garantizar una dirección efectiva. Comienza a analizar un nuevo campo de trabajo con el objetivo de diseñar un
programa de desarrollo de habilidades interpersonales que el directivo tiene que aplicar en todas las esferas en
que desarrolla su actuación.
Para ello enumera diez habilidades principales que deben poseer los cuadros cubanos, la segunda de ellas se
refiere a las comunicaciones interpersonales. En su decir “…en cualquier actividad seleccionada y bajo el
enfoque que se analice (funcional, roles, u otros), el trabajo del directivo transcurre en un proceso constante de
recepción y transmisión de información, lo que supone una relación permanente de comunicación”.
Más adelante refiere: “En su comunicación “hacia fuera” de la organización, el directivo establece un puente
entre su entidad y el entorno, establece relaciones, facilita procesos, recibe retroalimentación sobre la
percepción que existe del trabajo de su entidad, identifica oportunidades que puede aprovechar, y amenazas
para las que deberá prepararse. En fin, recibe un conjunto de informaciones que le permiten establecer
estrategias, modificar decisiones, identificar nuevos cursos de acción. En su comunicación “hacia dentro”,
actualiza a sus integrantes sobre nuevas situaciones y enfoques, imparte instrucciones, identifica
preocupaciones de la gente, motiva y ejerce influencia, controla la interpretación y ejecución de sus decisiones,
educa al personal en los valores y a la cultura que dan coherencia al colectivo, entre otras cosas”.
En el enfoque psicológico se prioriza al receptor como filtro conceptual, es decir, como el conjunto de actitudes,
conocimientos y percepciones que tiene el receptor y cómo procesan la información recibida por lo que tiende a
disminuir las funciones de comunicación. Al analizar este enfoque Trelles (2002) plantea que este abordaje
presenta mayores puntos de contacto con nuestra realidad y nuestras concepciones humanistas, pero adolece de
insuficiente profundización en el enfoque integrador del colectivo como un todo, cuyo producto último es
resultado del trabajo común, experiencia desarrollada exitosamente en las últimas cuatro décadas en Cuba que
de hecho constituye una importante fortaleza de nuestros recursos humanos.
La autora anteriormente citada al analizar el enfoque sistémico plantea que la comunicación asume un rol
protagónico, su enfoque es sinérgico y generalmente la dirección de esta área está estrechamente vinculada a la
máxima dirección de la entidad: se logra un equilibrado uso tanto de canales formales como informales;
balance en la producción de mensajes es de todo tipo, tanto vinculados a tareas como a aspectos humanos,
flujos de comunicación descendente, ascendente, horizontal y transversal, donde todos los eslabones están
interrelacionados entre sí, y se garantiza la retroalimentación… Y agrega, La organización funciona como un
subsistema, parte de un conjunto mayor que constituye la sociedad en general y con los que se encuentra
relacionada dialécticamente ( …) este modo de concebir la organización y la comunicación dentro de ella, se
acerca más a nuestra realidad, pero resulta incompleto, pues no se tiene en cuenta con la fuerza necesaria la
dimensión cultural presente en todo proceso comunicativo. Resulta muy lógico su análisis si se tiene en cuenta
que la comunicación facilita el proceso de construcción social de la identidad.