Alguna vez escuché la siguiente idea: “la gente exitosa hace las cosas regularmente, y la gente no exitosa, hace las cosas ocasionalmente”. Y es totalmente cierto, el éxito no depende sólo de las cosas que haces, si no de la frecuencia y la perseverancia con la que las haces. Así que, si no estás obteniendo los resultados que deseas en alguna área de tu vida -salud, relaciones, carrera, familia o finanzas- puede ser que estés haciendo lo correcto, pero no con la consistencia que te permitirá lograr una diferencia.
Escribiendo tu currículum de vida
Cuando tratamos de lograr un cambio en nuestra vida debemos pensar a largo plazo; nada valioso se logra sin un esfuerzo continuo. Generalmente intentamos las cosas un par de veces y después desistimos porque las nuevas estrategias -una nueva dieta, una nueva rutina de ejercicio, una nueva manera de organizar los pendientes- no nos “funcionaron”. Los cambios son procesos que llevan tiempo y repetición, si realmente quieres desarrollar un nuevo comportamiento o crear un nuevo hábito necesitas comprometerte a hacerlo por lo menos 3 meses (porque se necesitan 21 días seguidos de repetición y más o menos se logran en ese tiempo), y es hasta entonces que podrás comenzar a ver los resultados y decidir si está funcionando o no. Después de este periodo puedes estrechar tus metas hasta 6 meses o 1 año.
Cuando elaboras tu currículum profesional se recomienda no incluir los proyectos, trabajos o esfuerzos que hayan abarcado un periodo menor a un año. ¿Por qué? Porque habla mucho de tu formalidad y compromiso. De la misma manera al proponerte cualquier proyecto, lo que más va a sumar a tu sentido del logro es lo que puedas sostener por periodos de 1 año; no es lo mismo decir: “llevo algunos meses sin fumar” a decir “cumplí 1 año de dejar el vicio”; «llevo unos meses haciendo ejercicio” a “llevo 1 año nadando 2 veces por semana».
El poder de 1 año es enorme. Realmente te hace sentir diferente y es un buen indicador del éxito a nivel personal y profesional. No sólo influye en la percepción de la gente que te rodea; su influencia trasciende en tu identidad y en tu auto-concepto generando un fuerte efecto en tu confianza y en el sentido de competencia que te permitirá perseguir retos cada vez mayores.
Formas de fortalecer la auto-disciplina
Fortalecer tu auto- disciplina te brindará el poder de transformar tu vida al permitirte concentrar tu energía y tu atención en las cosas que realmente son importantes para el desarrollo de tu potencial y para tu realización personal. Puedes hacerlo de 3 formas:
- Con perseverancia: Al aplicar un esfuerzo recurrente, el número de veces que sea necesario hasta lograr los resultados que buscamos. Los atletas y los músicos son claro ejemplo de esta cualidad.
- Desarrollando la habilidad de resistir distracciones y tentaciones: piensa que las pruebas pequeñas -como resistir un antojo o leer en vez de ver T.V-, hasta las pruebas más grandes -como correr un maratón, o terminar un curso- te ayudarán a templar tu fuerza de voluntad para los mayores retos que afrontarás en tu vida.
- No rindiéndote: A pesar de no ver los resultados pronto, a pesar de los fracasos y los retrocesos, la capacidad de volver a ponerse en pie y de conservar la presencia de espiritú es crucial para construir el éxito.
En su libro “El poder de la disciplina” Brian Tracy traduce el principio de la disciplina como “hacer lo que se tiene que hacer, cuando se tiene que hacer, independientemente de que se quiera o no hacer”. A corto plazo el desarrollo de la auto-disciplina puede generarnos resistencia e incomodidad y hasta un poco de ansiedad (es normal cuando se sale de una zona de confort y se busca el crecimiento); pero a largo plazo nada se comparará con el orgullo y la felicidad que se alcanzan al cumplir las metas que te propusiste. Después de todo ¿Con qué prefieres lidiar kilos de disciplina o toneladas de arrepentimiento?
Fuentes:
- AThe power of Discipline autor Brian Tracy.
- Will Power and Self-Discipline autor Remez Sasson.