuentemente, sería el primero de ellos el que cuenta con las condiciones necesarias para la generación de ideas, en tanto posee las características de síntesis y globalización. Entonces, desde una visión anátomo-funcional de nuestro cerebro, se dice que si tenemos un hemisferio derecho, integrado con su vecino, potencialmente podremos generar ideas.

2. Si nos inclinamos por la lectura psicoanalítica del problema, no forzaremos las cosas si pensamos en que, por tener un inconciente estructurado como un lenguaje al decir de Lacan, nos habita un conocimiento anárquico y extraño, pero no por ello sin contenido. Por el contrario, el registro de lo simbólico (palabras) pulula de materiales dignos de alimentar a nuestra conciencia y traducirse en mejoras creativas.

Conclusión preliminar: desde cualquier escuela teórica podremos establecer con seguridad que todos tenemos la posibilidad cierta de ser creativos.

Volviendo al inicio

Responde esta encuesta sobre consumo de redes sociales. Nos ayudará a brindarte mejor información.

¿Usas sitios de redes sociales para encontrar información académica o laboral?*

¿Usas sitios de redes sociales para encontrar información académica o laboral?*

¿Qué sitios de redes sociales utilizas para investigación académica o laboral*

¿Qué sitios de redes sociales utilizas para investigación académica o laboral*

Puedes seleccionar las opciones que quieras.

Que tipo de dispositivo usas al utilizar redes sociales*

Que tipo de dispositivo usas al utilizar redes sociales*

¿Cuántas cuentas de redes sociales tienes?*

¿Cuántas cuentas de redes sociales tienes?*

¿Cuántas horas a la semana le dedicas a las redes sociales?*

¿Cuántas horas a la semana le dedicas a las redes sociales?*

El motivo por el cual no hallamos ideas nuevas en todas las personas puede ser explicado por distintas vías, de tal forma, empecemos:

a. A cada hemisferio podemos hacerlo cargo de determinados bloqueos que conspiran contra la creatividad. Solo por mencionar los principales, citaremos entre los emocionales (derecho) al temor a fracasar y dentro de los racionales (izquierdo) al hecho de no aceptar ambigüedades.

b. Según el psicoanálisis, el inconciente no siempre eyecta lo que contiene de manera franca. Las más de las veces lo hace por medio de transliteraciones que deforman, sustituyen, desfiguran o directamente eliminan su representación. Así las cosas, se hace necesario sortear el imperio de la censura que ejerce la conciencia sobre aquel.

Entonces, la respuesta a nuestra pregunta la encontramos, de cualquier manera en la presencia de las críticas. Son estas una de las principales causas por las cuales no es dable encontrar con facilidad sujetos en quienes la creatividad fluya.

En todos opera una instancia (llámese hemisferio derecho o superyo) cuya principal función es juzgar(nos). De ahí se sigue el casi inexplicable miedo constante a fracasar, al error o al qué dirán si pienso que algo puede ser blanco y negro a la vez, o crisis y oportunidad simultáneamente.

Las empresas, ávidas de lograr innovaciones a partir de las sugerencias de sus empleados; los empresarios que desean sortear esta coyuntura global y los economistas, prestos a otorgar salidas deben estar advertidos que están luchando con dos oponentes de cuantía. El primero, constituido por nuestros bloqueos personales. Y el segundo, compuesto por la mirada enjuiciadora de los demás, que se ampara en otra más despiadada aún: la propia.

Entonces, la forma de sortear este vidrioso camino será balizada por la luz de nuestro deseo, que solo conoce la responsabilidad derivada de los actos que ejecutamos, y que no se deja vencer por el ojo lapidario de su(s) principal(es) censor(es).

Al empresario le sugerimos insistir siempre una vez más a su trabajador, creando las condiciones propicias para que las ideas conozcan un territorio amable en el cual posarse. Los sistemas de incentivos; la formación de equipos de proyecto; una estructura de liderazgo que busque el desarrollo del personal son algunos de los ejes a utilizar.

Al empleado: que no abandone. Que no se deje guiar por la tentación de la inercia y la comodidad del para qué, porque la única manera de cambiar un estado de cosas que genera malestar está en uno mismo. Si uno confía en sus potencialidades podrá traducir en acto su valor agregado personal.

Y a los economistas, no olviden que su ciencia es social y que es preciso darle a las emociones el lugar que de suyo le corresponden. Y que el mejor análisis (competencia del hemisferio derecho) conlleva como condición sine qua non, una síntesis (función del hemisferio derecho) equivalente.

Cita esta página

Giorgi Gustavo. (2009, febrero 3). La creatividad desde la psicología organizacional. Recuperado de https://www.gestiopolis.com/la-creatividad-desde-la-psicologia-organizacional/
Giorgi Gustavo. "La creatividad desde la psicología organizacional". gestiopolis. 3 febrero 2009. Web. <https://www.gestiopolis.com/la-creatividad-desde-la-psicologia-organizacional/>.
Giorgi Gustavo. "La creatividad desde la psicología organizacional". gestiopolis. febrero 3, 2009. Consultado el . https://www.gestiopolis.com/la-creatividad-desde-la-psicologia-organizacional/.
Giorgi Gustavo. La creatividad desde la psicología organizacional [en línea]. <https://www.gestiopolis.com/la-creatividad-desde-la-psicologia-organizacional/> [Citado el ].
Copiar

Escrito por:

Imagen del encabezado cortesía de namoscato en Flickr