Historia del Euro

Historia del Euro

INTRODUCCIÓN

El EURO es una de las monedas mas importante del mundo, creada para una cultura abierta al cambio y con el fin de lograr la unión entre distintos países buscando el beneficio social; es por ello que mediante la presente información lograremos dar conocer más en profundidad el entorno en el que se desarrolla dicha moneda y la influencia que tiene sobre las personas y la economía mundial.

También es importante resaltar que el que el cambio de moneda en la zona Europea es demasiado reciente; entonces encontraremos deficiencias o desaciertos logísticos que se han ido presentando en su salida al mercado, por eso es esencial el conocimiento especifico sobre esta moneda que es más actual en el mercado.

OBJETIVOS

  • Conocer el euro como moneda, donde, como y quien lo creo, y cual es el impacto socio-económico que representa.
  • Adquirir conocimiento sobre los países que tomaron el euro como moneda y cuales requisitos debían cumplir.
  • Distinguir los diferentes billetes y monedas de euros que salieron al mercado y como sucedió ese cambio de moneda.

HISTORIA

La semilla del euro comienza a germinar en una pequeña celda de prisión en la Isla de Ventotene, en el invierno de 1941. En esa pequeña isla, situada frente a la línea costera que se forma entre Roma y Nápoles, estaba recluido Altiero Spinelli, quien había sido arrestado 14 años antes –a la edad de 20 años- por haber participado en un movimiento clandestino formado para derrocar al gobierno fascista de Benito Mussolini.

Los largos años de encarcelamiento ofrecieron a Spinelli la oportunidad de meditar que la tragedia en que se encontraba inmersa Europa, se originaba en la competencia nacionalista que se había cultivado a lo largo del continente. El camino para dejar atrás la tragedia, por lo tanto, no podía encontrarse dentro de los estrechos límites de cada país, sino en el más amplio escenario de una Europa unida. Con esa idea en mente, junto a dos compañeros de prisión, en 1941 redactó el Manifiesto de Ventotene, el cual empieza con la siguiente frase:

‘La línea que divide a los partidos reaccionarios de los partidos progresistas, ya no coincide con las líneas tradicionales de la democracia o del socialismo, sino que la división se produce entre los que luchan por la conquista del poder político en sus naciones… y los que luchan por crear un sólido y unido estado europeo.’

Spinelli sería liberado de su prisión cuando Mussolini fue depuesto temporalmente del poder en 1943. Una vez libre, inició una larga lucha política dirigida en contra de la existencia de las naciones-estados dentro de Europa.

La lucha de Spinelli y del Movimiento Federalista Europeo que el mismo creó, encontró una abierta oposición en todos los partidos políticos, llevaran o no un membrete liberal, socialista, conservador o demócrata. Parecería que a lo largo y ancho del mundo es habitual que los intereses de los partidos políticos estén en abierta confrontación con los intereses de la mayoría de la gente.

Para luchar contra la cerrada oposición de los gobiernos y de los partidos políticos, Spinelli tenía la ventaja de poseer una personalidad paciente, audaz e inquebrantable. Por más de tres décadas insistió en solicitar directamente al pueblo europeo que se pronuncie a favor o en contra de la unificación europea. Bajo esa consigna, la presión ciudadana obligó a que la posibilidad de unificar Europa sea puesta en debate en casi todas las sesiones del Parlamento Europeo, entre 1976 y el 14 de febrero de 1984. Ese día -probablemente el más importante en la vida de Spinelli- el Parlamento tendría que pronunciarse a favor o en contra del ‘Tratado de la Unión Europea’, documento redactado por el propio Altiero Spinelli.

El Tratado fue aprobado casi por unanimidad. Su discurso de agradecimiento terminaba con estas palabras:

‘Habiendo alcanzado el fin de un capítulo y el comienzo de un nuevo capítulo que deberá ser completado por otros, y reflexionando en el trabajo de toda mi vida, debo decir que he sido el enfermero que ha ayudado a que el Parlamento de a luz esta criatura. Ahora tenemos que ayudarla a vivir.’

Pero el octogenario Spinelli no sobrevivió mucho tiempo a la criatura. El 23 de mayo de 1986 fallecía en Roma. Y la criatura tampoco habría sobrevivido a su progenitor, sino hubiera sido por un inesperado evento que sacudió al mundo y a Europa.

Después de la aprobación del borrador del Tratado efectuada por el Parlamento Europeo, los diversos gobiernos y partidos políticos nacionalistas, comenzaron a bloquear o boicotear las actividades necesarias para oficializar y ejecutar el Tratado. En su lugar se impuso un documento que, bajo el nombre de Acta Única, reducía la unión económica a una promesa protocolaria que podía diluirse en una serie de reuniones intrascendentes y turísticas, al estilo de las que hasta el día de hoy predominan en Latinoamérica.

Sin embargo, en 1989 sucedió un evento que nadie esperaba, pero que estremeció los cimientos mismos del viejo continente: el bloque socialista y comunista de Europa del Este comenzó a hundirse.

El colapso alcanzó a Polonia, Alemania Oriental, Hungría, Rumania, Bulgaria, Checoslovaquia, Yugoslavia y, después, a todas las repúblicas de la ex Unión Soviética. Junto con la economía comunista, también se hundieron el Muro de Berlín y la Cortina de Hierro. Y sin esas barreras se abrió el paso a los ríos de gente –sobre todo la que había nacido detrás del muro hace menos de 40 años- que amenazaban con inundar Europa. Esa amenaza estaba justificaba por los largos años en que el Occidente había acusado al Este de mantener aprisionada a la gente. Si el Este ya los dejaba salir, la moral dictaminaba que el Occidente los debía dejar entrar.

El dictamen era especialmente válido para las dos Alemanias entre las cuales ni siquiera se interponía la barrera del idioma. Además, la Alemania del Oeste siempre había expresado que existía una sola Alemania, así que no podría usar el arbitrio de detener en la frontera a los ciudadanos Alemania del Este. Por otro lado, no era posible detener la euforia del reencuentro entre parientes y conciudadanos ni tampoco negar que, a pesar de las décadas de aislamiento, seguía existiendo una sola nación.

Así, parecían reprisarse en reversa los eventos ocurridos al fin de la Segunda Guerra Mundial, cuando la parte occidental fue dividida en tres zonas ocupadas por tres distintos ejércitos. En esa ocasión y sin realizar ninguna consulta política, el Banco Central Alemán -el Bundesbank- dictaminó que el Marco circule como dinero oficial en las tres zonas. Así, aglutinadas por una sola moneda, las tres zonas casi de manera automática comenzaron a ser parte de un solo país: la Alemania Federal.

Esos eventos seguramente fueron recordados por Helmut Khol, Canciller de Alemania Federal, cuando la tarde del 6 de febrero de 1990 –bajo la intensa presión de los alemanes del este por ingresar masivamente al Oeste- anunció que, a partir de ese día, el occidente y el oriente de Alemania compartirían la misma moneda. El conocimiento histórico del Canciller Khol rindió sus frutos: sin conflictos y aún antes de que exista un decreto oficial, las dos alemanias se convirtieron en un solo país.

La inesperada reunificación convirtió a Alemania en la nación más poderosa de Europa, al incluir a la Alemania Oriental que por sí sola constituía la novena potencia económica del mundo. El marco alemán pasaba a ser para Europa lo que el dólar era para América. El Bundesbank podría controlar en Europa, la inflación, las tasas de interés y los tipos de cambio, tal como el Fed controla esas variables en Norteamérica.

Así, para las dos partes –Alemania por un lado y el resto de países europeos por el otro- la unidad súbitamente dejaba de ser un formal compromiso protocolario, para convertirse en una herramienta de sobrevivencia en un mundo globalizado. Antes de que termine 1991, los gobiernos del continente se reunían en Maastricht, ubicada junto al río Mosa en Holanda, para analizar la necesidad de adoptar una moneda común y un solo Banco Central para toda Europa: el Banco Central Europeo que, desde luego, tendría su casa matriz en Frankfurt, el corazón financiero del continente.

El Tratado de Maastricht recoge las condiciones que debían cumplir los países europeos para ingresar a la Unión y que se resumen en: un déficit fiscal que no exceda el 3 por ciento del PIB; una deuda estatal que no exceda el 60 por ciento del PIB; una moneda nacional que no se haya devaluado en los últimos dos años; y, una tasa de inflación que no exceda 1.5 puntos por sobre la tasa media de los tres países con la inflación más baja. Las condiciones del Tratado tenían que cumplirse –como en efecto se cumplieron- antes de que finalice el Siglo XX.

Los posteriores eventos son bastante conocidos: el 1 de enero de 1999 se estableció el valor definitivo del euro en términos de la moneda de cada uno de los 12 países participantes; el 1 de enero del 2002 se puso en circulación las monedas y billetes del euro; y, el 1 de julio del 2002, se retiraron del mercado europeo todas las restantes monedas domésticas.

Esta breve historia tiene un final feliz: Europa empieza a transitar el Siglo XXI como un continente férreamente unido; no por un gobierno, ni por un partido político, ni por un trazado territorial, ni por una bandera, sino por una moneda. Por fin habrá paz en la tumba de Altiero Spinelli.

El euro fue lanzado el 1° de enero de 1999 como moneda «electrónica», pero los intentos de crear una moneda única se remontan veinte años. Este gráfico muestra el valor del euro en relación al dólar.

Surgimiento del Sistema Monetario Europeo La crisis económica de los años 70 suscitó los primeros planes para la creación de una moneda única. Se abandonó el sistema de tipo de cambio fijo ligado al dólar. Los líderes europeos acordaron crear un sistema para vincular a todas las monedas europeas. Pero dicho sistema sintió inmediatamente la fuerte presión del dólar y esto causó problemas en las economías europeas más débiles.

CAUSAS

  • Tratado de Maastricht

En 1991 los 15 países miembro de la Unión Europea reunidos en la localidad holandesa de Maastricht, acordaron crear una divisa única como parte de una iniciativa para lograr una unión económica y monetaria. Los criterios de selección para unirse a esta empresa fueron estrictos, entre ellos, objetivos para fijar índices de inflación, tasas de interés y déficit presupuestarios. Se creó el Banco Central Europeo para fijar las tasas de interés. El Reino Unido y Dinamarca decidieron mantenerse al margen de este proyecto.

  • Crisis en el Sistema de Cambio Europeo

El Sistema de Cambio Europeo (establecido en 1979) fue utilizado para mantener estable el valor de las divisas europeas. Sin embargo, el temor de que muchos de los votantes rechazasen el tratado de Maastricht, hizo que los especuladores se concentraran en las divisas más débiles. En septiembre de 1992, el Reino Unido y otros miembros de la Unión Europea se vieron forzados a devaluar. Únicamente el franco francés pudo defenderse con éxito de los especuladores.

  • Crisis asiática

Las turbulencias en los mercados de divisas asiáticos comenzaron en Tailandia en 1997 y se diseminaron por las economías asiáticas más importantes hasta que eventualmente alcanzaron economías tan lejanas como la rusa y la brasileña. Los prestamistas extranjeros retiraron sus fondos por miedo a una catástrofe financiera global y al dólar se vio fortalecido. Muchos de los países de la Unión Europea enfrentaron serias dificultades para reducir su déficit presupuestario y cumplir con los requisitos necesarios para asociarse al euro.

  • Lanzamiento del euro

El euro fue lanzado el 1 de enero de 1999 como una divisa electrónica usada por bancos, casas de cambio, grandes compañías y bolsas de valores. El nuevo Banco Central Europeo, fijó las tasas de interés para toda la «euro-zona». Pero la incertidumbre sobre su política y los desacuerdos entre los distintos gobiernos, debilitaron el valor del euro en los mercados de cambio.

  • Intervención del Banco Central

Después de sólo 20 meses, el euro había perdido casi un 30% de su valor en relación al dólar. Finalmente, el Banco Central Europeo y otros bancos unieron sus fuerzas para respaldarlo. Esto contribuyó en gran medida a frenar la caída del euro, pero aún no ha recuperado su valor. Un euro débil benefició a las exportaciones europeas pero su credibilidad como divisa se redujo, y aumentaron las presiones inflacionarias.

  • Atentados en Nueva York y Washington.

El atentado de Nueva York, destinado a destruir el centro financiero más importante del mundo, fue una prueba dura para los mercados de divisas. La confianza de los mercados se transfirió del dólar a los más seguros francos suizos y, por primera vez, al euro. Los bancos centrales intentaron calmar los mercados y reducir las tasas de interés en todo el mundo. Muchos analistas creen que este momento marcó la madurez del euro como divisa internacional.

La Eurozona

Los diez estados que ingresaron a la UE con la ampliación de mayo de 2004, no han adoptado el euro. Sin embargo, estos países están tomando las medidas necesarias para implementar el euro como moneda nacional, aunque este proceso puede tomar varios años.

Varios países de la zona euro tratan de deshacerse de las monedas de 1 y 2 céntimos, ya que el coste de fabricación es más alto que su valor nominal. La alternativa es implantar el sistema según el cual los precios no se modifican, pero una vez en caja se redondean a 0 y a 5 céntimos para hacer desaparecer las monedas más pequeñas.

Se le llama «Eurozona» (o zona euro) al conjunto de los países que han adoptado la moneda única, más Andorra, Mónaco, San Marino, y el Vaticano, que han decidido usar el euro. Los tres últimos emiten euros propios con su cara nacional, no así Andorra.

Montenegro y Kosovo en la antigua Yugoslavia, países que usaban los marcos alemanes como moneda, también han adoptado el euro, pero al contrario que los otros países, no han suscrito arreglos legales con la Unión Europea. El franco CFA, que tenía un tipo de cambio fijo respecto al franco francés, lo tiene ahora respecto al euro. Lo mismo ocurre con el escudo de Cabo Verde, ligado al escudo portugués.

El euro es administrado por el Sistema Europeo de Bancos Centrales (SEBC), compuesto por el Banco Central Europeo (BCE) y los bancos nacionales de los países miembros de la zona euro. El Banco Central, situado en Frankfort, Alemania, es el único con autoridad para desarrollar la política monetaria.

Banco Central Europeo


El BCE se constituye el 1 de junio de 1998.

El 2 de mayo de 1998, el Consejo de la Unión Europea, en su composición de Jefes de Estado y de Gobierno, decidió por unanimidad que once Estados miembros (Bélgica, Alemania, España, Francia, Irlanda, Italia, Luxemburgo, los Países Bajos, Austria, Portugal y Finlandia) cumplían las condiciones necesarias para la adopción de la moneda única el 1 de enero de 1999. Dichos países participarían, por tanto, en la tercera fase de la UEM. Los jefes de Estado o de Gobierno llegaron asimismo a un acuerdo político con relación a las personas que habrían de recomendarse como miembros del Comité Ejecutivo del Banco Central Europeo (BCE).

Al mismo tiempo, los ministros de Economía de los Estados miembros que han adoptado la moneda única acordaron, junto con los gobernadores de los bancos centrales nacionales de dichos países, la Comisión Europea y el IME, que los tipos de cambio centrales bilaterales del SME de las monedas de los Estados miembros participantes serían utilizados para determinar los tipos de conversión irrevocable del euro.

El 25 de mayo de 1998, los gobiernos de los once Estados miembros participantes nombraron al presidente, al vicepresidente y a los otros cuatro miembros del Comité Ejecutivo del BCE [EN]. La toma de posesión efectiva de estos cargos tuvo lugar el 1 de junio de 1998 y señaló la constitución del BCE. El BCE y los bancos centrales nacionales de los Estados miembros participantes constituyen el Euro sistema, sobre el que recae el cometido de establecer y formular la política monetaria única en la tercera fase de la UEM.

La función principal del BCE es mantener el poder adquisitivo de la moneda única y, de este modo, la estabilidad de precios en la zona euro que comprende los doce países de la UE que han adoptado el euro desde 1999. El BCE controla la oferta monetaria y la evolución de los precios.

La base jurídica de la política monetaria única está establecida en el Tratado constitutivo de la Comunidad Europea y en los Estatutos del Sistema Europeo de Bancos Centrales (SEBC) y del Banco Central Europeo. Los Estatutos establecieron la constitución del BCE y del SEBC a partir del 1 de junio de 1998.

El BCE es también responsable de fijar las grandes líneas y ejecutar la política económica y monetaria de la UE. Para ello el BCE trabaja con el SEBC, que incluye a los 25 países de la UE. Sin embargo, solamente 12 de estos países han adoptado hasta ahora el euro, constituyendo así la «zona euro», y sus bancos centrales junto con el Banco Central Europeo, forman el «Euro sistema».

El BCE tiene personalidad jurídica propia de acuerdo con el derecho público internacional.

Organización

Jean-Claude Trichet es el Presidente del BCE desde el 1 de noviembre de 2003. Sucedió en el cargo al primer presidente Wim Duisenberg.

El trabajo del BCE se organiza mediante las siguientes instancias decisorias.

El Comité Ejecutivo Formado por el Presidente del BCE, el Vicepresidente y otros cuatro miembros, todos designados por común acuerdo de los presidentes o primeros ministros de los países de la zona euro. Su mandato es de ocho años no renovable.

El Comité es responsable de aplicar la política monetaria definida por el Consejo de Gobierno y de dar instrucciones a los bancos centrales nacionales. También prepara las reuniones del Consejo de Gobierno y se encarga de la gestión cotidiana del BCE.

El Consejo de Gobierno Es la máxima instancia decisoria del BCE. Está formado por los seis miembros del Comité Ejecutivo y los gobernadores de los 12 bancos centrales de la zona euro. Lo preside el Presidente del BCE. Su misión primaria es definir la política monetaria de la zona euro y, en especial, fijar los tipos de interés a que los bancos comerciales pueden obtener dinero del banco central.

El Consejo General es el tercer organismo decisorio del BCE. Está formado por el Presidente del BCE, el Vicepresidente y los gobernadores de los bancos centrales nacionales de los 25 Estados miembros de la UE. Contribuye al trabajo consultivo y de coordinación y ayuda a preparar la futura ampliación de la zona euro.

Vista de Frankfort con el solar de la futura sede del BCE en primer plano. Al fondo el centro financiero

La sede actual del BCE es la «Eurotower», un edificio que se levanta en Fráncfort del Meno y que también sirve de sede a la SEBC.

El BCE trasladará su sede central a partir de 2008 a un nuevo edificio alejado del actual centro financiero de Fráncfort para dar cabida a una futura plantilla de 2.500 personas. En 2002, BCE y la ciudad de Fráncfort del Meno firmaron el contrato de compraventa del solar (casi doce hectáreas) que ocupaba el mercado mayorista de frutas y verduras de Fráncfort.

Dirección actual: Kaiserstraße, 29 D-60311 Frankfurt am Main, Alemania

El BCE es conocido bajo diferentes siglas:

  • BCE: Banque centrale européenne, Banco Central Europeo, Banca Centrale Europea, Banco Central Europeu
  • ECB: European Central Bank, Europæiske Centralbank, Europese Centrale Bank, Europeiska Centralbanken
  • EZB: Europäische Zentralbank
  • ΕΚΤ: Ευρωπαικη Κεντρικη Τραπεζα
  • EKP: Euroopan Keskuspankki

El 1 de enero de 2002 entraron en circulación las monedas en euros.

Las ocho denominaciones de monedas son diferentes en tamaño, color y grosor según sus valores, que son 1, 2, 5, 10, 20 y 50 céntimos y 1 y 2 euros. Un euro está dividido en 100 céntimos.

Luc Luycx, de la Real Fábrica de la Moneda de Bélgica, ganó el concurso europeo convocado para el diseño de las monedas en euros. Una de las caras de la moneda llevará uno de los tres diseños comunes a los doce países de la zona del euro, que muestran distintos mapas de nuestro continente circundados por las doce estrellas de la Unión Europea.

La cara nacional de cada moneda lleva distintos motivos referentes a los respectivos Estados miembros circundados por doce estrellas –véase cara específica de los países, o haga clic en la bandera del país correspondiente. Todas las monedas pueden utilizarse en cualquier punto de la zona con independencia de su cara nacional.

Se han incorporado cantos estriados para facilitar el reconocimiento de los distintos valores faciales, en especial a las personas con problemas de visión. En el caso de las monedas de 1 y 2 euros, se ha utilizado además un avanzado procedimiento basado en la utilización de dos metales, que junto con la leyenda que figura en el canto de la moneda de 2 euros, evitará las falsificaciones.

La Unión Económica y Monetaria

Desde el 1º de enero de 2002, más de 300 millones de ciudadanos europeos utilizan el euro en su vida diaria. Entre el Tratado de Maastricht firmado en febrero de 1992, que estableció irrevocablemente el principio de una moneda europea única, y la circulación de monedas y billetes en doce países de la Unión sólo han transcurrido 10 años, plazo extraordinariamente breve para llevar a cabo una operación única en la historia monetaria mundial.

El euro, que ha venido a reemplazar monedas que habían sido para los países europeos los símbolos e instrumentos de su soberanía nacional, ha impulsado considerablemente la unificación económica de Europa, al tiempo que representa un factor de aproximación e identificación de los ciudadanos europeos, que, a partir de ahora, pueden viajar por prácticamente toda la Unión sin cambiar de moneda.

Ya en 1970, el informe Werner, apellido del Primer Ministro de Luxemburgo de la época, proponía la convergencia de las economías y monedas de la Europa de los Seis. La primera medida en esta dirección no se tomaría, con todo, hasta marzo de 1979, cuando se implantó el Sistema Monetario Europeo (SME). El SME se creó para reducir con carácter permanente las variaciones de cambio entre las diferentes monedas de los Estados miembros, fijando entre las mismas unos márgenes de fluctuación que oscilaban entre el 2,25% y el 6%. Sin embargo, las diferentes crisis vinculadas a la inestabilidad del dólar y la debilidad de determinadas monedas, objeto de ataques especialmente en períodos de tensión internacional, debilitaron repetidamente los mecanismos del SME.

La necesidad de una zona de estabilidad monetaria se impuso a medida que iba avanzando el mercado único. La convergencia de las economías europeas y la reducción de los riesgos de cambio respondía, en efecto, a la lógica del Acta Única Europea, firmada en febrero de 1986: ¿cómo podría funcionar un mercado único, basado en la libre circulación de personas, mercancías y capitales, si esta o aquella moneda pudiera ser objeto de una devaluación competitiva que falseara el libre juego de los intercambios y la competencia?

La Comisión, presidida por Jacques Delors, presentó, en junio de 1989, al Consejo Europeo de Madrid un plan escalonado en etapas que debía culminar en la Unión Económica y Monetaria (UEM). Este plan se consagró posteriormente en el Tratado firmado en Maastricht en febrero de 1992, en el que se estableció una serie de criterios que debían cumplir los Estados miembros para poder participar en la UEM. Todos estos criterios responden a las exigencias de la disciplina económica y financiera: reducción de la tasa de inflación, de los tipos de interés, del déficit presupuestario (3% del PIB) y de la deuda pública (60% del PIB) y estabilidad de los tipo de cambio.

En Protocolos anexos al Tratado, Dinamarca y el Reino Unido se reservaron el derecho de no pasar a la tercera etapa de la UEM (es decir, la adopción del euro) aun cuando cumplieran los criterios establecidos (cláusula conocida como del opting out). Tras un referéndum, Dinamarca anunció que no tenía intención de adoptar el euro. Suecia ha comunicado asimismo sus reservas.

Los padres de la moneda única han querido garantizar su estabilidad ya que la inflación hace menos competitiva la economía, mina la confianza de los ciudadanos y reduce su poder adquisitivo. Con este ánimo han consagrado la independencia del Banco Central Europeo (BCE), cuya sede se encuentra en Frankfurt y cuyos estatutos le asignan la misión de actuar sobre los tipos de interés para mantener el valor del euro.

En Ámsterdam, en junio de 1997, el Consejo Europeo adoptó dos resoluciones importantes.

Por la primera, conocida como «Pacto de Estabilidad y Crecimiento», los Estados miembros se comprometen a mantener la disciplina presupuestaria, que se garantiza mediante una supervisión multilateral y la prohibición de déficits excesivos.

La segunda resolución se refiere al crecimiento económico. En la misma se declara que los Estados miembros y la Comisión están firmemente comprometidos en dar un nuevo impulso para mantener el empleo en un primerísimo lugar entre los temas de la agenda política de la Unión.

En el marco de la resolución sobre la coordinación de las políticas económicas que adoptó en Luxemburgo, en diciembre de 1997, el Consejo Europeo tomó una importante decisión, al prever que «los ministros de los Estados que participen en la zona del euro tendrán la facultad de reunirse entre ellos de modo informal para debatir cuestiones relativas a las responsabilidades específicas que comparten en materia de moneda única». Los Jefes de Gobierno de los Quince abrieron de este modo la vía a un proceso de refuerzo de una pertenencia común que, más allá de la unión monetaria, puede aproximar aún más aquellos países que han adoptado el euro en cuanto a sus políticas coyunturales, presupuestarias, sociales o fiscales.

Progresiva realización de la UEM ha facilitado y consolidado la apertura del mercado interior. A pesar de los conflictos económicos y financieros que han conmocionado al mundo (guerra de Irak, crisis bursátiles, atentados terroristas), la zona euro ha disfrutado de la estabilidad y predictibilidad que necesitan inversores y consumidores. El éxito de la introducción de las monedas y billetes, más rápida de lo previsto, desde el primer trimestre de 2002, confirma la adhesión al euro de los ciudadanos europeos, que ahora pueden comparar más fácilmente los precios de un país a otro.

El euro se ha convertido en la segunda moneda del mundo y se está afirmando cada vez con mayor fuerza como moneda de reserva y de pago junto al dólar. El ritmo de la integración de los mercados financieros en la zona del euro se ha acelerado claramente, con agrupaciones no solo entre intermediarios sino también entre bolsas de valores. La Unión Europea ha fijado en 2005 el plazo para la aplicación de un plan de acción para los servicios financieros.

GRANDES ETAPAS DEL EURO

7 de febrero de 1992: Firma del Tratado de Maastricht. El Tratado de la Unión Europea y la Unión Económica y Monetaria se acordaron en Maastricht en diciembre de 1991. El Tratado se firmó en febrero de 1992 y entró en vigor en noviembre de 1993. Conforme a este Tratado, las monedas nacionales habrán de ser reemplazadas por una moneda europea única bajo ciertas condiciones. Para poder participar en la moneda única los países deben cumplir varios criterios económicos. El más importante de estos «criterios de Maastricht» es que el déficit presupuestario no puede exceder continuadamente del 3% del producto interior bruto (PIB). La deuda pública no debe ser superior al 60% del PIB. Los criterios prevén asimismo una estabilidad a largo plazo de precios, tipos de interés y tipos de cambio entre las monedas afectadas.

Enero de 1994: Creación del Instituto Monetario Europeo

Se crea el Instituto Monetario Europeo (IME) y se introducen nuevos procedimientos de supervisión para impulsar la convergencia económica

Junio de 1997: Pacto de Estabilidad y Crecimiento

El Consejo Europeo de Ámsterdam aprueba el Pacto de Estabilidad y Crecimiento y el nuevo mecanismo de tipos de cambio (SME bis) destinado a garantizar la estabilidad entre el euro y las monedas de los Estados miembros no participantes en el euro. También se acuerda el diseño para la cara europea de las monedas euro.

Mayo de 1998: Once países se califican para el euro

Entre el 1º y el 3 de mayo de 1998, en Bruselas, los Jefes de Estado o de Gobierno deciden que once Estados miembros están calificados para participar en la zona euro y anuncian los tipos de cambio bilateral, irrevocable y definitivo, entre las monedas participantes.

1º de enero de 1999: Nacimiento del euro.

El 1º de enero de 1999, las 11 monedas de los Estados participantes desaparecen a favor del euro, que se convierte de este modo en la moneda común de Bélgica, Alemania, España, Francia Irlanda, Italia, Luxemburgo, los Países Bajos, Austria, Portugal y Finlandia. (Grecia se añade a ellos el 1º de enero de 2001). El Banco Central Europeo sustituye al IME y es en adelante el responsable de la política monetaria, que se define y aplica en euros. Las operaciones de cambio en euros comienzan el 4 de enero de 1999, con un curso de aproximadamente 1,18 dólares. Es el comienzo del período transitorio, que durará hasta el 31 de diciembre de 2001.

1º de enero de 2002:

Introducción de las monedas y los billetes euro El 1º de enero de 2002 se ponen en circulación los billetes y las monedas en euros. Comienza el plazo para la retirada de los billetes y las monedas nacionales, que finaliza definitivamente el 28 de febrero de 2002. A partir de entonces solo el euro tiene curso legal en los países de la zona euro.

DISEÑOS

En diciembre de 1996 el Instituto Monetario Europeo (precursor del Banco Central Europeo), reveló los diseños ganadores para los nuevos billetes.

El artista premiado fue el austríaco Robert Kalina, cuyos billetes mostraban las siete edades del desarrollo europeo.

El billete de 5 euros es clásico, el de 10 es románico, el de 20 gótico, el de 50 utiliza como motivo el renacimiento, el de 100 se inspira en el movimiento barroco y rococó, el de 200 representa la edad de la arquitectura de hierro y vidrio y finalmente el de 500, simboliza la arquitectura del siglo 20.

El frente de los billetes muestra puertas y ventanas mientras que la parte de atrás contiene diseños de estilizados puentes.
Sin embargo, el estudio más detallado de los puentes diseñados por Kalina, reveló que estos habían sido copiados de un manual común y corriente sobre este tema: «Puentes – 300 años de desafío a la naturaleza».

Por ejemplo, el billete de 50 euros, muestra el puente del Rialto en Venecia y el de 500, el puente de Normandía.

Aún más embarazoso es el hecho de que el billete de 5 tendrá como diseño un antiguo puente de la India. Los diseños han sido cambiados.

El diseño ganador (del artista belga Luc Luycx) fue finalmente presentado en junio de 1997. Uno de los problemas consistía en qué metales usar. Los suizos indicaron que hasta un 20 % de las mujeres sufren de alergia al niquel e insistieron en reemplazarlo por una aleación llamada oro nórdico.
Pero en febrero de 1998, se comprobó que 7 millones de máquinas expendedoras y miles de teléfonos públicos y parquímetros de Europa no pueden distinguir entre las nuevas monedas de 20 y 50 centavos, hechas de oro nórdico.

La Unión de Ciegos Europea también se quejó ya que las distintas monedas euro sólo varían sutilmente en su peso y forma. Luego de largas discusiones y protestas, los ministros aprobaron otro diseño en julio de 1998.

Según los planes originales tanto los billetes como las monedas iban a mostrar símbolos nacionales. Pero finalmente, para evitar confusión, se decidió usar el mismo diseño para todos los billetes de los países de la «euro-zona». Las monedas en cambio tendrán un diseño europeo común en el frente y un diseño nacional en la parte de atrás, aunque pueden ser usadas indistintamente en la «eurozona».

Cada país de la «eurozona» puede decidir qué símbolos nacionales quiere utilizar en sus monedas. Los irlandeses, por ejemplo, eligieron el arpa típica de ese país, los españoles el retrato del rey, los holandeses el rostro de la reina, los italianos diseños clásicos de Leonardo Da Vinci y otros, Francia la Marianne y Alemania el águila y la puerta de Brandenburgo. En caso de que el Reino Unido se sume a la unión monetaria europea, el rostro de la reina aparecerá en las monedas.

SÍMBOLOS, MONEDAS Y BILLETES

Es la moneda única de la Unión Europea, adoptada por el tratado de Maastricht en 1992. El Euro es una conversión de monedas y no una reforma monetaria; desde el 1 de enero de 1999 se está utilizando en los mercados financieros y por tarde el 1 de enero del 2002 pasará a formar parte de la vida cotidiana de la mayoría de los ciudadanos cuando empiecen a circular las monedas y billetes.

El euro se divide en 100 céntimos. Los documentos oficiales de la UE usan los símbolos euro y cent, siempre en singular y sin punto.

En el lenguaje habitual, sin embargo, se traduce cent por el equivalente en cada idioma (en español céntimo, en griego lepto, en italiano centesimo, etc.) y se pluraliza según el uso habitual de la lengua.

Versión española de la moneda de 1€

El euro es el sucesor del ECU, unidad monetaria europea (European Currency Unit). El símbolo del euro (€), desarrollado por la Comisión Europea, se inspira en la letra épsilon (ε) del alfabeto griego. Se escogió este símbolo como referencia a la inicial de Europa, E. Las dos líneas paralelas hacen referencia a la estabilidad dentro del área euro. La abreviatura internacional oficial para el euro es EUR y ha sido registrada en la Organización Internacional de Normalización (ISO); se utiliza con fines empresariales, comerciales y financieros.

No existe un símbolo oficial para el céntimo, aunque se utiliza a menudo una c minúscula, o, en España, ct (plural cts) como reminiscencia del céntimo de peseta. En Irlanda se utiliza a veces en las tiendas el símbolo ¢.

También las monedas en euros se están fabricando conforme a unas especificaciones técnicas muy avanzadas, que dificultarán extraordinariamente su falsificación y facilitarán su detección. Se ha puesto especial cuidado en incorporar elementos de seguridad a las monedas de 1 y 2 euros. Las monedas de 1 y 2 euros presentan un diseño bicolor resultado de la utilización de dos metales distintos en su acuñación, lo que, junto con la leyenda que figura en el canto de la moneda de dos euros, dificulta su falsificación en mayor medida. Las monedas en euros incorporan dispositivos de lectura automática que son garantía de máxima seguridad, así como de que se puedan utilizar en máquinas expendedoras de toda la zona del euro, con independencia del Estado miembro de emisión.

Los billetes de 5, 10, 20, 50, 100, 200 y 500 euros son idénticos para los doce países. Las monedas de 1, 2, 5, 10, 20 y 50 céntimos y 1 y 2 euros tienen la misma «cruz» en todos los países pero distinta «cara». Las monedas, sea cual sea su cara nacional, son de validez en cualquier país de la zona euro.

El diseño de los billetes es de Robert Kalina del Banco Central de Austria. El diseño de la cara común de las monedas es obra de Luc Luycx de la Real Fábrica de Monedas de Bélgica.

Tamaño: 120 x 62 mm Color: gris Peri¬odo arquitectónico representado en el billete: clásico.

Compare su tamaño y valor con los de otras monedas

El 1 de enero de 2002 entraron en circulación los billetes en euros.

  •  Hay siete nuevos billetes.
  •  Su diseño es el mismo en toda la zona del euro.
  •  Cada billete tiene distinto color y tamaño.
  •  El billete de menor valor es el de 5 euros, y el de mayor valor, el de 500.

Las denominaciones de los billetes que entraron en circulación son 5, 10, 20, 50, 100, 200 y 500 euros.

En los billetes en euros se visualizan ilustraciones de ventanas, arcos, puertas y puentes, además de un mapa de nuestro continente y la bandera europea.

El reconocimiento se realiza de la siguiente forma; haciendo fácil su reconocimiento:

  • TOQUE la impresión en «relieve». El especial proceso de impresión utilizado dota a los billetes de un tacto inconfundible.
  • MIRE el billete al trasluz. Verá la marca de agua, el hilo de seguridad y el motivo de coincidencia, elementos perceptibles por ambas caras del billete.
  • GIRE el billete. En el anverso de los billetes de menor valor, se puede ver la imagen cambiante de la banda holográfica.
  • GIRE el billete y en el reverso verá el brillo de la banda iridiscente. En los de valor más elevado, en el anverso se ve el holograma y en el reverso la tinta que cambia de color.

Problemas en la casa de la moneda

Cada euro se puede dividir en 100 centavos. Pero producir las monedas euro y los centavos no ha sido tarea fácil. En algunos países, el proceso de producción debió ser detenido por fallas en el diseño o problemas en la planta de producción.

La primera moneda euro oficial fue hecha en 1998 en la ciudad de Burdeos, Francia. Los franceses estaban interesados en avanzar en la producción de los 7.5 mil millones de monedas que les tocó producir. Este intento resultó demasiado apurado ya que el diseño original tuvo que cambiarse. Finalmente, los franceses tuvieron que fundir los primeros 9 millones de monedas de 10 centavos a un costo de varios cientos de miles de dólares. Alemania también tuvo problemas, en este caso con el diseño. Los puntos de las doce estrellas que aparecen en el borde de la moneda apuntaban en la dirección errónea y, después de una «evaluación artística», la producción debió ser detenida.

Demoró bastante tiempo lograr un acuerdo sobre el diseño de la moneda euro.

GENERALIDADES

  • El billete de 500 euros (alrededor de US $450) es el billete de denominación más grande y esto es algo que no tiene conforme a todo el mundo.
  • Los billetes de alta denominación son fáciles de transportar lo cual podría convertir al euro en la moneda ideal para el lavado de dinero y la evasión de impuestos.
  • Un millón de dólares tal vez no pueda comprar la misma cantidad de drogas que antes, pero en billetes de US $100 ocupan una maleta grande. Si se cambian por billetes de 500 euros, el dinero cabe fácilmente en un bolso de mano de tamaño mediano.
  • Sin embargo, en algunos países de la «euro-zona», como en el caso de Austria, Bélgica y Holanda, los consumidores están acostumbrados a usar billetes de alta denominación. En Alemania por ejemplo, se estima que los 1.000 marcos alemanes representan un tercio de la circulación de efectivo en el país.
  • El Banco Central Europeo cree que racionar los billetes de alta denominación no serviría de mucho. Los criminales sencillamente elegirían billetes de menor valor o utilizarían directamente billetes de denominación extranjera, por ejemplo francos suizos.

CONCLUSIONES

  • Tener el conocimiento sobre temas económicos es indispensable tanto para la vida cotidiana y mas para la vida laboral y profesional; es por esto que mediante la información propuesta en el anterior trabajo obtenemos el verdadero significado que tiene el cambio de moneda y la repercusión de ella en el mercado mundial.
  • Además se hace necesario conocer la importancia que tiene la lucha del poder económico mundial, él como para los países de la unión europea es tan importante monopolizar el mercado y literalmente acabar con la competencia.
  • El euro es en la actualidad una de las monedas más negociadas y comercializadas en el mundo por ende en Colombia debemos estar a la vanguardia con respecto a ella. Es demasiado necesario su conocimiento en las importaciones y las exportaciones.
  • El conocimiento es la primera etapa del pensamiento, por eso la reflexión sobre que tan bueno resultan estos cambios es de cada una de las personas que intervienen en el.

RECOMENDACIONES

  • El mercado cambiario es demasiado grande y por ende la busca de la información no debe parar con una sola investigación, es de estar actualizado y generar cuestionamientos para obtener respuestas más exactas.
  • El euro representa en el mercado la mayor estabilidad en el momento de invertir, por eso al momento de realizar dichas negociaciones el asesoramiento es fundamental.

BIBLIOGRAFÍA

  •  www.euro.com
  •  Casa De Cambios Money Gram Cambiamos S.A
  •  www.eltiempo.com
  •  Enciclopedia Encarta
  •  Enciclopedia wikipedia

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Linares Dora. (2005, enero 13). Historia del Euro. Recuperado de https://www.gestiopolis.com/historia-del-euro/
Linares Dora. "Historia del Euro". gestiopolis. 13 enero 2005. Web. <https://www.gestiopolis.com/historia-del-euro/>.
Linares Dora. "Historia del Euro". gestiopolis. enero 13, 2005. Consultado el . https://www.gestiopolis.com/historia-del-euro/.
Linares Dora. Historia del Euro [en línea]. <https://www.gestiopolis.com/historia-del-euro/> [Citado el ].
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